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El pasado regresa por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee, los personajes de Harry Potter pertenecen a su autora J.K. Rowling. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark. Dr. Strange/James Potter (pasado)

Aclaraciones y advertencia: Romance, Crossover, Universo semi alterno, mención de Mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Stephen conoció a James Potter durante su época de colegio en Hogwarts. Dejó el mundo mágico poco antes de que estallara la guerra contra Voldemort, para perseguir su sueño de convertirse en medico (tanto medimago como no mágico). Por casualidad conoce a Tony Stark, se hacen amigos y con el tiempo, se casan, pero ¿qué pasaría si el joven Harry Potter fuese el hijo de Strange?, ¿Cómo lo tomaría la nueva familia del Hechicero Supremo?

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

El pasado regresa

 

 

Capítulo 7.- Quiero ser tu amigo

 

 

Ok, su nueva vida era como un paraíso; Stephen y Tony no lo trataban como si fuese un elfo doméstico, ni lo mataban de hambre, al contrario; su habitación estaba equipada con la última tecnología muggle, además de contar con su propio espacio y libros de magia y hechicería, tenía acceso al refrigerador las 24 horas, ¡incluso podía pedir lo que quisiera sin pedir permiso antes!

Sin mencionar que vivía con los héroes más fuertes de la tierra, era como un sueño para cualquier niño. Sin embargo, él no se sentía que aquella fuese su casa, ni su familia.

Cierto, tenía a su padrino con él, pero el saber que Stephen Strange era su padre, lo hacia sentir… no sabía que sentía.

 

 

—¡Harry! —Peter ingresó en su habitación sin llamar antes. Llevaba ya dos semanas viviendo en esa casa y el otro niño lo trataba como si lo conociera de toda la vida, aunque era agradable que no lo viera con adoración, como la mayoría en el mundo mágico, seguía siendo molesto el poco respeto que tenía por su espacio personal.

—Peter —dijo el joven mago; no lo llamaba por su apellido, pues la última vez que lo intentó, el castaño no hizo mas que darle un sermón sobre lo importante que era la familia.

—Papá me dijo que pronto regresarás a tu escuela —Harry asintió, aunque siendo sincero, con todo lo que había sucedido (y de lo que por supuesto se enteraron Stephen y Tony), había pensado que no le permitirían regresar; una ínfima de él deseaba que sucediera.

 

Nada de Voldemord…

Nada de “el niño que vivió”…

Nada de preocuparse por salvar su vida o la de otros…

Solo él y una vida de estudiante común y corriente.

 

—Debes estar emocionado —Harry se encogió de hombros. Debía admitir que no sentía esa alegría que sintió en el pasado.

 

Hogwarts representaba una salida, un descanso a su horrible vida de sirviente, de esclavo para una familia que lo odiaba.

No lo admitiría tan fácil, pero en New York había encontrado la felicidad; Stephen y Tony eran buenas personas, igual que Peter y la Srta. Pepper, Happy, el Dr. Banner y el Sr. Rhodey.

No pasaba hambre, incluso aumentó un poco de peso.

Solo debía mantener su habitación ordenada y limpia, era, de hecho, su única obligación.

Solía pasar las mañanas en compañía de su padrino, quién le contaba historias de su papá y ma… Lily, incluso de Stephen.

Odiaba admitirlo, pero dichos relatos lo animaron a acercarse más a su otro padre biológico y la familia de éste. Descubrió que no era tan malo, que al igual que él, era víctima de una red de intrigas y mentiras que terminaron por arruinar su vida (la de Harry).

 

—¿Te llevarás la IA que papá te dio? —a los pocos días de su llegada, Tony, le regaló diferentes aparatos electrónicos: una computadora, tablet, varias consolas de videojuego y un reloj que contenía una IA llamada Sabrina, que por supuesto, tenía la voz de una actriz que interpretaba a una bruja rubia en una serie de Netflix que Stephen no los dejaba ver «cuando cumplan 18», se la habían dado con el fin de que pudiera estar en contacto con ellos y pedir ayuda en caso de estar en peligro.

 

—No creo que ella sea de ayuda en Hogwarts —dijo Harry.

Me ofendes —le respondió Sabrina —. El Sr. Stark me programó con un vasto conocimiento en hechizos y pócimas; sería de gran ayuda para que Snevellus no le quite puntos a tu casa por causa tuya. Además, cuento buenos chistes.

 

Claro que su padrino había ayudado con información de Hogwarts, incluyendo los sobrenombres a Snape, algo que le ganó a Sirius un regaño y un castigo a Tony por parte de Stephen.

 

—Con que aquí estaban —ambos niños se sobresaltaron ante la ladina sonrisa de Sirius.

 

Black se había recuperado de su tiempo en Azkaban; ganó peso, las ojeras desaparecieron y su cabello bien peinado; usaba ropas de estilo muggle.

 

—¡Tío Sirius! —exclamó Peter antes de lanzarse al hombre, quien lo cargó para hacerlo girar.

 

Por supuesto que Peter se había ganado el cariño de Black con relativa facilidad; por supuesto que Harry no se sentía celoso del niño, claro que no, ¿por qué lo tendría?

 

—¿Vienes a jugar con nosotros?

—Estoy buscando a Stephen.

 

Desde hace un par de días, Strange le había estado enseñando las Artes Místicas a Sirius y a Harry, seguro de que eso los ayudaría en un futuro.

Black había demostrado talento para conjurar portales, aunque tenía problemas para crear objetos con su magia.

Harry estaba peor, incapaz de, si quiera conjurar una chispa; era frustrante y no ayudaba la mirada que Stephen solía darle, como si le tuviera lástima.

 

—Papá doctor fue a ver al tío Wong —respondió Peter. Canuto asintió con la cabeza, solo esperaba que todo estuviera bien, aun el recuerdo del día posterior a su llegada, le perturbaba.

 

Stephen había ido a cumplir una misión; al parecer un demonio Inter dimensional intentaba hacer de las suyas y tuvo que detenerla. Por supuesto que Strange logró derrotarlo, pero regresó herido, sus ropas manchadas con su sangre; por suerte, Peter se encontraba con Bruce en sus clases especiales y Harry había salido con Pepper a comprar ropa, pues según Tony, no tenía suficiente.

Black sabía que la vida de Stephen como héroe no era un lecho de rosas, aún así le preocupaba que algún día no regresara, Harry ya había perdido suficientes seres queridos, otro más podría romper de algún modo al niño.

 

Los pensamientos del animago se vieron interrumpidos a causa del sonido característico de un portal abriéndose; tan pronto como Stephen emergió, su capa se separó de él para saludar a ambos niños.

 

—¿Todo bien? —preguntó Sirius tratando de ocultar la preocupación que sentía por el hombre más joven. Strange asintió con la cabeza.

—Asuntos menores —Black se relajó, aunque la preocupación no dejaba su mente, ¿Cómo es que el esposo de Stephen podía vivir con la incertidumbre?

 

 

 

 

Harry observó a su padre realizar distintos movimientos con las manos para crear portales. Era frustrante, tanto para Potter como para Sirius.

 

—Las artes místicas puede resultar… aterradoras para un usuario natural de la magia —Stephen lo sabía mejor que nadie, después de todo él, en su momento, fue un pésimo alumno que no podía ni siquiera abrir un minúsculo portal; claro, hasta que Ancestral lo dejó en el Everest, por supuesto que él no le haría eso a su hijo, tal vez a Sirius, pero no a su hijo.

—Las artes místicas no son tan distintas a la magia —dijo al tiempo que creaba algunas mariposas azules que revoloteaban alrededor de Harry y Sirius. —Todo se centra en nuestro núcleo mágico; los muggles también lo tienen, la única diferencia es que ellos olvidaron cómo hacerlo.

 

Stephen rodeó a los dos magos, como un depredador a su presa.

 

—Las varitas sirven para canalizar su magia y su mente —dijo serio —. El anillo de Honda funciona bajo el mismo principio. Cierren los ojos, visualicen el lugar al que desean ir y materialícenlo.

 

 

Mientras Stephen enseñaba a Harry y Sirius en la sala de entrenamientos, Rogers y Natasha los observaban desde una esquina.

 

Steve pensaba que no era correcto traer a un desconocido sin siquiera consultarlo con él, sin contar que podría ser peligroso para los niños, pero como siempre Stark y Strange pasaban por alto su autoridad por su egolatría, sin importarles poner en riesgo al equipo.

 

—Busqué información del hijo de Strange —dijo Natasha de pronto —. Vivía con una familia, los Dursley en el número 4 de Privet Drive —la espía le contó sobre ellos y la supuesta relación que tenían con Harry.

Steve frunció el ceño a cada palabra de su compañera. Harry era hijo de Lily Evans, hermana de la matriarca Dursey; su vida de estudiante era desconocida después de los 11 años, hasta su muerte.

Harry había aparecido misteriosamente en la puerta de sus familiares sin que nadie se diera cuenta. Al igual que con sus padres, Natasha no fue capaz de descubrir la ubicación o cualquier indicio de su escuela.

 

—Seguro que Strange abandonó a la madre del niño al enterarse del embarazo —comentó Rogers cruzándose de brazos —, demasiada responsabilidad para alguien como él.

 

La espía asintió con la cabeza, dando la razón al super soldado.

 

 

 

 

—¡Lo logré! —exclamó el niño, quien había abierto un pequeño portal, donde se apreciaba algún lugar del Callejón Diagon. Stephen sonrió, orgulloso de su hijo.

—¡Bien hecho Harry! —exclamó Canuto antes de abrazar al niño, haciendo que perdiera la concentración y se cerrara el portal. —Prongs estaría tan orgulloso.

—¿Eso crees?

—Por supuesto que sí —respondió Stephen —, incluso estaría pensando qué maldades podrían hacer con esa nueva habilidad.

 

El hechicero agradeció a los Vishantis porque su ex nunca conoció esa clase de magia, pero al mismo tiempo lamentó el hecho.

 

—Si sigues así, Voldemort lo pensará dos veces antes de meterse contigo —Harry asintió, en un arrebato de euforia abrazó a Stephen,

—Gracias papá —el niño no pareció darse cuenta de lo que había dicho, pues de inmediato fue interrumpido por Sirius quien se había transformado en perro y ahora lamía el rostro del niño.

 

Por otro lado, Stephen había sido completamente desarmado; su mente y su cuerpo se desconectaron del otro, sumergiéndolo en un agradable letargo.

 

Papá… ¿Cómo es que una palabra tan simple podía estar cargada de tanto poder?

 

Stephen quería seguir escuchando a Harry llamarlo así, e iba a lograrlo.

 

 

 

 

El plan de Stephen para que Harry lo considerara su padre era simple; pasar más tiempo con el niño. Su primer contacto a solas fue al llevarlo de compras al Callejón Diagon; compró cuanto objeto su hijo miró, deseoso de complacer al menor. Por supuesto, Strange usó un hechizo para que no los reconocieran, no quería poner al niño en peligro.

 

—No tienes que hacerlo —dijo Harry, un tanto cohibido, no acostumbrado a recibir tanta atención, a pesar de haber estado viviendo por algunas semanas con Stephen y Tony.

—Solo te doy algo de lo material que no pude darte mientras crecías —Potter no sabía qué contestar.

Vamos, no seas tímido, dile que te compre una nueva escoba —por supuesto que Sabrina debía dar su opinión, rompiendo el momento. —Él es un gran fanático del Quidditch. Es un genial deporte, si tuviera un cuerpo, también lo jugaría.

—Suficiente —la reprendió Harry, cubriendo el reloj con su mano. Stephen sonrió ante el sonrojo de su hijo.

—James fue capitán de Gyffindor —el niño asintió —, era un gran jugador, y lo sabía; no perdía oportunidad de regodearse.

—¿Tú también jugabas? —Strange negó con la cabeza —, era bueno volando, incluso me pidieron que me uniera al equipo de Slytherin, pero mi prioridad era convertirme en medimago.

 

Harry quería preguntar más acerca de sus días de escuela, pero no se atrevía.

 

Vamos Doc, queremos los chismes jugosos —por primera vez, Potter agradeció tener a su entrometida IA —, ¿Cómo se enamoraron?, ¿Quién dio el primer paso?, ¿Cuándo fue que comenzaron a trabajar en hacer a Harry?

 

Ok, ya no estaba tan agradecido de tenerla. Stephen dejó escapar una risilla nerviosa.

 

—¿Te parece si vamos a un lugar mas tranquilo para hablar? —el niño asintió, cohibido.

 

Dirigieron sus pasos a un callejón solitario, donde Stephen creo un portal que los llevaría a un lugar tranquilo, lejos de los ojos indiscretos o posibles espías, aunque ninguno sabía lo que les esperaba al llegar…

 

 

Continuará….

 

 

 

 

Después de 80 años por fin actualizo. Bueno, espero les gustara el capitulo y nos vemos en la siguiente.

 


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