Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lüdí por Rael Amicsis

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Despertó algo acalorado, con la garganta seca y los ojos algo hinchados de tanto dormir. Quatre se removió un poco en la cama y descubrió que estaba solo. No estaba seguro de que hora era, si era día o noche, pero sobre la mesita de suelo, vio un bulto cubierto por una tela. Se desperezó dolorosamente, sentía como si hubiese corrido una maratón. Se deslizo sobre la cama hasta la orilla y se acercó a la mesita, donde descubrió una bandeja con comida bajo la tela. Había una botella de barro llena de agua cristalina, frutas y pescado curado ya cortado. Un trozo de pan que parecía fresco, un plato de lo que parecía arroz con vegetales cortados. 

Sonrió para sí, y luego de asearse un poco se dispuso a comer. Su cuerpo se sentía demasiado rígido y adolorido. Necesitaba relajarse un poco. Se vistió con ropas ligeras, ya que se sentía acalorado por el exceso de mantas y la fogata que estaba encendida. Recordó que paso mucho frio antes de lograr nivelar su temperatura. Necesitaba relajar sus músculos, que estaban demasiado contraídos, así que tomó una gran manta que le serviría de toalla, y mientras la metía en un pequeño bolso que tenía, WuFei entró a la cueva. Iba vestido de armadura ligera y mantenía su cabello en una cola alta. Su sola presencia le provocaba escalofríos en la espalda. Demasiado agradable. 

-¡Amo Quatre! Espero haya descansado bien. 

-Gracias WuFei... Sí, aunque creo que dormí demasiado. Iba a ir a tomar un baño en las termas que encontraron.  

-Si no es problema, me gustaría acompañarlo. Ya terminó mi jornada y anoche hizo mucho calor. 

Quatre se sonrojó notoriamente, pensando en que tal vez había sido una tortura para WuFei el haber dormido pegado a él tan abrigado y con la fogata encendida. Aunque gracias a eso se sentía completamente renovado en energías. 

-Vamos... 

Recorrieron los pasillos hasta llegar a una gran caverna interior llena de vapor, donde hacía mucho calor. En la orilla rocosa se podía ver el agua cristalina un tanto verdosa, pero aun así se veían las rocas del fondo. Había algunas personas en aquella terma escondida. Algunos niños nadando en medio de ella, y se podía ver mujeres al otro extremo frente a ellos. Ambos dejaron sus ropas doblabas cerca de la orilla, quedando solo en ropa interior, y se metieron al agua. WuFei se dio cuenta de que varios miraban al joven amo, miradas fáciles de descifrar. Su piel era tan blanca que al contacto con el agua caliente se sonrojó en exceso y su piel bajo el agua se tornó roja, pero parecía no incomodarle. Se sentó sobre una roca y se acomodó de tal forma que el agua le cubría hasta los hombros. WuFei se sentó junto a él, aunque no tan cerca. no quería intimidarlo. Se soltó el largo cabello y se colocó algo parecido al shampoo. Hundió la cabeza para enjuagarlo y se quedó sentado disfrutando del agua caliente.  

-Creo que extrañaba esto... me dolía todo, como si hubiese hecho mucho ejercicio...  

-Tal vez fue su agotamiento. Aunque me alegra que esa sea la única consecuencia. Según la guardia ya es de noche, y usted durmió casi todo el día. Eso es mejor que verlo inconsciente. 

-Sí... aunque haya dormido tanto, no me siento tan perdido en el tiempo. Gracias por cuidar de mí, WuFei. Siempre estoy dándote problemas.  

-No hay nada que agradecer. Lo hago con gusto. 

Se quedaron sentados por unos minutos en silencio y entonces WuFei notó que algunas jóvenes se habían acercado hacia el lado de Quatre. Hablaban entre ellas, quien se acercaría a hablarle primero, y mientras se decidían otros jóvenes se acercaban a ellos, un par claramente interesados en Quatre. Y sin darse cuenta de lo que hacía, ya lo había hecho. Se había deslizado por detrás de Quatre, sentándose casualmente detrás de él, dejándolo entre sus piernas.  

Las chicas murmuraban entre ellas un tanto avergonzadas, y los chicos que se estaban acercando se desviaron hacia otro lado, alejándose de ellos. WuFei podía ver que el cuello de Quatre estaba muy rojo, incluso sus hombros y sus orejas. Se había encogido y estaba muy quieto. Estuvieron así por unos minutos más hasta que el joven amo se recostó sobre él, sintiendo en su espalda los latidos erráticos y acelerados del general.  

Pronto se levantó y salió del agua para vestirse, mientras escuchaba al general detrás de él haciendo lo mismo. 

El regreso a la cueva fue silencioso. Quatre aún estaba rojo por el agua caliente y algunas gotas resbalaban desde su cabello por el cuello deslizándose por su espalda.  

WuFei estaba nervioso. Había hecho algo que no debía, y ahora no estaba seguro de que hacer. La piel de Quatre se veía demasiado tentadora con las gotas resbalando aquí y allá. Necesitaba disculparse, pero era mucha distracción. Desde que Quatre estaba consciente tenía mucho cuidado en la forma que se acercaba a él. Su confusión pasajera parecía haber terminado, y ya estaba más estable, pero aún no sabía en qué situación estaban ellos. El tiempo que estuvo sin Quatre le permitió reflexionar sobre lo que sentía por él: sin la existencia de Sheng se sentía más posesivo hacia el amo, más posesivo e inseguro, ya que no habían tenido oportunidad de aclarar lo que entre ellos había. 

Llegaron a la cueva y Quatre guardó sus cosas en un rincón, mientras WuFei tomaba una capa y se preparaba para salir 

-¿WuFei? 

-Mmm... iré a hacer unas rondas... 

-¿Por qué...? - Quatre comenzó a preguntar aún sonrojado hasta los hombros - ¿por qué hiciste eso...? 

-Yo... no lo pensé... solo lo hice. Las intenciones de los otros eran claras, y no quería que se acercaran. - Quatre estaba aún más rojo con los hombros encogidos y la cabeza gacha – Te amo Quatre. Te perdí una vez, yo mismo te empujé sin saberlo, y en esta nueva oportunidad, si me dejas, quiero que tengamos algo serio, porque, aunque cumplas con tu misión, me gustaría que te quedaras aquí, conmigo... sé que pido mucho, yo- 

Quatre cerró la poca distancia que había entre ellos y alzó su mano para alcanzar en una caricia el brazo de WuFei. Su piel quemaba y le producía escalofríos desde la punta de sus dedos con tan solo tocarlo. Sentía que el aire no llenaba sus pulmones. Acaricio sus fuertes brazos, trazando el curso hacia sus hombros y se abrazó a su cuello con fuerza, escondiendo el rostro en él. Sentía su pecho arder emocionado de lo que acababa de escuchar. Jamás fue su intención marcharse de aquel lugar, a pesar de todo lo ocurrido, si era capaz de estar junto a WuFei, lo demás no importaba. 

-Sandrock ya no está. - respondió en un susurro – y en un principio, cuando se fue, me dejó muy confundido. Pero después... Te amo, WuFei. Te amo... Sí quiero. Quiero estar contigo, siempre. 

WuFei enterró el rostro en el espacio entre su cuello y su hombro, he inhalo con fuerza, aliviado y nervioso. Sin la presencia de Sheng, sus sentimientos eran solo suyos, sin ninguna otra influencia. 

Permanecieron abrazados por unos minutos hasta que WuFei tomó su rostro entre sus manos, lo besó lenta y suavemente deleitándose en el contacto con sus labios suaves y temblorosos. Se apartaron y el general no se sentía capaz de apartar la mirada de lo que tenía frente a él. Quatre lo observaba con ojos vidriosos y su rostro sonrojado, hasta sus hombros parecían estar ruborizados, era una visión demasiado hermosa, que deseaba tanto grabar en su memoria junto con otras tantas expresiones que hacía, pero tal vez no era el momento.  

Aunque Quatre no parecía pensar de esa forma. 

Se le aferró a la ropa y tiro de él hasta tener sus labios en los de él. Sintió la lengua de WuFei recorrer sobre sus labios y los abrió para él, sintiendo cómo recorría cada rincón de su boca. Lo atrajo a él con fuerza y lo guio hacia la cama, donde cayeron tendidos quedando sobre el joven amo, sintiendo que se le iba a salir el corazón del pecho. Se separo de sus labios y ocultó el rostro en su pecho, aguantando el peso de su cuerpo en sus brazos y piernas. Estaba tan cerca. 

-Quatre... te deseo tanto... pero si quieres esperar, yo... 

-WuFei – Quatre lo abrazo con fuerza – no quiero esperar...  

Y ese fue el momento en que toda su fuerza de voluntad se desvaneció. Recorrió cada rincón de él con sus manos y sus labios, de la forma más delicada que pudo, quitando la escasa ropa que cubría su piel, pero no podía evitar dejar marcas. Quería que todos supieran que era suyo, para que nadie se le acercara con intenciones que solo él podía tener. Las suaves manos del amo recorrían su piel afiebrada mientras le quitaba la ropa que cubría su torso. Podía sentirlo temblar bajo su cuerpo, pero no estaba seguro de si era por miedo o por la excitación.  

Se detuvo un momento para observarlo, antes de quitar la última prenda que lo separaba de su piel. Tenía los ojos llorosos y toda su piel sonrojada. La preocupación lo invadió, pero Quatre tomo su rostro entre sus manos y atrajo su boca hacia él, sus labios temblando. 

-Quatre. No te haré daño... 

-Lo sé - respondió contra sus labios – es solo que, sin Sandrock... se siente como si fuera la primera vez... 

-Nos tomaremos nuestro tiempo... eres tan hermoso. 

Quatre no pudo evitar dejar salir un gemido al escuchar aquellas palabras, y se avergonzó aun más de los sonidos que salían de su garganta mientras WuFei lo recorría por completo. Se tomó su tiempo en descubrir cada rincón y dejo que Quatre hiciera lo mismo con él. Pasaron horas acariciándose y besándose. Los dedos de WuFei acariciaron por tanto tiempo el interior de Quatre que entró en él sin dificultad alguna, de forma suave y lenta haciendo que gimiera su nombre mientras lo recibía. Se besaron tanto que perdieron la noción del tiempo mientras buscaban complacerse en el otro, y entre sonidos obscenos y gemidos llegaron a la cima una y otra vez hasta caer rendidos y extasiados. 

-Heero, ¿Qué es eso? 

Duo y Heero se encontraban en los terrenos altos en los alrededores de la cueva, ocultos entre las nubes bajas. Se podía observar todo el valle, y en aquellas tierras conocidas como Evergreen comenzaban a vislumbrarse pequeñas luces aquí y allá. 

-Son luces, no incendios, parecen luces controladas... 

-Están acampando. 

Duo hizo señas mientras Heero seguía observando a través de su catalejo. Por detrás de ellos se acercó Hilde, caminando en cuclillas para no ser notada entre las rocas.  

-Ve con WuFei, sino está disponible, ve con Terion. La guardia del rey Peacecraft está en Evergreen. También La Armada... hicimos que los guardias se retiraran así que enviaremos un informe completo en cuanto tengamos un reporte. 

-Majestad, es peligroso si se quedan aquí, podrían ser descubiertos. 

-Tranquila Hilde - aseguró Heero sin dejar de observar – Duo y yo estaremos bien. Nos retiraremos en cuanto todos hayan regresado. 

Hilde retrocedió hasta una madriguera por donde se deslizó hasta llegar a uno de los pasillos y fue recibida por uno de los soldados que custodiaban las madrigueras que conectaban al exterior. 

-Comandante Hilde... 

-Quédate en tu puesto, atento a los cambios que haremos. ¿Dónde está el general Chang? 

-Ya hizo su jornada así que debe estar descansando... el maestro Terion estaba en su lugar, en la tienda de campaña. 

Hilde dejo al soldado atrás, y se dirigió rápidamente al centro de mando en medio de la caverna. Entró sin demora a la tienda que pertenecía a WuFei, y en ella encontró a Terion, revisando documentos junto a otro soldado que custodiaba a un hombre joven, quien estaba atado de manos y pies y estaba de rodillas en un rincón. 

-Comandante Hilde... no sé si es noche o día, así que... 

-Es de noche... ¿podemos hablar a solas? 

-Podemos hablar... este sujeto no tendrá mucho que decir después. 

-Sus majestades reportan a las tropas del rey Peacecraft acampando en los terrenos de Evergreen y ordenaron la retirada de la guardia apostada en las cercanías. Enviaran un reporte en un par de horas. 

El sujeto arrinconado dejo salir una pequeña carcajada y el soldado sin miramientos le golpeo en la nuca con la funda de su espada dejándolo tirado en el suelo. 

-Gracias... que permanezca inconsciente hasta que llegue el general Chang. Hilde, organiza a las tropas que están presentes, que se preparen. Los que están de guardia que estén alertas ya que hay intrusos en la caverna. Iré por WuFei. Te dejo a cargo mientras regreso. ¡Ah! Y ese sujeto debe permanecer vivo, por ahora. 

Hilde fue dejada junto al soldado, quien mantenía un pie sobre la espalda del tipo, sin importarle que estuviera inconsciente. 

WuFei abrió suavemente los ojos, sabiendo que había alguien más que ellos en su cueva. Sintió la respiración tranquila de Quatre contra su pecho, quien se había dormido entre sus brazos, y lentamente, se zafó, sin despertarlo, luego se vistió rápidamente y se reunió con Terion en una de las curvas que formaban el corto pasillo para llegar a la parte más profunda de su cueva. Las cascadas de raíces los ocultaban de los guardias y de Quatre. 

-Lamento molestar Maestro Chang... La comandante Hilde informa que, según los reyes, Peacecraft está acampando en Evergreen. Ordenaron la retirada, así que estarán aquí dentro de poco. También me fue entregado en custodia un sujeto sospechoso, quien resulta ser miembro de la armada, se infiltro junto con otros dos, a los que estamos buscando. Dijo que sin importar qué, sacarían al amo Quatre para llevarlo al castillo... no he podido sacarle más información. 

-Bien... - WuFei permaneció pensativo, hasta que dio un golpe al muro. Se les había acabado el tiempo – no podremos evacuar a todos en tan poco tiempo. Organiza la salida de los niños y ancianos, la ruta a Saltree ya está trazada, así que podrán llegar solos con el mínimo de seguridad. Una vez que se hayan marchado, calcula el tiempo de llegada y envía al resto de civiles en grupos pequeños... 

-Pero los que queden al final quizás se vean envueltos en la batalla... 

-Son vidas mínimas comparadas al desastre que habrá si Quatre es llevado al castillo... aunque no pretendo sacrificar a nadie. Solo quiero pasar desapercibido. Estamos dentro de una caverna, pero no sabemos de los espías, si se enteran de la evacuación podríamos sufrir un ataque temprano. Lo mejor es enviarlos de a poco.  

-Bien... 

-Hablaré con Quatre. Te veré en la tienda. 

Terion se retiró, y WuFei regresó junto a Quatre, quien estaba sentándose en la cama, dejando expuestas las marcas de besos y mordidas que tenía por todas partes en su cuello, sus hombros y su pecho. 

-WuFei...  

-Amo Quatre... ¿se encuentra bien? 

-Si, estoy bien 

WuFei colocó la mano en su rostro y acarició suavemente el rubor en su mejilla. No iba a dejar que lo separaran de él. 

-Amo Quatre. Se acerca el enemigo. Ahora tendremos una reunión de emergencia. Necesito que permanezca aquí... 

-¿Qué? Quiero ir... 

-Amo, hay espías, no sabemos... 

-WuFei... debes confiar un poco más en mí. 

WuFei lo abrazo con fuerza y dejo salir un profundo suspiro. Luego lo apartó un poco y de entre sus cosas sacó lo que el herrero le había dado para él. 

-Amo... esto es para usted, de parte del Maestro Gio. Sé que sabrá cómo usarlo... 

En el pasillo Quatre se despedía de WuFei y regresó al interior de su cueva. Luego WuFei hablo a los guardias apostados indicándoles que debían marchar al centro de mando, para prepararse ante una eventual evacuación.  Se le revolvió el estómago, pero sabía que Quatre estaría bien. 

Una vez que llego a la tienda, se encontró con Hilde, Terion, los reyes, y el soldado con su captura aun inconsciente. 

-¿Es él? 

-Sí general, es uno de los sospechosos que le reporte antes. 

-Bien. Duo, Heero...  

-El enemigo se encuentra acampando en los remanentes de Evergreen. Aunque estaban muy inquietos, no parecía que estuvieran formando tropas de exploración ni nada parecido. 

-Bueno, tarde o temprano iban a traspasar los muros, sin Quatre cerca no iba a durar mucho... 

-¡Ah! Pero algo pasó... uno de los exploradores dijo que al parecer más de la mitad enfermaron. Por alguna razón, estaban gravemente enfermos y eso mermó bastante sus filas. 

-Entonces ¿esperaran por refuerzos...? 

-No vi al rey, y tampoco parecía haber alguien de rango, así que asumo que es una avanzada y que esperaran al resto. 

-Nos dará tiempo de enviar a todos a Saltree. 

-Según lo que solicitó el maestro Terion, organicé a los soldados que estaban aquí en el centro de mando. Están preparando el armamento mientras los que están apostados en los pasillos fueron instruidos a evacuar a los civiles. Enviaran grupos pequeños por las cuevas hasta la ruta de escape. Ya se envió a un mensajero para que reciban a los enviados. 

-Gracias Hilde. 

-¿Qué pasará con Quatre? 

-Vendrá pronto. Permanecerá conmigo. No lo puedo enviar a Saltree, sabiendo que ya se infiltraron espías desde que estábamos en Evergreen. 

-Debemos escoltarlo... 

-No será necesario... 

Quatre había entrado a la tienda vestido con una capa. Se tambaleaba un poco, pero WuFei alcanzó a sostenerlo antes de que cayera al suelo y lo ayudó a sentarse junto al improvisado escritorio. Le quitó la capa y todos vieron que su ropa estaba salpicada en sangre. Tenía marcas pequeñas por toda la piel del cuello, pero también se notaban marcas de dedos, al igual que en una de sus muñecas y un corte en uno de sus antebrazos. 

-¡¡Quatre!! 

-Tengo a los dos espías atrapados en mi cueva. No estoy mal herido, pero creo usaron algún veneno en mi... 

Terion abrió un pequeño canasto que había sobre otros tantos y sacó un puñado de frutos negros. Se los dio de comer mientras WuFei le alcanzaba un poco de agua. 

-¿Tenias eso aquí? - pregunto Duo curioso de ver que tenían fruta escondida en la tienda 

-Es nuestro bien más importante - respondió WuFei dándole el agua a Quatre - Debe ser bien resguardado, ya que no sabemos si habrá más a donde sea que vayamos. 

-Ya me siento mejor... gracias – Quatre regresó el jarro con agua a WuFei quien lo puso sobre la mesa. Lo quedó mirando por unos momentos, aquellas marcas que comenzaban a ponerse purpuras, le hicieron hervir la sangre, y no pudo evitar sacar a relucir levemente su aura asesina. 

-Terion, iré por los intrusos, Amo Quatre, lamento que sufriera... lo hizo muy bien. 

WuFei le besó en la frente y salió de la tienda, mientras los demás veían a Quatre sonrojarse hasta las orejas. 

-¿Lo planearon? 

-Le dije a WuFei que me dejaría ver al salir de la cueva con él, para atraer a los espías.  

-Lo bueno es que ya tenemos a los infiltrados. Ahora debemos estar atentos a cuando los refuerzos lleguen a Evergreen. 

-Creo entender lo que está sucediendo. Mi conexión me permite en cierta forma ver el entorno de Evergreen... pero creo que demoraran en reunirse. No intervendré en ese lugar de nuevo, quizás me duerma por muchos días si lo hago, pero puedo ver que el área les afecta, sobre todo a los de la armada. 

-¿A qué te refieres? 

-Seguramente al ocupar el lugar comenzaron a comer lo que encontraron para abastecerse. Y esos suministros los hice crecer yo. 

-Son frutas y animales purificados... ¿se están desintoxicando? 

-Recuerdo que Barton sufrió mucho por mi habilidad... lo pensé mucho y creo que, al ser criados con el contaminante, ahora dependen de eso para vivir. Por tanto, cualquier cosa que les haga expulsar lo que sea esa cosa, probablemente los mate. 

-Eso es una novedad – expresó Hilde – si consideran que no pueden permanecer en Evergreen, se retirarán para reunirse a las afueras y rodear el área. No los veremos, pero llegarán aquí más tarde de lo pensado... 

Mientras los demás conversaban, WuFei había llegado a la cueva que compartía con Quatre, y las raíces se abrieron paso para mostrar a dos sujetos arrodillados a la fuerza, enredados con las raíces hasta sus cuellos. Uno de ellos llevaba el pantalón extrañamente suelto, y eso le hizo extender su aura asesina sobre ellos haciéndoles llorar y pedir por clemencia. Un par de soldados se acercaron como pudieron y arrastraron a los espías detrás del general, quien se encaminó de regreso a la tienda donde estaban los demás. 

Los soldados lanzaron con fuerza a los espías al interior de la tienda, junto al otro espía que seguía bajo el pie del soldado que lo custodiaba. Se arrodillaron rápidamente como pudieron y mientras lloraban apoyaron su frente en el suelo. Estaban bastante heridos, con varios cortes en brazos, manos y rostro, y WuFei no pudo dejar de notar que a ambos les faltaba un par de dedos, y eso le llenó de orgullo. 

-¡¡¡Perdónenos por favor!!! El comandante lo ordenó... 

-¡¡Barton dijo, él nos dijo!! 

Ambos seguían hablando atropellando sus palabras, hablando uno encima del otro, pero la tensión se apodero de los presentes al escuchar el nombre de quien había lastimado a Quatre en un principio. 

-Habla... - WuFei estaba claramente molesto, dejando su espada peligrosamente cerca del cuello del que estaba con los pantalones sueltos 

-¡¡¡aaaaah!!!... yo...yo... el comandante... él dijo que... que estaba bien... que estaba bien, había que hacer que... acabara con su vida... como siempre en las aldeas- 

El sujeto no termino de hablar ya que WuFei le atravesó el cuello con su espada, muy lentamente haciendo que gritar fuera imposible, ahogándose en su propia sangre. Y mientras se ahogaba y se cortaba las manos tratando de quitarse la espada del cuello, WuFei observo que Quatre desviaba la mirada, y se contenía de mirar hacia donde él estaba. 

El general comprendió que era demasiado para su joven amo, y removió la espada para apuñalar al sujeto en su corazón y acabar su sufrimiento. Entonces sacudió la espada para quitar la sangre y mientras un par de soldados se lo llevaban fuera, WuFei hizo lo mismo con el segundo, quien parecía espantado, pero más concentrado. 

-El comandante dijo que estaría aquí antes de que se dieran cuenta de que nosotros estábamos... pero parece que se equivocó... 

-¿Por qué atacaron al amo...?- WuFei hablaba en susurros, pero eso no evitaba que todo los escucharan. Su voz era peligrosa, y su aura estaba fuertemente contenida. 

-El comandante esperaba que se matara como las mujeres en las aldeas... 

-¿Les dijo que le hicieran tomar su propia vida...? 

-Sí... dijo que tomáramos la oportunidad, porque ya no podríamos hacerlo cuando él lo atrapara... 

-¡Cállate! - le ordeno el sujeto que fue capturado en un principio – Cuando el comandante se entere... 

-¡¿Que?! Ya estamos muertos, ¿no te das cuenta? ¿¿Tú crees que de verdad nos iba a perdonar haberlos dejado escapar de la ciudadela si le llevábamos al chiquillo de Sandrock?? Él sabía que nos atraparían... estamos muertos aquí o allá... ¡estamos muertos...! 

-Si hablamos nos dejaran vivir, ¿cierto? - preguntó el sujeto mirando al general y a Quatre alternativamente - ¿cierto? 

WuFei no estaba listo para responder aquella pregunta, pero sí para obedecer lo que el joven amo decidiera, ya que reconocía que no estaba en sus cabales en aquel momento. 

-Hablen o no – respondió Quatre con voz suave y calmada, sin dirigirle la mirada – ustedes llegan hasta aquí. 

El silencio se apodero de la tienda, todos sabiendo lo que eso significaba. 

-El comandante llegará por la montaña en cinco días – dijo el espía que había atacado a Quatre levantando la cabeza, enderezando su postura.  

-¡Cállate de una vez! 

-¡No! ¡Tú cállate! Si me metí en la armada fue para darle mejor vida a mi familia, pero ni eso perdonó el comandante... mi novia... jamás se lo perdoné, y jamás me perdoné a mí mismo lo que hice después con otros, pero llegó mi hora. No pido perdón por lo que hice, pero espero compensarla a ella por todo lo que hice para que terminara su vida de esa forma... 

-Amo... - WuFei parecía buscar una respuesta en una pregunta no dicha, nadie entendía, pero Quatre sabia a que se refería y solo negó sin dirigirle la mirada – habla, y prometo que será rápido. 

-El comandante nos encomendó la misión de Sandrock, pero también que enviáramos información del asentamiento. Logramos enviar un reporte hace un par de días. Le enviamos la cantidad de tropas y civiles, también que los reyes de Saltree están aquí, y la ubicación de la entrada principal...no tuvimos tiempo de enviar la ubicación de todas las salidas. 

-¡Él se va a enterar y te matará! 

-Ya estoy muerto... ya no tengo nada... yo ya estoy en paz... 

WuFei tomó sus palabras como resolución y levantando su espada, con toda su fuerza, hizo un corte rápido y limpio, haciendo que la cabeza se le desprendiera antes de siquiera sentir el golpe. 

Los soldados retiraron la cabeza y el cuerpo y el otro sujeto comenzó a llorar y a suplicar por su vida, pero antes de que cualquiera dijera algo el soldado que lo custodiaba lo atravesó con su espada y los otros soldados lo retiraron. 

-Lamento haberme adelantado, general. Supuse que el sujeto ya no era necesario. 

-Ya sabemos todo lo que necesitamos saber... continúen con los preparativos. 

Los soldados salieron y WuFei se acercó a abrazar a Quatre de la nada, quien se dejó abrazar, ocultando su rostro entre sus ropas.  

-Lamento que presenciara algo así... 

-Sé que será así otra vez... aunque no lo vea sé que será así... estaré bien WuFei... 

-Está bien que reaccione de esa forma amo... lo malo seria que se acostumbrara.  

Mientras seguían abrazados Terion tomó los informes del escritorio y comenzó a revisarlos uno por uno. 

-Enviaremos a los civiles en la avanzada durante la evacuación. A todos...  

-Espera maestro Terion, - comenzó Duo – tienen tiempo suficiente... 

-No – respondió WuFei aun abrazando a Quatre – Terion tiene razón. Si hace dos días enviaron el reporte, y creían que en cinco días estarían aquí... es porque se iban a mover enseguida... tal vez nos queden dos días a lo mucho y lo mejor es enviar a todos los civiles antes de que se vean enfrentados a la armada. La inseguridad es que la ruta sea segura al final del camino. Que todos se vayan. 

-WuFei... - Quatre alzo su rostro con ojos rojos e hinchados – Talvez podamos irnos todos. Yo podría hacer colapsar las entradas, para que no nos sigan por el ingreso de Evergreen, y crear otra ruta de escape con salida a Saltree.  

-No. Es demasiado... lo agotará demasiado y no sabemos cuánto tiempo le tomará recuperarse... lo mejor será escapar, y solo si es necesario, usaremos su ayuda. 

Largas caravanas comenzaron a formarse, con pequeñas tropas intercaladas entre los civiles. Volvieron a dejar sus cosas atrás, llevando solo lo necesario. 

WuFei y Quatre guardaban sus cosas, y Quatre guardo entre sus ropas pequeñas bolsitas llenas de frutos negros. Se colocó elpunzón conuna argolla al cinturón, simulando una hebilla, y escondió su daga entre sus ropas. Por su parte WuFei guardo cuidadosamente los instrumentos que utilizaba en el joven amo en caso de emergencia. Ambos vistieron armaduras ligeras y antes de salir, WuFei tomo el rostro de Quatre entre sus manos y lo besó con tal deseo y posesión que le robó el aliento por unos instantes. 

El joven amo sintió sus piernas temblar al punto de que temió que no fueran capaz de sostenerlo más. Se aferró a los brazos del general y trato de calmar su agitada respiración 

-Escucha, Quatre – la voz de WuFei era muy baja, profunda y oscura, golpeando contra los labios del joven, manteniendo su rostro entre sus manos, lo más cerca que podía estar de él - si en algún momento nos separamos, si por algún motivo no soy capaz de seguir a tu lado, quiero que vayas a la zona de filtración en Li-Hon... 

-¡¿Qué...?! ¡No te dejaré...! 

-No. No estoy diciendo que yo vaya a morir, todo lo contrario – ambos seguían uno contra el otro -... tengo toda una vida contigo... Quiero decir que aún debes cumplir con tu misión. 

-WuFei. Vendrás hacia mí, ¿cierto? 

-Claro que sí... Mientras tanto, permanece a mi lado y si las cosas se ponen mal, haz todo lo que debas para llegar allá, yo te encontraré. Confía en mí. 

Quatre se abrazó con fuerza al general, mientras sentía como lo abrazaba de vuelta, acariciándole el cabello y besándole en la coronilla.  

Cuando salieron de la cueva, se dirigieron a la caverna donde se estaban formado las tropas restantes. Quedaban solo ellos y una tropa de soldados, además de Terion y los reyes. 

-Debieron ir con los demás... 

-Hilde fue con las tropas, nosotros ayudaremos a cubrir la retaguardia. 

-Gracias... bien, vayamos a Saltree. 

La marcha entre los pasillos fue silenciosa. No querían producir mucho ruido, para evitar el eco.  

Descansaban lo necesario y seguían marchando. Quatre caminaba junto a WuFei afirmándose de la pared de la cueva, pero no se veía cansado. De vez en cuando veían a los búhos de Terion ir y venir, alguno con alguna nota, otros solo vigilantes.  

No estaban seguros de cuanto había pasado ya, pero Quatre los hizo detenerse mientras se afirmaba del muro. 

-WuFei... están aquí.  

-No hagas nada... 

-Los puedo ver arrastrándose por las madrigueras... están llegando a los pasillos 

-Podrías atraparlos con las raíces – menciono Hilde preparándose para desenfundar en cualquier momento 

-No, si lo hace quedara muy agotado, y se dormirá quizás por cuanto tiempo... si necesitara mi ayuda para recuperarse también agotare mis fuerzas, y nos retrasaremos... ¿puedes ver algo más? 

-Se siente pesado – Quatre pareció concentrarse en los pequeños hilos de raíces que sobresalían de los muros – se deslizan por las madrigueras, pero no avanzan... veo a algunos en las cuevas reforzadas... se siente pesado, cruzando por Evergreen... 

-¿Pesado? - Heero miro pensativo a Duo y este pareció recordar algo  

-¡Ah! La avanzada en Evergreen... ellos llegaron en carretas... tal vez sea el trasporte que va hacia la entrada de la caverna 

-Entonces se reunirán con los que vienen por la entrada antes de seguirnos... 

-Lo mejor que podemos hacer es cerrarles el paso 

-Heero, no hay forma de cerrar el paso. Si intentamos hacer un derrumbe, nos podría caer encima. 

-Quatre no usará su habilidad hasta que estemos en Saltree. 

-Continuemos... si se acercan demasiado, yo los podré detener por un tiempo...Quatre, ¿puedes seguir rastreándolos? 

-Si... es algo que puedo hacer sin esforzarme demasiado. 

-Bien, continuemos. Ya están en la caverna, cerraremos el paso cuando lleguemos a la salida. 

Continuaron con la marcha entrepasillos y bifurcaciones, hasta darle alcance al grupo de soldados y civiles que habían salido antes. Algunos estaban sentados, esperando algo. Otros caminaban impacientes de un lado a otro 

-¿Qué sucede? - pregunto Terion a uno de los soldados 

-El paso es muy angosto... tuvimos que formarlos para hacerlos salir. Una tropa de Saltree nos está cubriendo en la salida y dispusieron de trasporte para trasladarnos al campamento aliado. 

-No es suficiente...Quatre... 

-Los mantendré vigilados, WuFei 

El general tomo la mano de Quatre y comprobó que su energía aún estaba estable. 

-Si comienzas a sentir cansancio, detente de inmediato. 

-Cuidare de él - anuncio Duo colocando su mano sobre el hombro de WuFei – debes poner las cosas en orden. 

-Gracias Duo... - WuFei besó a Quatre en la frente y rápidamente trato de abrirse paso entre la gente – vamos Terion 

-Duo, iré con él... si los sienten cerca, no se queden – Heero se despidió del otro rey con un rápido beso en los labios y se marchó concentrándose con las tropas de Saltree. 

Duo se puso por delante de Quatre mientras este permanecía de pie con una de sus manos apoyadas en el muro del pasillo de la cueva, de cara a la oscuridad, donde pensaba que en cualquier momento aparecería el enemigo. 

-Comandante, en todos lados dejaron cosas... hay fogatas que se apagaron recientemente y antorchas aun encendidas... se nota que se marcharon hace poco. 

Barton se encontraba junto a un miembro de la armada, revisando todo lo que habían dejado atrás en las cuevas; habían muebles improvisados, pozos cristalinos, comida dejada atrás, hasta habían encontrado un huerto a medio cosechar. ¿Cómo habían hecho crecer un huerto en medio de la oscuridad? 

Otro miembro de la armada se acercó, con un juguete olvidado entre sus manos 

-Señor, hay muchas cosas olvidadas... también encontramos a nuestros infiltrados, muertos 

-Entonces antes de morir abrieron la boca. Por lo menos nos enviaron un mapa, que espero sirva. ¿Hay rastros de Sandrock?  

-Nada de él, pero... creo que debe ver esto. 

El sujeto guio a Barton hasta los pasillos de la caverna, en donde mas que cuevas encontraron lo que parecia una villa de chozas, cubiertas con vegetación seca que parecía afirmar los arcos y los muros para evitar derrumbes. Habían hecho una construcción maravillosa. 

-Claramente vivieron aquí.

-Hay hasta pozos de agua... podremos descansar aquí y luego seguir...

-No... hay muchos enfermos, tal vez por lo que consiguieron en el asentamiento. No coman nada de lo que hay aquí. Esperaremos el cargamento de armas y seguiremos.  

-Pero estarán aquí en dos horas... 

-¿¿Y?? ¿¿Cuál es el problema soldado?? - Trowa empuño peligrosamente su espada y dejo en silencio a todos los miembros presentes – Sandrock está al alcance de mi mano y no lo dejare escapar nuevamente. Ese demonio caerá ante mí y nos quedaremos con tan buen regalo... todos ellos caerán, y tendremos nuestro pedacito de paraíso como recompensa por tan buena presa. Ahora, preparen las antorchas que encuentren. Cuando estemos listos, partiremos enseguida. 

Duo y Quatre comenzaron a notar que las antorchas que llevaba la gente poco a poco comenzaban a apagarse y algunos comenzaron a inquietarse. 

-Déjenlas así – escuchaban la voz calma de WuFei – entra un poco de luz, así que no estamos en oscuridad total. Sean cuidadosos al salir, falta poco 

WuFei se aproximaba a ellos. Tenía arena en el cabello y estaba un poco sudado. 

-Se mueven... 

-No hagas nada, Quatre. Yo defenderé la cueva mientras escapan. Aún falta mucha gente por salir 

-Recién comienzan a moverse... si no nos movemos nos alcanzaran en un día 

-¿Pretendes usar el aura para espantarlos? 

-Si debo hacerlo... 

-Escucha – Duo se veía serio – hay otras formas... mejor evita usar esa técnica, que lo único que hace es corromper al que lo usa 

WuFei lo quedo mirando muy serio y Quatre tenía una clara interrogación en su rostro. Era obvio que Quatre no sabía nada. 

-Duo... 

-Escucha, dijeron que la salida está muy angosta, podemos tratar de abrirla un poco y usar las rocas para bloquear aquí. No los detendrá por completo, pero nos dará tiempo suficiente para escapar. Iré a hablar con Heero 

Duo se marchó dejando a WuFei con Quatre, quien seguía apoyado en el muro vigilando. 

-No preguntaré nada – comenzó Quatre – pero si usar tu aura significa un mal para ti... por favor... solo quiero que después de todo esto estés bien... nosotros estemos bien... 

WuFei se arrodilló junto a Quatre y lo abrazo con fuerza. 

En el transcurso de las horas habían preparado una cadena humana, trasladando rocas en carros improvisados, hasta unos metros más adentro de lo que Quatre estaba en aquella cueva, vigilando. Podía sentir como se acercaban poco a poco, intentando identificar los pasillos por los cuales habían pasado, por lo que estaba confiado de que cruzarían a tiempo de dejarlos atrás y poder escapar. La cantidad de gente junto a ellos se redujo bastante lo que significaba que había espacio suficiente para pasar, y mientras los demás seguía pasando hacia el lugar de encuentro con la gente de Saltree, Quatre podía sentir a sus perseguidores más cerca.  

-Amo Quatre – WuFei le habló muy cerca sorprendiéndolo un poco – debemos irnos, ya casi todos están del otro lado. El enemigo no ha llegado por ese paso de la frontera así que estamos pasando con rapidez 

-Lo siento, no te escuché… están muy cerca, ¿crees que logremos salir?  

-Claro que sí. Debemos irnos ahora.

Quatre y WuFei apuraron el paso hacia la salida, donde los reyes ya habían cruzado y sólo Hilde y algunos soldados hacían guardia resguardando la salida de las últimas personas.  

-Amo Quatre, los civiles ya pasaron, el transporte nos espera.  

-¡Se ve una luz al fondo! –se escuchaba en la profundidad de la caverna, delatando a sus perseguidores, quienes se encontraban cada vez más cerca.  

WuFei empuño su espada aún envainada, y un par de soldados se apostó junto a él, pero Quatre los detuvo, haciendo que retrocedieran hacia la salida.  

-Debemos irnos – insistió Quatre sin alzar la voz, para no delatar su posición – no nos detengamos, debemos alejarnos de ellos. Por favor, WuFei. Podemos evitar esta batalla.  

WuFei soltó su espada y asintió saliendo junto a Quatre y a los últimos soldados que permanecían en la caverna.  

El sol los cegó por un momento, y Quatre pudo sentir cómo su garganta se secaba en instantes, habían cruzado hacia una tierra desértica, donde algo muy parecido a un globo gigante estaba esperando por ellos en la cercanía. Sólo estaban ellos, los últimos, junto con los reyes en aquel extraño transporte. 

-¿Dónde están los demás? – Quatre miraba a su alrededor y no había más aparatos ni transportes, ni animales que delataran su presencia.  

-Ya se fueron. Una vez estemos en camino seremos invisibles.  

Dúo se reía de la cara divertida de Quatre, pero pronto lo comprendió cuando el trasporte se puso en marcha.  

Era muy parecido a un globo aerostático, sólo que no volaba a gran altura, y el mismo globo estaba cubierto por una manta reflectante, haciendo que toda la arena alrededor se reflejara en ellos y se perdieran a simple vista en medio de las ráfagas de arena que comenzaron a cubrirlos dando la sensación de estar en medio de la nada.  

La plataforma del globo era bastante firme, y había muchas cosas que se notaba eran de las personas que ya habían cruzado, pero no pudieron llevar todo. WuFei se instaló en un rincón y comenzó a observar todo a su alrededor.  

-Jamás había estado tan lejos de casa.  

-Bueno…  - Dúo le tendió una especie de cantimplora y se sentó junto a él – no es como quería invitarte a mi casa, pero…  bienvenido a Las Colinas Rojas. Pronto estaremos en Saltree y haremos todo lo posible por terminar con esto.  

WuFei abrazó a Dúo por el cuello y unió su frente con la de él.  

-Hermano, me siento aliviado de tener tu ayuda. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).