Misaki sintió que su sangre y boca se secaron por la impresión...
Por reflejo dió un paso hacia atrás y giró de forma brusca para iniciar una carrera forzosa y alejarse cuanto antes de ahí, rogando a Dios que los guardias no se percataran de su presencia por la capucha en su rostro.
Su sudor se volvió frío y caminaba empujando un poco a la gente. No podía tener tan mala suerte después de llegar tan lejos, sus piernas temblaban como dos gelatinas por el miedo.
La llamada de Yokosawa lo había dejado pensativo, era cierto que Misaki no hizo acto de presencia durante toda la noche, y por lo que recordaba su amo Sumi no había castigado al niño.
Se acercó a la habitación, el aroma era más tenue a comparación del día anterior. Tsumori tocó 2 veces más a la puerta.....
No hubo respuesta
—¿Que haces ahí parado Tsumori? ¿Por qué Misaki no salió a recibirme?
—¡Sumi Sama! Llegó muy temprano, en este momento estaba por sacar al niño de la habitación.
—Lo haré yo mismo, vete de aquí—Keiichi vio de reojo a Tsumori al pasar y giró la perilla de la habitación de Misaki.
Ya tenia preparado los regaños para el castaño cuando lo viera, apenas si dió un par de pasos dentro de la habitación y vió una montaña de ropa con sangre.
Su mirada viajó hasta el sanitario y apresurado abrió la puerta.
...Vacío ...fúrico comenzó a revisar debajo de la cama y dentro de los muebles
—!¿Que carajo?! ¡¡Tsumori!!
El guardia de un brinco llegó a la planta alta, el aroma dulce de Misaki se había disipado cuando Sumi abrió las ventanas para buscar a su omega por el jardín y los alrededores de la casa.
—¡¿Donde diablos está Misaki?!
Tsumori asustado repitió la acción de Keiichi, se deslizó hasta los arbustos para buscar entre la enorme vereda al castaño.
—¡Da la orden de buscarlo! ¡Y comunícame con su hermano! ¡ERES UN INÚTIL!
—Entendido Sumi sama
Yokosawa viajaba en auto por insistencia de Masamune, él prefería caminar o en todo caso desplazarse por el bosque, le demoraría solo 20 minutos sin una gota de sudor.
—Se arrugaría tú finísimo traje Takafumi, por lo que veo te esmeraste en tu aspecto, pareciera que quieres impresionar.
—No me esmeré, mucho menos intento algo, pero gracias. Nao sabe muy bien cómo vestir y me trajo este regalo directo de Londres.
Oír ese nombre le produjo mostrar los colmillos a Masamune, Yokosawa le sonrió de forma burlona, sabía las debilidades del pelinegro.
—¿Has visto con anterioridad al nuevo gerente?— preguntó Yokosawa cambiando un poco el tema.
—Es un tipo talentoso, viene de Tokio, al parecer tiene relación con Isaka san y su padre. Su currículum es brillante, pero eso lo sabremos cuando trabaje, no te dejarás impresionar por un escrito o una cara bonita ¿verdad?.
—Los rostros más hermosos que he visto son el de Misaki, Akihiko Usami que por desgracia no está solo y ....
—Dilo Yokosawa, me animarás un poco después del entripado que pasé por ver a tu asistente con mi Ritsu.
—Está bien... tienes un rostro hermoso, una lastima por el puto carácter que te cargas Masamune
—¡Y lo dices tú! Ja ja que gracioso
—Cállate y acelera, ya hubiera llegado yo desde hace mucho....
Todos los presentes en SOL mostraban hedores similares, sin embargo Kirishima podía diferenciar a la perfección entre uno y otro, había aromas picantes, amargos y dulces, ninguno de su agrado. Por un momento se preguntó si él mismo poseía una esencia así de común y corriente. Los trabajadores seguían llegando y en ninguno veía el rostro del hijo de Makoto sama.
—Tal vez la puntualidad no es uno de sus modales.— llevó a su boca una copa con champán.
Apenas si dió un sorbo y escucho claro el motor de un auto.
Quedó con la vista fija, para ver quien entraba a tan lujosa recepción. Y tal como lo intuyó, Takano Masamune entraba provocando que los presentes voltearan a mirarlo y quedó satisfecho con lo que vió: un cuerpo atlético y rostro fascinante, su aroma ámbar era de agrado de muchos y lo supo al ver cómo varias bocas se relamieron los labios ante su presencia.
Mientras, Takano parecía hablarle a alguien que quedó rezagado sin inmutarse por las acciones de los presentes.
Uno.. dos.. tres..segundos
Tres segundos bastaron para que a Zen lo acorralará un exquisito aroma, el mismo aroma a menta de anoche que casi le lleno los pulmones. Su boca comenzó a salivar por lo delicioso de la fragancia corporal, sus dientes caninos se mostraron deseosos, hambrientos como hace años no le sucedía.
Quedó viendo dijo en espera de la deliciosa criatura que apareciera por el salón.
—¡Maldición! En que momento le hice caso al del tráfico. Se supone que esta vía estaría despejada y ahora ya llevo media hora retrasado. Creo que tendré que hacerlo a la antigua.
Ijuuin Kyo estacionó el auto rentado fuera de la avenida, sacó su portafolios y miró las construcciones a su alrededor. Se posó sobre un frondoso árbol y admiraba el paisaje, desde esa distancia podía ver el aeropuerto de Narita.
Isaka san le dijo muy emocionado que su alfa, hoy llegaba de China y que si gusta lo vería en él aeropuerto para recibirlo y de ahí visitarían varios museos y hacer promoción.
Un poco frustrado por la propuesta, aceptó, no podía darse el lujo de exigir cosas. Isaka san es un talentoso hombre y por muy distraído que parezca, sabe hacer su trabajo. Aunque Kyo preferiría hacer tratos más formales y en una oficina.
Dió un enorme suspiro y moviéndose de forma ágil, brinco hasta otra construcción, recuperaría el tiempo perdido en el auto.
Misaki corrió como desesperado sin mirar atrás, aprovechó para esconderse en una de las estelas de luz colocadas en el aeropuerto para mirar desde arriba.
Por un segundo creyó que lo descubrieron, pero veía con total seguridad como los guardias salían del área del mostrador muy entretenidos en una bebida caliente, el estómago de Misaki gruñó. Por suerte no era Yuu, Tōdō ó cualquiera de ellos.
Tenía que esperar con nervios hasta que los dos tipos estuvieran lo suficiente lejos y poder acercarse a recoger el boleto. Por nada dejaría que sus planes fueran volcados.
Al percatarse de que los guardias estaban por salir de su vista, bajó desesperado.
Un pasajero que hacía alarde de que no le entregaron otra jaula donde viajaba su mascota, gritaba y movía alterado sus maletas y otra más donde se encontraba un pekinés ladrando.
Misaki en su desesperación por llegar a la recepción pasó corriendo, al mismo tiempo el hombre alzaba la jaula y golpeó accidentalmente al castaño, uno de los alambres era bastante grueso y le rasgó la piel
—¡auch!—Misaki vió con horror como ese golpe, le hacía brotar varias gotas de sangre por su brazo—!No, no, no!
Esas simples gotas provocaron el caos.
Misaki de forma rápida cubrió la herida, sus nervios lo traicionaron y temblando miró a todos lados, echó a correr para encontrar un sanitario y poder lavarse.
Esta era una de las cosas que Ritsu le advirtió, por nada del mundo podría lastimarse, Misaki padecía de una rara condición que le hacía producir muchos glóbulos rojos, su sangre era muy viscosa y cualquier herida tardaba en sanar demasiado. Para librarse de tanta producción "sanguínea"
Misaki tenía que drenar su sangre de forma continua además de ingerir ciertos medicamentos, Keiichi, su alfa aprovechaba de esta condición y bebía sangre del castaño directo de la marca y con ello reducía el volumen del líquido en su cuerpo.
Para rematar su aroma se incrementaba por tanta sangre, por eso Sumi lo mantenía encerrado y con un supresor de rango medio.
Solo keiichi podía disfrutar su olor que emanaba tan fuerte y llevarlo al extasis con su celo activo.
Keiichi se había sacado la lotería con tremendo espécimen de omega. Por eso lo "cuidaba" tanto y por cierto asunto conocido al omega.
—¿Por que ahora?
La sangre seguía saliendo, después de unos minutos logró detenerla y colocó un parche, buscó en su mochila el medicamento para detener la formación de más glóbulos rojos y tomar el doble de dosis.
No lo encontró
—¡Maldición!—Fue entonces cuando recordó a los "prostitutos"
—Ese par sí que son rápidos, soy un idiota, mil veces idiota.
La inyección que le colocó Nowaki todavía le duraría un par de horas o al menos eso creía.
Las lágrimas se hacían presentes y suplicaba porque la sangre que salió no liberara su aroma.
Yokosawa quedó estático al entrar al salón y percibir ese aroma, Takano le estaba hablando pero él seguía sumido, analizando las notas de la esencia a vainilla que con cada paso que daba, se hacían más intensas
—¡Yokosawa despierta!
—No me grites
Como pudo entro a la recepción, con un giro de 180 grados buscó entre tantos hedores al responsable de su taquicardia momentánea.
Al final del ángulo derecho vio un lujoso calzado, de forma lenta recorrió desde las pantorrillas hasta dar con el rostro, un adonis de hombre lo miraba mostrando unos caninos bien desarrollados, alcanzó a ver cómo apretó la copa cuando sus miradas se encontraron.
Zen yacía con la boca abierta, era claro que frente a él tenía a un "alfa hombre" pero ese aroma lo confundía y excitaba a partes iguales, sintió como su falo se engrosaba cuando la mirada grisácea se clavó en la suya.
Por lo general él era el que provocaba esas reacciones en las mujeres y terminarán rendidas suplicando que las follase sin descanso. Estába confundido, nunca un hombre le había provocado una erección, pero aquel aroma lo hizo morderse un labio y sacar una gota de sangre, misma que lamió al instante.
La excitación se redujo cuando el director general de SOL subía al pequeño estrado y pedía la atención de todos para dar inicio a la presentación del nuevo personal.
Zen tuvo que espabilar cuando su nombre fue pronunciado para dirigir unas palabras a la concurrencia.
Takafumi era igual de retractor que Misaki, todas esas estupideces del lazo, destino, hasta la marca eran puras tonterías, sin embargo ver a ese hombre en el estrado le hizo recordar su "origen" y parte de sus características especiales
Su corazón le seguía golpeando con fuerza y no tuvo mas remedio que aflojar el nudo de su corbata. El aroma a Vainilla del contrario lo estaba consumiendo.
Masamune lo veía un poco incrédulo, sabía lo que estaba ocurriendo y sin pensarlo agarró su mano.
—Tranquilo
Yokosawa asintió y reguló su respiración, se concentró en escuchar la voz de Zen sin dejar que le perturbara.
En otro lado cerca de Narita.
—¡¿Por qué demonios no estoy hablando con Takafumi?!
—Lo siento Sumi sama, están en una reunión muy importante y me fue denegada la llamada, Makoto san esta presente y no deja que haya interrupciones.
—¿Y los demás ya saben algo de Misaki? ¿Donde carajo se metió Kisa ?
—Aún no sabemos nada, Kisa san al parecer salió y lo único que puedo hacer es contactar con dos guardias que están en descanso, al parecer están en el aeropuerto.— Tsumori colocaba el móvil en su oído y marcaba a uno de los hombres.
Ijuuin ya podía ver las enormes estelas de luz del aeropuerto
—De saber que vería a Isaka san aqui, debí quedarme a dormir en las bancas, fue un viaje doble innecesario.
Su vista fue a dar en un hombre con varias maletas y jaulas, no entendía como los betas les gustaban tanto las mascotas. Tuvo que pasar con un poco de desagrado por ahí.
Al dar dos pasos un leve aroma lo hizo detenerse, fue algo fugaz y miró a todos lados, Ijuuin tenía un olfato un poco más desarrollado y sintió como 2 hombres pasaron corriendo a su lado
<¡Te dije que se me figuró ver al mocoso!>
< Como íbamos a saber que había escapado>
<Avísale al amo que lo tenemos>
Esa frase le recordó cuando en las noticias de hace 10 años dijeron que una omega fue asesinada y él adolescente "había escapado del alfa"
Un impulso lo hizo seguir a los guardias, pudo ver los uniformes que pertenecían a una escolta privada.
Misaki había limpiado todo con agua y un poco de jabón del sanitario. Estaba desesperado, solo tenía 15 minutos para poder recoger su boleto y subir al avión.
Con toda su adrenalina salió directo al mostrador, apenas si atravesó un andén cuando un grito le hizo el corazón paralizarse
—¡Hey tu detente!
Misaki vio con horror a los guardias listos para atacarlo.
—¡No! No por favor.
Kyo oyó clara la advertencia de detenerse y miraba a una extraña figura encapuchada correr despavorido. Sin pensarlo fue detrás de ellos.
Le sorprendió la agilidad del encapuchado(a), salieron de los andenes directo a una plaza que vio al inicio.
Entre más corría, la esencia que olió antes se incrementaba, trago saliva, el no podía dejarse llevar por ese leve aroma.
La plaza conectaba al bosque y vio como la figura de dos brincos ya estaba debajo de un pequeño puente, estaba por desaparecer hacia la carretera cuando otra figura de negro voló y lo derribaba sin piedad.
Un gemido de dolor se oyó claro por todo el lugar, lo que le provocó un sentimiento de ira indescriptible. Un sentimiento tan oscuro que le invadió el corazón.
El rostro del ágil corredor quedó al descubierto, y Kyo los vio: unos orbes verdes con un montón de cabello castaño desordenado que lo cautivó hasta dejarlo sin aliento.
Ahí estaba tirado un pequeño omega con un alfa encima que tenía el puño cerrado listo para atestarle un golpe. El chico propinó unos golpes y logró liberarse.
El mas alto lo jalo del brazo y fue como se desprendió un adhesivo...
Seguido a eso,el dulce aroma, como fresa que lo paralizó anoche y ahora lo hacia también. A Misaki se le había consumido el efecto del supresor.
Kyo quedó estático, embriagado...
Uno tras otro se oyeron los golpes, hasta que una voz hizo eco en su interior.
¡ATÁCALO!—Era él omega usando la voz
¡JODELO! ESTA GOLPEANDO A TU PAREJA! —El alfa interno de Kyo le ordenaba con firmeza
Ijuuin dejó ver sus colmillos y se fue sobre Sumi.
Cayeron más abajo del puente y los golpes comenzaron
El sonido de puños impactándose en la carne se oía claro
—¡¡¿Que te ocurre idiota?!! Ese omega es mío.
—¡Cállate y pelea!
Si pudiera, Kyo lo atestaría contra el árbol y le mordería la yugular para hacerlo desangrarse, y dejarlo morir, sin embargo el aroma era tan intenso que ambos alfas jadeaban.
Sumi logró controlarse por conocer e inhalar ese aroma por 5 años y se lanzó directo al cuello del alfa contrario y presionar hasta matarlo.
—Con que muy valiente al fijarte en un marcado ¡imbecil!
Kyo dió un golpe en el estómago para librarse y seguir con la pelea, no se daría por vencido tan rápido.
Zen había terminado de dar su discurso de bienvenida, aunque más bien parecía ser dirigido en exclusiva al pelinegro de mirada grisácea que estaba frente a él, el sonido de aplausos hizo reaccionar a Yokosawa.
Zen lo noto y sonrió, bajó de la tarima y Makoto Saga se acercó para llevarlo con sus abogados estrella.
Yokosawa y Takano veían como ambos hombres se acercaban, Zen sonrió por lo que sus ojos veían más de cerca.
Por lo regular los hombres solo eran para él, sexys, y Yokosawa había entrado en otras categorías más, como encantandor, bello y apetecible.
—Yokosawa san, Takano san permítanme presentarles a Kirishima Zen, desde ahora su nuevo Jefe.
Takano estrechó su mano como mero ademán de educación, la verdadera presentación fue cuando ambos habían entrado.
Takafumi alzó el brazo y estando a centímetros de tocarse, lo sintió y después una diminuta voz que lo paralizó
¡ATÁCALO! Yokosawa quedo con la mano suspendida
—¡Misaki!
Sin pensarlo hecho a correr dejando atrás a un excitado Kirishima y un sorprendido Masamune......