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Aprecia lo que tienes, no lo que perdiste por Yukihana-Hime

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Sakura venia de dejar a sus hijos en el lugar del examen al cuidado de su profesor, y había comenzado a buscar a su esposo para convencerlo de esperar a sus hijos a la salida y felicitarlos.


-Sasuke-kun...-llamo la pelirosa al verlo pasar enfrente de ella.


El Uchiha se dirigía de regreso a la torre del Kazekage, sin embargo el azabache no quiso detenerse por lo que la ignoro, tenía cosas más importantes que hacer -buscar información de Naruto-, así que no tenía tiempo de detenerse para tonterías de su "esposa".


-¡Sasuke-kun! -la pelirosa le bloqueo el paso, no lo dejaría ir tan fácilmente.- Quiero que vayamos a esperar a Ryuu y Sarada...


-Ahora no, Sakura. -intento pasar a un lado de ella pero no pudo, fue bloqueado de nuevo.- Quítate, es importante.


-¿Que puede ser más importante que tus hijos? -le grito la pelirosa mas que molesta.


-Naruto. -fue la simple respuesta del azabache.- Naruto está aquí en Suna.


La chica quedo estática en su lugar, nunca espero escuchar el nombre del rubio, no al menos en esos momentos. Aprovechando el estado de shock de la chica, el Uchiha paso a su lado. Ya había perdido valiosos minutos con ella.


Después de salir del shock inicial, Sakura solo pudo seguir a su esposo, ella también deseaba saber que hacia Naruto ahí, ¿porque en Suna? ¿Porque aparecía de repente? ¿La perdonaría? ¿Cómo se había enterado Sasuke de que Naruto estaba ahí? ¿Cómo cambiaría su vida ahora que el rubio había aparecido?


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Mientras tanto, en la misma sala en la que se quedaron los demás ninjas de la hoja, se encontraban disfrutando de una linda charla o más bien, escuchando a la pequeña Sabaku No, que contaba algunas pequeñas aventuras de ella con sus padres y hermanos, así como de amigos en la academia ninja; a pesar de apenas poseer 6 añitos, era considerada una genio, al igual que sus hermanos mayores.


Y aunque se morían por querer saber lo que el pelirrojo tuviera que decir, ninguno se atrevía a silenciar a la pequeña, que disgustaba la comida casera que habían traído y de los mimos de su padre mientras les contaba. Y entre más tiempo pasaban a su lado, no les quedaban duda que era hija de Naruto; los mismos gestos, actitud hiperactiva y cariñosa del rubio.


Sin notarlo ellos también se unieron a la alegría de la pequeña, interrogándola sobre sus gustos y sus aventuras con su afamado tío Ku, que dedujeron que por las pablaras llenas de amor de la pequeña al hablar de él, se notaba que le quería mucho...


Todos se encontraban bien y disfrutando del ambiente, hasta que la puerta de la sala fue abierta de golpe, dándole paso a un furioso Uchiha en compañía de Sakura.


-¿Dónde está? -pregunto el azabache con la ira consumiéndolo por completo- Dime ¿dónde está?


-Me encantaría decir que no se de quien hablas pero no es verdad...-decía el pelirrojo tomando en brazos a su pequeña, levantándose del lugar donde habían estado.


Conocía de sobra que el contrario no tenía paciencia, y la poca la había perdido en ese momento, por lo que no deseaba que su nena sufriera un golpe colateral en caso que hubiera pelea. Mientras Mito estuviera pegada a su cuerpo, la arena la protegería automáticamente. Era obvio que a pesar de ser una persona dotada, la pequeña aun no podía enfrentarse a un ninja del calibre del Uchiha.


Por su parte la pequeña le presto al fin atención a aquel sujeto furioso, notando similitudes con su hermana mayor, pero contrario a ella, el hombre desprendía un aura negativa, oscura y eso la asustaba. Se aferró al cuello de su progenitor, no era amante de las peleas y odiaba sentir a su alrededor sentimientos y emociones oscuras.


-...Y si estas así, supongo que perdiste el rastro de Naru...-lo provoco.


-¡No lo llames tan cariñosamente! -interrumpió con el Sharingan amenazando con activarse- Y no lo perdí, a quien seguí desde el inicio no era él...


Estaba en su límite de paciencia. Mientras regresaba a la torre, reprodujo en su mente la persecución, buscando el momento en que pudo haberse dado el cambio, mas nunca perdió de vista a Naruto, a excepción de los segundos que espero para ir en su búsqueda.


Desde el principio había perseguido a un Naruto falso. Y lo único que podía confirmar de su encuentro con aquella Kunoichi, es que era joven por la voz y de que adoraba al rubio como un dios.


-¿De que estas hablando, Sasuke? -pregunto Kakashi.


Todos habían sentido desde dentro de la sala, como el azabache salía tras el chakra del rubio. No era posible que se equivocara. Aquel chakra tan cálido solo podía pertenecerle al Uzumaki.


Tanto Gaara como Shikamaru intercambiaron miradas, siendo el pelirrojo quien se golpeó la frente con una mano al resolver el misterio.


-Creí seguir al Dobe, pero cuando lo encare, resulto que era una chiquilla...-el pelirrojo suspiro, ahí estaba la confirmación a sus sospechas-...usando un jutsu de trasformación. -el renegado se sentía un tonto, al admitir algo así en voz alta.- Lo peor es que salió huyendo y yo perdí el rastro del Dobe...


-¿Una chiquilla engaño al gran Uchiha Sasuke? -pregunto burlonamente el Hokage sopesando la verdad de la situación.- Quien lo diría...


El burlado fulmino con la mirada a su líder, su instinto le decía que el Nara conocía a la "chiquilla" o al menos sabía algo sobre ella por el tono que utilizo, pero en realidad eso no le interesaba del todo, primero era Naruto.


-Dime ¿dónde está el Dobe? - se dirigió al pelirrojo ignorando al contrario y sus burlas.


-Naruto es el encargado de la primera prueba de los exámenes esta tarde, así que se está encargando de ello.-explico el pelirrojo con seriedad.


-¿Porque tendría que hacerlo? Él es un ninja de Konoha.-pregunto Sakura, conteniendo las lágrimas de felicidad al saber que su viejo amigo estaba ahí.


La pelirosa le había explicado a su antiguo profesor -mientras Sasuke exigía información- que se topó a su marido mientras paseaba y con gran esfuerzo le obligo a que le explicara por qué su furia; fue así como se enteró que Naruto Uzumaki estaba en Suna.


-Tengo entendido que Naru no es un ninja de Konoha. -Sasuke frunció el ceño al volver a oír el diminutivo cariñoso utilizado por el mapache- ¿cierto Shikamaru?


-Eso ya te lo asegure cuando me contaron que Naruto se quedaría a vivir contigo aquí en Suna, no me involucres. Es problemático.-respondió con pesadez desde su lugar en la silla.


-Imagina que tan problemático es para mí, lidiar ahorita con todo.-alego Gaara en tono fastidiado.


Shikamaru fingió sentir escalofríos, aunque la verdad es que no le gustaría estar en el lugar de Naruto o Gaara, sería más que problemático lidiar con todos sus viejos compañeros; es más, comenzaba a odiar estar en su posición.


-Shikamaru, ¿tu sabias donde estuvo todo este tiempo? -pregunto Sakura.


-Sí.


-¿Y porque nunca lo dijiste? - pregunto indignada Sakura, llevaba años buscando el perdón del rubio, así como deseando su retorno; tanto para verlo feliz y con suerte, que Sasuke se sintiera un poco más motivado para convivir con sus hijos.


-¿Para qué querrías saberlo? -pregunto Ino con tono severo.- ¿Para echarle en cara que te saliste con la tuya al casarte con tu amor de infancia?


-Yo...


-¿O tal vez para disfrutar de su sufrimiento todos estos años? -no permitió que le contestara, Ino sabía lo que sufría Sakura con aquel matrimonio, lo veía todos los días, pero no terminaba de perdonarla, por culpa de ella y Sasuke perdió a un gran amigo, casi hermano y a una hermana y sobrino. Perdió al mismo tiempo a Naruto, Hinata y el hijo de esta.- ¿Y tú que esperabas Sasuke? ¿Qué Naru se quedara en Konoha viendo tu matrimonio, tu relación con Hotaru y Sakura, y que te aceptara con todo eso? Recibiéndote con las piernas abi...


-Amor, ve afuera.-pidió el Kazekage dulcemente a su hija, haciéndole notar a la mejor amiga de su esposo que había una niña, deteniendo la pelea.


-Pero...


Fue hasta ese momento en que la pelirosa noto la presencia de aquella hermosa pequeña, quien los miraba a todos de reojo, aquellos ojos azules estremecieron el interior de la Haruno.


-Ve. -dejo a la niña en el suelo.- Debes prepararte para ir a animar a Kushina y Yashamaru ¿no? -la niña asintió- En mi oficina debe de estar Matsuri, pídele que te arregle.


-Está bien.-sonrió y se encamino a la salida, deteniéndose en la entrada.- ¡Adiós tío Shika! ¡Tía Ino!


-Adiós amor. -dijo dulcemente la rubia


-Nos vemos al rato.-dijo el mayor y todos vieron a la niña partir.


-Lo siento.-se disculpó Ino, se había olvidado que la hija de su "hermano" estaba en el lugar y ella estaba a punto de utilizar palabas no propias para ella.


-Está bien.-dijo Gaara con un leve movimiento de cabeza, entendía muy bien a la chica.


Después de la guerra vio con sus propios ojos como Naruto formo un lazo inquebrantable con ella y Hinata. No le reprochaba su actuar, ya que el mismo se comportó así de rencoroso con respecto a aquel matrimonio, después de la desaparición del rubio.


-Te entiendo.-le sonrió levemente haciéndola sonrojar.


Sai no se molestó, por el contrario, le parecía gracioso que su esposa comenzara a comportarse como una chiquilla, adjudicándolo a la posibilidad que fuera por el leve reencuentro con el Uzumaki. Ino fue una de las que resintió más la partida del Kitsune y más al saber la verdad, él intento apoyarla pero la chica no volvió a ser tan alegre, siempre la melancolía la acompañaba. Con el tiempo se casaron y todo le fue revelado por ella, maldijo aún más al Uchiha y le guardo rencor a su pelirosa compañera.


-...Lo que no entiendo, es lo mismo que tú. -continuo Gaara- ¿qué es lo que desean ustedes dos de él?


-Yo quiero...


-Eso no te incumbe -Sasuke no permitió que la Haruno hablara.- Solo dime donde está, hablare con él. Y te aviso desde ahora, me lo voy a llevar de nuevo a Konoha, así que es mejor que lo dejes ir sin resistencia.


-¿Que lo deje ir? - repitió Gaara, fingiéndose ofendido- Lo dices como si yo tuviera a mi Naru con cadenas, amenazado o lo manipulara con sus sentimientos...-Sasuke sintió la indirecta- ...No sé cómo me veas Uchiha y no me importa. -el pelirrojo cambio su tono a uno serio y claro- Pero que te quede claro que si él es mi esposo ahora, es por su propia voluntad y por el amor que nos tenemos.


-¿Amor? -pregunto el azabache en forma irónica.- Él no te ama, solo...


-¿...solo me uso para olvidarte? -completo Gaara el comentario- ¿piensas que aun te ama?


El Uchiha no contesto, solo le desafiaba con la mirada... De algún modo sentía que no podía contestar de manera firme... ¿Naruto lo seguía amando? La respuesta que daría era un "si", una simple palabra, pero que no podía afirmar debido a las circunstancias... El sonido no se producía en su garganta, temiendo que se quebrara por la duda.


-No tengo que responderte...-fue su simple contestación.- Dime donde está.


-...Por como yo lo veo...-Gaara lo miro curioso, al igual que los demás, honestamente esperaban que el varón respondiera orgullosamente que "Si"-...No importa que te diga, tu seguirás pensando lo que quieres.-suspiro para relajarse. Tratar con el Uchiha nunca fue lo suyo.


-Así es. -aseguro Sasuke, por nada del mundo Naruto lo olvido, de eso estaba seguro- Y ya te lo advertí, así que es mejor que te hagas a la idea. Me voy a llevar a Naruto de regreso conmigo a Konoha. Ve buscándoles otro niñero a tus hijos.


El azabache termino de decir lo que quiso y se disponía a retirarse, cuando escucho la tranquila voz del pelirrojo, lo que aumento más su enojo ¿es que acaso ese mapache estaba tan seguro de sí?


-Sasuke... ya te lo dije, el regresar a Konoha es decisión de Naruto, no tuya. Y en cuanto a lo de la niñera...- el pelirrojo rio un poco, Naruto era todo menos una niñera... ¡Por dios! El rubio parecía más el niño a quien cuidar – No voy a buscar nada. Nadie puede reemplazar a un padre; porque, te aclaro, todos mis hijos, son hijos también de Naruto. Son sus hijos biológicos y tú no podrás romper un lazo de sangre... ¡Amo a Naru, y él me ama a mí! ¡Y nosotros amamos a nuestros hijos! Esa es la verdad.


El Uchiha no soportando más aquellas afirmaciones, arremetió en contra del pelirrojo, quien no hizo ademan de defenderse, probablemente porque la arena lo protegería.


-¡Sasuke! -gritaron Sai y Kakashi, el azabache por un arrebato podría crear un problema político entre aldeas, además de que a quien le levantaba la mano era un viejo conocido y ahora esposo del rubio querido.


-¿Qué? ¿Tú de nuevo? -el Uchiha estaba molesto, una vez más en ese día, aquella niñata se interponía en su camino.


Con un simple kunai la ninja de la arena había detenido su espada, bloqueando el ataque que dirigía al pelirrojo. Todos en el salón enmudecieron ante la incomprensible escena delante de sus ojos. ¿Desde dónde había aparecido la ninja? ¿Cómo no la notaron?


-Karu...


-¡No te atrevas a tocarlo! -grito la Anbu, empujando al contrario e interrumpiendo al pelirrojo.


Con gran rapidez la chica dirigió una patada al estómago del azabache, pero este detuvo la pierna; lo que no pudo evitar fue que la adolescente tomara impulso y con su pierna libre lo golpeara en la cabeza, alejándolo varios pasos.


-¡Sasuke! / ¡Bastardo! – gritaron a la vez Kakashi y Sai, impresionados por la habilidad del ninja de Suna.


-¡Maldita! – siseo el azabache limpiando con sus dedos los rastros de sangre de sus labios.


-¡Nunca...! Escúchame bien maldito Uchiha... -con gran rabia sin contener la ninja desconocida se quitó el pañuelo que cubría su rostro, dejando solo su cabello cubierto y mostrando así su rostro colérico- ¡Nunca te atrevas a tocar a Gaara-sama y a Naruto-sama!


El azabache se arrojó al ataque de la kunoichi. Al igual que ella, él estaba furioso pero por diferente motivo.


Ese día era un caos total, empezando por ser obligado a ir a Suna; hasta reencontrarse con Naruto, lo peor fue que no pudo entablar una conversación decente con él y todo por esa niña.


-¡Me las pagaras! -sentención el Uchiha.


Cuando la espada del azabache iba a tocar la ropa de la Anbu, la chica fue empujada hacia atrás por un tercero, el cual arremetió contra el renegado.


-Ocho trigramas, sesenta y cuatro palmas -la voz de Hinata fue acompañada por el sonido de los golpes que le dio al Uchiha, bloqueando el flujo del chakra.


-¿Hinata? - Todos estaban sorprendidos, ante la repentina aparición de la otro ninja perdida.


El azabache se quejó del dolor, el ataque lo había tomado de improviso, agregándole sentirse mal por cegarse con el enojo y no notar la otra presencia. ¿Qué tan alterado estaba por ese día que sus habilidades ninja eran tan mediocres?


-Maldita Hyuuga...-maldijo el pelinegro.


El odio que le tenía a la chica y que nació tiempo atrás al saber que fue a la única que Naruto dejo estar a su lado, creció ahora ante la idea de que si el rubio tenía hijos de sangre, era posible que ella fuera la madre... y era por eso que defendió a la chica...


-¡Tía, yo podía con él! -grito la adolescente.


*¿Tía?* fue el pensamiento de todos los de Konoha que observaron a la Hyuga regañar a la pequeña sobre las peleas.


Sakura se acercó a su esposo, el cual estaba de rodillas en el suelo.


-¿Sasuke-kun? -Se arrodillo para estar a su altura, notando que su marido le costaba respirar- Hinata, ¿no crees que exageraste? -el reclamo de la peli rosada detuvo la pelea de la Hyuuga con su sobrina.


-Él está bien...-aseguro la portadora del Byakugan.


-Pero...


-Solo bloquee sus puntos de chakra pero debido a que el suyo es grande, le costara acoplarse...-explicaba Hinata.


-Maldita...


-Calma Sasuke.-todos notaron que la personalidad tímida de la chica había desaparecido en apariencia- El efecto pasara en un rato, pero no podía dejar que golpearas a Karura-chan. -el varón la fulmino con la mirada- Y usted jovencita, no deberías atacarlo. Sabes quién es él... además que a Naruto-kun no le gustaría que hagas eso...


-Pero Papá me dejo hacer lo que quisiera con este tema.-murmuro la joven desviando la mirada.


-Gaara-sama -le llamo la atención la Hyuuga


El pelirrojo sonrió nervioso, su hija lo había delatado con su cuñada, porque Hinata era la hermana de Naruto, y eso lo sabía desde el inicio. La chica podía ser paciente y dulce, pero no le gustaban los conflictos.


-No me refería a que lo golpeara cada vez que lo viera...-intento excusarse.


Los ninjas de Konoha estaban impactados, incluso Shikamaru, la personalidad de su vieja amiga había cambiado drásticamente, bastaba con ver el trato que le daban el Kazekage y la adolescente.


-Ríndete Hinata, sabes bien que no importa que le digas; Karura hará lo que desea.


Todos dirigieron su atención a la puerta de la habitación, donde se toparon con un hombre alto, delgado, de pelo largo color naranja y ojos rojos, en su rostro tenía tres marquitas en sus mejillas iguales a las de Naruto y sus ojos eran enmarcados por un tono negro igual a los de Gaara.


-Etto... ¿y tú quién eres? -pregunto Kakashi al recién llegado, quería saber a quién se enfrentaba, ya estaba bastante confundido, con la aparición de Naruto, Mito, la Anbu y Hinata. Todos venían y hacían lo que querían y luego se iban sin explicaciones.


-Kurama.-respondió el peli-naranja.


-¿Kurama?


Todos los ninjas de Konoha –a excepción del Uchiha- ladearon la cabeza bastantes confusos, ¿dónde habían escuchado aquel nombre?

Notas finales:

Yukihana: Antes de continuar con el siguiente capitulo queria responder a algo que me inquieta... hace unos dias subi un One-shot ItaNaru que se llama "Adios" en esta plataforma, el cual escribi hace tiempo en conjunto a una amiga muy cercana, el que compartimos en otra pagina de lectura. Bueno, para no hacer el cuento largo, una chica nos acuso de plagio al compartirlo aqui, solo queria aclarar que eso es falso, pues es de nuestra autoria, de ambas. Y que si ven alguna de las historias de esta cuenta en otra plataforma que no lleve el nombre de Yukihana-Hime o Tetsuna Hime, me avisen por favor.


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