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La identidad del tiempo por Kuro Kaori

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Notas del capitulo:

Bueno... domingo... lunes... es lo mismo (???
Siempre tarde, nunca intarde (?
No me odien, porfis n.nU

—¿Dónde está, Tony Stark?


—Capitán ¿Es cierto que iron man decidió abandonar a los vengadores, por desacuerdos con usted?


Steve ignoró las preguntas de los periodistas y trató de dejar atrás el tumulto de personas que estaban acosándole. Era más que obvio que la ausencia de Tony, con el correr de las semanas, se haría más evidente. Durante un tiempo, Jarvis había ayudado a detener las preguntas, mediante conferencias telefónicas y videollamadas, todas ellas manipuladas de una forma que no había logrado comprender. Incluso, se habían manejado con el Life Model Decoy y Steve casi tuvo un infarto al mantener una pequeña conversación con él, al notarle tan parecido a Tony. Sin embargo, había algunos medios que se manejaban con teorías conspirativas -algunas, peligrosamente cerca de la realidad- y en esos momentos, eran quienes más le cuestionaban.


Deseaban saber dónde estaba el verdadero iron man, ignorando, que Steve anhelaba lo mismo.


Pudo sortear a los periodistas, gracias a la ayuda de Nat. La pelirroja le había tomado del brazo al notarle desorientado entre tantas personas y lo había sacado de allí, conduciéndole por las calles que aún no llegaba a conocer por completo.


Se halló en la torre más rápido de lo que había imaginado y pudo respirar con alivio.


—Has sido muy oportuna... Gracias- habló, cuando se sintió a salvo. Era extraño, en su época también había sido asediado por reporteros y, sin embargo, jamás había logrado acostumbrarse a ellos. Evidentemente, carecía de ese talento innato que Tony parecía tener.


—Verte en la televisión, con mirada de cachorro perdido, me hizo querer serlo.


El capitán sonrió sintiéndose avergonzado.


—Los periodistas son un poco difíciles...- respondió.


—Son como una manada de lobos hambrientos- dijo ella con desinterés —No sé cómo Stark los soporta- caminó hacia el sillón y tomó asiento de manera descuidada —¿Vas a seguir usando el uniforme por mucho tiempo, Cap?


Steve reaccionó, dándose cuenta de que se había quedado estancado en el sitio. Sonriendo levemente, se miró a sí mismo, sintiéndose un poco incómodo.


—No... yo... me cambiaré- dijo dándose la vuelta dispuesto a marcharse, sin embargo, se detuvo unos instantes sintiendo la necesidad de hacer una pregunta que golpeó su mente, así, sin más.


"¿Extrañas a Tony, Nat?"


No recordaba que la relación entre Tony y ella fuese demasiado estrecha. Sí, los había visto compartir varias conversaciones amenas e incluso, bromear entre ellos, pero ¿A qué venía esa pregunta?


—¿Sucede algo, Cap?


Steve se debatió nuevamente entre formularla o no, decantándose por lo segundo. Después de todo, no era correcto inmiscuirse de esa forma en los asuntos de alguien.


—No... Yo... Gracias otra vez- respondió antes de huir rápidamente.


Quizás, la necesidad de hablar con Nat acerca de Tony, solo venía desde su propio interior. Eran sus propios anhelos por traerlo siempre a colación, lo que provocaba que deseara comportarse de manera imprudente.


Tener consciencia de que Tony era Ed, había movido muchas cosas dentro de él. Recuerdos dulces, recuerdos dolorosos, sensaciones que había dejado atrás, enterradas en lo más profundo de si, o eso había creído.


Ed había sido una presencia poderosa en su vida, antes de convertirse en el Capitán América e incluso, después de que lo hubiese hecho. El tiempo que estuvo junto a él, se había aferrado a cada segundo que habían pasado juntos, como si se tratase de un náufrago a la orilla y, aun así, no había podido evitar que se le escapase de las manos.


Aun recordaba la dolorosa sensación de decepción, cuando Ed no acudió al segundo encuentro que habían acordado.


Steve suspiró cansado y miró a su alrededor una vez más.


Media hora había pasado de las 11 y Ed aún no aparecía, pero él se negaba a aceptar que tal vez no lo hiciera. Se aferró a su carpeta de dibujos y tomó el lápiz que había enganchado sobre su oreja, quizás, podría distraerse haciendo otra cosa.


12.30.


Llevaba dibujado más de la mitad del bar que había frente a él. El reloj movió una vez más la manecilla y Steve, a pesar de que no deseaba hacerlo, se rindió.


Ed no iba a venir y su corazón dolía ante esa certeza.


Poniéndose de pie, Steve tomó sus cosas y caminó a paso lento, en dirección a su casa. Cada tanto, giraba el rostro con la esperanza de verle acercarse a lo lejos, sin embargo, no sucedió.


Pasó todo el día preguntándose que había hecho mal, para que Ed no quisiera verle más. Probablemente, había dicho algo que no era de su agrado o, quizás, se había mostrado demasiado ansioso ante la posibilidad de hacer un nuevo amigo. ¿Lo había presionado?


Ed era un hombre mayor, tal vez, se había aburrido al considerarlo demasiado joven y sin experiencias.


¿Le habría sucedido algo?


Había pensado en esa posibilidad también, sin embargo, no se había atrevido a regresar al burdel. No deseaba ser demasiado insistente. Además, entre las clases y las tareas que aún le quedaban pendientes de figura y espacio y grabado calcográfico, no contaba con demasiado tiempo.


Suspiró cansado y observó por la ventana, la noche estrellada. En unos minutos más, Bucky regresaría.


No le había comentado a su amigo el hecho de que se reunía con Ed, sabía lo que diría, que había sido irracional de su parte tratar de ser amigo de un hombre que venía de un sitio como lo era aquel burdel. Y tendría razón. Ed era un completo extraño del que no sabía absolutamente nada. Un hombre mayor que, tranquilamente, podría ser algún tipo de criminal, sin embargo, algo le decía a Steve que eso no era cierto. Había visto los ojos de Ed y en ellos, había encontrado algo que no era capaz de definir, pero que le hacía sentirse a salvo.


"Esperaré a mañana, para ir a preguntar que le sucedió" pensó y justo en ese momento, la puerta se abrió.


—Buenas noches, Stevie- saludó su amigo sonriendo bastante animado y le pasó de largo en dirección a su habitación


—Buenas noches, Bucks- respondió siguiendo sus movimientos con la mirada, un poco curioso por la prisa que parecía tener.


—¿Qué tal tu día? –


—Tranquilo... Te he dejado la cena sobre la mesa- dijo, sin saber del todo que agregar a la conversación. Se le hacía un poco incómodo, no mirarle a la cara.


—Me daré una ducha y me iré- Bucky entró en la sala y detuvo unos instantes para mirarle. Se había quitado el saco, la camisa y la corbata y llevaba una toalla sobre el hombro. —Hoy es el cumpleaños de Helena... ¿Quieres venir?... Deberías venir-


Steve trató de recordar a quien estaba haciendo referencia su amigo, sin embargo, ningún rostro aparecía en su mente. ¿Quién era Helena?


—La muchacha... con la cual tuviste tu memorable primera vez y de la cual no me contaste ninguna palabra- dijo con divertido reproche, como si le hubiese leído la mente.


De repente, el rostro de una hermosa dama de cabellos rubios y ojos claros iluminó sus recuerdos por arte de magia. Por supuesto que la recordaba, ella lo había mirado confundida cuando le dijo que no deseaba hacerlo y luego, amablemente, prometió guardar su secreto, antes de sonreírle con resignada dulzura.


"No estoy acostumbrada a que los hombres sean buenos" le había dicho y Steve sintió que su corazón se encogía en su pecho al imaginar los maltratos que de seguro debía soportar.


Definitivamente, no quería regresar a ese burdel. No deseaba volver a sentirse tan impotente ante el hecho de no poder ayudarlas y tampoco, deseaba ver a Ed. Sabía cuáles eran las condiciones que habían llevado a su ¿Debería llamarlo amigo? A ese lugar y era por ese motivo, que no pensaba mal de él, pero no sabía que opinaba Ed al respecto de su persona. ¿Por qué había faltado a la cita?


"Mejor esperar" se repitió una vez más, tratando de dejar el tema de lado de una vez por todas.


—Stevie...


—¿Qué?... Lo siento- se disculpó avergonzado—Preferiría no regresar allí.


—¿No la pasaste bien con ella?


El rubor ante la pregunta de su amigo, causó que sus orejas ardieran. Mentirle era un problema, a él no le gustaba mentir, pero tampoco podía contarle la verdad o no se libraría nunca de la insistencia de Bucky por que tuviese una iniciación sexual y tener que confesarle que las mujeres no le atraían, era algo inadmisible. No podría soportar que su amigo lo rechazara y lo mirase con asco.


—N-no es eso... Es solo que... No me gustan ese tipo de lugares, Bucks. Lo sabes- dijo en un tono que suplicaba que no le hicieran más preguntas.


—Está bien... pero no me esperes. Vendré tarde- Sonriendo nuevamente, se metió al baño a toda prisa.


Solo en ese momento, Steve suspiró aliviado.


Había pasado poco más de una hora desde que Bucky se había ido, cuando Steve escuchó el sonido de una llave girando en la cerradura. Alarmado, se incorporó un poco en el sillón, que hacía de su cama, mirando la puerta de calle. Cuando esta se abrió, fue capaz de adivinar la silueta de Bucky en medio de la oscuridad. Su amigo ingresó al lugar tratando de no hacer ruido.


—¿Está todo bien?


—¡Maldición, Steve! ¡Te creí dormido!


—Lenguaje, Bucky- le reprendió.


—Ya... Lo siento- encendió la luz y Steve se encandiló por unos segundos.


—Te esperaba más tarde.


Bucky suspiró agotado. Acercándose a él, tocó sus piernas para que las hiciera a un lado y así, tomar asiento.


—Si, lo que sucede, es que el tipo ese... ¿Ed? Al parecer se volvió loco.


Steve sintió que un nudo de culpa y preocupación se formaba en su estómago y en su garganta.


—¿Qué... Qué le sucedió? - preguntó, cuando fue capaz de recuperar el aliento.


— Atacó a Silvie... Madame Le Pine intervino y lo golpeó con una botella. Ahora está internado... El hecho es que decidieron cerrar el burdel está noche, para que las muchachas puedan tranquilizarse un poco. Silvie quedó muy mal.


Steve sintió que el mundo se le venía abajo. Una amarga decepción le invadió por completo, haciéndole sentirse perdido.


Había juzgado mal. Había creído, al mirar los ojos de Ed, que se trataba de una buena persona. ¿Cómo había podido dejarse llevar de esa forma?


Y ¿Por qué, a pesar de ello, no podía dejar de estar preocupado por él?


La imagen del hombre esbozando una radiante y cálida sonrisa, ocupó su mente por unos segundos.


Debía verlo. Tenían que conversar, aclarar las cosas.


—¿En qué hospital está?


—¿Quién? - preguntó, Bucky distraído.


—Ed... ¿En qué hospital está?


—¿Para qué quieres saberlo?... No me digas que... ¿Te has estado viendo con ese tipo? - frunció el ceño disgustado, mirándole a los ojos.


Steve tragó en seco.


—Solo... Solo ha sido una vez.


—¡Steve, ni siquiera lo conoces! ¿Cómo...? – Bucky se puso de pie en un gesto furioso y se volteó para encararle.


—Se interesó por mi... y por mis dibujos... Nosotros hablamos. Tenemos cosas en común- se defendió, sintiéndose inhibido.


—¡Es un extraño, Steve! Y viene de ese lugar... ¡Es peligroso! ¡Ni siquiera sabes de lo que es capaz! ¡Atacó a Silvie!


—Ya estoy bastante mayor para que me defiendas... ¡Cumpliré 18 en un mes! - soltó poniéndose de pie para enfrentarle. Aun así, el que Bucky fuese más alto que él, le hizo sentir inseguro, pero no daría marcha atrás.


—¡Maldita sea, Steve!... ¡Podría sucederte cualquier cosa! Tu... Tú no sabes... Tu...


—Yo también estuve en las calles al igual que tu... Yo también me crie sin un hogar, Bucky... Y sé lo cruel que puede ser el mundo.


La expresión en el rostro de su amigo se suavizó, pero no dejó de mirarle preocupado. Tomando asiento nuevamente, volvió a hablar.


—No quiero que nada malo te suceda.


—No puedes protegerme todo el tiempo- respondió, dando un suspiro y sonrió para disipar la tensión entre ellos. —Además, me has enseñado a pelear ¿Recuerdas?


Su amigo alzó los ojos y mirándole poco convencido, bufó resignado.


—Anda, vamos... dime en que hospital se encuentra.


Bucky colocó sus manos detrás de su cabeza y se recostó en el sillón en un gesto relajado.


—¿Para qué quieres saberlo ahora?... Es demasiado tarde, no puedes ir a visitarlo- soltó sonriendo burlón —Mañana... Mañana te lo diré.


Steve suspiró frustrado y quitó con brusco gesto, la almohada sobre la cual Bucky reposaba su cabeza, para golpearle el rostro con ella. Su amigo soltó una carcajada.

Notas finales:

Muchas gracias por leer 
Y por sus comentarios ♥


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