CapÃtulo 8 : Caballero valiente Yuuri Katsuki
"Aprendemos más sobre la vida de VÃctor antes de venir a Hasetsu. Yuri hace una promesa que él realmente espera que pueda mantener"
Yuuri estaba tan confundido con todo lo que sucedÃa. ¿Cuándo se habÃa vuelto tan loca su vida? Si tuviera que nombrar cuándo todo empezó, dirÃa que fue cuando VÃctor lo agració con su presencia. No entendÃa lo que le habÃa ocurrido cuando se referÃa al ruso. VÃctor seguÃa siendo un enigma;
TenÃa secretos y pequeñas cosas que parecÃa no tener sentido para nadie más. Una cosa que hizo fue preguntarle a Yuuri si estaba feliz. La respuesta de Yuuri fue la misma; SÃ, estaba contento. Si decÃa algo en ruso, traducirÃa al inglés para que el resto de ellos lo entendieran. Nada de esto era malo, era extraño.
Phichit nunca sintió la necesidad de traducir del tailandés. Guang-Hong era más o menos lo mismo. Su lengua nativa era de ellos. De vez en cuando, los dos compartÃan una frase aleatoria, pero eso era todo.
—¿Puedo enseñarte ruso?— preguntó VÃctor un dÃa.
De todas las cosas que se le habÃan pedido, no podÃa creer que VÃctor le hubiera preguntado si podÃa enseñarle ruso.
Yuuri ni siquiera creyó que sus oÃdos hubieran escuchado bien. Entonces, se dio cuenta de que VÃctor estaba hablando en serio. SerÃa interesante aprender del Omega, pero la pregunta era, ¿tendrÃa el Omega la paciencia para enseñarle?
No era un mal estudiante, pero tampoco era el más brillante. En todo caso, era muy normal, como todo lo demás en su vida. Pero le darÃa algún tiempo para salir con VÃctor y ganar su confianza más. Eso es lo que querÃa.
Yuuri asintió con la cabeza. —Claro, solo si me dejas enseñarte japonés. No serÃa justo para mà ser el único que aprendiera a hablar un nuevo idioma—
—¿De Verdad? ¿Me vas a enseñar japonés?— preguntó VÃctor emocionado.
Yuuri asintió de nuevo. —¡Por supuesto! De esa manera puedes leer las señales y esas cosas—
Tampoco esperaba que VÃctor lo abrazara y le diera las gracias profusamente.
No podÃa moverse y no sabÃa exactamente cómo responder.
Él sonrió y decidió disfrutarlo por ahora. QuerÃa ver cómo acabarÃa. Le entusiasmaba pensar que iba a aprender ruso. Sin embargo, Yuuri estaba nervioso; No sabÃa si iba a ser capaz de aprender ruso y ser decente en ello. Tampoco pensaba que iba a ser un gran maestro como él querÃa ser. Él iba a intentarlo, al menos para que VÃctor pudiera aprender los fundamentos del japonés.
Su primera lección fue enseñada por VÃctor en el comedor. El ruso se las arregló para encontrar un diccionario ruso al japonés para que Yuuri mirara, asà como muchos libros para aprender el ruso.
Por supuesto, VÃctor querÃa repasar lo básico: el alfabeto.
Con la pluma y el papel en la mano escribió cada letra abajo, asegurándose de no escribir en cursiva. Explicó la pronunciación de las cartas, tratando de ir lento y fácil para que Yuuri entienda.
—Saber inglés realmente no ayuda con CirÃlico— Yuuri mencionó, —Creo que me confunde más—
VÃctor se rió entre dientes y asintió con la cabeza. —Aprender inglés no fue fácil para mÃ. Puedo hablarlo mejor que leerlo o escribirlo—
—Bien, ahora que te di las pronunciaciones, quiero que intentes escribir tu nombre de pila—
Eso fue mucho más fácil decirlo que hacerlo para Yuuri. No querÃa pedir ayuda porque sentÃa que debÃa saber cómo hacerlo. Lentamente escribió su nombre y se lo mostró a VÃctor, cuyos ojos azules brillaban de emoción.
Yuuri no notó que Phichit y Guang-Hong estaban en la entrada del comedor, viendo cómo se desarrollaba esta escena.
—¡Eso es, Yuuri! ¡Tu eres tan inteligente! Tú aprendiste rápido— exclamó VÃctor, palmeando las manos con entusiasmo.
Fonéticamente, se pronuncia un poco diferente, pero si lo pronuncias como lo haces, los rusos te entenderán. ¿Puedes explicar mi nombre?
El nombre de VÃctor era un poco más difÃcil de hacer, aunque no querÃa renunciar enseguida. Se tomó su tiempo y pensó en la pronunciación. Cuando terminó, mostró al otro, que una vez más parecÃa emocionado y prácticamente estaba saltando arriba y abajo en su asiento. Yuuri vio la hermosa sonrisa de VÃctor que parecÃa iluminar toda la habitación y hacer que incluso él se sintiera feliz por ello.
—¡SÃ! Eso es correcto, te mostraré cómo firmo mi nombre completo— dijo VÃctor.
Yuuri observó fascinado cómo VÃctor escribÃa su nombre completo en cursiva cirÃlica. Debajo de eso, él usó la impresión regular y se la mostró al Alfa.
Yuuri no creÃa que el nombre de alguien pudiera parecer tan hermoso y perfecto como el de VÃctor en su lengua materna. Se dio cuenta de que VÃctor tenÃa un segundo nombre que era un poco extraño, pero no iba a cuestionarlo. Cada pliegue de la pluma en cursiva era una obra de arte. Todo era un mosaico que podÃa perderse para siempre.
Yuuri señaló —Tienes hermosa caligrafÃa. No mucha gente tiene caligrafÃa tan bonita. El mÃo es prácticamente un rasguño de pollo—
—¡Gracias! Durante el dÃa, cuando Alfa estaba fuera, practicaba mi escritura para mantenerme ocupado después de que terminara con mis tareas habituales— explicó VÃctor.
—Nunca me importó practicar. Me traÃa plumas y papel. A veces, yo estaba en el suelo escribiendo y él estarÃa en el sofá leyendo un libro, a veces para mÃ, otras veces para sà mismo. Me gustaron esos momentos—
Yuuri arqueó una ceja. —¿Por qué estabas en el suelo?—
—Porque no me permitieron estar en los muebles después de dar a luz. Cuando estaba en celo, tuve un pequeño nido especial para mÃ, pero eso fue solo durante los calentamientos. El resto del tiempo, tuve un futón donde dormà en cada noche—
—Si yo estaba complaciendo a Alfa, tenia que salir de su cama y volver a mi futón. Yuuri, ¿estás bien?— Preguntó VÃctor preocupado.
Yuuri no confiaba en su voz en ese momento. No podÃa creer ... Bueno, podÃa hacerlo, pero seguÃa siendo tan impactante. Le hacÃa sentir tan enojado que este horrible Alfa deshumanizara aún más a VÃctor y no lo dejara estar en los muebles.
Si alguna vez conocÃa a este Alfa, no sabÃa qué harÃa (estaba atrapado entre querer darle una conferencia y darle un puñetazo en la cara).
HabÃa oÃdo y visto muchas historias a lo largo de los años y justo cuando pensaba que la vida de VÃctor no podÃa ser más horrible, aparecÃa una nueva atrocidad.
No podÃa caber en su cabeza que una persona tan amable y dulce como VÃctor fuera tratada asÃ. OÃr a VÃctor explicar esto tan fácilmente, como si fuera normal, le preocupaba. Seguramente, VÃctor sabÃa que eso no era normal, ¿verdad?
Yuuri se aclaró la garganta. —Estoy bien. ¿También tenÃas tareas? ¿Por qué?—
—Bueno, en Rusia, la mayorÃa de los Omegas no suelen conseguir trabajo o tener carreras. Ellos se quedan en casa, asà que cuando estaba con Alfa, no se me permitió salir de la casa. Me dieron tareas para hacer durante el dÃa.
—Al igual que asegurarme de que la casa esté de la manera que le gustaba. Si alguno de sus amigos llegaba, tenia que asegurarme de que sus necesidades se cumplieran, y tener la cena lista para Alfa cuando llegara a casa—VÃctor explicó con calma antes de mirar a otro lado.
—Odiaba cuando sus amigos se acercaban. Les gustaba tocarme y ... Y usarme. No me gustó, pero si les desia que no, serÃa castigado. Asà que tuve que satisfacerlos en todo lo que querÃan. Si habÃan un grupo de ellos tomarÃan fotografÃas o videos y lo enviarÃan a Alfa. No me gustó cuando lo hicieron, pero no pude decir que no. Tuve que hacerlo. No pensarás en mà de otra manera, ¿verdad?—
Yuuri parpadeó y lo miró fijamente antes de contestar. —Por supuesto que no pienso en ti de otra manera. VÃctor, eres más que lo que esa desgraciada excusa de una persona te hizo. Si lo llego a ver le daré una lección que nunca olvidará—
Si VÃctor iba a llorar, no sucedió. En su lugar comenzó a reÃr, dejando a Yuuri tan confundido.
Makkachin, que llegó a VÃctor y él empezó a hablar cosas al perro y que ahora estaba siendo abrazado. VÃctor dijo muchas cosas en ruso a Makkachin mientras se reÃa. Después de lo que probablemente fueron cinco minutos de pura risa, VÃctor se calmó y sonrió al Alfa.
—Lo siento— dijo entre risitas. —No quiero insultarte. Es solo que ... Estoy imaginando que le das una lección es muy gracioso—
Yuuri no pudo evitar sonreÃr. —Bueno, lo harÃa. La gente necesita aprender a ser más responsable No somos criaturas que no puedan controlar nuestros hábitos—
—Ojalá más Alfas fueran como tú. El mundo serÃa un lugar mejor— dijo VÃctor.
Yuuri se sonrojó, pero también asintió con la cabeza. —SÃ, lo serÃa—
La lección terminó ahÃ. Phichit y Guang-Hong decidieron hacer una aparición y cenaron juntos. Yuuri estaba en la conversación, él realmente no prestaba atención a VÃctor sentado entre él y Phichit.
A VÃctor le gustaba estar al lado de Yuuri, mirando al Alfa y escuchando cada una de sus palabras. Yuuri realmente no notó este comportamiento, parecÃa normal, después de casi dos meses de estar todos juntos. Normalmente, cosas asà caÃan en un patrón y este era uno de esos patrones.
¿Pero era realmente asà de normal?
Yuuri notó que VÃctor estaba mejorando con su nuevo terapeuta y tener a Makkachin alrededor. Empezó a reÃr más, a ser juguetón y tonto, en comparación cuando llegó el ruso. Le gustaba mucho este lado de VÃctor, se preguntaba si VÃctor habÃa sido asà cuando era un niño también.
Le gustaba imaginarse a un niño muy feliz VÃctor, corriendo y jugando con otros niños. Yuuri habÃa sido un niño muy feliz que le gustaba jugar, pero no era tan bueno en hacer amigos. Pero con Yuko y Takeshi, no necesitaba muchos amigos.
Para celebrar el final de la semana, Yuuri llevó a los tres Omegas a la pista de patinaje. Phichit habÃa estado tan feliz de estar de vuelta en el hielo, como lo fue Guang-Hong. VÃctor no dijo mucho mientras se ponÃa los patines y se ponÃa en el hielo.
Al principio, Yuuri pensó que iba a necesitar ayudarlo, pero estaba equivocado. El ruso se deslizó sobre el hielo con tanta gracia y belleza que todos se detuvieron y lo vieron patinar. VÃctor parecÃa estar en su propio pequeño mundo mientras patinaba sobre el hielo, Yuuri nunca habÃa visto algo tan hermoso como VÃctor en el hielo. El ruso sonrió tÃmidamente cuando notó que los otros tres lo miraban fijamente.
—¡Eso fue increÃble!— Exclamó Phichit.
Guang-Hong asintió —¿Has patinado antes, VÃctor?—
—Bueno, sÃ, lo he hecho, pero no he estado en el hielo en mucho tiempo, pensé que me habrÃa olvidado— explicó VÃctor.
Yuuri respondió —Aparentemente no—
Volvieron a patinar y Yuuri se mostró de humor y mostraba algunas técnicas que conocÃa.
Phichit decidió que serÃa divertido poner música para que todos bailaran. Yuuri parecÃa no notar a nadie más a su alrededor. VÃctor se estiró para alcanzar al Alfa para poder bailar juntos en el hielo.
Yuuri sonrió mientras patinaban uno al lado del otro, lo suficientemente cerca como para alcanzarse uno al otro sin tocarse nunca.
Se reflejaban los movimientos del otro, tan cautivados unos con otros, sin notar que Phichit grababa su baile.
Después, cuando regresaron a casa (cuando llegaron a casa, el sol ya se habÃa puesto), Phichit y Guang-Hong se excusaron, dejando a Yuuri y VÃctor a solas con Makkachin que venÃa a saludarlos.
—No tengo ganas de ir a dormir todavÃa— dijo VÃctor suavemente, acariciando a Makkachin.
Yuuri asintió con la cabeza —Yo tampoco. ¿Quieres caminar por la playa?—
VÃctor estuvo de acuerdo, con Makkachin fueron a caminar juntos por la playa. Desde que estaba oscuro, tenÃan el perro en una correa mientras caminaban.
Yuuri estaba sujetando la correa, asegurándose de que habÃa suficiente holgura para que el perro no se sienta demasiado limitado. El par habÃa hecho una pequeña charla sobre cómo el patinaje sobre hielo era divertido, Phichit y Guang-Hong eran geniales para pasar el rato, y lo adorable que era Makkachin.
Al oÃr lo mucho que VÃctor amaba Makkachin hizo sonreÃr a Yuuri y su corazón se hinchó. Nunca iba a arrepentirse de haber dado el caniche a VÃctor. Makkachin habÃa sido tan servicial, de vez en cuando despertaba a Yuuri para poder despertar a VÃctor de una pesadilla, iba a VÃctor cada vez que se sentÃa triste. Eso que ni siquiera mencionaba a Makkachin durmiendo en la cama de Victor. Fue muy dulce,
—Pienso en mi hijo a menudo. "Yuri"—dijo VÃctor mientras caminaban.
Desde aquel dÃa, cuando VÃctor habló de su hijo, no habÃan inventado nada. Todo lo que Yuuri sabÃa era que compartÃan un nombre. Debido a que compartÃan un nombre, VÃctor habÃa decidido confiar en él.
Yuuri nunca habrÃa pensado algo tan simple como que su nombre iba a ser la razón por la que alguien confiara en él. Sin embargo, después de conocer a VÃctor, le hizo mucho sentido a él.
No querÃa interrumpir a VÃctor, asà que no habló, haciéndole saber que tenÃa su atención.
—Cumplió doce años en marzo pasado—
—Me presenté cuando tenÃa trece años. Algunos de los otros en mi familia presentaron antes que eso. No sé de la familia de Iván, nunca habÃamos hablado de ello— se apresuró VÃctor, mirando a la luna.
Preguntó Yuuri. —No tienes que responderme, pero ¿cómo era él cuando lo tenÃas?—
—Era perfecto— dijo VÃctor con una pequeña sonrisa. —Él dormÃa toda la noche. Era un bebé tan feliz. Nació con este cabello rubio como su padre y tenÃa los ojos de su padre también. Era tan hermoso. Era como si nunca hubiera sentido tanta felicidad antes de que entrara en mi vida. Me encantó vestirlo con su pequeña ropa con sus calcetines. SolÃa ​​besarlo todo el tiempo y decirle cuánto lo amaba— (😢😠yo)
Yuuri sonrió. —Los pequeños calcetines son simplemente adorables. Puedo ver por qué te divertÃas cambiando su ropa. Suena muy adorable—
VÃctor asintió con la cabeza y la pequeña sonrisa de su rostro vaciló mientras mantenÃa los ojos fijos en la luna. Esa noche, la luna era una hermosa luna llena.
Su luz translúcida hizo resplandecer la playa. Fue una hermosa noche. Hubiera sido un cliché, pero Yuuri no estaba seguro de cuándo fue la última vez que habÃa visto una noche tan hermosa como esta.
Si tuviera a alguien a quien amar, se habrÃa asegurado de llevarlo a una cita esta noche, probablemente a un lugar para ver la luna. Pero esta noche no era romántica. Yuuri no necesitaba pensar en un amante. Su atención estaba en el Omega ante él, la luz de la luna hacÃa que el ruso pareciera etéreo y sin defectos. (Hermoso también, pero él no estaba pensando en eso, no, no Yuuri)
—Ha habido vacÃo desde que no esta conmigo. Lo extraño. Me pregunto cómo está, si está bien. ¿Está comiendo lo suficiente? ¿Tiene un lugar donde dormir? ¿Es feliz? ¿Se ha presentado? ¿Es Alfa? ¿Beta?—
No lo sé y odio no saber— dijo VÃctor parpadeando con lágrimas y su voz quebrándose. — No quiero que él sea un Omega como yo. Los Omegas en Rusia no siempre tienen suerte de tener Alfas agradables—
—Quiero verlo, Yuuri—
—Solo quiero verlo y saber que está bien—
— Ni siquiera necesito hablar con él. Probablemente no quiera tener nada que ver conmigo—
Le dolió a Yuuri pensar que VÃctor estaba pasando por esto. ¿Cuánto tiempo habÃa mantenido el Omega estas emociones dentro de él? ¿Cuánto tiempo habÃa estado sufriendo este dolor dentro de él? ¿Cuántas veces su ex usó esto contra él para hacerle sentir horrible? ¿Cuántas veces VÃctor se habÃa dormido pensando en su hijo? ¿Cuántos sueños tenÃa de volver a estar con su bebé? Yuuri no lo sabÃa y eso lo mató.
TenÃa que haber algo que pudiera hacer para ayudar. Una vez más, el deseo de hacer que el Omega se sintiera mejor era abrumador. SentÃa que morirÃa si no ayudaba a VÃctor a sentirse mejor.
TenÃa que encontrar una manera de encontrar a este niño. Yuuri no sabÃa cómo lo iba a hacer, tendrÃa que conocer a gente con habilidades informáticas. Ni siquiera estaba seguro si conocÃa a alguien asÃ, aparte de Phichit. ¿Realmente querÃa arrastrar a Phichit a esta aventura probablemente ilegal?
Si hacÃa que VÃctor sonriera como lo hizo hace un momento, harÃa cualquier cosa. No podÃa controlarse a sà mismo cuando hablaba, las palabras salÃan antes de que su mente pudiera procesarlas.
Él dijo: —Lo encontraré—
—¿Qué?— preguntó VÃctor, aparentemente sin saber si creÃa lo que oÃa.
Reiteró: —Lo encontraré. Encontraré a Yuri para ti—
—Todo lo que tenemos que pasar será duro pero lo encontraré. Incluso encontraré fotos para que puedas ver cómo es para ti—
—Si quieres verlo, entonces podemos averiguar cómo hacerlo. Lo voy a encontrar. Yo soy profesional—
Yuuri fue cortado por un abrazo aplastante. Sintió que se le mojaba el hombro y oyó el pequeño sollozo. Una vez más, estaba siendo abrazado y estaba congelado en el acto. No se suponÃa que estuviera tocando a VÃctor, pero VÃctor lo habÃa iniciado. No habÃa nada en las reglas de que él no aceptara abrazos como este de alguien.
¿DeberÃa aceptar esto?
No lo sabÃa.
Pero lo hizo.
Solo por esta vez, se dijo, mientras abrazaba la espalda del Omega y le acariciaba la espalda ligeramente. El olor de los girasoles penetraba sus fosas nasales. Su mente estaba perdida, llevada a un campo de nada más que girasoles por todas partes. PodrÃa quedarse asà para siempre.
Él nunca renunciarÃa en ir y vivir el resto de su vida con este olor. Pero se soltó en el momento en que VÃctor se apartó. El ruso se apartó lo suficiente como para mirar a Yuuri a los ojos.
—Realmente eres mi valiente caballero alfa, ¿no?— Preguntó VÃctor.
Yuuri asintió —Por supuesto. Salvarte de tus pesadillas y encontrar a tu hijo son las cosas de caballeros como yo, PrÃncipe VÃctor—
VÃctor no pudo evitar sonreÃr. Lo que no le darÃa por ver a VÃctor sonriendo asà todos los dÃas por el resto de su vida. Estaba en lo alto y no querÃa bajar de él. Este fue el momento en que Yuuri Katsuki supo que irÃa a los confines de la tierra por VÃctor Nikiforov.
No se centró en por qué en este momento. Esta era la primera vez en su vida que no se sentÃa ansioso por hacer algo. Sintió que su corazón palpitaba y le confundÃa. Asà que no pensaba en ninguna de esas cosas, se estaba perdiendo y querÃa quedarse perdido para siempre si podÃa.
Al dÃa siguiente, seguÃa siendo tan ferviente el encontrar a Yuri como lo habÃa sido la noche anterior. Fue a buscar a Phichit y sacar a relucir su difÃcil situación. Si alguien era un genio con tecnologÃa, era Phichit.
SabrÃa cómo encontrar al hijo de VÃctor. Yuuri iba a tener que depositar toda su confianza en él.
—Quieres que te ayude a encontrar al cachorro de VÃctor y todo lo que tenemos que hacer es saber la fecha de su cumpleaños y su nombre de pila— comentó Phichit.
Yuuri asintió con la cabeza. —Por favor, ayúdame, Phichit. Sé que no es mucho para continuar, pero estoy seguro de que con su cumpleaños podemos reducir la lista. Quiero decir, ¿cuántos Yuri nacieron el 1 de marzo en Rusia?—
—Te sorprenderÃas pero esto vale la pena. He trabajado con menos antes, aunque nunca fue para encontrar una persona. Supongo que es similar a encontrar hámsters. Estoy dentro— dijo Phichit sonriendo.
Yuuri se echó al suelo y besó los pies de Phichit. VÃctor contaba con su caballero para encontrar al niño desaparecido. El Caballero Yuuri Kastuki con su escudero Phichit Chulanont no iba a dejar que el prÃncipe VÃctor Nikiforov se viniera abajo.
Estaba decidido a terminar el trabajo.
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