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Hogwarts High School por Sh1m1

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Theo esperaba junto a Draco y Blaise a que llegaran sus parejas para el baile, los tres parecían más nerviosos de lo que querían demostrar. No habían hablado sobre ello, como si el elefante rosa al que no querían ver no estuviera allí. Si no hablas de algo ¿deja de existir?

La dichosa apuesta planeaba sobre sus cabezas, Theo lo tenía claro, iba a llevarse a Neville de allí antes de que Pansy atacara. Pero, ¿y después? Si se enteraba le iba a hacer daño igualmente, debería explicárselo, pero conocía a sus amigos y tenía la sensación de que ellos mismos estaban pensando en raptar a sus parejas de baile para evitar hacer pública aquella estúpida apuesta.

Ojalá no se equivocara.

Sonrió cuando vio llegar a Neville, estaba tan guapo. Su pelo peinado hacia atrás despejaba un rostro redondo y sonrojado que a él siempre le había gustado.

Cuando llegó a su altura, Theo sacó un ramillete idéntico al suyo, era la flor del acónito y eso hizo reír a Neville.

—Estás muy bien—le dijo sabiendo que aún se sonrojaría más.

—Tú también.

—¿Vamos?—Le ofreció su brazo para cruzar las puertas.

 

Neville colocó su propio brazo sobre el que le ofrecía, suspiró y tomó aire. Aquella era una de sus pesadillas más recurrentes, los bailes no eran lo suyo. Pero al mirar la reluciente sonrisa de Theo se olvidaba de todo, absolutamente de todo.

Dieron un paso dentro, la música y decoración les sorprendió, apretó el antebrazo de Theo y este colocó una mano sobre la suya.

—Vayamos a por una bebida.

Eso sí se veía capaz de hacerlo, una bebida estaba bien, miró con recelo hacia la pista de baile. Aquello era otra historia.

 

 

 

Harry había bajado por la escalera acompañado de un Neville muy nervioso, aún no entendía cómo su amigo había aceptado la invitación a algo a lo que le daba pavor ir, pero cuando lo vio agarrado del brazo de Nott, entendió perfectamente el porqué.

Draco le estaba esperando, se veía impresionante, pero él siempre estaba impresionante, ¿cierto?

Lo que más le gustaba en ese momento de él era la sonrisa que le estaba regalando.

Después del partido todo había sido diferente, verlo casi romperse la crisma por dos veces le había dejado claro que sus sentimientos por él estaban aún al 100% pero cuando descendió de las alturas con la snitch en sus manos y aquella petición no hubo opción de nada más. ¿La había habido alguna vez?

Pero pasado el momento de emoción, y menuda emoción, tenía que hablar con él, muy seriamente.

Esa fue su intención todo el tiempo, estaba esperando a que saliera junto a Neville y Ron, pero cuando Draco llegó hasta él y le besó de nuevo alzándole entre sus brazos y las palabras se le olvidaron.

Día tras días, aquella conversación pendiente iba perdiendo peso. Draco no volvió a mostrarse irritado con él, ni seco, ni hubo ninguno de aquellos gestos que tanto le habían molestado.

 

Draco parecía aliviado de volver a estar juntos y Harry no podía mentir, él también lo estaba. Porque no había nada que más quisiera que estar con él, compartir todo con él.

Draco le entregó un bonito ramillete de flores blancas que colocó en la solapa de su túnica. Sus dedos ascendieron lentamente hasta llegar a su mejilla y acariciarla.

¿Podía un corazón estar más lleno de amor que el suyo en ese momento? Lo dudaba.

Draco miraba a Harry mientras acariciaba su mejilla, desde el día de la final de Quidditch todo había parecido asentarse en su sitio.

Harry no había vuelto a dejarle de hablar, le devolvía los besos y no escatimaba con sus sonrisas. Por su parte Draco se había comenzado a aficionar demasiado a besarle. No se engañaba, le había gustado siempre hacerlo, pero ahora tenía otro significado.

Harry le gustaba, le gustaba mucho, y a él nunca le había gustado nadie mucho. Se había comportado como un idiota con él y aún así no quería que se volviera a separar.

Su cabello parecía haber tratado de ser domesticado, y el resultaba era tan adorable que no podía evitar quedarse mirándolo.

—¿Entramos?—preguntó Harry con sus ahora también adorables mejillas sonrojadas mientras Draco seguía embobado en él.

Draco se lo pensó, ¿y si lo secuestraba y estaban solo ellos dos?

Miró a su alrededor, estaban impidiendo el paso de algunos que comenzaban a impacientarse.

Tomó la mano de su gnomito y se metieron dentro de Gran Comedor, le secuestraría un poco más tarde.

 

 

Blaise estaba empezando a molestarse, ¿dónde demonios estaba Ron? Lo había esperado junto a la escalera, como habían acordado. Cuando Neville y Harry aparecieron y él no, ya empezó a escamarse. Pero lo peor fue cuando Harry se separó un momento de Draco, que no daba crédito, y se le acercó.

—No va a venir—le dijo con cara de circunstancia—. Hemos intentado convencerle, pero no ha habido manera.

¿Plantón? ¿Le estaba dando plantón? Blaise se perdió por los pasillos y escaleras en los que no dejaban de aparecer chicos y chicas sonrientes llevando sus mejores galas.

Se iba a enterar ese Ronald Weasley de que nadie, nadie, dejaba plantado a Blaise Zabini.

 

 

 

Pansy estaba entrando al Comedor, pero aunque debería estar sintiéndose bien, no lo hacía. Y aquello era una completa desgracia.

Daphne y ella, tendría que estar contenta. ¿Por qué no lo estaba? ¿Por qué Daphne ya no le parecía tan espectacular?

¿Por qué aquel beso que siempre había esperado no llegó a calarle dentro?

Sus amigos parecían sorprendidos al verlas juntas, y Pansy no tenía humor ni para alzar una ceja en su tan característico gesto prepotente.

Notó la mano de Daphne entrelazarse con la suya, y la miró. En el fondo ella tampoco parecía contenta, a lo lejos vio como Ginny las miraba y como Daphne suspiraba.

Aquel baile iba a ser un desastre, no pudo evitar buscar a Hermione junto a Ginny pero no la encontraba por ningún lado, había pensado que ellas irían juntas.

¿Dónde estaba?

 

 

Daphne vio a Ginny y apretó la mano de Pansy. ¿Por qué la había besado? ¿Qué quería demostrar con eso?

Y al ver a Ginny allí, mirándola a su vez, tuvo que girarse para no verla.

Esa noche iba a ser muy muy larga.

 

 

 

 

Notas finales:

¡El baile! ¡El baile! ¡El baile! ¡El baile!

¡Hagan apuestas!

Hasta mañana.

Shimi.

 


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