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Bird Wings por ReveursAiles

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-   Creo que me enamoré de ti– Sora se congeló. Aunque ya se estaba acostumbrando a las confesiones nocturnas de Chiaki, jamás pensó que llegaría a escuchar esas palabras de su boca. No sabía cómo responder, pero le fue evidente que el vocal esperaba una respuesta, sin embargo, Chiaki al notar que Sora no contestaba, nervioso, intentó cambiar el tema -  Lamento si he estado a la defensiva… no sé cómo reaccionar. Nunca me había sentido de esta manera, es confuso…

 

-          Entonces, ¿no estás enamorado de mí, sino confundido? – el batero sintió algo de miedo y fue notorio en su voz. Chiaki suspiró.

 

-          No me refiero a eso, Sora. No te hubiera dicho eso si yo realmente no lo sintiera… - el vocal tapó su rostro con su brazo. Ambos quedaron tumbados mirando al tejado con la poca luz de la habitación– A lo que me refiero es que yo evitaba esta cercanía que he tenido contigo, y que cada vez es más clara, de la que tengo con los demás. La evito porque me hace sentir… - tragó saliva, le costaba decir las palabras en voz alta – vulnerable. Me defiendo como puedo cuando me siento de esta forma… Lamento si en eso te he dañado, tal vez también le deba una disculpa a los demás– Sora se sorprendió por lo que escuchaba, definitivamente las noches le daban la confianza al vocal para poder desahogarse de manera más clara. Durante un par de minutos el batero guardó silencio procesando todas sus palabras – Soy complicado… lo sé… - no hubo respuesta - ¿Te dormiste, Sora?

 

-          No, solo me gusta escuchar tu respiración cuando estás calmado… - Chiaki bufó, a pesar de la oscuridad estuvo seguro que se había ruborizado un poco– Chi, entiendo que solo intentas defenderte de un lazo que te pueda dañar… pero… así es la vida, hay que enfrentarla, no puedes huir siempre de ella.

 

-          Eso he notado últimamente… También que… - en su mente el vocal retuvo las palabras y se preguntó si no era demasiado lo que estaba ventilando de sí mismo.

 

-          Confía en mí, dilo– Chiaki suspiró.

 

-          Si dejo de resistirme, si lo dejo fluir… todo es más claro…

 

-          ¿Hablas de tus sentimientos? – el vocal asintió – Entonces déjalos fluir… - Sora buscó la mano del más pequeño en la oscuridad, al encontrarla entrelazó los dedos con los suyos. Durante un par de segundos el vocal no respondió, Sora comenzó a sentirse dudoso – Dijiste que estás enamorado de mí… - Chiaki, nervioso, esperó a que continuara- Y… ¿qué piensas hacer al respecto?

 

-          No lo sé, no estaba en mis planes, reconocerlo no ha sido fácil, pero… no te preocupes, no te molestaré con mis sentimientos– Sora colocó los ojos en blanco.

 

-          ¡Moléstame! – le dijo elevando el tono.

 

-          Sora, ¡sh! No hables tan fuerte.

 

-           No me alteres, entonces – el batero se sentó en la cama – Chiaki, tú sabes cuales son mis sentimientos, quiero que me molestes con los tuyos. Todos los días, todo el tiempo… moléstame – insistió sin saber qué más decirle para pedirle que lo quisiera. El vocal bufó como solía hacerlo, esta vez carcajeó más aliviado que irónico.

 

-          ¡Que niño eres! – elevó la voz con un tono enternecido– No deja de sorprenderme cómo reaccionas de maneras tan…

 

-          ¿Inmaduras?

 

-          Iba a decir adorable – Sora se quedó pensativo, no recordaba haberle escuchado ese tipo de halago con respecto a nada. Chiaki se sentó en la cama en frente de él, quería romper la distancia que había puesto Sora con su impulso. Tomó su mano en la semi oscuridad de la habitación, notó que su mano temblaba y se preguntó por qué estaba tan nervioso. ¿Era el haberse confesado? ¿el miedo al fracaso? o ¿temor a lo que se estaba exponiendo? No podía elegir entre las tres o todas ellas. Suspiró. – Tú… ¿estás seguro de tus sentimientos? ¿de… - tartamudeó – ¿de… la profundidad de ellos? – Sora puso mala cara ante lo que para él siempre fue obvio. El vocal, nervioso, soltó una carcajada amarga y susurró agachando la mirada- Es que no se me hace lógico que me quieras tanto…

 

-          Chiaki, mírame – el batero se acercó a él, por un momento el vocal creyó que lo iba a besar, sin embargo, le sostuvo el rostro a escasos centímetros del suyo solamente para mantenerle firme la mirada en aquella proximidad– Estoy enamorado de ti, desde hace mucho tiempo– el vocal apretó los labios, sintió que se le encogía el estómago y el batero pensó que era el momento perfecto para darle la respuesta que le había quitado unos instantes atrás – No sé desde cuándo ni cómo sucedió, al comienzo me gustaba observarte actuar de manera agresiva pero en cuanto nadie te veía siempre tenías gestos y detalles con los demás. Recuerdo como te esmerabas por buscar un regalo perfecto de cumpleaños para Micchan, a pesar de que las únicas veces que entablabas conversaciones con él era para burlarte y darle algún halago escondido entre pesadeces. Me gusta como recuerdas las fechas que no son importantes para nadie, los lugares y las cosas favoritas de los demás, notas y mantienes distancia cuando alguno pasa por momentos difíciles y casualmente siempre el staff aparece con comida, presentes o sorpresas para esa persona… ¿De verdad crees que no sabía que todo eso lo hacías tú?¿todas las sorpresas? ¡Ah, la vez en que llegó un sujeto de Spiderman a bailar para mi cumpleaños! – se rió por el recuerdo - Siempre quise entender por qué aparentabas distancia a un nivel tan alto… luego comencé a apreciar cada vez que te dejabas mostrar como realmente eres, a verte emocionado sobre el escenario, a grabar en mi memoria tus tonos de voz, la forma de tus ojos si dormías demasiado, muy poco o llorabas… puedo decirte que sé que comenzaste a tener pesadillas hace casi tres meses – el vocal apretó los puños, sintió un nudo en la garganta– A pesar de que solo me llamaste este último mes. Desde hace mucho que tienes toda mi atención – de pronto un sollozo profundo y cargado de lamento llegó a los oídos del batero, lo que lo desconcertó – Chi, ¿estás llorando? – le preguntó asustado al ver al vocal cubrirse el rostro con las manos, otro sollozo con bastante fuerza hizo que saltaran sus hombros nuevamente, movió sus manos de manera torpe sin estar seguro qué hacer, pero luego se acercó más a él y lo abrazó con fuerza.

 

-          Realmente no entiendo cómo puedes quererme… - las palabras, la voz rota en un volumen bajo y a modo de balbuceó hizo a Sora entender varias actitudes de la personalidad del vocal en tan solo un segundo.

 

-          Sé que no tienes un buen concepto de ti mismo, pero si tus sentimientos son ciertos… yo me siento muy afortunado – otro sollozo los hizo saltar a ambos. Sora suspiró – Lo siento, no sé qué decir…

 

-          No tienes que decir nada… - el batero casi tuvo que adivinar qué era lo que había balbuceado el vocal.

 

-          ¿Chi, por qué estás tan afectado? Puedo imaginar que estás colapsado, pero… ¿Estás lágrimas son por algo preciso? – el vocal intentó separarse un poco de él y Sora le dio espacio,  se limpió las lágrimas de la cara y la nariz con la manga del suéter.

 

-          Debes estar harto de mi drama a estas alturas… - el batero le acarició el cabello.

 

-          No… aún – quiso bromear, haciéndole sonreír al menos. – ¿Y bueno? – Chiaki levantó la mano para acomodarse el cabello hacía atrás, lo que hizo al batero notar el temblor en sus dedos – No estés nervioso… - tomó su mano y la acomodó entre las suyas – Nada malo pasará si eres sincero conmigo…

 

-          Yo no sé querer a nadie Sora, si te quedas junto a mí, si permito que te quedes, te voy a lastimar… Me conozco…

 

-          Chi.

 

-          Hoy ni siquiera pensé antes de gritarte…

 

-          Pero dijiste que estabas de aquella manera por sentirte hastiado de limitarte a ti mismo, si dejas sentir lo que realmente quieres, muchas cosas de ti van a cambiar y como todos, vas a tener que aprender a controlarte, a pensar antes de hablar, a evitar dañar a los demás. Todos hemos tenido que pasar por eso alguna vez… Tú siempre me dices que soy un niño, pero emocionalmente creo ser más adulto que tú, y si realmente me quieres, vas a evitar causarme daño. Si esa es tu intención entonces sí vale la pena que lo intentemos.

 

-          ¿Intentar? – Chiaki no terminaba de atender el hilo de las palabras de Sora.

 

-          Sí, intentar estar juntos– el vocal suspiró, era ridículo negarse así mismo que eso era lo que quería, pero seguía sintiéndose demasiado mal consigo mismo como para considerarlo lo mejor para el batero. Tenía más que interiorizado lo que todos siempre le habían dicho sobre su persona y nada era específicamente bueno en aquella lista. Sora leyó sus ojos. – Esto – le dijo de repente, sosteniendo su mano y mirando a su alrededor – Que te acuestes conmigo, que duermas conmigo,  que me llames cuando me necesites, que me cocines, que me laves el cabello como aquella vez… que me abraces y que me dejes abrazarte, todo esto es perfecto para mí, más ahora que sé sobre tus sentimientos… Me haces feliz. Es algo que no había sentido con nadie más y no puedo imaginarme el dolor que sufriría si lo perdiera – se mordió el labio nervioso, a pesar de ser el más claro con sus sentimientos no le resultaba fácil confesarse en voz alta y sintiendo aquella mirada sobre él– Yo te voy a contener siempre, y estoy completamente seguro en este momento en que te miro a los ojos, que tú también lo harías por mí… ¿Me equivoco? – Chiaki negó moviendo la cabeza lentamente, un par de lágrimas más saltaron de sus ojos– Entonces, ya está. Seremos novios. – dijo de pronto.

 

-         ¡Fua! – Chiaki alejó la mano de las suyas en un gesto exagerado de reprobación - ¿Qué? ¿Te mudaras a mi casa? No te apresures tanto, te acabo de decir que tengo sentimientos por ti y ¿ya piensas en una vida de casados? – Sora rió fuerte aliviado de verlo de mejor humor.

 

-          ¿Cuál de los dos se va a embarazar? Porque tú eres el de las faldas… - Chiaki le dio una palmada en el hombro con poca fuerza y lo miró haciendo un puchero. - ¿Estás mejor? - asintió – Deberíamos dormir, ¿no? – volvió a asentir – Bien- el batero se acomodó en la cama y dejó un espacio para que se acurrucara junto a él. Chiaki volvió a secarse las lágrimas y se recostó sobre el pecho de Sora sintiendo los ojos arder de tanto llorar, notó que escuchaba el latido de su corazón y se concentró en ellos, relajándose.

 

Sora permaneció inmóvil unos minutos mientras acariciaba suavemente con los dedos el cabello enredado del vocal, tenía una sonrisa dibujada en el rostro aunque su sentir era una mezcla de emoción y tristeza.

 

-          Mm... – lo escuchó decir de pronto.

 

-          ¿Pasó algo? – Chiaki no le contestó, por lo que supo que aquello lo había dicho un tanto dormido, de todas maneras sus dedos acariciaron su cabellera unos instantes más, sentía que quería abrazarlo con fuerza para exprimirle todas las lágrimas y las tristezas. Ahora que sabía que el vocal lo quería, estaba seguro que no permitiría que nadie le hiciera daño, ni siquiera que se lo hiciera a sí mismo.

 





Cuando Sora abrió los ojos, Chiaki estaba acurrucado junto a él mirándolo.

 

-          Buenos días… - le susurró el batero aún sin abrir del todo los ojos, luego bostezó.

 

-          Buenos días – Chiaki tenía la voz ronca, entonces lo miró bien, sus ojos estaban tan hinchados que el parpado superior sobresalía notoriamente.

 

-          Chi… - el vocal levantó las cejas en una respuesta silenciosa – Pareces una rana.

 

-          ¿Ah?

 

-          Tienes ojos de rana– el más pequeño  murmuró algo inentendible y escondió el rostro en la almohada. El batero se rió por su reacción y lo abrazó apoyando su cuerpo sobre su espalda- ¿Dormiste bien? ¿No tuviste pesadillas?

 

-          Dormí bien… aunque roncaste muy fuerte desde hace un rato, por eso desperté.

 

-          ¿Ronqué?– Sora colocó semblante de horror, rompiendo su abrazo. Chiaki se volteó a mirarlo.

 

-          A veces lo haces, cuando estás muy cansado- la boca del batero dibujó un puchero – No me molesta, es hasta gracioso, a veces parece que inventas un idioma nuevo.

 

-          ¡Te estás burlando!

 

-          Sí.  

 

-          Rana.- Sora le sacó la lengua.

 

-          Niño.

 

El batero le prestó ropa a Chiaki para que no fuera hasta su habitación en solo aquel suéter con las mangas sucias, si había conseguido no ser visto por nadie durante la noche, sabían que no lo lograrían a aquellas horas. Aun así, el vocal no hizo él más mínimo esfuerzo por peinarse o lavarse el rostro, dejando en claro para cualquiera que lo viera que había dormido allí y recién despertaba. Así lo notó el bajista en cuanto los vio salir de la habitación.

 

-          Oh, buenos días… - le dijo nervioso Sora en cuanto lo notó cerrando la puerta de su habitación que estaba en frente. Dos segundos después, Miyako abrió la puerta de la suya. El batero nervioso miró a Chiaki, que estaba pegado mirando un punto ciego en el universo – Ey, despierta – Sora le pinchó la mejilla, entonces el vocal le dio atención.

 

-          Oh… ¿Estamos todos? – preguntó un poco desorientado.

 

-          Eso parece – le respondió Saz.

 

-          Bueno, los invito a desayunar todos juntos. Yo invito– dijo Chiaki. Miyako miró a Saz, Saz miró a Sora, Sora miró a Chiaki y Chiaki miró la cara de horror de Miyako- ¿Qué reacción es ésa? Deberían darme las gracias… Ash… - el vocal, un poco avergonzado, caminó hacía el ascensor dando por hecho que los demás lo seguirían.

 

-          ¿Y ahora qué le picó? – preguntó el guitarrista al bajista. Saz, por su lado, levantó los hombros sin pensar en una respuesta coherente. Sora pestañeó varias veces antes de sonreír y seguirle el paso.

 

 

 

 

 

 


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