Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Save Me (Superbat) (Crossover Marvel/DC) por Mariela

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Admitirlo era vergonzoso, pero no dejaba de ser cierto, Clint Barton, el tercer omega de la manada más poderosa del planeta, los Avengers, creía en los cuentos de hadas.

Patético, lo sabía, pero, ¿qué podía hacer? Fue criado en el núcleo de una típica familia conservadora, con un padre alfa que siempre supo bien su lugar como el proveedor de su manada, en cuyos hombros yacía la enorme responsabilidad de mantenerla segura, bien alimentada, y resguardada; una madre omega que también sabía su lugar en el hogar críando a los cachorros, educándolos, administrando el dinero, limpiando y ordenando la casa, y atendiendo rápida y efícazmente a su esposo bajo la imagen de una esposa dulce, cariñosa, y atenta; y él, como su único hijo omega, fue criado para seguir sus pasos cuando conociera un alfa. De hecho, sus recuerdos más antiguos consisten en su madre intentando enseñarle a mantener la casa limpia y en orden, asegurando que la naturaleza de la mayoría de los alfas era no ser para nada ordenados ni cuidadosos con sus cosas, siendo capaces de dejar todo regado o botado por ahí, y era su deber recorgerlo y ponerlo en su lugar para que éste no tuviera problemas para encontrar lo que necesite cuando lo necesite. También la recuerda compartiendole tips para dejar completamente limpia la ropa, cómo plancharla y ordenarla en la mitad del tiempo estándar, cómo cuidar las plantas que adornarían su hogar, qué hacer en caso de que las tareas se acumulen, o la ropa, o los platos, el truco para tener bien atendido a su esposo, para preparar siempre platillos sencillos pero nuevos para no cansarlo, qué hacer en invierno para tener la casa cálida, y fresca en verano, cómo armar nidos y con qué materiales para hacerlo cómodo, cómo dividirse entre el hogar, el alfa, y los cachorros, cómo saber si está embarazado antes de que su alfa lo noté, porque si se da cuenta primero se considera una grave afrenta ya que indica que no respeta lo suficiente su autoridad como para no preocuparse por saber si le dará cachorros; y, por supuesto, cómo comportarse y tratar a su marido.

Nada de cuestionar, alzar la voz, desobedecer o no acatar las ordenes, no hablar si no te lo piden, ni cuando nadie te ha dirigido la palabra, no mirar de frente a ningún alfa, mantener distancias con otros alfas, caminar siempre dos pasos atrás de él o, si éste lo prefiere, siempre de su brazo, no exigir ni pedir más de lo que recibes, cumplir siempre con tus deberes maritales, cuidar en cada celo de no tener cachorros si no te lo autorizan, y siempre mantener una actitud positiva, amorosa y servicial, no hay excusas para hacer lo contrario.

Por supuesto, él claramente no hizo lo que le enseñó, todas esas ideas y reglamentos para con los omegas le parecían anticuadas, a Clint le desagradaban, y si las aprendió fue solo porque reconoció que su futuro compañero merecía lo mejor. Fuera de eso, no creció como sus padres quisieron, ya que, en lugar de buscar un alfa al alcanzar la edad apropiada, y tras finalizar los estudios básicos, tan pronto tuvo la oportunidad, huyó de casa para buscar su propio camino, teniendo la ferviente certeza de que los omegas podían ser más que esposas amorosas. Él creía que podría ser un gran guerrero, tal y como los caballeros alfas que aparecían en las historias que su madre le contaba por las noches en un intento vano de mostrarle su lugar destinado por nacimiento.

Lo que ella no sabía era que su pequeño cachorro no había errado tanto el camino.

Sí, Clint creía que podía ser lo que quisiera porque su condición omega no debería ser un impedimento para ocupar papeles que normalmente se destinaban a alfas, porque creía que con voluntad y esfuerzo se podría lograr cualquier cosa, y porque no todo debía limitarse a la pareja y al hogar, pero eso no significaba que no quisiera tener un alfa y atenderlo tal y como se merecía. Su forma de pensar era...un tanto peculiar. Liberal, como el Cap, pero solo hasta cierto punto, y conservadora, como su madre, pero con un límite. Difícil de entender.

Él compartía el mismo deseo que su amigo Steve de mostrarle a la sociedad que alfas y omegas podían ser iguales, que ser omega no te hacía menos, y que podías ser más que lo que se esperaba de tí por nacer así, pero, a diferencia del Capitán que pensaba que un omega no tenía por qué cuidar el hogar y atender al alfa, cuando era mejor que ambos se cuidaran y atendieran mutuamente, él tenía la fuerte convicción de que el deber indiscutible del omega, sin importar a qué se dedicara, siempre sería atender al alfa.

Porque, sí, podías ser un omega arquitecto, un omega doctor, secretario, maestro, contador, CEO, e incluso, un vengador, pero sin dejar de ser una esposa amorosa con todas sus características. Complicado, y un tanto contraproducente, pero esa era su forma de pensar.

Y por eso aún creía en cuentos de hadas.

Clint seguía creyendo que su alfa llegaría siempre a protegerlo, que había uno en el mundo especialmente para él, que éste siempre lo cuidaría, lo amaría, y lo procuraría sin importar qué, y su deber era mantenerlo bien atendido, aún si eran ambos quienes marchaban al campo de batalla.

Naturalmente intentó poner esto en práctica cuando encontró a quien llamó su "destinado".

Bruce Banner, alias Hulk.

No iba a negarlo, su alfa en verdad era tan diferente a como lo imaginó, y si su compañero de vida fue un tanto desalentador, su relación lo fue aún más. Ese era el principal problema de cuando de idealizar una relación usando como base los cuentos para niños, la realidad decepciona el doble. Para empezar, su "príncipe" era más parecido al ogro de la historia que secuestra y/o mantiene cautiva a la princesa, que al caballero que la rescata y la convierte en su esposa, sus prioridades eran sus experimentos e investigaciones en lugar de su omega, se aislaba en su laboratorio, y no podían siquiera unirse en el acto de amor que víncula a dos compañeros de vida. No sin correr el riesgo de despertar al otro sujeto.

En resumen, aunque Clint cumplía efícazmente con su papel de omega, su alfa no cumplía tan bien con el suyo, y eso era decepcionante. Muchas veces incluso era él quien le brindaba protección en lugar de que Bruce lo hiciera.

Esta situación fue muy frustrante al principio, tanto que fue inevitable las discusiones y las peleas entre ambos a los pocos meses de comenzar a salir, y en algunas ocasiones, hubo hasta golpes, aunque claro, siempre de su parte, porque Bruce jamás se atrevería a levantarle la mano por muy enojado que estuviera.

Pronto, la situación alcanzó niveles tan críticos que llegó a considerar seriamente terminar la relación, si es que se le podía llamar así, pues su idea de relación incluía el sexo y el celo compartido, algo que Bruce no podía darle ni aunque quisiera, y lo necesitaba, como todo omega, necesitaba de su alfa en todos los aspectos.

Sin embargo, todo pensamiento negativo y egoísta que pudo tener en contra de Bruce, se desvaneció un día, cuando estuvo por primera vez frente al otro sujeto. Lo recordaba, había sido durante una misión de SHIELD en la que había solicitado su ayuda. Las cosas se salieron de control y el caos los condujo a un Hulk increíblemente enojado que destruyó todo a su paso. Aquel día su primer instinto fue huír al sentir de golpe su dominio, pero como agente de SHIELD, se obligó a quedarse e intentar detenerlo disparándo a diestra y siniestra sus flechas contra el gigante verde. Acción que solo aumentó su furia y provocó que volcara toda su atención sobre él. Clint no pudo evitar paralizarse cuando Hulk se giró en su dirección, y tembló cuando alzó su mano, cubriendose instintivamente con sus brazos para protegerse del golpe, pero dicho ataque nunca llegó. Cuando se descubrió, vió algo que lo dejó perplejo.

Hulk lo reconocía. No podía asegurarlo del todo, pero estaba seguro de que en esos ojos verdes que lo miraban tan fijamente había un destello de reconocimiento, algo que logró tranquilizarlo.

Se le ocurrió entonces que podía intentar llegar a Bruce, por lo que empezó a hablarle, usando palabras suaves, tiernas, cariñosas, acariciando con delicadeza sus brazos, su mejilla, y usando los comandos para tranquilizarlo. Poco a poco sus músculos se fueron destensando, su mirada se suavizó, e incluso alzó su mano para acariciarlo antes de caer de espaldas inconsciente.

Finalmente, ambos volvieron al Triskelión, y durante el trayecto, el cientifíco no dejó de disculparse y preguntarle hasta el cansancio si no lo había lastimado, a lo que tuvo que negar en reiteradas ocasiones, para luego, ser testigo de sus lágrimas y sus desesperados lamentos.

A partir de ese momento pudo entender un poco más a Bruce. La presión que cargaba era la misma que todos los alfas llevaban en los hombros, el dolor que conllevaba estar divido en dos sujetos, y la impotencia que sentía por no poder tocarlo como quería. Bruce también sufría por no poder cumplirle, sufría cada día al no poder alterarse para mantener el mundo seguro, y sufría por sus exigencias y reproches.

Entendió que los omegas no eran los únicos que nadaban contra corriente, los alfas también la pasaban mal intentando cumplir con todas las espectativas, cargar con toda la responsabilidad de una manada, un hogar, y saber reaccionar ante cualquier situación por muy difícil que ésta fuera. Su carga era igual o más pesada que la de sus compañeros vínculados, pues mientras los omegas luchaban por demostrar ser más de lo que se esperaba, los alfas lo hacían por ser todo lo que se esperaba.

¡Que ironía!

Al comprender esto, Clint se dió la tarea de compartir el peso con su alfa, reconociendo que, aunque ni Banner ni su relación eran lo que imaginó, Bruce se esforzaba por ser bueno para él, se ocupaba de darle todo y protegerlo, y aunque su prioridad era la ciencia con la que intentaba curarse, siempre dedicaba tiempo para él, y contenía sus instintos para mantenerlo a salvo de Hulk, y si él era capaz de todo eso por su omega, Clint también podría poner de su parte para que lo suyo funcionara.

Porque no existían los alfas perfectos de los cuentos en los que tanto creía, pero sí los buenos alfas como Bruce Banner.

Por eso, cuando vió a Hulk desde el quinjet destruyendo árboles, luego de salirse de control en el Triskelión intentando impedir la fuga de los presos interdimensionales, no dudó ni un segundo en descender para calmarlo.

Se acercó, con calma, sigiloso, sin ningún tipo de arma en mano que pudiera alterarlo.

-Ey, fortachón.

Se obligó a mantenerse sereno cuando el súper alfa volteó a verlo, gruñendo y rugiendo furioso, corriendo hacia él con intenciones de aplastarlo, pero deteniendose de golpe al estar frente a frente.

Sonrió.

-Calma, mi alfa-estiró su brazo y acarició suavemente su mejilla, pasando al brazo izquierdo y descendiendo hasta llegar a la mano. Todo ante la atenta mirada del verdoso-El sol se está ocultando-murmuró, desplegándo sus feromonas para hacerle ver que estaba a salvo.

El alfa rugió y se apartó de él bruscamente, intentando poner más distancia mientras se encogía poco a poco hasta convertirse de nuevo en Bruce, quien se sostuvo de un árbol mientras su cabeza daba vueltas y su visión se aclaraba. Cuando se recuperó, se volvió hacia él e hizo la misma pregunta que siempre hacía luego de regresar.

-¿No lastime a nadie, o sí?

-No, pero creo que aterrorizaste a los villanos de otra dimensión y dejaste escapar a los presos.

-Eso es un alivio...Casi-suspiró-Fury estará molesto.

-Naa, solo será Fury siendo Fury. Toma-le entregó una sábana para cubrirse.

-Gracias-dijo, tomandola y pasandola por sus hombros.

-Andando, Bruce, ya está amaneciendo y quiero regresar a la cama antes de que salga el sol o no podre recuperar las horas de sueño.

-Lamento los problemas que te cause.

-Descuida, de todas formas no podía dormir por la preocupación de no saber de tí-dijo llevando sus manos detrás de sus cabeza y mirando al cielo distraídamente.

¿Qué si se había enamorado del ogro en lugar del príncipe? Claro, sin embargo, no podía estar más contento con eso.

Esta era su realidad, su historia, su cuento de hadas, y no lo aceptaría de otra forma.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).