Redactado: San Miguel de Tucumán, 8 de Abril del 2013
Re-subido / Corregido : San Miguel de Tucumán, Tucumán. Argentina. Martes 28 de mayo del 2019
Un mes de locura.
Capítulo 12: La carta.
By Sioa Shun Uchiha-san
En un cuarto del hotel más lujoso de París descansaba Usami Akihiko, no estaba durmiendo, si tenía que ser honesto no había dormido bien en las ultimas dos semanas debido al insomnio permanente que sufría a causa de Misaki y la desdichada realidad de que ahora, su pequeño, pertenecía al imbécil de su hermano.
Había prometido que no se quedaría cruzado de brazos ante los avances de Haruhiko cuando la guerra entre ellos fue declarada, pero después de las cruentas palabras de su amigo su más grande temor se convirtió en realidad, se sentía atormentado e inseguro. Misaki le temía, ese profundo amor que el creí que se tenían mutuamente era unilateral y Misaki solo le seguía la corriente sin que él lo notase, hundido en su egoísmo, creyendo que porque él era feliz el niño junto a él también lo era.
Giró en la cama, tapando su cabeza con la almohada al sentir que los rayos de luz de la cálida mañana parisina se colaba por su ventana, en solo un día regresaba a Japón, Misaki había estado llamándolo todos los días, a veces hasta quince veces por día, no quería atender, no quería oír la palabra "terminamos", simplemente no quería escucharlas, menos aún por teléfono.
Misaki había intentado decirle que todo era un mal entendido, él lo sabía, pero no estaba seguro de si creer realmente aquello, siempre era él quien se rendía ante cualquier discusión que tuvieran, era él el que siempre arreglaba las cosas entre ellos, al que tan solo le bastaba escuchar un intento fallido de "te quiero" de los labios del joven estudiante de economía para olvidar sus inseguridades y perdonar todo, pero ya estaba cansado, cansado de esa indecisión del menor, no era tan difícil simplemente admitir un "te amo" dos veces a la semana, con solo eso: con que lo dijera dos veces a la semana él era feliz, eso era todo lo que pedía.
Tres golpes fuertes en su puerta lo dejaron desorientado, había pedido que le llevaran el desayuno a las diez de la mañana, y apenas si eran las ocho y media, no tenía la más mínima intención de levantarse de la cama pero de nuevo tres fuertes golpes hicieron que saliera de su lecho.
Con pasos pesados, rostro ojeroso y mal humorado abrió la puerta de un solo golpe, frunciendo notoriamente el ceño miró con frialdad y fijación a la dulce joven que estaba frente a la puerta casi temblando de nerviosismo con una carta en la mano y un libro en la otra, llevaba un hermoso vestido lolita rosa y blanco, con una corona de flores en su cabeza y el chaleco de una agencia de correo, al igual que un morral repleto de correspondencia.
-¿Qué quieres?- Preguntó lo más amable que pudo el escritor, aun así su tono sonó un tanto desinteresado y osco.
-Se... Quiere decir, Usami-sama ¡Buenos días, mi nombre es Scarlet! Vengo a entregarle su correspondencia. - Nerviosa la joven hizo una referencia, le entregó la carta con un leve temblor en las manos y un tierno sonrojo en las mejillas. –Lamento importunarlo tan temprano pero… soy una gran fan suya, me gustaría un… un autógrafo. - Pidió con un leve tartamudeo.
Hastiado de las fans locas que lo acosaban todo el tiempo suspiró, al menos esa jovencita no había hecho un gran escándalo, no estaba de humor realmente. Al ver la carta que le era entregada el remitente hizo que sus ojos se ensancharan en sorpresa y sus pupilas se dilataran con emoción. Esa jovencita le acababa de entregar una carta de Misaki, bien se merecía su jodido autógrafo.
-De acuerdo, me has dicho que te llamas Scarlet ¿Cierto? - Preguntó a lo que la joven asienteió efusivamente y le entregó dos libros, sorprendido Akihiko sonrió de lado, parecía que esa chica realmente era su fan si había logrado descubrir que Aikawa yayoi y él era la misma persona, uno de los libros que le entrego para firmar era su última publicación, pero el otro era una de sus novelas BL, con tranquilidad firmó ambas portadas y se las devolvió a la jovencita. –Gracias por la carta, puedes retirarte.
-¡Que tenga un buen día Usami-sama!– Alegre la muchacha se despidió con un leve movimiento de la mano y luego salió corriendo por el corredor hasta al ascensor totalmente feliz abrazando sus libros contra su pecho como si fueran lo más preciado en este mundo.
Dentro del cuarto, Akihiko miró el derecho y el revés de la carta una innumerable cantidad de veces, se dejó desplomar en la cama escrutando cuidadosamente el sobre en sus manos. Indiscutiblemente esa letra era de Misaki, pero su interior se debatía entre si debería de abrir la carta o no.
La curiosidad de saber que diría lo estaba matando, pero el temor de que en aquel trozo de papel estuviera esa temida confesión de desamor en la que su queridísimo Misaki le profesaba estar enamorado de Haruhiko estaba tirando con demasiada fuerza desde el otro lado de su mente.
Negando con la cabeza dejo el sobre cerrado sobre la cama y se dispuso a bañarse, vestirse con su formal y acostumbrado traje, luego desayunó y se quedó sentado en el sofá de la habitación mientras intentaba calmarse fumando un cigarrillo, seguía observando ese sobre que descansaba sobre la cama.
Que palabras podría haber plasmado Misaki en tal objeto ¿Sería bueno? ¿Sería malo? ¿Sería una carta de amor? ¿Una de despedida? Cansado de las divagaciones de su mente tiró la cabeza hacia atrás mirando el techo como si se tratara de la cosa más interesante del mundo y exhaló una gran bocanada de humo, en esos momentos ni siquiera la nicotina podía calmar ese ajetreo desbocado que era el latido de su corazón.
Tras unos minutos suspiró con pesadez y apagó su cigarro en el cenicero de cristal que tenía frente a él, se levantó de su asiento y con pasos rápidos tomó la carta volviendo al sofá con el trozo en papel en sus manos.
-Bien ya no puedo seguir escapando- Se reconoció a sí mismo, dando vuelta el sobre tomo la solapa y la abrió, rompiendo un poco el papel, con manos temblorosas saco de dentro de éste dos hojas de papel dobladas en tres partes, respirando profundo las desdoblo, observando la mala caligrafía de su querido amante ¿Realmente quería leer esa carta? No estaba seguro, pero tenía que hacerlo, ya no había marcha atrás.
Línea a línea su lectura afectaba a su corazón, sintiendo su pecho estrujarse, y una diminuta sonrisa comenzaba a formarse en sus labios, en verdad aquello era algo que no se esperaba.
Usami Akihiko / Usagi-san :
No sé que estoy haciendo, llevo horas intentado escribir algo coherente pero es imposible, no soy escritor, y no se ni para que estoy escribiendo esto. Tengo que admitir que estoy desesperado ¡Tonto Usagi! No entiendo porque ya no atiendes tu celular ¿Ya no me quieres?¡Idiota no quiero perderte!
No es lo que estas pesando, Harukiko-san y yo no somos pareja, todo es un gran mal entendido, en verdad un muy grande mal entendido, es que él me besó y todos creyeron que era mi novio y no pude ni siquiera desmentirlo en el momento, solo porque no me dio el tempo, o no lo sé, no lo pensé, creí que era obvio que no había nada entre nosotros.
Usagi-san, yo sé que soy un niño molesto, que te causo muchos problemas, pero te amo, sé que no lo digo en mucho pero te amo, te amo, de verdad te amo, no quiero engañarte, no voy a engañarte, no soy así ¡No podría ser así! Éste mes que has estado lejos solo me han pasado cosas malas, te extraño, te extraño demasiado, quiero verte... ¡Quiero verte!
Estoy tirado en la cama llorado como un idiota patético solo porque tú: Tonto Usagi, no atiendes el teléfono, yo no quería lastimarte, quiero golpearme a mí mismo, soñé contigo, soñé que me decías adiós y yo mismo me decía que era mi culpa, y no pude resistirlo... sentí que moría una parte de mí en aquella pesadilla, no quiero que te alejes por mi culpa.
Usagi-san, yo no soy como tu, yo no sé decir esas cosas, no sé ser directo con lo que siento, así que decidí escribirte esta carta para que supieras la verdad. En todo este tiempo que has estado lejos, pienso en ti cada noche antes de dormir, y cuando me levanto extraño tu cara dormida a mi lado, tu aroma en las sabanas... askjdbnasoda (Un gran tachón borroneaba lo que seguía a eso, notándose en lo grueso de los trazos lo nervioso del joven al escribir tales cosas)
Me di cuenta de que no puedo vivir si no estás a mi lado, Usagi-san yO te elegí a ti, y no te cambiaría por nada del mundo, yo no quería contarte lo que paso con Haruhiko porque éste último tiempo él había estado distante y creí que ya no me molestaría nunca más, creí que ya no había nada que hacer y que quizás ustedes podía empezar a llevarse bien, pero en cuanto te fuiste el comenzó a molestarme de nuevo.
Usagi-san, vuelve conmigo y ya no me dejes solo te extraño. Lamento todo esto, por favor perdóname, esto fue de verdad solo un gran mal entendido.
Te amo, Te amo… Te amo… ¡Idiota! ¡Vuelve conmigo…! No me dejes, por favor. Al menos, cuando regreses déjame hablar contigo, si no me crees lo qué aquí escribí espero al menos atreverme a decírtelo en persona y quizás así entiendas. Yo no quiero que terminemos así, jamás habría querido lastimarte y no quiero que me odies. Por favor, Usagi-san.
Dame otra oportunidad.
Tuyo siempre.
Takahashi Misaki.
Con Cuidado el novelista volvió a doblar la carta y guardarla en el sobre que luego llevo al bolsillo del pecho de su camisa sonriendo, pronto la sonrisa cubrió gran parte de su cara y una risa pura y honesta salió de sus labios. Tapó su boca con una mano, la alegría caía por cada uno de sus poros, su gesto tenso y mal dormido se distendió en el aire como si nunca hubiera existido, necesitaba regresar, quería volver a ver a su castaño y abrazarlo, hacerle el amor, necesitaba escuchar de su boca las cosas que había escrito en ese papel que atesoraría el resto de su vida.
Con rapidez armó sus maletas, con un acelerado paso salió del hotel yendo al aeropuerto se volvía en ese mismo instante ¡Al demonio Aikawa y todo lo que le quedaba hacer ese día! ¡Él se volvía a Japón! Su Misaki estaba rogando su regreso, no le haría esperar más.
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-Misaki… -llamo su atención Nowaki. –Mañana Regresa Usami-sama… ¿Estás listo para volver a casa con él?
-Aún no se si tan siquiera quiera verme la cara, o si realmente regrese mañana, Usagi-san hace las cosas solo porque él quiere, nunca hay una explicación lógica detrás de sus acciones y no creo que me quiera en su casa ¿Podría quedarme aquí hasta que consiga un departamento?- Preguntó esperanzado, rogando que no le echaran a patadas.
-Misaki, no hay problema con que te quedes, después de todo éste mal entendido ha sido mi culpa pero no puedes quedarte aquí para siempre.- Le explicó Hiroki, ciertamente estaba sintiéndose algo incómodo, pues las pocas veces que coincidían él y Nowaki para sus íntimos momentos de pareja, tenían que andarse cuidando de que su inquilino no los oyera o descubriera.
-Yo sé que eso no hará falta, Usami-sama te perdonará.– Comentó Nowaki de forma dulce y apaciguada, él podía sentir que las cosas saldrían bien y rogaba no estar equivocado, se había encariñado con Misaki, en verdad era un buen muchacho, no merecía sufrir así.
Suspirando el castaño miró por la ventana, apenas amanecía, ese día entraba realmente temprano a la universidad, fue uno de esos días en que los horarios de los tres coincidían mágicamente y le permitía tener algo de charla en el desayuno, estaba de todos modos bastante perdido en sus pensamientos.
-"Hermano por favor, ayúdame a salir de esto, no quiero perder a Usagi-san. Quiero volver con él al departamento mañana en la noche y que todo sea como antes".– Rogó a los cielos que todo terminara de una buena vez.
-.-.-.-.-.-.-Continuará. -