Al escucharlo decir que, si falla, su corazón se estrujo y entro en pánico, no podría perderlo, no quería, por más que se negara le tenía afecto después de vivir con él, se negaba a la idea de tener una vida sin Sai-¡¡Esto tiene que funcionar!! ¡¡¡No vas a morir y mucho menos al darme cuenta de lo mucho que te quiero!!!-Gaara, no pudo evitar lamentarse de lo malo que fue con él, su mente lo atormenta con recuerdos de sus malos tratos y su corazón empezaba por sentirse decaído por eso y no podía dejar de repetirse de que no merecía ese amor-Sé que hice cosas de las cuales me lamento haber hecho y con el corazón te pido una sincera disculpa... ¿Por qué no entiendo como es puedes seguir amándome si fui muy malo...? No lo merezco...-de sus ojos empezaron a salir lágrimas, no podía evitarlo, pues a pesar de sus tratos seguía profesando su amor hacia él.
Entonces, Sai con el esfuerzo que le quedaba, levanto su brazo y con su mano acaricio su rostro por la mejilla intentando torpemente de limpiarle sus lágrimas-Yo prometí amarte, no importa lo que pase, para mí no dejaras de ser especial-le dedico una sonrisita débil, quería que su bello pelirrojo no se preocupara por su estado y mucho menos que se sintiera culpable.
Rápidamente su pareja se dejó de compadecer a el mismo y se limpió rápidamente su rostro, continuo con su misión de ofrecerle su cura y le ayudo a levantar su rostro para que no se ahogara, dejo que lentamente tomara el líquido-Estarás bien...todo será distinto, yo cuidare de ti a partir de ahora-tomo entre sus brazos al hombre y le dio un tierno beso en su frente. Al hacer eso el pelinegro se sonrojo levemente, dejándose consentir por primera vez, se sentía completamente en las nubes por esa muestra de afecto y sobre todo muy alegre de que finalmente su amor era correspondido por su adoración pelirrojo.
Itachi al ver que había terminado de ayudar, decidió irse antes de que fuera perseguido por los de la tribu o peor aún que su hermano le gritara. Dio unos cuantos pasos y al pasar, a lo lejos pudo ver a su pareja-Deidara, pensé que estabas cuidando de Naruto-le hablo, con ello hizo que su volteara hacia él.
Al verlo lo abrazo pues se alegró de verle bien, además de que la situación de Sasuke con Naruto lo puso algo sentimental, agradeciendo de que su compañero este con completa salud y al tenerlo cerca lo beso con mucho cariño-De hecho, no esperaba que empezara a sentirse mal y es por eso que lo traje de inmediato aquí...¿Y a ti como te fue con Gaara?-pregunto esperanzado de que su objetivo fuera exitoso y hayan traído lo que necesitaban.
El varón sonrió algo nervioso, pues no sabía si lo que habían traído haya funcionado-Si trajimos, pero no sé si eso haya salvado a la pareja de Gaara, solo espero que si...bueno será mejor que nos marchemos antes de que se den cuenta de nuestra presencia-.
-¡¡¡Itachi!!! ¡¡¡Deidara!!! ¡Ustedes no son bienvenidos aquí!!! ¡¡¡Largo de aquí traidores de la tribu!!!-salió de la caballa de Sai el sumo sacerdote, pues quería ver la salud de Naruto y quería asegurarse que se encontraba en buena salud.
Los dos le miraron sin decir nada, se quedaron sin habla pues Pain era alguien muy respetable para poder decirle algo y la única opción que tenían era irse antes de que los ofendieran, lo que no esperaron es que también Sasuke saliera, al escuchar los gritos-¡¡¡No son ningunos traidores!!! ¡¡¡Ellos trajeron y salvaron la vida de Naruto!!! ¡¡Además que también ayudaron a Gaara a traer algo para salvarle la vida a mi mejor amigo...!!!-corrió y se quedó enfrente de ellos para detenerlo, pues sabía que no era correcto.
Todos los de la tribu miraron asombrados hacia su hermano, pues está enfrentándose a quien era líder y vocero a sus dioses-¡¿Hermano Sasuke?! ¡¡¿Cómo es que defiendes a estos traidores?!! ¡¡Ellos rompieron las reglas sagradas!! ¡¡¡Seguramente su presencia hizo que los dioses trajeran desgracias a Sai!!-Pain primero se asombró de su comportamiento, pues un guerrero respetable como él nunca le contradecía.
Al solo decir que habían traído algo tan maligno a su mejor amigo, le enojo de sobremanera que hablo lo que pensaba sin medirse-¡¿Qué clase de dioses permitirían que tales monstruosidades le sucedieran a alguien tan bueno como lo es Sai...?! Con todo respeto sumo sacerdote, no pienso dejar que nadie hable mal de mi hermano y de su pareja, sé que nuestras tradiciones nos ayudan a mantener la paz entre nuestro pueblo con el mundo espiritual. Pero estoy seguro que por las enseñanzas que nos ha dado, los dioses son amor y bondad, no creo que ellos quisieran dividir nuestra tribu...¿Y si no es así? ¡Entonces yo tampoco perezco aquí!-hablo firme y con mucha seguridad, sabía que muy posiblemente seria desterrado pero no importaba, solo quería hablar y hacer lo correcto.
-¡Y si él se va yo también me voy!-creían que ya nada podía sorprenderlos y se equivocaron, pues Sai había salido, se veía débil pero aun así se veía mucho mejor de lo que estaba antes y es al ser alguien fuerte físicamente, su metabolismo le ayudaba a recuperarse algo rápido. Su pareja a pesar de que se negó, no pudo detenerlo y sin opciones ahora le ayudo a levantarse y es que Sai al escuchar lo que dijo su amigo, él iba a ir a respaldarlo.
Todos los de la tribu analizaron por un segundo el discurso de su hermano y tenía razón, muchos de sus amigos o familiares se habían ido para siempre. Y realmente se sentían muy mal al saber que están vivos y que no podían verlos nunca o peor no saber si quiera si están vivos aún. Sasuke tenía razón, y en su corazón también sintieron la necesidad de apoyarlos. A lo cual el sumo sacerdote se dio cuenta de que ya no tenía ningún control sobre ellos, alzando sus brazos para intentar callarlos por unos segundos, esto salía de sus planes por completo y es que si comenzaba a ceder muy pronto su presencia no sería requerida para nadie-¡¡¡Lo consultare con los dioses!!! ¡¡¡Pero puede que tome meses o años para que me manden una señal!!!-creyó que con eso se había salido con la suya, y con eso les daría largas a los de la tribu.
En eso en el horizonte se empezaba por acercarse un barco, Hinata con un grupo de rescate, que habían consolidado con otro equipo de rescate que llevaba por tres meses en busca de otra persona de nombre Gaara. Pasaron por días en la misma trayectoria con la esperanza de encontrar pistas, y por fin parecía que tenían suerte pues habían recibido una señal de auxilio de otra embarcación-¡¡¡Tierra a la vista!!!-.
Hinata de la emoción empezó por tocar su gran nave, esperando que su amigo Naruto este en la isla y le escuche, que por fin habían venido a rescatarlo.
CONTINUARA...