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La identidad del tiempo por Kuro Kaori

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Notas del capitulo:

Actualizo ahora, o no actualizo más... 
Perdón por la demora 

El torniquete en su pierna le ayudaría a soportar la herida hasta que el suero actuara. La sangre que había manado a través de la lesión, estaba congelándose, provocando que la zona se adormeciera y doliese menos.


El frio se colaba por su traje y la velocidad que había alcanzado con la motonieve, hacía difícil escapar de él, a eso se le sumaba la aguanieve que le golpeaba la piel descubierta del rostro. Agradecía tener a disposición el vehículo adecuado para el terreno, eso le permitía transportarse a una velocidad constante y perder menos tiempo tratando de llegar. Viajar en el jet perteneciente a T'challa, había sido de ayuda, sin embargo, éste no podía acceder más allá de la base del lugar en donde se encontraba el bunker de Hammer. Aunque, si lo pensaba, tampoco creía que el quinjet sirviera para tal propósito y, de igual manera, S.H.I.E.L.D. no se los habría concedido.


Según lo que Bruce le había dicho, el aparato que habían encontrado en posesión de Catherine -quien había logrado introducirlo portándolo en su estómago- emitía una señal entre cuyas características, había un código -llamado firma-. Dicho código, les permitió saber, luego de un trabajo de criptografía bastante avanzado, que el equipamiento pertenecía a Industrias Hammer. Sin embargo, a pesar de ello, no tenían pruebas de que Justin Hammer estuviese involucrado. Eso, hasta que en la prisión ocurrió un atentado en contra de Catherine que, luego de eso, se puso muy colaborativa.


Esquivó los disparos y los láseres calóricos, y lanzó su escudo hacia la dirección de donde provenían, mirando los chispazos que desprendían algunas de las maquinas. Observó a los robots que venían persiguiéndole, adelantarle y esquivó un par de explosiones, cuya onda expansiva provocaron que tambaleara de manera peligrosa. El escudo regreso a su brazo, justo antes de que los robots saltaran encima de él y de esa forma, frenó la mayor parte del impacto producto del ataque de esas máquinas. Con un movimiento de brazo se deshizo de ellos y continuó avanzando por los sinuosos caminos, manteniéndose alerta ante otra posible emboscada.


Debían atrapar a Hammer y si él no llegaba a traspasar el sistema de seguridad, confiaba en que Natasha o Clint lo lograsen. Probablemente, separarlos no había sido buena idea, pero a falta de agentes lo mejor era cubrir todos los flancos posibles.


Recuperar el laboratorio y la máquina, cuidándola también de cualquier posible ataque, demandaba demasiado esfuerzo y necesitaban toda la ayuda que hubiera a disposición. Era por ello, que no pudo permitirse contar con más personal.


Un fuerte golpe lo separó de la motonieve, causando que saliera despedido y cayera al piso con bastante violencia, hundiéndose en el lodo y la nieve.


Uno de los robots saltó sobre él, antes de que pudiese incorporarse, pero pudo detenerlo, golpeando el centro de su estructura con su escudo, el cual se incrustó y al ser liberado arrancó los varios circuitos. Luego de eso, se puso rápidamente en pie y corrió en dirección al bunker, golpeando con movimientos casi automáticos, los robots que parecían salir de la nada para saltar sobre él.


Al llegar al lugar unas gigantescas paredes de hierro franquearon su paso de manera intimidante, sin embargo, lo que para otros hubiese sido un problema, para él no significaba demasiadas dificultades. Las trepó y saltó al otro lado sin mayor esfuerzo, sin embargo, al pisar tierra firme, se dio cuenta de lo que lo esperaba allí, no era nada más ni nada menos, que un campo minado.


Una de las explosiones casi lo manda a volar, el sonido y la onda expansiva consiguieron dejarlo bastante aturdido provocando que apenas fuese capaz de mantener el equilibrio para seguir su camino. A eso se le sumaba el hecho de que, por unos huecos en las murallas a su costado, se asomaban armas que disparaban automáticamente, y algunas de sus balas lograban escabullirse de la protección de su escudo, rasgado su traje e hiriéndole. Sin más remedio, tuvo que arrojar el escudo contra las paredes, para destruirlas, puesto que el tiroteo distraía su atención de las minas.


El escudo pronto regresó a sus manos y él continuó avanzando hasta llegar a una puerta metálica, que protegía la enorme construcción. Sin pensarlo dos veces, la golpeó con toda su fuerza, sin embargo, esta no cedió ni un poco. Repitió la acción un par de veces más consiguiendo abollar el metal, pero, evidentemente, con solo golpes no podría abrirla, el material era demasiado resistente. Obviamente, habían preparado ese bunker, pensando en qué él intentaría traspasar sus puertas alguna vez.


Deteniéndose a reflexionar sobre las acciones a seguir, se cruzó por su mente una idea por demás peligrosa, pero que significaba una rápida resolución.


Dándose la vuelta, avanzó hacia el campo minado, teniendo especial cuidado -en no equivocarse y volar por los aires- y buscó entre la nieve, el detonador de una de las minas, encontrándolo a los pocos segundos. Quitarla del lugar sin que estallara, no era tarea fácil y requería de unos nervios de acero, pero por suerte, pronto la tuvo entre sus manos.


El dispositivo era moderno, nada que ver a las que había visto en la segunda guerra que parecían un armatoste redondo de metal. Ésta, por el contrario, era un cubo oscuro y pequeño, aparentemente, de plástico. Con una luz celeste y parpadeante en medio del cuerpo, que provocó cierta sensación de alerta y una urgencia palpable por arrojarla. Sabía que, en la actualidad, con eso de los sensores y ese tipo de cosas, las minas podían, incluso, identificar vehículos enemigos de los aliados y...


"¿En que estabas pensando, Rogers?" se reprendió mentalmente e irguiéndose, tomó impulso para arrojarla con todas sus fuerzas contra la puerta. Esperaba que el impacto y la explosión fuesen suficientes para conseguir su cometido.


Cuando se sintió el estallido, tuvo que cubrirse con el escudo para evitar que los pedazos de metal que se desprendían de la puerta le hirieran. Al poco tiempo, se asomó, para ver el boquete que había conseguido hacerle a la abertura y rápidamente, ingresó al interior del bunker.


—Estoy adentro- comunicó a Clint y Natasha.


—Recibido, Cap. También estoy dentro. – respondió, Clint.


—He ingresado por el área oeste- dijo Natasha.


Steve caminó por un extenso pasillo, en medio de la oscuridad. El riesgo de estar cayendo en una trampa era demasiado palpable para su gusto, pero no tenía otra opción más que continuar con su camino. Solo quedaba el consuelo de que tenían la certeza de la presencia de Hammer allí.


-.-


Hacía unos días que notaba a Ed extremadamente distraído y preocupado, por lo que no podía evitar estarlo él también.


La enfermedad en su corazón -cosa que el doctor Erskine le había explicado como una obstrucción de las arterias que le suministran sangre- había provocado un estado constante de alerta en Steve. Era como si en cualquier momento pudiese perderle y, a decir verdad, la idea lo aterraba. Nunca antes se había sentido tan bien ni tan feliz. Todas las noches, antes de acostarse, se preguntaba porque Dios había decidido mostrarse tan benevolente con alguien como él, pero luego de no hallar respuestas, se decidía por agradecerle.


Ed era inteligente, guapo, divertido, amable y encantador. Y él... siempre había sido un muchacho sin gracia, pero cuando le miraba a los ojos, se sentía especial, como si todo lo malo que había dentro suyo, después de todo, no estuviese tan mal. Incluso, a veces, cuando se miraba al espejo, recordaba lo que Ed le había dicho una vez en el parque y no podía evitar reír alegremente, al pensar en sí mismo, como alguien apuesto. Así se sentía con Ed y la calidez se extendía por todo su cuerpo en oleadas.


Quizás por ello, cuando Ed le dijo que no quería que siguieran viéndose, sintió que algo dentro de él se rompía en pedazos.


Esa noche había ido a visitarle, con la excusa de haberse olvidado en su casa, algunos de los libros que había pedido prestados a la biblioteca de la escuela de artes.


Al pararse en la puerta de entrada, no pudo evitar pensar en lo extraño que era escuchar la risa de una mujer en el interior de la casa. La relación de Madame Le Pine con Ed, era bastante complicada, por lo que era poco probable que se tratase de ella.


Colocó la llave en la cerradura y empujó la abertura, adentrándose a la casa. Luego de cerrar, se dirigió hacia la sala de estar, que era de donde provenían las voces y encontró a Ed, junto a esa mujer, la tal Liv, sentados en el sillón conversando muy pegados uno del otro. Ed tenía un objeto entre sus manos y ella lo miraba mientras se apoyaba en su hombro y dejaba a la vista el escote de su camisa, en clara muestra de coqueteo.


La recordaba, de aquella vez en la que se habían saludado de manera tensa con Madame Le Pine, pero más que eso, la recordaba porque siempre saludaba a Ed con mucho entusiasmo. A veces, le llevaba algo para comer, sin embargo, nunca antes había entrado a la casa. Hasta ese momento.


—El parecido, es impresionante- dijo Ed, quien, al parecer, no había notado su presencia.


—Te dije que era familiar mío-


—Buenas noches- saludó, dudoso y ambos alzaron la cabeza para mirarle.


—Stevie- saludó Ed y Liv se alejó de él, como repelida.


—Buenas noches, Steve- dijo ella levantándose del sillón —Yo... tengo que irme.


—Te acompaño...- dijo Ed y se puso de pie.


Ambos pasaron justo por su lado y Steve se volteó a verlos mientras se despedían, sintiéndose un poco extraño, sin embargo, cuando la puerta se hubo cerrado y Ed se acercó a él para darle un beso en los labios, las dudas se esfumaron por arte de magia.


—Vine a buscar unos libros que dejé en tu habitación- dijo, de repente, como si su cerebro buscase algo para decir, después de estar atrapado en el beso.


—Sube... Allí estarán- le sonrió, Ed.


Una vez hubo recuperado sus libros, Steve bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina, curioso por saber a qué pertenecía el apetitoso aroma.


—Huele delicioso- dijo y Ed se volteó a verle.


—Liv trajo un pie de calabaza. Lo puse en el horno... Cenaras conmigo- dijo, con esa característica suya de nunca preguntar.


—Lo siento... Yo... Bucky está a punto de llegar y...


—Y... otra vez no tienes tiempo.


—Perdóname.


—No... está bien... Es solo... que hace bastante que no pasamos un buen rato juntos. Vienes, preparas el desayuno, te vas... Creo que eso es lo máximo que hemos tenido en los últimos meses.


—Ed... tú sabes...


—Si sigues así, tendré que dejar que Liv me conquiste. - bromeó. Sin embargo, Steve sintió un ligero y doloroso aguijoneo en el centro de su pecho. Probablemente, por eso dijo lo que dijo.


—Si lo haces... Deberé buscar una dama que me quiera brindar su atención.


Ed permaneció en silencio por unos segundos que le parecieron eternos. Estaba dudando, lo sabía, y ese hecho le generó un nudo en el estómago.


—Quizás... sea mejor así. Quizás, debas buscar una muchacha de tu edad, que te quiera- dijo después de lo que le parecieron años y fue como sentir un baldazo de agua fría.


No podía ser verdad... No. Aquello no podía ser cierto.


—Sigues bromeando ¿Cierto? - preguntó ansioso, desesperado por una confirmación. Había sido una tontería, aquella conversación, había sido una estupidez.


—No, Steve... Yo... Estuve pensándolo. Estarás mejor así, sin mí. Tu vida será más fácil.


—Ed... No...- dijo acercándose a él y sintiendo sus ojos empañarse por un llanto que no deseaba dejar salir. No quería verse más patético aun, pero aquello era tan doloroso.


—Yo estaré mejor sin ti.


Y ese fue el golpe de gracia.


Las piernas de Steve comenzaron a fallar y sintió que el aire le faltaba, al punto en que pareció que iba a darle un ataque de asma, pero aquello no era más que dolor. Puro dolor, embargando todos sus sentidos.


Dio un par de pasos hacia atrás, antes de voltearse y simplemente huir de allí. Afuera hacía frio, quizás, eso le sirviera para pensar otra cosa que no fuese la aplastante angustia que nacía dentro de él.


 

Notas finales:

Debo admitir que este fue un capítulo dificíl de escribir....
Las escenas de acción no son lo mío... Por eso lo equilibré con un poco de maldad (angustia/drama), que eso es más mi especialidad XD

Nuevamente, me disculpo por la demora y agradezco su paciencia... Los finales no son una excusa, pero a la ves si... ustedes me entienden. 

Espero que les haya gustado ♥??’???’??
Muchas gracias por leer :)


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