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Save Me (Superbat) (Crossover Marvel/DC) por Mariela

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Tierra 50.

-¡Bruce!-exclamó la amazona mientras corría a retirar los escombros que aprisionaban al omega-¡¡Zeus bendito, gracias!!

Estaba vivo, apenas, pero por el notable daño que había recibido su cuerpo entendía que moverlo sería peligroso, mas eso no impidió que se arrodillara, (cosa que ninguna amazona que se respetara a sí misma debía hacer ante un omega masculino) y recostara su cabeza en su regazo, apartando con extrema delicadeza el cabello de su rostro.

Estaba tan lastimado, no creía que pudiera enfocarla con todo el polvo y el humo que había en el lugar, y el infierno incandescente que había creado la explosión de su máquina, que, además, había echado abajo todo el Salón de la Justicia. Aún así, sabiendo de antemano los motivos que tuvo para haber hecho eso, ella egoístamente estaba agradecida de haberlo encontrado con vida.

-Gracias... Zeus, gracias... gracias-repetía como un mantra, conteniendo el llanto que amenazaba con caer.

Bruce parpadeó observando con lástima a su amiga. La única que le quedaba después de todo lo que había hecho, después de incluso asesinar a sus propios hijos, aquella poderosa alfa cuyo cuerpo estaba marcado por cicatrices de heridas mortales que en el pasado amenazaron con llevarse su vida, muchas de ellas demasido graves que dejaron marcas tan desagradables que la amazona no se preocupaba por ocultar, pues todas ellas se las había ganado en justas contra su alfa, Lord Superman, a quien desafiaba casi inmediatamente después de sanar de la anterior batalla con el objetivo de reclamarlo en acuerdo con las antiguas leyes de la sociedad griega que permitían al vencedor tomar todo cuanto su rival derrotado poseía, pero ella solo lo deseaba a él, sólo por él no se rendía, por él volvía a luchar hasta caer inconsciente en el campo de batalla.

Para reclamarlo, para liberarlo, para amarlo.

Bruce nunca pudo perdonarse por lastimarla tanto. Jamás pudo dejar de pensar que nada de eso habría pasado si hubiera tenido el valor de aceptar que su amor se había transformado en una obsesión para su alfa y una dependencia para él.

-L-Lo si-ento...

-No, no te disculpes, Bruce. Esto no es tu culpa.

Claro que lo era, pero ella sólo no quería reconocerlo. Diana era la última y la única persona en el mundo que no lo veía como lo que era, un monstruo, un cobarde, un asesino. No. Para la amozona, él era un ángel, ni siquiera un murciélago o un ser de oscuridad, un omega oprimido, una víctima de una sociedad dominada por alfas masculinos cuya doctrina de supremacía de género había cobrado cientos de vidas de omegas, y dejado montañas de cádaveres a lo largo de la historia.

Para la amazona era solo su omega, y Bruce lo sabía. Siempre supo que eran compañeros destinados como era consciente de que Clark y Lois también eran un pareja destinada, y a pesar de saberlo, ambos insistieron en estar juntos.

-Diana...-la llamó obteniendo toda su atención.

Como si alguna vez la hubiera apartado de él.

-Es la primera vez...que te veo llorar...

La alfa respingó abriendo los ojos como platos, para luego tocarse la cara y notar que, efectivamente, había comenzado a llorar.

-Diana...

-Lo siento.

Bruce suspiró al verla desviar la mirada. Las amazonas, a pesar de lo mucho que gritaban estar en contra de los hombres, eran iguales a ellos en muchas cosas. Una de ellas que, por el orgullo de su especie y su tribu, era considerado una debilidad imperdonable mostrarse vulnerable ante un hombre, sea omega, beta, o alfa, pues la naturaleza de éste era siempre la destrucción.

Y tenían razón.

-¿Recuerdas, Diana?-preguntó con voz suave, débil, apenas un murmuro, un susurro que, de no tener el oír de los dioses, la alfa no lo habría escuchado-¿La primera vez que me invitaste a salir?

Ella volteó a verlo y sonrió, estrechándolo, acercándolo más a su cuerpo, desesperada por retener la vida en sus manos que se escurría a cada segundo.

-Cómo olvidarlo-respondió evocando aquel momento con nostalgia-Estaba tan nerviosa como nunca en mi larga vida lo estuve...

-Lucías tan hermosa con aquel vestido rojo...

-Y tú tan encantador con tu elegante traje negro. No pude resistirme a invitarte a bailar en aquella velada a la que te llevé, y más tarde, cuando te escolté a casa...

-Que no era necesario.

Diana soltó una risa.

-Apenas pusimos un pie en la Mansión Wayne, la ropa desapareció y...

Sus cuerpos danzaron, embriagados por el placer, bastante cómodos uno con el otro, como si se conocieran de siglos atrás, como dos almas que han atravesado espacio y tiempo para volver a unirse, maravillándose con la sensación de estar hechos uno para el otro, complacidos al ver como sus cuerpos encajaban a la perfección. Diana nunca olvidaría el placer que sintió cuando se abrió paso entre las piernas de Bruce, embistiendo frenética mientras el omega se retorcía y apretaba las sábanas, y Bruce siempre recordaría a la princesa como la primera mujer alfa que en verdad le hizo ver estrellas.

-Nunca me he arrepentido...-afirmó sintiendo los párpados pesados.

-Tampoco yo. Sin embargo, ¿Por qué...

Diana alcanzó a morderse la lengua antes de terminar la pregunta. Apretó los ojos. No, no iba a reprocharle nada, se lo había prometido a sí misma. Bruce siempre fué libre de elegir a su pareja, e incluso si se equivocó, lo último que necesitaba era su reclamo.

Bruce, sin embargo, sabía que le debía a la amazona una explicación. Porque él había estado muy receptivo al cortejo de la alfa cuando Clark comenzó el suyo, y le rompió el corazón al elegir al kriptoniano y recibir de él un collar con el símbolo de la Casa El que, contra los deseos del alfa, jamás cambió al entrar en contacto con Bruce como pasaría de haberlo tenido Lois Lane.

-Lo siento mucho, Diana...

Porque la alfa había velado por su seguridad a pesar de todo el daño que le causó, porque intentó liberarlo de Clark, porque solo ella escuchó el desesperado grito de su alma que clamaba por salvación, aunque no la merecía.

-Pero los desginios del universo no dictan en mi corazón...

Se había sentido atraído a ella, eso no podía negarlo, es más, podía asegurar con la misma certeza de quien se conoce a sí mismo, que llegó a enamorarse, a amarla, y reconocía que en su momento había pensado muy seriamente en aceptarla sintiéndose conmovido con la devoción que la amazona se esforzaba por demostrar, era su destinada después de todo,  pero Clark...

Clark fue el sol por el que se dejó deslumbrar.

-Entiendo-respondió cerrando los ojos y dejando que sus lágrimas fluyeran con libertad.

Las llamas a su alrededor se intensificaron, consumiendo con rapidez los escombros, y a los lejos, los residentes de aquel salón que un día fue la máxima representación de la justicia, se acercaban presurosos para castigar a quien le había prendido fuego.

-Leí tu carta...

-Lo sé.

-Por favor...-lo observó con desesperación-Por favor, Bruce, quédate conmigo...No es demasiado tarde, yo...he esperado una vida por tí y esperaré más si es necesario...

El omega negó, alzando su mano para acariciar la mejilla de la alfa, quien se restregó con voluptuosidad contra ella. Limpió sus lágrimas, pero el llanto no paró.

-No llores, por favor.

Diana sollozó en respuesta.

-Diana...

-¡No!-exclamó-Te amo, ¡yo te amo más que a nada en el mundo! Y aún así yo ...-apretó los ojos abrazándolo con más desesperación-¡¡Nunca pude protegerte!!

Bruce cerró los ojos por un momento antes de volver a abrirlos y obligar a la alfa a mirarlo, sosteniendo entre sus manos su rostro con ternura, cariño, del tipo de amabilidad con la que se trata a un viejo amor, una vieja amistad que por un maravilloso momento pudo haber sido algo más, y habló, con la misma paciencia con la que se le habla a un niño cuando tratas de hacerle entender lo innegable, aceptar lo inevitable.

-Estás aquí ahora...viniste siempre a salvarme. Eso...-sonrió-Eso es suficiente.

Y con eso, tras su último intento por poner en paz a su destinada, a su rota compañera, Bruce, Lord Batman, se rindió al sueño.

-¿B-Bruce?

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Diana apretó la empuñadura de su espada cuando irrumpió en el Centro de Control de la Atalaya, observando con frialdad al súper Alfa que se hallaba de pie ahí, sonriendo complacido con el portal que se había abierto para él desde la dimensión de Luthor.

La dimensión donde estaba Bruce, o una versión de él que pronto sería suyo.

-¿Necesitas algo, Diana?-espetó caminando al portal con todo el porte de quien se sabe dueño del mundo-Cual sea el asunto que te trae aquí puedes solucionarlo tú misma o esperar a que regrese para atenderlo.

-Puedo saber a dónde vas.

El tono y la mirada vacía, casi muerta, de la amazona no tuvieron el menor efecto en el kriptoniano, pero sí hicieron que se volviera hacia ella con el ceño fruncido.

-Traeré a mi omega de vuelta. No interfieras.

Diana abrió los ojos por completo ante tal declaración al mismo tiempo que apretaba más los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

-Batman está muerto.

-En esta dimensión.

La amazona no quería saber cómo Clark había logrado abrir otro portal dimensional sin la investigación que su omega había quemado, pero suponía que no todo se había perdido, y lo poco que quedó debió ser recuperado por Clark para recrear su máquina.

Aunque, veía, era obvio que alguien en otra dimensión lo había hecho todo.

-Aún si son versiones de él, no son él.

-Creo que no pedí tu opinión-gruñó dándole la espalda para cruzar sin voltear atrás-Estás a cargo hasta mi regreso.

Apenas terminó de decir eso, una espada le perforó el pecho, escupiendo sangre mientras una ola de balas proveniente del otro lado del portal se desataba contra la amazona, quien desenterró su espada y retrocedió para repeler los disparos con el arma.

Superman tosió sosteniendo su herida y apretó los dientes ante la traición que acababa de sufrir. Se volvió de inmediato hacia la alfa y en un parpadeó apareció frente a ella, evitando que reaccionara a tiempo cuando sujetó su cuello y la alzó, estrujándola con su fuerza incrementada por la ira, haciendo destellar sus ojos con su visión de calor de forma amenazante.

-¡¿Por qué?!-rugió apretando con más fuerza.

De todos aquellos de los que esperaba una traición, la princesa de Themiscyra estaba al final de la lista. No solo porque la muerte del omega por el que antaño habían peleado la había quebrado casi por completo sino también porque sabía muy bien qué les pasaba a los opositores de su poder, y ella tenía mucho que perder si se convertía en uno de ellos.

-¡¿POR QUÉ?!

Todos los sentidos de Diana estaban alerta, no podía respirar, y por mucho que trataba no lograba liberarse del agarre. Miró al alfa con desprecio, sonriendo apesar de su inminente final.

-¡N-nun-ca...¡Agk!...l-lo te-ten-drás!

No lo permitiría, no dejaría que quebrara a aquél Bruce de la misma forma en que quebró al que murió en sus brazos.

Kal, por su parte, no pudo evitar abrir los ojos con incredulidad. Hacía décadas que Bruce había muerto, claro que para ellos eso no era nada, pero no creía en verdad que, después de tanto tiempo, ella siguiera intentando arrebatarle lo suyo, separarlo de su omega, aun cuando se había enlazado con Trevor, y éste esperaba a su hijo.

-¿Después de tanto tiempo, Diana?

Por toda respuesta, la alfa le escupió y le propinó una patada que logró apartarlo, sin embargo, antes de que pudiera recoger su espada, Clark le fundió el cerebro con su visión de calor, matándola en el acto.

-¿Todo bien?-preguntó Luthor acercándose a la escena mientras hacía una señal a sus hombres de bajar sus armas ahora que la alfa había caído.

Clark miró el cádaver por un par de segundos, tensando los músculos y apretando los dientes, para luego volverse hacia él.

-Sí, todo bien-dijo y le pasó de largo-Espero que tengas todo listo, Luthor.

-Todos los preparativos están listos. Solo dame unos minutos para programar el siguiente viaje hacia la dimensión donde se encuentra Batman y podrás reunirte con él.

-Tienes cinco.

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Había corrido todo el camino y aunque era un súper soldado, correr de un extremo de la ciudad a otro había sido cansado, por eso suspiró aliviado cuando la Torre Avengers apareció en su campo de visión. Apresuró el paso y se dirigió sin demoras a la entrada, sin embargo, antes de poner un pie dentro, recibió un mensaje de Tony pidiéndole verse en el estacionamiento, y si Steve no hubiera estado tan acojonado y nervioso por el encuentro, sin duda habría encontrado sospechosa la petición. En cambio, el rubio solo guardó su teléfono y corrió al estacionamiento, donde vió al castaño de pie junto a uno de sus autos, nervioso, con lentes negros que no necesitaba en un lugar tan oscuro.

-¿Tony?-llamó acercándose con cautela-Ya estoy aquí.

El omega tragó saliva sin responder.

-¿Tony?

Steve frunció el ceño al ver a su omega comenzar a temblar y morderse el labio inferior. Entrecerró los ojos e instintivamente intentó tomar su escudo solo para gruñir con frustración al descubrir que, con las prisas, había olvidado tomarlo. De hecho, había olvidado todas sus armas y no pudo más que maldecirse por haber sido tan descuidado.

-Tony-llamó de nuevo.

El más bajo lo miró volcando toda su atención en él, por lo que tomó una postura más rígida.

-¿Qué sucede?

Tony se retiró los lentes y bajó la mirada al suelo.

-Lo siento...

Y antes de que Steve pudiera preguntar, Unidad Oro apareció de la nada y, tomándolo desprevenido, lo apresó enrroscando su cuerpo alrededor de él y apretando con fuerza.

-¡¡WAA!!

-¡No! ¡Déjenlo!-gritó el castaño corriendo por instinto a ayudarlo.

-Quieto-ordenó una gélida voz que ambos omegas conocían bien.

Tanto Steve como Tony se congelaron al ver a Slade y el resto de los Metalmen salir de sus escondites y dirigirse al lado del castaño, quien se contuvo de gritarle cuanta grosería conocía al alfa, especialmente cuando éste le colocó el cañón del revolver en la cabeza.

-¡Alejate de él!-rugió Steve retorciéndose con impotencia, consiguiendo que Unidad Oro lo estrujara más-¡Ngk!

-¿Dónde están Superman y Batman?

-¡¿Qué?!

-Responde.

-¡No sé de quién hablas!

Deathstroke lo examinó con la mirada por un par de segundos antes de llegar a una conclusión.

-Mientes-sentenció mandando al castaño al suelo con un golpe con la culata de su arma.

-¡AH!

-¡No! ¡Déjalo!

-Dime dónde están y dejaré ir a tu... "omega".

-¡Ya dije que no lo sé!

-No me tomes por estúpido.

El mundo definitivamente estaba muy mal. ¿En verdad ya no podía ir a ningún lado sin toparse con omegas tan impertinentes como el murciélago? Ahora resulta que todos se creen con el derecho de enfrentarse a los alfas.

-Responde o tu omega pagará las consecuencias-amenazó haciendo una señal a Platina.

-¡No puedo decirte algo que no sé! ¡Ya déjalo!

-Bien.

Lo siguiente que Tony supo fue que sintió un terrible dolor en el brazo izquierdo, y al volver su mirada encontró la razón. Platina le había enterrado uno de sus filamentos, y ahora lo desenterraba dispuesta a repetirlo si se lo ordenaban.

Gritó, cubriendo la herida y mirando con furia a Steve, quien se removía desesperadamente suplicando que lo dejaran, pero él sabía que no lo dejarían ir hasta obtener lo que querían, e incluso así pensaba que no les permitirían vivir.

-¿Y?-espetó el alfa cruzando los brazos-¿Hablarás?

-¡Por favor, no sé nada!

-Mientes.

-¡No es así!

-Claro que sí, y debes saber, omega, que tus mentiras no te lastiman a tí.

Tony volvió a gritar al ser apuñalado por Platina, pero esta vez en el costado izquierdo.

-Lo lastiman a él.

-¡BASTA!-suplicó rompiendo en llanto, mordiéndose el labio inferior al ver la mirada dolida que el castaño le dirigía-Basta...por favor.

-Habla.

Steve negó. No quería traicionar así a Clark y a Bruce, pero tampoco quería que siguieran lastimando a Tony, y sin armas y viéndose incapaz de liberarse de Unidad Oro, supo que no tenía muchas opciones. De hecho, no tenía ninguna, excepto ceder si acaso quería salvar a su omega.

Además, si lo pensaba, no creía que Clark y Bruce fueran tan fáciles de atrapar, es decir, Superman era poderoso y Batman era inteligente y fuerte, por lo que realmente no tenía que temer por ellos, aunque eso no quitaba el hecho de que estaría traicionando su confianza.

Apretó los párpados y respiró profundo, abriendo luego los ojos para ver horrorizado como Platina alzaba su filamento derecho para apuñalar de nuevo a Tony.

-¡Espera!-gritó y Slade le hizo una señal a la robot para que se detuviera -E-Está bien, bien-tragó saliva sintiéndose terriblemente mal por lo que iba a hacer-T-te diré donde están, pero, por favor, no le hagas daño.

-Te escucho.

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Lex Luthor no se consideraba un cobarde, por supuesto que no, mas bien se llamaría alguien con sentido común y lo suficientemente inteligente como para saber cuándo era mejor tener un aliado que un enemigo, y Lord Superman, un Superman de una tierra alternativa que ya había dejado de jugar al boy scout y mostrado su verdadera naturaleza malvada, era sin duda alguien a quien prefería mil veces tener en el mismo bando, aceptando el precio que pedía a cambio de deshacerse de su versión heroica, la que sin duda un día terminaría como él si no la eliminaba ahora.

Sin embargo, eso no impidió que tragara saliva cuando el súper alfa se paró detrás de él y observó con notable impaciencia cada uno de sus movimientos mientras buscaba la realidad donde se encontraban Batman y Superman. Podía sentir su respiración y escuchar el tamborilear de sus dedos que resonaba en sus oídos con el mismo eco de un martillo golpeando una pared. Estaba nervioso, y no ayudaba que el kriptoniano estuviera tan calmado respecto a su estado, como si no tuviera un enorme hueco sangrante en el pecho.

-¿Y bien?-espetó de pronto el kriptoniano.

-La encontré-respondió volviéndose a sus subordinados-Activen el portal.

-Sí, señor Luthor.

El personal se movilizó con rapidez para acatar su orden, mientras que Kal se paró a su lado con las manos tras su espalda.

-Así que, ¿ya alguien había interferido con el multiverso?

La repentina pregunta hizo respingar al millonario, Lex no esperaba que Lord Superman hubiera podido leer toda la información que revisó en su computadora mientras buscaba la tierra correcta en el otro multiverso, pero sabiendo con quién trataba debió haberlo previsto.

Ciertamente, cuando encontró e investigó aquel otro multiverso donde envió por error a los líderes de la Liga de la Justicia, descubrió una perturbación alarmante, una fisura en una línea temporal completamente irregular que no pasó desapercibida para él, y tras investigar el porqué de una realidad que a simple vista parecía normal, pero que hacía tambalear al multiverso, descubrió que alguien, un omega, perteneciente ahí ya había jugado antes con las dimensiones alternas y el resultado fue catastrófico no sólo para la realidad de donde venía sino para aquella en la que deseaba permanecer por razones que Lex desconocía. Lo que sí sabía era que, lo que haya hecho ese omega, causó que ambos mundos se fusionaran en uno solo creando una nueva línea temporal a partir de las dos iniciales. Rompiendo, por supuesto, con la estructura del multiverso.

Aunque lo que le sucediera a aquel otro multiverso (cuyas realidades comenzaban a desaparecer o reformarse causando caos y poniendo en peligro toda la existencia) no era en realidad su problema. Sabía que su fin estaba cerca y precisamente por eso había querido abandonar a Superman ahí.

Y lo habría hecho sin importar su plan original de no ser porque Batman estaba con él y había prometido entregarlo a Lord Superman, e incumplir su palabra no estaba a discusión.

-No hay de que preocuparse. Las consecuencias aún tardaran en presentarse.

-No es que me preocupe, pero Bruce está ahí.

Justo en ese momento el portal volvió a abrirse y Lex sonrió complacido.

-Pronto ya no lo estará.

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Alfred haría una fiesta, fue lo primero que pensó cuando se cuestionó cómo reaccionaría su mayordomo cuando le llegara con la noticia de que se había enlazado con un buen alfa, y considerando sus audaces esfuerzos para emparejarlo con Clark, lo imaginaba saltando en un pie junto a sus secuaces Lesli y Fox, y quizás Dick, su hijo adoptivo, a quien seguro no le gustaría su elección, pero creía que al menos estaría feliz, y ni hablar de Bárbara, ella seguro lo haría el evento del año si acaso la tensión que tenía con Dick no se interponía.

En resumen, sí, todos estarían felices, no solo por él sino también porque Clark era un buen hombre, un buen alfa, y un buen compañero que lograba hacerlo sentir en paz. Una sensación que no había tenido desde la muerte de sus padres.

Pero, si Clark era un buen compañero, ¿qué hacía ahí cuestionando la fidelidad del alfa? ¿No habían ya aclarado el asunto del nido? Claro, Clark no había hecho nada con el rubio, y a él lo había incluso reclamado como su omega ante sus costumbres kriptonianas, pero eso no explicaba porqué el aroma de Steve era tan similar al de su alfa.

Lo había percibido durante la mañana, antes de que saliera apresurado a "tomar aire" y jamás volviera. Sus feromonas, por un momento, aunque no pudo captarlo aquella ocasión en el ascensor, habían tenido la misma esencia que las de Clark.

Por supuesto, el rubio tenía un aroma más dulce al ser un omega, pero por un instante no había notado diferencia, y aunque cabía la posibilidad de que se tratara de su imaginación, cada que se decía eso recordaba las muchas otras similitudes que tenían ellos dos, más allá de ser respectivamente un Súper Alfa y un Súper Omega, pues sus personalidades también coincidían mucho, y por eso, analizándolo cuidadosamente, había llegado a la conclusión teórica de que ambos eran versiones del otro en extremos diferentes del macroverso, algo así como que Steve era Clark de aquel multiverso, quien sería de haber existido ahí, y viceversa, era por eso que Clark se sentía tan atraído a las feromonas del rubio, era lógico que encontrara sincronía con él siendo su versión omega.

Claro, puede que solo estuviera desvariando, pero, ¿quién sabe en realidad cómo funciona el macroverso? Si entender el multiverso es algo que todavía no asciende de teorías en la realidad de donde viene, su conclusión bien podría ser correcta...o no.

"No es que importe", se dijo, "Ahora solo debo concentrarme en sacarnos de aquí". Le había estado dando vueltas a eso, pero no había muchas posibilidades en su posición, en cambio, si permitía que Deathstroke lo atrapara...

-Habría una oportunidad-dijo deteniéndose frente a la ventana y observando su reloj.

Ya pasaba del medio día, Steve aún no regresaba, y, basándose en lo nervioso que había estado cuando salió, no creía que volviera. Suponía que entonces había hecho bien en ordenarle a Clark que se mantuviera alerta a cualquier movimiento fuera del edificio en caso de una posible traición por parte del rubio.

Lo que al parecer era correcto.

No es que estuviera enojado, tenía la certeza de que Steve tendría sus motivos, posiblemente bajo amenaza, ya que si había la mínima posibilidad de que lo hiciera a propósito, era más probable que los entregara a SHIELD, y SHIELD no estaba de su lado ahora.

-No debí dejarlo salir-suspiró frotando el puente de su nariz.

-Tienes razón.

Bruce abrió los ojos por completo y se volvió con rapidez hacia el Slade, esquivando por poco su puño y saltando para evitar el siguiente.

-Deathstroke.

-Batman-saludó y desenvainó sus espadas-Me gustaría decir que es un placer volver a verte, pero lo cierto es que a penas soporto el asco de tenerte enfrente.

-¿Cómo pasaste a Superman?-preguntó poniéndose en guardia.

-Él está muy ocupado como para preocuparse por mí ahora.

Justo cuando terminó de decir eso, un fuerte temblor sacudió el edificio y Batman frunció el ceño comprendiendo que su alfa se encontraba ahora enfrascado en una batalla sin cuartel contra los Metalmens, mientras él se enfrascaba en otra con Slade.

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Lo habían tomado por sorpresa, esa era la única excusa que tenía, pero si le llegaba con esa pobre explicación a su omega seguro se ganaría tres semanas de la ley del hielo. No obstante, si le decía la verdad seguro sería peor, por lo que prefirió apegarse a la mentira antes de permitir que Bruce supiera que le estaban dando la peor paliza de su vida por bajar la guardia pensando en él y lo mucho que ansiaba presentarlo a su má.

¡Oh, Bruce enrojecería de furia si se enteraba!

Batman era, después de todo, el tipo de novio que no consciente que los deberes y responsabilidades se descuiden por cuestiones de menor importancia, y así lo amaba, así lo aceptaba, por lo que, antes de ver su mirada llena de decepción por su descuido, Clark prefería mil veces la peor reprimenta de su vida.

Y si no quería empeorar la situación lo mejor que podía hacer era corregir su error, detener a los Metalmens e ir a ayudar a su omega, quien seguramente se enfrentaba a Deathstroke en ese momento.

Claro, no dudaba de las habilidades de Bruce, pero incluso si Batman no necesitaba ningún tipo de ayuda era su deber ayudar a su compañero, por eso, tan pronto pudo quitarse de encima a Platina, tomando su cabeza y estrellándola en la azotea del edificio, intentó salir disparado a su habitación olvidándose por una fracción de segundo del resto de los robots.

Error que fue bien aprovechado por Unidad Hierro quien saltó desde la avenida a donde Superman lo había lanzado y lo interceptó con un puñetazo que mandó al hombre de acero al interior del edificio adjunto. Clark se levantó aturdido y antes de que pudiera enfocarse, Hierro llegó hasta él y comenzó una serie de puñetazos consecutivos que abrieron agujero tras agujero en los pisos inferiores, mientras los residentes del complejo huían despavoridos de la pelea, hasta que Clark logró bloquear uno de sus puños y se lo devolvió con la suficiente fuerza para lanzarlo al aire, despegando inmediatamente para continuar golpeándolo en el cielo, empujándolo sin detenerse hacia el espacio hasta que se vió rodeado de la negrura del universo exterior, donde lanzó el golpe final con el que un ya abollado Unidad Hierro salió disparado hacia el vacío.

-Uno fuera-dijo para sí volviendo la mirada hacia la Tierra, específicamente hacia el edificio donde se hallaban los otros Metalmen-Quedan cinco.

Apenas terminó de decir esto regresó a toda velocidad al campo de batalla, volando directamente hacia Estaño, quien había saltado para apuñalarlo con sus filamentos, pero en lugar de eso, se vió aplastado por el hombre de acero que con su puño lo enterró en la calle, causando los gritos aterrorizados de la gente que transitaba por ahí. Superman se elevó entonces, preocupado por haberse excedido, sin embargo, se alivió al notar que Estaño solo estaba fuera de línea.

Pero su alivio no duró mucho pues en un abrir y cerrar de ojos, se encontró siendo estrujado por Unidad Oro  y gritando al sentir sus huesos crujir.

-¿Te gusta eso, boy scout?-se burló Oro apretando con más fuerza.

-¡Kght! ¡Detente!

Platina, quien había acudido al lugar, afiló su filamento derecho y se plantó frente a él, arremetiendo para cortarle la cabeza, pero Superman disparó su visión de calor directo a sus "ojos", cegándola para desviar su estocada a Unidad Oro, quien con un aullido liberó al kriptoniano. Clark lo golpeó entonces, volando tras él para repetir el golpe y disparar su visión de calor hacia su torso, arrancándole más aullidos cuando el metal comenzó a fundirse, para luego ser noqueado por el potente puño del kriptoniano que perdió de vista a Platina momentáneamente hasta que sintió su filamento atravesando su pecho.

-¡Ah!

La fémina desenterró su extremidad y saltó hacia atrás esquivando los intentos de Clark de atraparla, afiló su brazo izquierdo y se puso en guardia. Superman gimió palpando la herida sangrante en su pecho, sabía que no era tan grave pero si no la atendía pronto sería fatal para él incluso con su naturaleza alienígena, por lo que decidió terminar rápido con ese encuentro.

Platina pareció entender sus gestos ya que se lanzó al ataque, y pronto el alfa se vió esquivando estocadas por los cuatro flancos, desesperándose cuando no conseguió atrapar a la robot que con sus hábiles movimientos y piruetas, lo esquivaba.

-¡Por favor, quédate quieta! 

Lanzó un puñetazo, pero Tina lo esquivó y lo apuñaló en el hombro izquierdo, no obstante, aunque Clark gimió, despejó rápidamente el dolor y atrapó el filamento, el cual desenterró y dobló ante la mirada imperturbable de la fémina. Platina intentó arremeter con la izquierda, pero Superman la sujetó del cuello y lo estrujó hasta mallugarlo causando que la robot saliera de línea.

La soltó y respiró hondo, dirigiendo su mirada hacia donde debía estar Bruce, mas frunció el ceño cuando encontró a Unidad Plomo protegiendo la recámara con un escudo que sabía le costaría atravesar.

Suspiró.

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El edificio entero tembló al recibir el impacto del puño de Superman a la velocidad del sonido, las paredes se sacudieron y pequeñas grietas comenzaron a aparecer en ellas, pero para el mercenario y el murciélago el riesgo de un derrumbe era el último de sus problemas. Enfrascados en su lucha contra el otro, ninguno prestaba atención real a lo que ocurría en el exterior ni se inmutaron cuando un segundo impacto sacudió el rascacielos por segunda vez, pues justo en ese preciso momento Slade maldecía en cien idiomas diferentes cuando los guantes (aparentemente metalizados) del omega detuvieron sus espadas, recibiendo en respuesta un puñetazo que lo hizo tambalear por una fracción de segundo de la que se recuperó con rapidez para arremeter de nuevo contra él siendo esquivado por segunda vez y casi alcanzado por uno de los batarang que con suerte consiguió desviar. No así los cables que enviaron una descargar eléctrica a todo su cuerpo, disparados de una de las armas de Batman, quien aprovechó para atacarlo con una serie de golpes y patadas que bloqueó con sus espadas, empujándolo hasta poner distancia y lanzando un corte que Bruce esquivó saltando y rodando en el suelo. Slade atacó de nuevo pero se detuvo cuando sintió el suelo moverse con violencia tras un nuevo y más fuerte impacto por parte del kriptoniano, lo que le dió a Bruce la ventana perfecta para lanzarse contra el alfa y despojarlo de una de sus espadas, recibiendo el corte de la otra en su hombro derecho.

-Eres bueno, omega-escupió con rabia-Pero nunca estarás al nivel de un alfa.

-Permíteme intentarlo-escupió.

Deathstroke apretó los dientes indignado. La sociedad definitivamente necesitaba de la Liga de los Asesinos para restaurarla al orden natural, y ésta a él para recordarles porqué un omega era tan poca cosa para dirigirla.

La batalla se reanudó y los golpes, los cortes, las balas, los batarang y las explosiones no se hicieron esperar, echando abajo los muros e incrementando el caos y el pánico entre los huéspedes del hotel, quienes ya evacuaban el edificio entre empujones y gritos de terror.

Bruce evaluó sus opciones bloqueando la espada de Slade y desviando la bala que casi se incrusta en su cuello. Podía deducir por el incremento de los temblores y la intensidad de éstos, que Superman estaba cerca de echar abajo la barrera que Unidad Plomo había formado alrededor de la habitación en la que se encontraba, probablemente un par de impactos más serían suficientes para que Plomo saliera volando al interior del edificio, y por supuesto que quería aprovechar eso al máximo.

Fue así que, sin dejar de atacar ni de bloquear los ataques del alfa, se las arregló para quedar de espaldas al  muro con los ventanales al exterior, de modo que, tras una fuerte sacudida del hotel, Plomo salió disparado pasando a su lado y atravesando las paredes hasta incrustarse en el edificio siguiente.

Batman sonrió.

-¿Qué te causa tanta gracia omega despreciable?-exclamó el alfa y arremetió con una estocada que Bruce esquivó saltando a un lado justo a tiempo para que Clark hiciera su entrada y lo noqueara.

-¡Bruce! ¡¿Estás...

-¿Por qué tardaste?-le cortó caminando hacia el mercenario para atarlo.

Clark dió un respingo ante la pregunta. Realmente no quería tener que hablarle de su vergonzosa paliza.

-Bueno, yo...

-No importa. Anda, ayúdame a sentarlo en la silla.

-C-Claro.

********************************************************************

-Quiero que sepas que te culpo a tí por esto.

-Lo siento...

-Púdrete.

-Lo digo en serio, Tony.

-Yo también.

Steve suspiró y cerró los ojos, meditando sus siguientes palabras. Su omega estaba furioso, dolido, y decepcionado, sabía que le había fallado de tantas formas en tan poco tiempo, pero no había podido evitarlo cuando todo a su alrededor se salió de control.

Y entendía que eso no era excusa, pero deseaba que al menos lo escuchara en lugar de insultarlo a cada palabra.

-Tony...

-¡No me hables, maldita sea!

-¡Lo haré aunque no quieras escucharme!

El castaño chasqueó la lengua. Bien, si Rogers creía que podía solucionar todo con una disculpa lo dejaría ser, pero no creería en ninguna de sus palabras.

-Tony.

-...-

-Tony, no me ignores.

-...-

-De acuerdo-suspiró-Perdón, Tony.

-...-

-Tony, por favor perdóname por haberte involucrado en todo esto y por no haber sido sincero contigo, pero quiero que sepas que yo no te engañé. Ni con Bru...con otro omega ni con un alfa. Yo te amo y jamás te engañaría con nadie.

-...-

-Todo fue un malentendido, si me dejas expli...

-Cierra la boca.

-Ya te dije que hablaré aunque no quieras escuchar. Mira, todo comenzó cuando te fuiste, yo...

-¡¿Qué, ahora es mi culpa?! ¡Ramera!

Steve frunció el ceño, indignado con el insulto, pero se obligó a suspirar sabiendo que responder de la misma forma no arreglaría nada.

-No, no dije eso. Intento decirte que el mismo día que te fuiste acepté una misión de clasificación confidencial para capturar a unos visitantes interdimensionales que habían arribado en el desierto de Nuevo México, pero por desgracia capturé a los equivocados-dijo y miró de soslayo al omega más bajo, quien, aunque fingía indiferencia, sus ojos brillaban por lo fascinante que debía parecerle los viajes entre dimensiones que hasta ese momento parecían solo ciencia ficción.

El rubio sonrió y continuó su relato.

-La pareja de alfa y omega que llevé ante SHIELD, si bien vienen de otro universo, no son un peligro real para nosotros. Ellos solo quieren regresar a su mundo y por eso escaparon de sus confinamientos y me secuestraron.

Tony respingó ante esto último, esforzándose por no temblar ante lo horrible que sonaba la idea de que su omega haya sido secuestrado por un alfa. Sabía que Steve era fuerte, era un súper soldado, pero eso no lo tranquilizaba de ninguna forma. Solo imaginar lo que pudieron haberle hecho...

Mientras él perdía el tiempo con un puñado de viejos homofóbicos...

-¿Te...-comenzó mordiéndose el labio con temor-¿Te tocó?

Steve se sintió conmovido ante el tono asustado y preocupado que había usado. A pesar de estar furioso con él, el castaño aun se preocupaba por su seguridad.

-No, solo me obligaron a llevarlos a la Torre Avenger. Necesitaban tu tecnología para analizar un aparato que creían tenía las respuestas que buscaban.

Ante esto el castaño se volvió hacia el rubio.

-Aguarda, ¿acaso la pareja de la otra dimensión eran los "amigos" que invitaste a nuestra casa?

-No los invité, técnicamente era su prisionero. Pero sí, eran ellos, y...-se cortó cuando observó la cara del castaño cambiar de reproche a horror y culpa-¿Qué?

-¡Dijiste que no te tocaron!

-No lo hicieron.

-¡¡No mientas!!-gritó asustando al rubio-¡¡Te violaron!!

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Tony!

-¡¿Entonces cómo explicas el nido y las feromonas en el aire?!

-Tony, por todos los cielos, ellos no me violaron, ya te dije que fue un malentendido.

-¡¿Sí?! ¡Porque si te tocaron iré ahora mismo a matarlos!

-No, Tony, no me tocaron. Lo que sucedió es que construí un nido para dormir pero me arrepentí de último momento y fuí a la recámara. Más tarde me levanté para ir al baño y ví al alfa dentro de él, así que me acerqué para intentar despertarlo y enviarlo a una de las habitaciones de invitados, pero entonces apareció el omega y malinterpretó todo, por eso la pelea que, aclaro, él comenzó.

-¿Esperas que crea eso?

-Estoy diciendo la verdad, Tony.

El castaño gruñó y apartó la mirada.

-Por favor, créeme, yo te amo-el omega continuó sin hablar-Tony, te amo, yo...yo no quise lastimarte, pero entiendeme, no podía decirte la verdad, era una misión y yo...

-Cierra la boca.

-Tony,  por favor.

-Cállate ya, capipaleta, no tienes que disculparte más.

-¿Eh?

Tony suspiró y se volvió hacia él. Lo cierto era que aunque quisiera nunca podía estar enojado con él por mucho tiempo, y aunque estaba algo resentido por haberlos metido en eso, y ocultarle cosas (porque, vamos, ninguna misión de SHIELD era más importante que su relación), también reconocía (aunque a regañadientes) que se había dejado llevar por sus inseguridades, sus celos, y Rodhey, así que era tan culpable como Steve de su precaria situación y no permitiría que cargara solo con eso.

-Lo cierto es que yo también tengo que disculparme por no confíar lo suficiente en tí. Supongo que debí escucharte en lugar de estallar como lo hice. Y...también lamento las cosas que te dije.

-Oh Tony, no tengo nada que perdonarte. Te amo.

-Yo también te amo, Steve, pero si vuelves a ocultarme cosas dormirás en el sillón por seis meses.

-Suena justo-asintió.

Justo en ese momento el castaño se percató del guantalete de su mark que se aproximaba rápidamente hacia él.

-¿Qué pasa?

-Prepárate.

-¿Qué?

Antes de que pudiera reaccionar, Tony recibió el guantalete de su armadura, rompió las ataduras en sus manos y atacó con su rayo repulsor a un distraído Unidad Mercurio, que era el encargado de vigilarlos. Éste no tardó en recuperarse ni el resto de la armadura en llegar, por lo que, antes de que se enfrascaran ambos en una ardua batalla, Tony se giró a Steve y rompió las ataduras en sus manos.

-Vete. Yo lo detendre.

-¿Qué? Pero...

-Confía en mí.

-¿Estás seguro?

-Vamos, Steve, esos amigos tuyos van a necesitar ayuda. Vete y déjame esto, que no es nada para el gran Tony Stark.

-Está bien. Suerte Tony.

-No la necesito, pero gracias.

El rubio sonrió y echó a correr de vuelta al hotel en el que se había hospedado, dejando al castaño encargarse de Unidad Mercurio.

********************************************************************

-¿Y bien? ¿Vas a decirnos qué hiciste con Steve?

-No sé de quién estás hablando.

-No mientas, sabemos que fue él quien les dió nuestra ubicación.

-Quizás sí quizás no.

-¡Mas vale que hables, Slade!

El mercenario, lejos de sentirse intimidado por la potente y autoritaria voz del kriptoniano, se sentía divertido por su reaccionar.

-¿Qué pasa Superman? ¿El murciélago no te complace lo suficiente en la cama que necesitas de otro omega para saciarte?

-¡Eres un...

-¡Clark! No dejes que te desespere, eso es lo que quiere-amonestó el omega con el ceño fruncido.

Superman gruñó pero intentó seguir el consejo de su compañero.

-Deathstroke, si no nos dices qué hiciste con Steve te dejaremos aquí para que te apresen.

-Lo dudo. Soy la única forma de salir.

-¡Ya basta! ¡Dinos dónde está Steve ahora!

-Si se refieren al rubio impertinente y desviado deben saber que dejé su cádaver tirado en la calle hace horas.

Los rostros de ambos héroes palidecieron ante la confesión del alfa. Bruce jadeó de sorpresa y Clark apretó los puños, levantando luego a Deathstroke por el cuello y estrellándolo en la pared con tal fuerza que le arrancó un gemido de dolor.

-¡Agk! ¡Gagk!

-¡¡Mientes!!

-¡Clark, dejálo!-exclamó el omega aferrándose al brazo del kriptoniano-¡Clark!

-¡No! ¡Steve no puede estar muerto!

-¡Cálmate! Recuerda que aun lo necesitamos para salir de aquí.

-Si fuera tú lo escucharía...boy scout.

Los tres se paralizaron al escuchar esa siniestra y fría voz hacer eco en el lugar. Superman soltó a Slade y junto a Bruce se volvió hacia el origen.

Los ojos de ambos se abrieron con asombro y horror al encontrarse con una versión tan oscura de Clark que encendió todas las alarmas de la pareja.

-Hola, Bruce.




Continuará....

 


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