3 Años Después.....
El instituto Santuary situada en el centro de Athenas, donde no solo asisten griegos, si no de todas partes del mundo vienen al instituto, para recibir a los mejores maestro de toda Grecia.
Saga salió del auto para comenzar a caminar hacia el enorme edificio, se le había echo tarde, ya que se había desvelado para poder entregar el proyecto que valdría la mitad de la puntuación.
Al entrar al edificios un flash de una cámara lo cegó por unos momentos, parpadeo un par de veces antes de darse cuenta que quién estaba al frente de él, era su hermano gemelo Kanon, el cual sostenía un cámara entre sus manos.
—Rayos Kanon, casi me dejas ciego con esa cámara— dijo enojado mientras se acomodaba la corbata del uniforme, Kanon solo soltó una leve risa.
—Oh vamos hermano, sabes que tengo que sacarte fotos para el periódico escolar— respondió mientras volvía enfocar el lente de su cámara.
Saga se limitó a rodar los ojos,
—Porque no me esperaste para irnos juntos— hablo Saga mientras caminaban hacia su salón, seguido del gemelo, el cual solo saludaba a las personas.
— Pues te espere, pero como no te levantaba, me fuí_ respondió sin mucha impotancia mientras sonreí coquetamente a las chicas que pasaban junto a ellos.
—Puedes parar— hablo enojado Saga, mientras entraba al salón, le agradecía a los Dioses que toda vía nadie había llegado.
—Y si no quiero ¿qué?— desafío Kanon entrando al salón junto a Saga. Ambos gemelos se miraron fijamente, perdiéndose entre el mar negro de ambas pupilas.
Desde hace un par de años Saga comenzaba a sentirse atraído por su gemelo, pero siempre trataba de engañarse así mismo. Pues sabía que su padre jamás lo aceptaría, y ¿Quién no? estaba bien ser gay, pero sentir algo por tú hermano de sangre, ya era otra cosa.
{Otra cosa mal vista por la sociedad en la que vivían o más bien Aspros} pensó el gemelo mayor aparto la mirada, observando el patio del instituto.
—Sera mejor que te vallas a tú salón antes de que las clases comience— hablo Saga tratando de sonar lo más serio posible.
—Bueno, no olvides que hoy hay fiesta en casa de Death— hablo Kanon, mientras se retiraba del salón. Saga solo observó a su gemelo irse, cada vez era más difícil ocultar lo que sentía por su querido hermano menor.
Aún recordaba el cómo fue que comenzó a sentirse atraído por su gemelo. Si esa maldita noche se hubiera quedado en su habitación, si no hubiera salido por un vaso de agua.
......Flashback......
Saga despertó sediento, miró el reloj que descansaba sobre el buró, 2:30am , prendió la lámpara que se encontraba aún lado, se levantó de la cama, busco con la mirada el vaso de agua que siempre llevaba a su habitación antes de dormir. Maldijo internamente al darse cuenta que está vez había olvidado el vaso con agua. Soltó un suspiro salió de su habitación sin hacer ruido, no quería despertar a su papá, ni a su hermano. Bajo lentamente las escaleras, camino hacia la cocina, se detuvo en seco al ver que la luz estaba prendida.
Tomo entre sus manos el primer objeto que vió, el cual era un florero de cristal que habían encontrado en los mercados de Grecia.
Se acercó lentamente a la cocina, abrió la puerta y....
—Saga ¿qué haces con eso?— pregunto su hermano confundido al ver el objeto que si hermano traía entre sus manos. Saga abrió los ojos como platos al ver a su gemelo sacando comida del refrigerador en ropa interior.
—Tu ¿qué haces aquí?— cuestión el gemelo mayor dejando sobre la isla que se encontraba en medio de la cocina el florero.
—No es obvio— respondió Kanon alzándose de hombros, mientras cerraba la puerta del refrigerador. Saga no respondió, solo se quedó mirando fijamente el cuerpo de su hermano, semidesnudo.
Sí que era una maldita obra de arte, él debería de estar en el museo y no los cuadros de Picazo.
—Saga te estoy hablando— volvió hablar el gemelo, Saga sólo se limitó hacer unos extraños ruidos con su boca. Kanon alzó un ceja, viendo a su “perfecto" (como lo llamaba todo mundo) hacer ese tipo de ruidos— ¿Estás bien hermano? — pregunto de nuevo el gemelo un poco preocupado, jamás había visto a su gemelo comportase de esa manera. El peliazul carraspeó un poco tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Si, solo vengo por un vaso de agua— respondió, caminado hacia la vitrina donde se encontraban los vasos, tomo uno comenzó a servirse agua.
—Bueno si tú lo dices— respondió Kanon tomando su sandwichs— Buenas noches hermano— dijo mientras se retiraba de la cocina. Saga se tomo el vaso de agua de un solo sorbo.
¿Qué carajos fue eso? se preguntó a si mismo tratando de controlar sus impulsos que sentía sobre su hermano. Kanon apesar que trataba como cerdo, mantenía una buena figura. Mientras él seguía una estricta dieta que su padre le había impuesto y el hacer ejercicio diario, había obtenido una buena figura o eso creía.
—Saga me estás escuchando— aquella vos lo hizo volver a la realidad, a la cruel realidad en la que vivia, miró a la persona que le pertenecía la voz, no era más que un peliceleste hermoso.
—No, disculpa ¿qué decías?— pregunto. El peliceleste rodó los ojos fastidiado de la actitud distraída de su amigo.
—Decia que la clase ya va a comenzar— respondió, Saga miró el salón que poco a poco se iba llenando—¿En qué tanto piensas?— indagó el peliceleste.
—En nada Afrodita—respondio mientras sacaba su libreta.
—Si como no— dijo Afrodita —porque no le dices y ya.
—Como si fuera tan facil— dijo soltando un suspiro—Aspros nunca dejaría que se pasará, antes muerto que tener un hijo maricon— expreso con las mismas palabras que su padre siempre le decía.
—Que mala onda de tu padre, o sea estamos en el año 2019, esas ideas son de la edad media, y ni tanto ya que entre reyes también ocurría— hablo Afrodita mientras jugaba con un mechón de su perfecto cabello. Saga ya no respondio, el profesor había llegado y con ello el inicio de las clases.
Aunque Afrodita (su amigo desde que había ingresado al instituto) tenía razón, esas ideas que tenía su padre eran antañas. Nadie iba a impedir que amara a su gemelo, ni siquiera su padre, sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de tenerlo, con tener aquel cuerpo, pero siempre que trataba de declarar había un vocesita que le impedía. Sonaba drogado aquello, pero era la verdad.
Esa voz su padre, su padre amenazándolo con mandar a Kanon lejos de él, lejos de su amor, aunque era más probable que lo mandarán al otro extremo del mundo a él que a Kanon.
Las clases continuaron en aburrimiento, su salón era el más aburrido, mientras el de su gemelo que se encontraba al frente suyo, se podía escuchar sus carcajadas. Su linda risa que lo volvía loco.
A veces quería cambiarse de salón, para estar más tiempo con su gemelo, pero siempre le decían que no, el tenía que ir a la clase avanzada, como todo un nert. Aunque gracias a Afrodita las clases no eran tan aburridas.