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Tu Hijo Me Ha Pateado por Ana Reiko

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Sasuke avanzó por el pasillo, de regreso a su habitación, refunfuñando levemente e intentando tranquilizarse. 
 
Y es que su padre, Fugaku Uchiha, un alfa dominante, no le hizo mucha gracia que le pidiera las llaves del auto para salir a pasear. Y más cuando descubrió que se había puesto perfume de Alfa, era Muuu perceptible ese aroma proveniente de su ropa. 
 
El rostro del patriarca Uchiha marcado por la edad, cuya expresión llena de molestia y enfado que hizo cuando escuchó la petición lo dijeron todo. Transmitían el mensaje no verbal: "¿De nuevo saldrás con el novio en el coche? ¿No pueden irse caminando?". 
 
No es que no confiara en su hijo, más bien no confiaba en nadie y más si eran su auto el involucrado, podrían arruinar la carrocería o peor aún usarlo para otros fines distintos. 
 
Pese a que Sasuke y Naruto pertenecieran al género Omega, Fugaku no era ningún idiota, su hijo menor ya era sexualmente activo, culpaba a ese perfume del Alfa que, aunque había ayudado a disminuír el número de acosos por parte de pervertido, traía como efecto secundario encender el líbido entre Omegas.
 
Adicionalmente, a pesar de que la probabilidad de traer un bebé al mundo rozaba casi en lo nulo, cuando se daba el sexo entre Omegas. El padre Alfa sabía que a veces la fortuna te sonreía con maldad y te mandaba lo imposible como regalo. 
 
Así que como hombre y cabeza de la familia, Fugaku le advirtió a Sasuke que fuera cuidadoso al conducir, y con sus decisiones.
 
Como padres: Mikoto y él, podrían perdonarle que por un descuido se produjera un embarazo no planeado, pero no por eso le daban carta blanca para ser negligente. 
 
Luego de semejantes palabras, por fin el padre de Sasuke le soltó las llaves del automóvil. 
 
Ese fue el motivo de que el mal humor se estacionara en Sasuke otra vez. Le daba la impresión que hoy era el día de hacerlo enfadar. Al menos ya podría largarse con su novio al exterior. 
 
El Uchiha no tardó en regresar a su propio cuarto, con las llaves del vehículo en la palma de su mano. 
 
—Naruto, podemos irnos...
 
No completo la frase ya que encontró a su novio, acostado boca abajo, en una posición sensual, mientras exhibía aquellos objetos que había escondido debajo de los cojines. 
 
—Vaya Sasuke-teme, parece que seriamente consideraste convencerme para quedarnos en casa y ver Netflix—incriminó con picardía y cierta mirada insinuante, enseñando con descaro la evidencia.
 
A Sasuke le tembló una de sus cejas, permaneciendo aturdido por unos segundos ante la estampa que se manifestaba ante sus ojos. Posteriormente se llevó la mano a la cara como si estuviera frustrado o abochornado por la racha que traía este día ¿Estaba bromeando el destino con él? Primero Itachi, luego su padre y ahora Naruto hallando los condones. Se maldijo a si mismo por no haberlos escondido en el tocador. 
 
Se repitió que esto no podía empeorar, en cuanto saliera a su cita, todo mejoraría. Verían alguna película buena, cenaran algo rico, seguro abría un "postre especial" como una sesión de besos apasionados en el automóvil a modo de despedida, por ejemplo. 
 
—No fue idea mía, ni siquiera yo los compre—se defendió de inmediato, recuperando su compostura en tiempo récord, no había razones para avergonzarse, sólo se sorprendió un poco de que el Uzumaki encontrará dichas cajas. 
 
—Ya se me hacía raro que sugirieras que emplearamos anticonceptivos de barrera, es casi innecesario en nuestro caso si me lo preguntas—denotó, con su tono de voz normal, sospechaba que esto no era obra de su novio, pues las píldoras hacían un excelente trabajo más que un condón, por lo cual no era primordial. 
 
—Fue idea de Itachi. Cree que si no usamos protección, alguien terminara con un bebé en el vientre.—divulgó con serenidad. 
 
—Pero las posibilidades son bajas—explicó, incorporándose se la cama, para solo sentarse pacíficamente en la orilla de la cama—Claro que es difícil más no imposible, prácticamente que tú o yo quedemos preñados es similar a la probabilidad de ganar la lotería. 
 
—Si, lo sé pero...
 
—Incluso si alguno de los dos estuviera embarazado—meditó todavía con sumo interés en el tema—En los primeros meses, el síntoma más obvio serían los pinchazos o cólicos en el vientre, según recuerdo la explicación que nos dio Shizune-sensei en la escuela—concluyó pensativo, acariciando su barbilla como si hurgara en su memoria si se le estaba pasando algún detalle. 
 
Verlo tan inmerso en una cuestión que no valía la pena darle tantas vueltas, para Sasuke era perder el tiempo. Confiaba plenamente en la efectividad de las pastillas anticonceptivas. Era conveniente zanjar el tema y marcharse ya. 
 
—Mejor olvida eso y partamos al cine, pues tengo que buscar un espacio en el estacionamiento de la plaza comercial y sabes que eso es tardado.—aconsejó. 
 
El Uzumaki secundó la idea sin chistar, si seguía bromeando o dándole vueltas al asunto del embarazo estaría jugando con fuego, debido a que Sasuke podría hartarse y no llevarlo al cine, lo conocía era "mecha corta" a veces. Sumado a que si se demoraban más encontrar un lugar donde aparcar se convertiría en una pesadilla. 
 
Durante la travesía en auto, Sasuke descubrió que su novio se había depilado las piernas, no lo notó antes por el revuelo en su casa. No le sorprendía, ya que cuando ambos fueron al gimnasio había convencido a Naruto de entrenar en pantalones cortos y que exhibiera sus piernas orgulloso, pues tener vello y ser un Omega masculino era señal de masculinidad. 
 
Le citó como ejemplos a: Rocky Balboa el famoso peleador o a Michael Phelps un nadador olímpico, que pese a ser Omegas tenían ese "defecto" de ser velludo. 
 
Al principio pareció funcionar la plática motivadora pero todo se vino abajo por el propio Uzumaki, se le veía incómodo y muy tímido en los aparatos de ejercicio, por ello resolvió Sasuke atraer todas las miradas a él exhibiendo una nueva rutina física, y así librando a su enamorado de ojos curiosos. 
 
Con lo único que no contó fue que Naruto lo tomaría como una competencia y buscaría que le pusieran una rutina de ejercicios igual de pesada. 
 
Ese dobe era todo un caso. 
 
Y al parecer el propio Uchiha también. 
 
A Sasuke no le agradaba ir al cine, específicamente por qué tenía un conflicto con los lugares con mucha gente, y con personas ruidosas como niños llorando o adultos que no paraban de comentar la película en plena sala, sumado al hecho de lidiar con Alfas que intentaban coquetear, eso resultaba engorroso. 
 
Pero que remedio, lo hacía por Naruto y la privacidad de los palcos, en donde podía robarle un beso a su novio con la complicidad de la oscuridad que los cubría. Pero eso sí, esperaba que la película fuera buena también, y si era de acción mucho mejor. Si iba ir al cine que valiera la pena. 
 
Afortunadamente encontrar un lugar en el estacionamiento de la plaza comercial no fue una tarea difícil esta vez, y pudieron llegar a tiempo. Parecía que la suerte del Uchiha por fin mejoraba. 
 
—Naruto, ¿Ahora que película quieres ir a ver? —preguntó Sasuke observando las películas de la cartelera, que se exponía en una pantalla, tenía un presentimiento de que su adorado rubio elegiría una película de anime cliché en cuanto la vio. 
 
—Déjame ver...Hoy llegaron nuevas funciones—respondió sin despegar la vista de cada sinopsis de las películas que mostraba la pantalla. 
 
Rezando el Uchiha para que el Uzumaki no se decantara por la típica película. 
 
—¿Que tal "La noche del demonio"?—opinó el Uchiha.
 
El rubio le dirigió una mirada de reproche. 
 
—Se que planes tienes, idiota, quieres que me pase toda la película nervioso y cuando volvamos a casa tener una excusa para "protegerme" . —acusó, enfatizando la última palabra que poseía un doble sentido.—Muchas gracias, Sasuke sama—enunció sarcástico 
 
Una sonrisa prepotente se dibujo en el rostro principesco del mencionado, fueron expuestas sus negras intenciones. 
 
—No veo que te quejes después de te "protejo" durante toda la noche.—insinuó Sasuke con una sonrisa de auto suficiencia, Naruto no era el único que sabía flirtear. 
 
El rubio hizo un pequeño puchero ante el comentario. Viendo el resultado, Sasuke continuó diciendo:
 
—Además sólo un Omega como tú, se asusta tanto con las películas de terror, todo es ficticio, como para quedar tan asustado después de que la función acaba, eres un gato miedoso.—expuso divertido.
 
Con eso Sasuke sacó boleto, que empezará con su fanfarroneria era algo que Naruto no iba a permitir, podría ser un efecto secundario del perfume de Alfa. Como fuera ya lo iba a pagar, ya se le ocurriría una magnífica forma de vengarse, pero antes debía brindar una respuesta a la burla de su novio, sino no iba a estar a gusto. 
 
—¡Omega bastardo, no te creas tanto por tener fragancia de Alfa, ahora vas a saber quién es el gato miedoso, dattebayo!—chilló, amenazando con su puño. 
 
El grito del rubio llamó el interés de la gente, que esperaba en la fila en la taquilla, curiosos por la discusión. Suficiente atención recibida, tanto el Uchiha como el Uzumaki, volvieron disimuladamente a observar la cartelera. 
 
—Fue tu culpa, idiota—señaló el rubio. 
 
—No era para tanto, ese carácter impulsivo tuyo nos trae problemas, intenta controlar tus emociones, pareces esas personas de corazón ardiente, que no entienden una broma y no pueden quedarse calladas.
 
—No voy a actuar como un muro de hielo ante tus comentarios, ya me conoces. Además si lo intento me quedaré congelado, y luego ¿Quién va a derretir tu cuerpo y corazón?—desafío con una sensualidad descarada.
 
Sasuke le dio un tic en su ceja ante el comentario, el sinvergüenza de Naruto le dio un revés y golpe bajo con su coqueteo. Sin duda era un maestro en esto. Cogió al rubio del brazo llevándolo a rastras hacía la zona más desierta del centro comercial.
 
—Auch, espera teme, ¡No me arrastres!—exigió el Uzumaki, pues caminar rápido,y con su novio tirando de su brazo fuertemente, ocasionaba que el dolor en sus abdominales volviera.—¡Puedo terminar solo! 
 
La petición fue ignorada completamente. Una vez a solas, el Uchiha habló: 
 
—No me tientes usuratonkachi, que estoy a un paso de largarme de aquí contigo, llevarte al auto y tomarte ahí. 
 
—Se que soy irresistible para ti, solo espera que termine la película, ya que hacerlo en el auto es muy incómodo'tteba. —ofreció un trato, sin inmutarse por la amenaza, masajeando su abdomen bajo. —¿Qué opinas? 
 
Cuando el Uchiha empezaba a desafiarlo, Naruto aprovechaba para seguirle el juego, le encantaba mucho estas provocaciones rudas. 
 
—Me parece bien.
 
—Ahora ya estas contento ¿no es así? 
 
—Tú que crees. 
 
—Y luego dices que el descarado soy yo. Vamos a elegir la película, Sasuke baka. 
 
Los dos regresaron a la área de cartelera, Naruto escogió una película de animación japonesa, para decepción de Sasuke, pero eligió no oponerse, pues los boletos estaban comprados y no quería protagonizar otra pelea, por que de seguro que ahora si el rubio le pedía que se fueran del cine por puro capricho. 
 
La película era emocionante narraba la historia de un grupo de ninjas que debían unir sus fuerzas para salvar a su aldea de un zorro maligno de nueve colas. 
 
Al contrario, Sasuke ya presentía cómo se desarrollaría la película, había visto demasiadas películas de anime para identificar los patrones genéricos que se utilizaban. 
 
La historia de un Shonen promedio se estructuraba de la siguiente manera: primero los protagonistas se conocerían, luego pelearían por cualquier tontería, se reagruparían antes de la batalla final, y usarían en el momento crucial el "Nakama power " que resolvería todos los problemas, y en los últimos momentos la chica protagonista besaría al héroe con la luz de la luna detrás de ellos, demasiado predecible y sin chiste.
 
Mientras el Uzumaki se emocionaba con las escenas, al tiempo que devoraba puños de palomitas de maíz, con la mano derecha y frotaba suavemente su vientre con la mano izquierda, el dolor muscular no se le pasaría rápido, mientras estuviera sentado, pues en esa posición el abdomen se comprometía. 
 
Por su parte el Uchiha estaba aburrido, prestando atención de vez en cuando al raro comportamiento del rubio, que a la película en sí. Resultaba extraño que cuando se riera en las escenas graciosas, Naruto contuviera su estómago, por más pesado que fuera el entrenamiento, no debía tener esas consecuencias. 
 
Ya le preguntaría luego por el estado de su cuerpo, por ahora agradeció estar en la última fila del palco privado, la luz de su celular no molestaría a nadie. Tras asegurarse que Naruto estaba inmerso en la película y que nos le prestaba atención. Checó sus notificaciones de Facebook para entretenerse, solo debía estar ahí por dos horas e imaginar su recompensa por resistir. 
 
Naruto se percató rápidamente de la falta de atención de su novio, cuando por el rabillo del ojo lo atrapó viendo su celular totalmente sumergidos en sus redes sociales. 
 
Apretó los dientes, por el enojo la señal de que estaba aburrido. Su momento había llegado. Hora de la venganza. 
 
Suavemente sostuvo la mano de su amado, estrechándola entre las suyas, una vez que captó el interés del Uchiha, llevó esa pálida mano hacía su vientre. 
 
—Sasuke, no quería preocuparte, pero ya no puedo aguantar más tengo cólicos en mi vientre, creo que sí estoy embarazado después de todo.—manifestó con la preocupación depositada en sus ojos azules. 
 
Los ojos negros de Sasuke se abrieron de par en par, lanzando tal grito de sorpresa que asustó a los demás presentes en la sala y también ocasionando enojo en otras personas, inevitablemente el personal del cine los invitó a guardar silencio, dándoles una advertencia que si causaban otra vez alboroto serían expulsados. 
 
—¡No puedo creer que hayas hecho algo como eso! —regaño el Uchiha, enfadado por la escena que prácticamente sacó a rastras afuera de la sala al rubio. 
 
—¡Estabas con tu celular, teme! ¿Cómo querías que no me cabrera, dattebayo?—rezongo rabioso. 
 
—Elegiste una película muy mala, lógicamente que me iba cansar.—objeto, cruzando los brazos. 
 
En lenguaje corporal el Uchiha reflejaba que no estaba dispuesto a perder la discusión. Entonces el Uzumaki hizo lo propio colocando sus manos sobre su cadera, una pose de poder, no se iba a dejar amedrentar. 
Sin duda el lenguaje del cuerpo transmitían más que las palabras, podrían ser omegas pero no eran nada sumisos. Cualquiera que los viera imaginaría que era una pareja de Alfas disputando un problema. 
 
—Yo nunca me pongo a tontear con el celular cuando no me gusta una actividad que te involucre o te guste, así sea harta aburrida, o ¿ya se te olvidó el festival del tomate o el Hanami? —recriminó. 
 
Naruto trajó a la mesa esos eventos en donde participó y que fueron donde puso de su parte a fin de hacer feliz al Uchiha. 
 
El Uzumaki acompañó a Sasuke al festival ambulante del tomate, checando cada puesto, aprendiendo algo de horticultura de estas verduras rojas y jugosas, que fue el lado bueno de esta actividad. Incluso probó algunos platillos pese a que la mayoría los odio. Sin embargo nunca se quejo. 
 
En otra ocasión lo ayudó a organizar el evento del Hanami para su salón de clases, cuando lo eligieron las chicas como líder de decoración por su linda cara, siendo tan antisocial fue un suplicio, más con la ayuda de su enamorado fue más sencillo y menos complicado. 
 
No podía argumentar nada contra esos hechos compartidos. Sasuke dejó de hablar, captando que en serio el que había metido la pata fue él. Desvío la mirada, abochornado por su falta, pero pues se le hizo fácil ignorar la película, sin considerar los sentimientos de Naruto, a veces tenía ese hábito, ya se lo había dicho Itachi. 
 
—Lo siento—musito Sasuke sin ver a la cara a su novio. La verdad disculparse no era su fuerte. 
 
Pero el Uzumaki sentía que esto no se arreglaba con una simple disculpa, la verdad ver a Sasuke escoger perderse en sus redes sociales en lugar de compartir juntos una película, le dolió mucho, le enviaba el mensaje de que era tedioso participar en estas actividades. Cuando Naruto intentaba verle el lado bueno a todo.  Además pudo dar su opinión sincera respecto a que esa pelicula, si la veía como una historia latosa llena de clichés. 
 
—Sasuke llévame a casa.—solicitó el rubio desganado y dolido. 
 
—Pero Naruto, hoy era nuestro día libre de la escuela.—rebatió abogando a la sensibilidad de Naruto, en que debido a que se acercaban los examenes finales y por ende no serían capaces de salir juntos tan seguido. 
 
—No importa, ahora no quiero hacer nada más, solo quiero ir a casa.—contradijo lanzando una mirada de advertencia al azabache pues no logro iba a convencer. 
 
Ambos recorrieron el camino hasta la casa de Naruto en silencio. El rubio se perdió en lo que fuera interesante que la ventana le mostrase, el Uchiha abrió los labios para intentar remediar la situación pero se arrepentía y mejor permaneció callado, presentía que sólo empeoraría dicha circunstancia. 
 
Cuando Sasuke estacionó su vehículo enfrente de la casa de su enamorado, Naruto descendió del coche rápidamente. 
 
—Sasuke dame un tiempo para pensar y estar a solas ¿okay? No me mandes mensaje—pidió el Uzumaki después de bajar.
 
El Uchiha quiso refutar el pedimento pero se quedó con la palabra en la boca, pues el rubio se fue sin mirar atrás. 
 
Esa noche Sasuke llegó a casa sin detenerse a cenar con la familia, incluso ignoro los intentos de Itachi por saber que había sucedido, no le abrió la puerta del cuarto. 
 
Desde la intimidad de su habitación, el Uchiha meditó si este contratiempo realmente pondría fin a su relación. Ya habían tenido peleas antes pero no a este grado, ni con estas consecuencias, contemplar esa expresión de tristeza, desolación, y decepción en Naruto le dio a entender que si había sido grave el daño. 
 
Decidió no darle más vueltas al asunto, de nada le iba a servir quedarse toda la noche despierto lamentando lo que no fue y no será. Tal vez mañana Naruto amanecería con otro humor y resultaría más facil reconciliarse con él. Pues una buena noche de sueño contribuía a que la furia bajara aunque fuera un poco. 
 
Con este pensamiento positivo, cerró sus ojos negros entregándose al sueño. 
 
A la mañana siguiente, Sasuke se despertó más descansado y con la mente clara, como que le había servido mucho el sueño reparador de la noche. 
 
Salió de la cama rápidamente, quitándose el piyama, y poniéndose ropa cómoda con la que comúnmente se vestía para andar en la casa, lavar llamada "ropa de pereza". Sin embargo, que trajera esa ropa no significaba que su energía no estuviera alta, cada segundo que invertía en una actividad lo demoraba en su objetivo fijado: conversar con su novio y hacer las pases con él. 
 
Partió de su habitación dispuesto a darse una ducha rápida, desayunar cualquier comida express, un pan tostado con mermelada incluso, para obtener fuerzas y tomar rumbo a la casa de Naruto. 
 
Tenía la mente clara, se disculparía como es debido, y estaba hasta dispuesto a hacer lo que fuera para luchar por su relación romantica. Se apartaría de su inútil orgullo a fin de no perder a su chikistrikis. 
 
Eso venía planeando, mientras se  encaminaba a darse un baño mañanero, cuando se encontró con su hermano mayor en el inicio de la escalera. Itachi iba subiendo justo al segundo piso mientras Sasuke se hallaba listo para bajar al primer piso. El menor de los hermanos arrugó el entrecejo, seguro que le pediría explicaciones pues prácticamente lo evitó echándole hasta el seguro a la puerta de su cuarto para impedir su ingreso. 
 
—Sasuke, apenas iba a llamarte para que bajaras, mamá y papá quieren conversar contigo.—avisó Itachi con cierta expresión de preocupación y seriedad. 
 
El Uchiha menor estaba descolocado, creyó que le preguntaría referente a su actitud evasiva de anoche, y ahora le salía con que sus padres deseaban dialogar de algo importante. Esto retrasaría sus planes aún más. Debía inventar alguna buen pretexto para esquivar este asunto. 
 
Observarlo tan ensimismado le dio mala espina a Itachi, cuando se perdía en sus pensamientos previo a una discusión era mala señal, seguro intentaría evitar o postergar la conversación familiar y eso no lo iba a permitir. No está vez. 
 
—Sasuke, te pido de todo corazón que no des excusas para evitar esta discusión. Suficiente hiciste con eludir a Naruto-kun por una tontería.—reprendió con cierta autoridad de hermano mayor. 
 
Sasuke quedó aún más confundido. Primero ¿Cómo sabía Itachi acerca de su pelea? ¿Acaso había llamado a Naruto para pedirle una explicación que justificara su comportamiento de anoche?. Y segundo, la extraña amonestación y su cambio de humor, daba la impresión de que estaba más que disgustado, no creía que fuera por haberlo ignorado.
 
Todavía estaba reflexionando cuando Itachi intervino de nueva cuenta. 
 
—Sasuke, deja de perder el tiempo cavilando, despabila y baja.—ordenó con un tono suave pero de mando. 
 
—Esta bien, enseguida bajo—contestó el Uchiha a la casi orden, a fin de bajarle el mal humor a su carnal pues un Itachi enojado era un problema mayor que un Naruto furioso. 
 
Sasuke descendió por las escaleras con rumbo a la sala, mientras más pronto terminara esta conversación más rápido saldría a arreglar las cosas con su novio. 
 
Al entrar a la estancia, encontró ahí sentados en el sofá mediano a Naruto Uzumaki y al lado suyo se hallaban Mikoto y Fugaku Uchiha. 
 
¿Qué diablos hacia su enamorado ahí? 
 
—Cariño, Naruto-kun ya nos explicó la situación, la verdad nos queda mis boquiabiertos al principio, pero pues es una excelente noticia, a pesar de haber sido un accidente feliz—exclamó Mikoto con una gran sonrisa y muy emocionada que no podía encontrar las palabras que reflejarán su sentir. 
 
Al menos eso juzgó Sasuke al atestiguar tal comportamiento de su progenitora, cuando Mikoto Uchiha se emocionaba con algo tendía a no expresarse correctamente pues el sentimiento le ganaba, este era prueba de ello. 
 
—Mikoto, sigue siendo un error—opinó Fugaku con total sequedad no estaba nada contento por cómo llamó al problema serio que tenían entre manos. 
 
—Querido, lo hecho, hecho esta y en lugar de rechazarlo hay que enfrentarlo con responsabilidad y la mejor actitud por el bien de Naruto-kun—replicó Mikoto con serenidad, ella escogía no amargarse,  inclinándose a ocuparse en lugar de preocuparse. Suficiente había tenido Naruto comunicándole la noticia de su estado a Kushina y Minato—Sasuke, cariño, acércate aquí donde estamos.—invitó. 
 
El pequeño Uchiha acató la petición de su progenitora, sentándose al lado de Naruto, quien no podía disimular su rostro ruborizado, tenía unos ojos llenos de dulzura infinita además de un chamarra enorme cubriendole el torso. 
¿Desde cuando Naruto le había entrado a la onda de reguetonero y usar ropa holgada? 
Sumado a que jamás lo había visto así, tan conmovido y vulnerable, siquiera cuando se dieron su primer beso o tuvieron su primera vez demostró tanta amor hacia su persona. 
 
¿Qué habría pasado para que olvidara el enfado por la pelea tan pronto?
 
Por su parte, Fugaku dio un largo y pesado suspiro, no podía alegar contra su adorada esposa, porque ella tenía muy definida su opinión al respecto de este complicado escenario. Sin embargo iba a decir lo que debía para que su vástago entendiera que existían las consecuencias en relación a sus malas decisiones. 
 
—Sasuke, escúchame esto no se va a quedar así, vas a tomar parte de la responsabilidad de esto, tal como te lo advertí.—ordenó Fugaku apuntando con su dedo autoritario a su hijo menor.—Aunque te hayas separado por unos meses de Naruto para darse un tiempo y seas un Omega, y si bien las probabilidades de una concepción eran muy bajas, estabas consciente de que no era imposible que alguno de los dos terminaran preñado. 
 
¿Meses? ¿Qué diablos pasaba aquí? Si la pelea con Naruto llevaba menos de 24 horas. 
 
Y luego las últimas palabras ¿Había oído bien? ¿Naruto estaba de espera, por él? ¡Pero eso era imposible! A menos que la broma del cine hubiera sido real...
 
Sasuke se quedó de piedra, No pudo reprimir abrir su boca por la sorpresa. 
 
Mikoto asintió con la cabeza, confirmando que era real lo que Fugaku le revelaba, posando una de sus delicadas manos sobre el hombro del rubio, como animándolo a que le confiara la buena nueva de primera mano.
 
Entonces Naruto atrapó entre sus manos el rostro de Sasuke para que se pudiera ver a los ojos. Quedando azul contra negro. Con la atención captada, el Uzumaki sonrió y dijo:
 
—No había tenido la oportunidad de decirte esto, pues estuvimos peleados por un par de meses—admitió con arrepentimiento en su mirada pero luego estrecho con seguridad la mano de Sasuke, y recuperando su sonrisa cálida, añadió:—pero eso ya no importa, ¿lo sientes?, tú hijo me esta pateando. —manifestó con ternura posando la mano de su enamorado sobre su abultado vientre que se podía palmar por encima de la chamarra.
 
Inesperadamente Sasuke percibió movimiento debajo de la palma de su mano. 
 
—Parece que la broma que hice en el cine aquella ocasión, resultó ser verdad'ttebayo.—esclareció el rubio recordando el pasado con nostalgia. 
 
—Aunque tu padre no lo demuestre, Sasuke, está muy feliz y orgulloso de ti. Estaremos apoyándote, serás un gran padre Omega—animó Mikoto posando su mano encima de la mano de Sasuke. 
 
Ipso facto por fin la sangre y el alma retornaron al cuerpo del Uchiha, ¡No podía ser verdad!, Solo podía vislumbrar a Naruto que exponía su vientre hinchado, estaba grande como de unos 4 meses, Mikoto lo acariciaba y le hacía mimos, mientras su padre padre veía la escena con su celo fruncido y reclamándole a Sasuke con la mirada su descuido. 
 
¡Esto debía ser una gran pesadilla, esa panza no debía tener ese tamaño! 
 
¡Qué alguien lo despertará ya!. 
 
Entonces dentro del mismo sueño soltó un grito tan aterrador que seguro resonó por toda la manzana.
 
En ese preciso momento, Sasuke despertó, revolviéndose en la cama, moviendo brazos y piernas como alguien que se está ahogando, su propio alarido le ocasionó que saliera de ese sueño. 
 
Tenía el corazón a mil por hora, volteó a ambos lados de su cuarto, estaba de nuevo en el mismo escenario. Pero esta vez se pellizco para corroborar que esta vez estaba en la realidad. 
 
—Fue un sueño...—susurró aliviado, dejándose caer en la cama. 
 
—Sasuke ¿estas despierto?—preguntó Itachi tocando levemente la puerta de la recamara.—Naruto-kun está aquí. 
 
Más rápido que una bala, el pequeño Uchiha abrió la puerta a su hermano. 
 
—Tonto hermano menor, ¿ahora si me prestas atención?—recriminó fingiendose ofendido—No más mencionó a tu enamorado y saltas de la cama. 
 
Sasuke apretó los labios, no podía replicar nada, estaba más asustado de que el Uzumaki estuviera en su casa ¡No podía ser! ¿Acaso había sido un sueño profético? Y ¿si en verdad estaba embarazado y venía a confesaron? ¡No podía ser eso!. 
 
Contemplar que su hermanito no tenía nada de energía para discutir, y que traía una expresión de angustia, hizo que Itachi escogiera no hacer más bromas, y simplemente agregó:
 
—Como sea, voy a salir con mis padres por dos horas, así que lo que tengas que remediar con Naruto-kun tienes todo el tiempo del mundo, ehh, no lo arruines—sugirió apretando la mejilla de su hermanito. 
 
Que sus padres se fueran apaciguo las ansiada de Sasuke pero persistirá la posibilidad. ¿Y si le deseaba comunicar primero la primicia del embarazo? Naruto no daba su brazo a torcer, osea no iniciaba hacer las pases tan rápido. Así que...
 
Una vez que sus padres y hermano se marcharon a su asunto, Sasuke bien peinado y cambiado de ropa, bajo al salón para encontrarse con su amado rubio. No le quedaba de otra más que enfrentar el problema como un hombre. 
 
—Vine por que no me gusta que estemos separados sin hablar acerca del problema.—tomó la palabra primero Naruto, levantándose del sofá en cuanto se percató de la presencia del Uchiha. 
 
Sasuke lo reviso de arriba a abajo, traía ropa normal y no había rastros de una panza abultada ni nada, igual se iba a asegurar, mediante observación del área abdominal detenidamente, y le preguntaría si fuera el caso. 
 
—Naruto, me voy a sentar cerca de ti, ¿esta bien?—preguntó, pidiendo permiso, pues no sabía si su novio le permitiría estar a esa distancia. 
 
El rubio se sorprendió que le pidiera permiso para estar dentro de su espacio personal. Ajeno a las intenciones de Sasuke. Sonrió con calidez por unos segundos, estaba contento de que este asunto empezará con el pie derecho. Tenía un buen presentimiento que esto se resolvería muy bien. 
 
—Esta bien, ven—instó, golpeando el asiento del sillón.
 
Sasuke al recibir el consentimiento, se situó al lado del Uzumaki. Y así los dos Omegas quedaron sentados uno frente a otro. 
 
—¿Cómo sigues de tu abdomen?—preguntó de improviso Sasuke, la impaciencia le había ganado, debía comprobar si lo del sueño fue una profecía o no. 
 
Naruto lo miró desconcertado, al parecer Sasuke si se había dado cuenta que estuvo sobándose la panza por el terrible dolor muscular que padecía anoche. 
 
—Estoy bien, mi madre me dio un masaje anoche, el músculo solo esta dolorido, necesito dejarlo descansar unos días.—refirió. 
 
—Entonces estas bien.. 
 
—Se podría decir que sí'ttebayo. 
 
Esa era la señal para que se serenara, pues Naruto con lo que le contó desmintió un posible embarazo como si pesadilla se lo mostró. 
 
Ahora ya estaba listo para atender el problema principal, a simple vista tanto el Uzumaki como el Uchiha traían la cabeza más fría y la mente despejada, adecuada para un diálogo civilizado. 
 
—Perdóname, Naruto. —se disculpó primero el Uchiha—fui un imprudente e insensible al no poner de mi parte, como tú lo haces buscando el lado positivo a las actividades sea cual sea.—expuso. 
 
El rubio lo observó con atención, efectivamente sus palabras eran sinceras y su arrepentimiento legítimo. Su novio era de esas personas que difícilmente pedía disculpas, le costaba admitir sus errores por orgullo, pero de que tenía sensatez en su corazón, lo tenía. 
 
—Creo que yo tuve algo de culpa también tanto por la broma como por elegir una película que sé perfectamente que no te gusta el género—admitió con madurez—Para la próxima elegimos juntos una. Suficiente hiciste con acompañarne a un lugar concurrido, pues con lo reservado que eres.—concertó. 
 
Esa noche en cuanto entró a su casa, se encerró en su cuarto para estar solo. Desgraciadamente no logró omitir los toquidos en la puerta de su cuarto, propinados por Kushina que no se iba a ir sin una explicación. 
 
Después de desahogarse con su madre, y que le regalara algunos consejos como no echar por la borda su relación por un malentendido sin resolver y que tratara de dormir pues mañana sería un nuevo día. 
 
Al desperté reflexionó mejor este asunto y llegó a esa conclusión que tenía parte de culpa y debía salvar su amor. 
 
—Como haya sido, no quiero que esto se vuelva a repetir nunca, así que prometo que pondré de mi parte para no lastimarte de esa manera, voy a a cambiar mi actitud.—garantizó tomando las manos de Naruto. 
 
—No necesito que cambies por completo tu forma de ser, teme.—estableció rápidamente, lo único que no deseaba era que su novio se convirtiera en una persona que no era—Solo quiero que me digas tu opinión cuando tengamos que hacer alguna actividad, prometo que te escucharé sin molestarme. Después de todo pienso que ninguno de los dos debe sacrificarse en algo que no le guste.—designó finalmente. 
 
Sasuke asintió, entendía a que punto deseaba llegar, y le parecía muy justo. Pronosticaba que su relación había avanzado a una nueva etapa donde gozarían de nuevas experiencias y sentimientos, pues ya no estaba la presión de agradarle al otro y complacerlo costara lo que costara. 
 
—Naruto, te amo.—confesó Sasuke inesperadamente. 
El Uzumaki sonrió como bobo, ¡Demonios, ese maldito Uchiha sabía como apenarlo!
 
—¡Yo también te amo, teme!—vociferó muy contento, tener esa calidez en su corazón le encantaba. 
 
Se abrazaron de pronto, ambos pensaron lo mismo de sentir al otro cerca, como primer paso a la reconciliación. 
 
—Sasuke-teme esto cuenta como una pelea de pareja así que te exijo una dosis de doble reconciliación.—solicitó con cierta voz sensual, para posteriormente robarle un beso a Sasuke. 
 
—Por supuesto, vamos a mi cuarto.—exhaló después de recuperarse de ese beso corto, e levantándose del sillón, Naruto lo imitó.—Después de todo Itachi nos compró algo de tiempo a solas. 
 
Mientras los dos subían las escaleras, Sasuke luchaba con su memoria  para recordar la ubicación de esos preservativos. 
 
—Ya recordé donde guarde los comdones a noche, perfecto.—celebró acordarse se dicho dato. 
 
—¿Eh? ¿Quieres utilizar condón? Pero si tengo aquí las pastillas.—comentó palpando una pequeña cajita que traía guardada en él bolsillo de su pantalón. 
 
Que Sasuke ahora pronunciara por propia voluntad el uso de ese preservativo, si que lo desconcertó, cuándo ayer opinaba que no los requerían. 
 
—Usuratonkachi, venías preparado ehh, pervertido.—acotó. 
 
—Vamos contéstame, ¿por que quieres usar un condón ahora? No me digas que todavía crees que alguno de los dos nos puede fallar la píldora.—indagó con harta curiosidad, evadiendo la acusación. 
 
En cuanto los dos chicos arribaron a la habitación del Uchiha, tomaron asiento en el colchón, y Sasuke entonces se puso a contarle su pesadilla a su novio, con el objetivo de hacerse entender mejor acerca de su nueva mentalidad respecto al sexo seguro, así el reto de un embarazo accidental sería imposible. 
 
Durante el relato, Naruto hizo algunas expresiones de incredulidad, sorpresa y hasta soltó una que otra risita nerviosa. Ciertamente su amado teme lo pasó mal soñando con un embarazo no planeado. Sin lugar a dudas, las advertencias de Itachi en relación al condón, el sermón de Fugaku acerca de la negligencia en el sexo y la broma que le jugó en el cine provocó que Sasuke mantuviera esa información en su subconsciente. 
 
—Mejor no tentar a la suerte, ehh, no vayamos a quedar ambos embarazados al mismo tiempo. ¿Te lo imaginas?—expresó Naruto divertido bien casual, solo era capaz de visualizar estar embarazado de Sasuke, dudaba de verdad que sucediera. Mucho menos qué ambos terminarán en estado. 
 
—Suficiente tuve de esta pesadilla, dobe. No quiero ni siquiera concebir más escenarios caóticos en mi mente—argumentó no le veía la gracia, fue espeluznante, sintió que se le venía el mundial encima. 
 
—Tienes razón, demasiado aterrador.—admitió asimilando el punto que su pareja deseaba dejar claro—Pues vamos a concretar nuestra conciliación de forma segura.—concluyó, robándole tiernamente otro beso al Uchiha. 
 
Sasuke sonrió con prepotencia, definitivamente contaba con el novio perfecto para su persona, pues era: bromista, divertido, con un porcentaje de sensualidad y descaro adecuado sumado a sus "espigas de oro" que crecían en sus piernas. ¿Qué más podía pedir? 
 
El Uchiha sacó la caja de condones de la mesa de noche, y posteriormente recostó con delicadeza a su dobe en su nidito de amor, tenían mucho tiempo por delante, así que mejor aprovecharlo. 
 
Al final resultó irónico que Itachi Uchiha tuvo la razón siempre.
 
Más valía prevenir que lamentar. 
 

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