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Recordar como volver. por momu

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--Y así comenzó todo... ¿No? -- apresuro y asentí. -- cuéntame de Mailo -- Edgar me interrumpió. --¿En que parte de la historia se volvió un personaje?

 

Durante toda la historia sabia que en algún momento llegaríamos a esa parte, después de todo parecía ser un posible elemento que jugaba un papel importante en su imprevista partida.

 

Me detuve y solté el aire.

 

-- Cuando las cosas comenzaron a ser mas serias entre nosotros, hable con Oliver sobre abandonar el club, desde el principio él siempre fue muy reacio a escuchar ese tipo de sugerencias, simplemente no le gustaba siquiera imaginar esa idea y evitaba a toda costa hablar del tema. Le plantee muchas posibilidades, le dije que viajaríamos a Mexico donde vivía mi madre y que podríamos olvidarnos del pasado, que comenzaríamos de nuevo. Pero nunca logre convencerlo de tales planes radicales, y lo entiendo perfectamente, nadie sabe mejor que él lo que había detrás, tenia miedo de las consecuencias, y lo único que pude hacer fue comprender y esperar. -- me tome un segundo recordando algunas discusiones que habían nacido de tales épocas ¿Por que no había podido actuar con mas firmeza? ¿quizás si lo hubiera forzado? ¿si me hubiera empeñado y al fin convencerlo de habernos largado? 

 

--Se lo que piensas, déjalo ya...-- Edgar hablo lo mire y le di un trago a mi bebida.

 

--A cambio Oliver comenzó a actuar para que Dante fuera soltándolo poco a poco, lo que me parecía una reverenda broma, todo ese asunto siempre me olio mal, dime ¿Crees que un hombre como Dante liberaría a un corderito del calibre de Oliver solo por derecho de antigüedad? --me mofe con rabia entre los dientes -- Mailo llegó a la universidad... mas o menos medio año antes de que Oliver se marchara, dos meses después de que pudiera dejar los cuartos rojos parcialmente, después de negociar con Dante sus servicios en las pistas de baile, y especiales. Trabajo muy duro para poder conseguir tal trato. Le costo un trabajo "especial" del cual nunca me quiso hablar--me detuve un momento y mire a la ventana. Que frió hacia. 

 

La breve pausa que había previsto se volvió en un hondo silencio. 

 

--¿Se acostaron? --pregunto repentinamente sacándome de golpe de mis pensamientos.

 

--Realmente no... --respondí. 

 

--¿Que se supone que eso significa?....¿No realmente? -- me pregunto incrédulo --¿como se supone que llegaron a tales circunstancias? --pregunto. -- ¿Te gusta Mailo? --pregunto y temí no negar de inmediato. 

 

--Esa no es la cuestión, si a lo que te refieres es a su físico, supongo que el suyo y el de Oliver son muy similares, son del mismo tipo. 

 

--¿De tu tipo? --pregunto con veneno en sus palabras. Eso había sonado muy mal, no era a lo que me refería, todo me lo recordaba, no podía dejar de pensar en todas las referencias que lo volvían a traer a mi memoria. Había elegido mal mis palabras.

 

--Por favor no me hables así, de Mailo nunca sentí algo mas allá de lo momentáneo y contextual... fue otra cosa.... fue como esa época cuando me acostaba con mujeres para deshacerme del estrés... Y no es un justificante, solo... --me lleve el cabello para atrás -- No se en que estaba pensando... 

 

--Antes estabas solo, y ahora sabias que Oliver te tenía a ti... -- reprendió, sabia que no me perdonaría pronto, me lo merecía, yo tampoco lo hacia aun. -- ¿Como?

 

--¿Como?-- repetí.

 

--¿Como paso?--preguntó. 

 

.....

 

Mailo llego dos meses después de que Oliver dejara los cuartos rojos, él necesitaba mas tiempo para trabajar y Dante le concedió la petición. 

 

Ambos se conocieron en un curso digital de la universidad al cual Oli asistía para mejorar los procesos de la revista. 

 

Mailo solo tomaba cursos optativos porque la mayoría de artes eran gratuitos al publico y él no contaba con recursos para pagar grandes cantidades.

 

Mucho antes de conocerlo en persona Oliver me contaba de él y de las ternuras de su aspecto, de sus errores y lo inocente que lucia. Cuando nos presento descubrí que esas largas e inagotables descripciones de su persona eran verdad, pero que además era un chico con un increíble talento para la escultura y modelado, aunque no había conseguid aprobar las entrevista universitarias para la licenciatura y había abandonado su cometido. 

 

Ahora mismo no estoy muy seguro de mis intenciones en aquel entonces, las circunstancias me han podido hacer dudar, en ese momento jamás vi a Mailo como algo mas que un talentoso chico con muchas ganas de aprender y con pocas posibilidades de desarrollar sus habilidades, y de alguna forma me proyecte, me vi en él, porque yo la había tenido difícil también y porque además era amigo de Oliver. 

 

Oli se negó rotundamente a confesarle a Mailo la relación que manteníamos, decía que era muy riesgos, que apenas se conocían, por lo que inventamos una larga historia de por que compartíamos el piso.

 

Sin querer me volví cercano rápidamente, hablo de la misma cercanía que tengo con los cosmos.

 

Por esas fechas se habían acumulado varios quehaceres para Oliver que se adaptaba a sus horarios en la revista, acudir al trabajo y continuar con sus estudios académicos, aunado a mi constante ocupación como maestro y productor; por lo que dejamos de vernos tan frecuentemente como solíamos hacerlo, él ya casi no estaba en casa mas que para dormir.

 

Con Oliver ausente la mayor parte del tiempo, Mailo se ofreció a ayudarme a terminar lo que finalmente seria una colaboración de ambos, para el MoMA, era una escultura de dos metros de sólido granito y ensambles de cobre, que jamás podría haber hecho solo. Fue probablemente un regalo para que él pudiera comenzar a relacionarse con el ambiente laboral, esas eran mis intenciones.

 

Cuando digo que - las circunstancias me han podido hacer dudar de mis intenciones originales- me refiero a la gran tensión entre Oliver y yo, que comenzó a solidificarse desde que me presento a Mailo. Aunque, las cosas no se hubieran vuelto tan difíciles si los tiempos no hubieran estado tan apretados para él y si Mailo y yo no hubiéramos pasado tanto tiempo juntos por la pieza.

 

La primera discusión directa ocurrió esa noche, pero desde antes las cosas ya iban para mal. 

 

Mailo y yo hablábamos de una situación muy cómica ocurrida de venida a casa, mientras terminábamos los moldes de caucho en el estudio, a eso de las 12:00 de la noche. 

--........ si me lo hubieras dicho antes tampoco me hubiera dado cuenta..-- dijo Mailo y me solté a las carcajadas como pocas veces, mientras me acompañaba igual. 

 

--Veo que se la pasan de maravilla aquí. --escuchamos la voz de Oliver en la cocina y ambos terminamos nuestras carcajadas, adoloridos y con unas cuantas lagrimas en los ojos. 

 

--Has vuelto... --dije. 

 

El contacto físico y afecto estaba estrictamente prohibido frente a Mailo.

 

Este ultimo corrió a sus brazos como un pequeño infante y lo saludo calurosamente.

 

--No tenía idea de que estarías aquí...-- le dijo al mas bajo mientras lo apartaba bruscamente de si y me miraba cuestionándome. 

 

--Tenemos que terminar los moldes con resina todos a la vez si queremos que quede una sola pieza --explique. --no sabíamos que vendrías hoy-- afirme. 

 

--¿No sabían? --rectifico andando hasta una bolsa de papel. --traje algo para que cenaramo...

 

--Ya hemos ido a cenar unos bollos... -- interrumpiendo a Oliver el mas bajo me miro y sin poder contenerse rió. Mire a Oliver. 

 

--Le he mostrado el lugar de los bollos, creí que ya lo habías llevado tu... --explique de tal forma que incluso me pareció estar justificando algo que incluso no entendía yo mismo.

 

No hizo mueca ni sonido alguno.

 

--¿Que es tan divertido? --pregunto y Mailo se incorporo poco a poco.

 

--No tendría sentido si te lo contamos, créeme... -- le dijo Mailo poniéndole una mano en el hombro. --Por que no descansas un poco, has estado muy ocupado estas semanas. terminaremos esto abajo en la bodega. -- Le dijo mientras yo me acercaba hasta la cocina. Oliver lo miro con el ceño fruncido como si estuviera a  punto de decirle algo que probablemente generaría una discusión.

 

--Mailo... yo también estoy algo cansado, por que no vas a casa y todos dormimos un poco, mañana continuaremos a primera hora.--dije y Mailo se sorprendió.

 

--Vale... 

 

Al fin nos despedimos y subí hasta encontrarme con Oliver quien sacaba las cosas que había llevado para la cena. 

 

--Volviste pajarito...--dije. 

 

Notando la pesada atmósfera pensé liberar un poco de tensión. Tal vez llevar a Mailo a nuestro lugar favorito de postres no había sido la idea mas brillante en esos momentos.

 

Llegue por detrás y rodeando su cintura, deje unos besos en su cuello, 

 

--Te extrañe -- dije suavemente y rápidamente me aparto empujándome con fuerza, reí ante mi lectura errada de su reacción, intuyendo incorrectamente un poco de vergüenza; me acerque de nuevo y roce mis labios en su nuca.

 

--¡Mierda aléjate! ¡eres molesto! -- dijo empujándome y girándose, me sorprendí un poco y retrocedí, mientras él continuaba acomodando las compras. 

 

-- ¿Que tal el trabajo? -- pregunte entonces.

 

--Nada nuevo. --se limito a decir. 

 

--¿Y la revista?

 

--Como siempre. --era cortante, se notaba irritado y malhumorado. 

 

--Mailo compro dos bollos extra para ti, quieres que te...

 

--No quiero porquerías a esta hora. --interrumpió de inmediato poniendo el sarten en la estufa. Jamas habría dicho que esos bollos eran una porquería, estaba de mal humor.

 

--¿Puedo acompañarte si....

 

--No.--interrumpió.

 

--Elegimos tus bollos favorit....

 

--¿Podrías... callarte y dejar de hablar por un jodido minuto? -- me interrumpió y al fin termine harto y no pude quedarme callado, toda la semana había actuado exactamente de la misma manera y le había concedido el silencio. 

 

Saque el aire pesadamente. 

 

--¿Te escuchas? -- se giró y me miro con el ceño fruncido. -- ¿Por qué estas haciendo esto? 

 

--¿Que mierda hablas? --

 

--¿Puedes contarme que está pasando? por que repentinamente estás siempre de mal humor, las pocas veces que nos vemos no quieres hablar, tratas como una mierda a Mailo, la última vez que tuvimos sexo fue hace dos semanas...

 

--¿No se te a ocurrido que estoy cansado?  --interrumpió vagamente. 

 

--¿Cansado? yo también estoy cansado y no actúo como idiota, siempre intento apoyarte con lo que puedo, nunca estas y...

 

--Que no este no es mi culpa, perdón si por un instante no quiero estar pegado a tu verga. --espeto. 

 

--Dudo que no lo desees.. --dije en voz baja, no tenía planeado decir eso y tampoco ser escuchado, pero estaba cada vez más enojado. 

 

--De esas tengo de sobra...-- respondió, me lleve las manos al cabello, me arrepentía.

 

--No quise decir eso...--lo interrumpí

 

--No, si quisiste y si tanto necesitas coger ahí tienes a Mailo-- respondió, el volumen comenzaba a subir. 

 

--¿De qué demonios hablas? ¿Que tiene que ver Mailo en esto?-- respondí haciendo ademán con las manos. 

 

--Todo esto comienza a cansarme -- dijo molesto.

 

--¿Por que haces esto? por una vez ¿podrías hablarme? ¿Decirme que es lo que pasa por tu cabeza?

 

--¿Quieres comunicación? creo que necesito acostarme con alguien mas ¿tu no? --preguntó, hizo esa expresión, esa que decía que él mandaba, quería joderme. 

 

Era mi límite, de un momento a otro me encontraba furiosos. 

 

--¿Eso es lo que necesitas? --pregunte a punto de explotar. 

 

--¿Y tu? --dijo, bufe y apreté los puños.

 

--Eres increíble... -- tome mi chaqueta y me dirigí a las escaleras. --  Cuando decidas hablar como adultos me buscas mientras acuéstate con quien se te cruce primero, me largo. -- baje las escaleras. 

 

--¿No me pediste que fuera comunicativo? --me grito desde atrás. 

 

--Lo haces apropósito, no te entiendo, eres tan impulsivo...  no tenemos 15 años, madura-- dije y me marché. 

.

.

.

 

--¿Te das cuenta que tenía miedo? -- pregunto Edgar, le dio un trago a su wisky y me miro. 

 

--¿Miedo? ¿no eran celos? --pregunte. 

 

--Ambos. Tu y Mailo compartían una pasión, en este caso la escultura, Oliver estaba lejos de ti tanto tiempo y cuando volvía la única persona que encontraba a tu lado era Mailo y sumado a eso ustedes se llevaban bien. Bien sin él --  

 

--En ese momento no era tan claro, de echo creí lo contrario, creí que había dejado de interesarle... es que a veces podía actuar tan...

.

.

.

 

La cosas no mejoraron, yo mas ocupado con las solicitudes al doctorado y como casi nunca coincidíamos en nuestros horarios, no tenia la oportunidad de hablar las cosas, mucho menos arreglarlas. Para evitar discusiones comencé a trabajar con Mailo en la universidad y la casa se quedaba sola siempre. 

 

--¿William? --preguntó Mailo mientras trabajabamos en el taller de la universidad, casi eran las 2 de la madrugada. 

 

--Dime.... --dije sin prestar mucha atención. Escuche sus pasos acercarse a un lado mio hasta que lo tuve a pocos centímetros. 

 

--¿Sientes algo por Oliver? --preguntó, me sorprendí y lo mire. 

 

--No es así.. ¿que te hizo pensar eso? --le dije y se mordió los labios.

 

--¿Y por mi?-- preguntó, sus mejillas se sonrojaron, me quede paralizado y retrocedí unos pasos. --Lo siento... no quise incomodarte.--dijo y me dio la espalda de inmediato. 

 

--Mailo... 

 

--No te disculpes, mira he traído alcohol, tomemos para olvidar esta mala pasada... --dijo apresuradamente sacando algunas botellas de su mochila, de inmediato las abrió y nos sirvió en unos vasos, tomamos algunas copas, lo suficiente para comenzar el proceso de ebriedad. 

 

Cada cosa llevo a otra, yo estaba estresado y en lo único que podía pensar era en como arreglar las cosas con Oliver y al mismo tiempo deseaba no tener que discutir de nuevo, Mailo me tenía estupefacto y al mismo tiempo encontraba ternura y un poco de calma en su descuidada confesión. 

 

No recuerdo la mayor parte de ese lapso, se que es una excusa idiota, pero, por momentos no estaba consciente de la situación.

 

Hombro a hombro nos sentamos en el filo de la mesa ya tomados a contemplar nuestra pieza entre empezada y terminada con los vasos de licor en las manos. Hablamos de algo que no recuerdo realmente durante un rato. 

 

Primero su mano toco mi muñeca, hizo que las midieramos, lentamente se fue acercando, rozando sus pies en mis pantorrillas, recargando su frente en mi hombro, apoyándose en mi pierna, acercando sus labios hasta tocar los míos, sentado en en mi regazo, se sacó toda la ropa tan rápido que ni siquiera me di cuenta cuando, poco a poco hasta que las memorias con Oliver se fueron presentando, se mezclaban con la realidad, lo recordaba desnudo de entre tantas veces, sus labios eran mas carnosos y suaves, sus expresiones más honestas, los hombros de Mailo eran caídos y esponjosos, los de Oliver eran angulares y se podían notar sus clavículas asomandoce a cada lado. Mailo deslizó su mano sobre mi pantalón y propició un apretón a mi entrepierna, lo que me hizo al fin entrar en razón y abrir los ojos, me beso el cuello recargando su cuerpo sobre mi.

 

-- Me tengo que ir... --dije, su respiración agitada se detuvo un instante y trago saliva, se relamió los labios mirándome suplicante. 

 

--¿Ahora? -- pregunto abriendo mi cremallera. Lo tomé de la cintura y lo aparte de encima. 

 

Regrese a casa con un tremendo dolor de cabeza a eso de las 4 de la madrugada y Oliver ya estaba ahí.

 

Ni siquiera me miró cuando arribe el piso. 

 

Por otro lado yo me sentía tan confundido por todo lo que había ocurrido que ni siquiera sabía que le iba a responder si me preguntaba por qué había vuelto tan tarde. 

 

Camine lentamente hasta el armario y me toque la cabeza, apenas si soportaba el dolor en ella. 

 

--¿Ya has cenado? --pregunto vagamente. Oliver estaba molesto eso era evidente, pero jamás lo demostraba, cualquier signo de que yo le importaba realmente era simplemente reprimido, era terrible para él que yo lo notara. 

 

--Si -- respondí brevemente. 

 

Ambos fingíamos ignorar mi ausencia y la última discusión. Los recuerdos me surgían, me preguntaba por que mierda lo había permitido y al mismo tiempo no podía concentrarme preguntándome si Oliver se había acostado de nuevo con algún tipo. 

 

--Y ¿Mailo? --preguntó, sentí el dolor de cabeza agudizarse y jadee. 

 

--¿Qué hay de Mailo? --regrese la pregunta, aún escondiéndome en el sitio del armario, intentando cambiarme la camiseta. 

 

--Están trabajando juntos ¿no? te estoy preguntando dónde está él. -- respondió directamente. 

 

No se porque me empeñaba en ocultarle las cosas. 

 

Simplemente pude haberle dicho que se habían quedado en el taller y listo. 

 

--No ha venido hoy al taller --respondí esperando dar por terminada la conversación. La tensión era elevada y yo no podía seguir fingiendo que nada pasaba, solo quería dormir. 

 

--Te llame. --se limitó a decir. Salí al fin del armario en dirección a la cama, no tenía idea de su llamada, saque mi celular y lo encontré apagado. 

 

--Se agotó la pila de mi celular -- respondí. Él sentado en la salita fumando un cigarrillo, el primero desde aquella vez que habíamos decidido dejarlo. 

 

Las luces fuera.

 

Un silencio permeo profundamente y por más cansancio que aquejaba mi cuerpo, me fue imposible conciliar el sueño al acostarme.  

 

Oliver no era alguien que pidiera perdón o le gustará hablar con respecto a los problemas que enfrentabamos, prefería a toda costa evitar hablar de sus emociones o sentimientos y compensarlo con rondas de sexo intenso. Y siento que eso también se fue acumulando para mi. 

 

Él sabia que de los dos yo debía estar más molesto, sobre todo por sugerir acostarse con otro tipo. Y la única forma con la que siempre remediaba los problemas esa vez no resultaría para nada.

 

Escuche sus pasos acercarse a la cama hasta detenerse al filo del colchón, permanecí con los ojos cerrados hasta que sentí que se metía por debajo de las colchas y empuñaba sin perder tiempo mi pene, di un brincó de sorpresa y destendí la cama de un solo movimiento, encontrándolo boca abajo recargado en sus codos con mi pene entre sus manos. 

 

--Detente por favor... 

 

--Se que lo deseas solo disfru...

 

--Oliver no hagas esto... --dije y lo aparte, estaba cansado e irritado, me levanté de la cama y me sobe el tabique de la nariz dándole la espalda. --El sexo no va a arreglar nada...

 

--Tenemos días sin tener sexo ¿tu querías hacerlo no? --pregunto sentado en el filo de la cama. 

 

--No estoy de humor --dije girandome al fin

 

Él ya estaba parado frente a mi. 

 

--Eso se arregla fácilmente --se arrodillo y no tardó ni dos segundos en meterse mi miembro en la boca. Maldije y eche mi cabello hacia atrás con ambas manos, estaba molesto, irritado, cansado, el cuerpo lo tenía hecho añicos, el dolor en las sienes me estaba matando, mi erección se había formado apenas por instinto. 

 

Lo tomé de la cabeza y di una estocada en su cavidad bucal que provocó que se apartara un segundo y tosiera a continuación, lo hice pararse rápidamente y lo empuje boca abajo con fuerza sobre la cama, le baje de un jalón la parte inferior de la ropa e introduje dos de mis dedos de un solo movimiento y su cuerpo salto.

 

Jamás había sido tan poco cuidadoso con su cuerpo pero en esos momentos estaba furioso. 

 

¿Así que después de todo solo seguía siendo sexo? ¿nuestra relación se basaba en solo eso? ¿eso era lo mejor de nosotros? ¿eso era lo único que le interesaba? 

 

Lo jale de las caderas para que las elevará y lo penetre de un solo golpe, dejó salir un gemido ahogado y sus manos se aferraron a las sabanas con fuerza, sin embargo no renegó ni se quejo. Quería que por una vez pidiera que me detuviera, que se molestara por esto, bueno realmente ahora ya no se lo que esperaba que dijera.

 

De inmediato comencé con estocadas bruscas y desenfrenadas, entre más rápido terminara mejor.

 

--Aun es..tas m...m..olesto.... -- dijo con la voz entrecortada por brutal arrebato, cosa que me hizo irritar mas. 

 

--Esto es lo que querías ¿no?-- dije y continué chocando mis caderas contra sus glúteos, tan fuertemente que el chasquido que producía hacía eco en todo el piso. 

 

Di algunas embestidas mas hasta que en un temblor esporádico y un quejido acallado hundiendo la cara en la almohada, se corrió sobre las sábanas. Ante tal acontecimiento me sentí absolutamente desagradable, salí de él y deje que se desplomara con las rodillas en el suelo y el torso sobre el colchón. 

 

--Pero no te has corrido aun... --me dijo con agitación pero ni siquiera me giré para mirarle y sin dar respuesta me metí en el baño para limpiarme, me sentía enfermo mentalmente y sumamente exhausto. Todo había sido en dos segundos, nunca el sexo con Oliver se había sentido tan vació y frió como aquella vez y eso me jodía. Yo lo había propiciado así. 

 

Tener sexo con él jamás había sido una obligación ni tampoco se había vuelto de esas rutinas aburridas y banales de las parejas casada, al contrario gozabamos de gran creatividad, sin embargo esta vez así lo había sentido, lo habíamos hecho por obligación, por que se suponía que hacerlo arreglaría algo, el no se que.

 

Cuando volví él estaba silenciosamente recostado de su lado. Ninguno de los dos intentó hablar, ni yo ni él quisimos dirigirnos ni la mirada. Había quedado claro que tales acontecimientos sólo habían agudizado la tensión entre ambos.

 

Notas finales:

<3 <3 <3 


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