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Brothers por knaxzerim

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Notas del capitulo:

Mil gracias por sus comentarios 

Capitulo 7 Angustia

 

Joey miró a Mokuba en el suelo, y por un par de segundos no supo que hacer, había recibido palabras de amor de parte de otras personas, había gritado a los cuatro vientos su amistad inquebrantable con los chicos de la pandilla, y se había declarado incondicional de Seto Kaiba en una consagración que más que ayudarle le dañaba.

Del moreno no esperaba nada, no desde que lo conociera, era un niño entonces, un niño consentido e hijodeputa; pero al final de cuentas un niño, que con el pasar de los años y las aventuras maduró frente a sus ojos como un misterio escondido tras la sombra del mayor de los Kaiba, del hermano más fuerte. Ahora ante él, hincado como si se encontrara en un templo, Mokuba le pedía perdón y le entregaba desnudo su corazón.

_Levántate

Ordenó suavemente mientras desviaba la mirada del menor, quizá algún día le perdonara, o quizá ya había comenzado a hacerlo, después de todo, era tan cabezota que perdonó a Marik a pesar que estuvo a punto de matarlo, perdono a Valom aunque secuestro a Mai y le llevó al orichalcos hasta que perdió su alma, ¿Por qué no lo haría con el “Chibi”? quizá la primera vez con él no fue consentida, pero la segunda fue diferente, se entregó a él y aunque en ese momento no lo pensó, tal vez su deseo de sentirse en los brazos de Seto, le dañó tanto que por eso salió corriendo de la ducha.

_Joey, sé que no soy a quien amas, te hice daño, pero permíteme acercarme a ti, permíteme ser quien te cuide, quien vea tus logros, te prometo que nunca te pondré de nuevo una mano encima, si no me lo permites.

Hablaba Mokuba aun desde el suelo, y buscando su mirada. Y Joey aturdido por la necesidad del joven, no podía mantener la mirada en su dirección, si lo veía si encontraba sus ojos con los del “chibi” trataría de consolarlo y el contacto físico con él ahora le era aversivo.

_por ahora, ¿Podrías dejarme solo?

Respondió con la garganta anudada en angustia, y aunque el menor lo escuchó mantuvo su postura por algunos minutos, notando la voz del rubio a un instante de quebrarse, se incorporó y colocó las manos en la espalda, como un gesto que diera seguridad al invitado de casa.

_si algún día necesitas algo, sabes donde vivo, lo que sea, a la hora que sea, siempre serás bienvenido Joey.

_Vete Mokuba, por favor

El menor asintió, se dio la vuelta para que el rubio no viera las lágrimas que escapaban de sus ojos, aspiró con fuerza y giró la cara para ver que Joey se abrazaba a sí mismo como si dentro de la habitación estuviera helando. Tragó grueso de pensar lo que el rubio pensara de él, cuando sujetó el picaporte, el sonido de su voz le hizo girar el cuerpo.

_no me di cuenta de lo que sentía por Seto hasta que ya no pude acercarme a él; lo de la playa, fue una estupidez de mi parte, pero igual no lo lamento. _ tomó aire, y lo dejó escapar en un suspiro profundo_ Desearía haberle confesado a tu hermano lo que siento, antes de que pasara todo esto _buscó la mirada de Mokuba, quien al escucharle se encogió de hombros, como si le golpearan_ no quiero lastimarte al decirte que te perdono o que podríamos intentar algo, no lo sé, por ahora creo que estaré mejor solo. Espero que pases tu examen “Chibi”.  

Mokuba asintió a la despedida de Joey y abrió la puerta para irse, al cerrarla, se encontró a Seto mirándole estupefacto.

_¿Qué está pasando?

_¿Lo escuchaste?

Cuestionó el moreno a la pregunta de su hermano, Seto se ruborizó ante la pregunta, lo que le dio un indicativo, probablemente era lo que ambos necesitaban, que Joey se confesara a su hermano y terminaran juntos, quizá así debía ser desde el principio, aunque a él le rompiera el alma.

_tú me dijiste que era de mala educación oír tras las puertas

_Mokuba…

_no digas nada, creo que estaría de más, entra, pregúntale y aclara tus dudas, quizá nos hagas un favor a los tres.

Seto vio la cara de su hermano, los gestos, de un hombre derrotado por sus circunstancias, pero también se cuestionó sobre lo que acababa de oir; sin intención de interrumpir nada se había acercado a la habitación de invitados para verificar con sus propios ojos la condición de Joey, y de ver poca mejoría llamaría a un médico, la puerta estaba entreabierta y escuchó voces dentro.

Las palabras de Joey le confundieron, en especial por que no sabia exactamente a que se refería con “El día en la playa”, Mokuba se apartó hasta desaparecer por el pasillo, y Seto confundido entre la molestia con su hermano y la preocupación por Joey, entro a la pieza sin tocar.

El rubio se había afianzado en el descanso de la ventana, de pie y con el cuerpo recargado en la pared, al escuchar la puerta, se tensó, temiendo que Mokuba tuviera otra reacción equivocada a su rechazo. Se sorprendió de ver al castaño, y le bastó un vistazo al rostro del ojiazul para entender que lo había escuchado.

_Seto

Afirmo con las mejillas coloradas de vergüenza, tenía que ser una broma, aun así se afirmó sobre sus pies y dejó que las cosas pasaran como tenían que pasar.

_¿Que ocurre aquí?

Cuestionó el castaño, mientras miraba a su invitado erguirse en posición de defensa. Tenso como la cuerda de un violín, el rubio le encontró la mirada para responder a su pregunta.

_no te dijeron que es de mala educación escuchar detrás de las puertas.

El castaño se sorprendió ante la respuesta, pero no se amedrentó y cruzando los brazos sobre el pecho encaró al rubio.

_¿Explícame lo que acabas de decirle a mi hermano?  

Con una sonrisa triste y un gesto un tanto de derrota, Joey respondió.

_Para ser un genio, eres algo corto de luces, lo que le dije a tu hermano, no es más que la verdad, te quiero, y te eh querido desde hace muchos años. Estúpidamente creí que debía demostrarte primero que era digno de ser tu compañero, y por eso

Joey no pudo continuar, cuando Seto se acercó y le tomó por los hombros, que, aunque no estaban lastimados, si se resintieron ante la presión que el castaño hacía en ellos.

_pero, no soy gay

Las palabras de Seto cortaron como flechas de hielo por todo su cuerpo, era un riesgo, lo sabía, sabía que, aunque él le amara, quizá Seto no se sentiría cómodo con ello, pero ¿Cómo saberlo, sin preguntar antes? Acaso no le habían dicho eso en otras ocasiones, si quería conocer una respuesta, primero debía plantear la pregunta correcta.

Sus ojos se aguaron, y con un poco de molestia logró quitarse las manos de Seto de encima, el castaño vio el proceso en el que Joey se rendía y comenzaba a aceptar lo que acababa de decirle; él ciertamente nunca había considerado al “Perro Wheller” como una opción de pareja, en especial por lo dispar de sus caracteres, le parecía que una relación de ellos no prosperaría o terminarían matándose mutuamente, por las continuas peleas.

_Joey, lo lamento

Había tenido que rechazar a muchas personas, desde hace años, pero esta era la primera que el CEO de Kaiba Corp, en realidad se lamentaba por no poder corresponder los sentimientos de alguien. La sonrisa rota que le dedicó el rubio le obligó a abrazarlo, para evitar romperlo más.

Quizá Mokuba lo dañara físicamente, quizá los mocosos del asalto lo habían herido un poco, pero él en su afán de arreglar las cosas, había terminado por quebrar lo poco que quedaba de aquel hombre, y ahora injustamente se abrazaba a él, esperando algo que ni él entendía.

_Seto, por favor_ gimió el rubio, mientras trataba de apartar al castaño de su lado_ quiero irme a casa

_Joey, lo lamento

Repetía el castaño como un mantra que sabía no resolvía nada, pero que a él le parecía era lo más adecuado en ese momento, luego de algunos minutos, el castaño se apartó de Joey, y tras colocar un beso en su frente, salió de la habitación. Una mucama llegó al poco tiempo, con ropa nueva; incluyendo un nuevo par de zapatos.

Al vestirse Joey, no pudo si no sonreír con tristeza, al recordar el trato que le diera Seto no hace mucho tiempo, él había esperado sus zapatos, pero sabía que, de haberlo querido, habría caminado descalzo con tal de evitarse todo aquello. La chica lo escoltó al recibidor, donde se empotraban unas bellas escaleras de madera, decoradas con el monstruo favorito de Seto.

Dos dragones de ojos azules, bordeaban el barandal, y una joven de cabellos blancos azulados admiraba el acabado de las esculturas, un tenue vaho de flores llegó a su nariz y casi al mismo tiempo se encontró con los ojos azules de la chica: Era Kisara.

Usaba jeans, camiseta y el cabello suelto, con el rostro limpio a excepción de un delineado suave en sus parpados, que le daban una apariencia etérea y ligera, como de un espíritu bondadoso; ella le encontró con la mirada y tras una fina sonrisa Joey supo que desde hace tiempo Seto había encontrado a su otra mitad.

No intercambió palabras con ella, no tenía por qué hacerlo, le obsequió una reverencia en muestra de educación y con algo de prisa se soltó del agarre de la joven que lo había guiado a la puerta, al salir encontró a Rolland a un lado del auto que lo llevaría a casa.

Mokuba no esperó mas tiempo en la casa de Seto, no quería ver a Joey quebrándose por la confesión de su hermano, había tomado su motocicleta y salió corriendo de ahí, después de todo, no tenia razones para quedarse, no después de haberse confesado a Joey; aun así tras unos kilómetros tuvo que detenerse para no accidentarse, entre mas pensaba en lo que el rubio le había contestado, mas se le anudaban las entrañas, por que si algo había entendido, era que su amigo lo perdonaría en algún momento, y eso le daba un poco de esperanza, una muy amarga esperanza.

Vio el coche de seguridad de Rolland, y de refilón el cabello de Joey, probablemente Seto ya le había contado acerca de Kisara, o quizá Joey se había confesado y su hermano lo había rechazado; sea cual fuera el escenario, estaba seguro que Joey estaría destrozado. Su teléfono brilló con el nombre de su hermano en la pantalla, quizo dejarlo sonar, pero no tuvo el coraje para no responder.

“Wheller se fue”

_lo se

“¿Lo sabías?”

_¿Qué?

“Lo que él sentía por mi”

Pensó un poco antes de contestar, su respuesta podía costarle cara, en especial si se trataba de su hermano mayor, aspiró con fuerza y aunque le costó trabajo, se sinceró por primera vez en varios años.

_si, desde hace mucho tiempo

“Por qué, ¿Por qué no me dijiste nada?”

Hizo un ruido con la nariz, sonriendo ante la pregunta de su hermano, el gran Seto Kaiba dudando, era algo que pocas personas habían visto en vivo.

_¿Que hubieras hecho?, ¿Lo habrías intentado?,¿Lo habrías insultado? Oh, espera, quizá le hubieras puesto una correa, ¿Me equivoco?

“No lo sabes”

_No, ninguno de los dos sabremos qué hubiera pasado, si hubiéramos sacado la cabeza de nuestros culos, y le tratáramos como el ser maravilloso que es; tú con tu manía de tratar de esconder tus emociones viste a los chicos como meros actos de caridad, como alternativas para liberarte de la responsabilidad de atender las culpas del pasado de la compañía; y yo, como un mocoso caprichoso, quise tomar por la fuerza aquello que siempre supe debe ser dado libremente.

Seto analizó las palabras de su hermano, y con incredulidad retiró el celular de su oído, a fin de enfocar, mejor su visión de la pantalla, aturdido miraba el aparato como si estuviera viendo a su hermano a la cara.

“Mokuba, no pudiste, no pudiste forzarlo”

_¿Y qué si lo hice? _ suspiró, ante el susurro apenas audible de Seto en la bocina del teléfono_ Las consecuencias serán solo mías, pero al igual que hace muchos años, Joey Wheller nos acaba de demostrar a los dos que es muchísimo mejor persona de lo que ninguno de nosotros merecemos, entre ambos acabamos de destrozarlo, logramos hacer lo que ni su infancia, ni las peleas por su vida lograron. Y todo por simple capricho.  

No podía decir que Seto hubiera encontrado a Kisara por capricho, o porque era su destino, no podía hablar acerca de lo que había pasado con su hermano, en ese tiempo que ambos vivieron separados, porque tanto Seto como él tenían historias que ninguno de los dos quería que el otro conociera; antes de que su hermano continuara con el sermón, encaminó su motocicleta al único lugar dónde se sentía cómodo.

En su departamento, todo se mantenía igual que la noche anterior, los papeles sobre la mesa, y la computadora en el sillón, también la chaqueta favorita de Joey. Sin pensarlo mucho, tomó la prenda en sus manos y se abrazó a ella, tenía aun el aroma del rubio impregnando entre las fibras, abrazándola se tumbó sobre su cama, y cerrando los ojos, recordó las ocasiones que había intimado con el rubio.

Sus gestos, el sonido de su voz, la sensualidad con la que respondió a sus avances cuando ambos compartieron la ducha, su entrega a la ilusión de su hermano, y la belleza de sus orgasmos. Sus ojos brillantes tras el mismo y el rubor acentuado en sus mejillas.

Como un degenerado, se masturbo ante ese recuerdo, el sentimiento de calidez entre las piernas de Joey, y el deseo que le invadía al saberse el primer encuentro del mayor, una primera vez: que en su momento deseaba se convirtiera en otra cosa. Explotó en su mano con la intensidad de su rabia, y también con el anhelo del cuerpo caliente de su amado; miró con asco su corrida entre los dedos, y se permitió llorar por lo que estaba pasando, hacer eso estaba mal, masturbarse por el recuerdo de Joey, era mas doloroso que placentero, y aun así su cuerpo no entendía razones, pues al solo recuerdo del aroma del rubio, su ingle se tensaba como si esperara que su tutor apareciera por la puerta para darle una oportunidad.

Yugi preparaba su ropa para la visita que hiciera con sus amigos al alojamiento donde los egipcios pasaban su tiempo en Japón, su abuelo le avisó que Tea y Bakura habían llegado y que le esperaban; con algo de prisas terminó de arreglarse y bajó a darles el encuentro. Sus amigos emocionados por todo, esperaban a Tristan y a Ducke; el primero con algo de renuencia había aceptado a verlos de nuevo, a pesar de encontrarse a pocos días de ser embarcado en un astillero, y el segundo feliz por encontrarse con los egipcios.

Un vehículo elegante llegó a la puerta de la tienda de juegos, y Yugi se vio sorprendido de encontrar a Marik dentro, sonriéndoles con esa cadencia tan suya. Sin embargo, no podían irse, Joey no había llegado.

Todos los presentes se extrañaron de que el miembro más alegre de la pandilla, hubiera faltado a su reunión; el tricolor marcó su número y tras varios intentos miró con angustia a sus amigos.

_el teléfono está apagado 

Todos y cada uno de los integrantes del grupo, se puso en guardia, condicionados a malas noticias asumían de inmediato que cuando uno de sus amigos se encontraba ausente, era porque se encontraba en grave peligro.  

El egipcio supo de inmediato lo que el grupo completo estaba por pedir, así que sin esperar nada, pidió a Yugi le guiara a la casa del rubio, con diligencia el chofer los llevó al barrio de Joey, y en breve todos se encontraban apostados en el umbral de su puerta. Yugi, a sabiendas del escondite secreto de su amigo, buscó la llave de repuesto que le dejaba a mano.

Tea hizo los honores y abrió la puerta, todos escanearon el sitio buscando señales de violencia, salvo una tasa de té en la encimera de la cocina, no había nada fuera de lugar, como si de pronto Joey hubiera desaparecido, un ruido en la habitación les puso en guardia, y Tristán se puso a la cabeza de todos, del grupo entero él era el único que podría hacerle frente a un agresor si es que fuera necesario hacerlo.

Al abrir la puerta el castaño se encontró con un bulto informe en la cama, y entre un enredijo de mantas los ojos melados de su amigo rubio. Se tomó el tiempo suficiente para cerrar la puerta al resto de sus acompañantes y se acercó al montón de edredones que atrapaba a su amigo.

_viejo, ¿Qué te pasó?

Sin respuesta, el rubio se cubrió más con las mantas ocultando su cuerpo y dejando apenas visibles sus ojos, el militar trató de acercar la mano a su amigo, para apartar las mantas, pero al notar su encogimiento se apartó un paso, aspiró con fuerza y comenzó a hablar.

_Joey, estamos preocupados, ¿Por qué no contestas el teléfono?

El interpelado, frunció el ceño un poco y miró el descansillo de su mesa de noche, Tristán vio el aparato de su amigo, y una correa de agarre que no tenía la última vez que se encontraron; vigilando un poco sus movimientos se acercó a tomar el aparato, notando que se hallaba muerto.

_no tiene batería

Confirmó a la mirada de su amigo, quien a pesar de las mantas le obsequio una sonrisa, el militar pudo notarla por el movimiento de los ojos de Joey, pero también notó el vació que reflejaban a pesar de lo que quisiera aparentar.

_vayan ustedes, no me encuentro bien

La voz de Joey sonaba ronca y si no fuera por las mantas, el castaño habría notado el tenue tono de angustia que el rubio trató de ahogar bajo su escudo.

_no iremos a ningún lado, Ishizu y Malik entenderán si les contamos lo que te ocurre, ¿Tenemos que llevarte al hospital?

El bulto de mantas movió la cabeza en un gesto que parecía negar, Tristán entendiendo que su amigo era orgulloso, no insistió, sin embargo, intuyó lo que ocurría y no pudo si no expresar sus temores.

_¿Te rompieron el corazón, amigo mío?

La mirada de su amigo fue respuesta suficiente para que el militar asumiera lo que debía hacer a partir de ahora, se acuclilló al lado de la cama, y con un suave toque de sus manos acaricio la cabeza de su amigo; Joey en respuesta se acercó acurrucándose al brazo del castaño, extrañando el confort que su sola presencia traía a su corazón.

_sea lo que sea, cuentas con nosotros, y en especial conmigo, si lo deseas, puedo partirle la cara al idiota que te dejó en este estado.

_eres un idiota, Tristán

Respondió apartando un poco las mantas de su rostro, el moretón de su rostro se dejó entre ver y el castaño no cuestionó nada, asumiendo que a pesar de su oferta, Joey había tomado las cosas en sus manos, asintió a la afirmación del rubio, y con la serenidad de dos hombres que se entienden entre sí, prometió que le dejarían en paz, pero que no se libraría de un interrogatorio más tarde. Al salir de la habitación fue asaltado por el resto de sus amigos, y con la creatividad tan peculiar en él, excuso a Joey.

_tiene una infección estomacal

Confirmó con la desfachatez de sus años de preparatoria, y aunque Yugi y Tea querían entrar a verlo, él les impidió hacerlo, aludiendo a que lo que necesitaba era descansar. Salieron en tropel del sitio, dejando la llave de repuesto en su lugar.

Sin embargo, uno de ellos no creyó una palabra de lo que dijo el militar, porque sabía perfectamente lo que estaba pasando con Joey, y que la razón por la que no los acompañaría esa tarde, era porque su vida entera se había desmoronado la tarde anterior.

Al llegar a la mansión Kaiba, los jóvenes se extrañaron, no pensaban que el amigo que diera alojamiento a los egipcios era Seto, así que asumieron que se trataba de Mokuba y que el castaño simplemente había accedido a acogerlos, por no disgustar a su hermanito. Al llegar Ishizu les recibió jovial en el recibidor, y bajo su guía conocieron por primera vez la mansión de Seto.

Yugi recordaba a medias que el sitio se había mantenido cerrado por algunos años, y que el CEO había estado viviendo en un departamento cerca del edificio de K.C. mirando a sus amigos más cercanos supo que ellos también habían pensado en lo mismo, fue Tristan quien excusó a Joey y los demás se alegraron de encontrarse nuevamente con la familia Ishtar.

Tras un rato, fueron llamados al comedor, y ahí fue donde se toparon con la primera sorpresa; el dueño de casa, esperaba a un lado de una mesa espléndidamente servida.

_espero que se lo estén pasando bien, gracias por venir y sean bienvenidos a mi casa

Pasmados por lo inusual de aquello, repararon apenas en una presencia diminuta que le hacía compañía al CEO de Kaiba Corp, una joven de cabellos blancos con destellos violeta y fina piel blanca. Para la mayoría era una desconocida, salvo para quienes le conocieron en su aventura viajando por las memorias del faraón.

_Kisara

Afirmó Yugi, con los ojos completamente abiertos, pasmado por la presencia del espíritu del dragón blanco de los ojos azules, la joven se notaba incomoda en su presencia, pero al verlo detenidamente, notó el cambio en su mirar, de una curiosidad tímida a la determinación de un guardián, el rostro que podía notar en su mago oscuro o en la maga oscura cuando los invocaban en medio de un juego de las sombras.

_es un gusto volver a verlo, joven faraón

_¿Cómo?

Cuestiono el rey de los juegos, siendo contenido por la mano de Malik y franqueado por Ishizu.

_el joven Seto nos acompañó en una de las excavaciones del valle de los reyes, pasamos por una tormenta de arena, y la tribu de beduinos donde Kisara vivía nos rescató.

_si, les interesa, puedo contarles la historia completa mientras compartimos la mesa, estoy seguro que mi cocinero se enfadará si dejamos que su trabajo se desperdicie.

El tono de voz del castaño, distaba de aquel que recordaban de antaño, asi como sus gestos, se notaba que la joven a su lado le guiaba en sus acciones, Ishizu hizo los honores y tras su ejemplo todos se sentaron a disfrutar de la comida que Seto les ofrecía. El anfitrión contó su historia a detalle, de la forma en como se había visto atrapado en medio del desierto y también que la tribu de Kisara les había rescatado casi al borde de la muerte.

La joven les había guiado, al presentir que alguien necesitaba su ayuda.

_siempre eh creído que un dragón de ojos azules me indicaría mi destino, cuando escuché su lamento en el viento del desierto, mi corazón me llamó al lado de Seto.

Kisara hablaba medianamente el japonés, pero se daba a entender en inglés, Ishizu les traducía lo mejor que podía y todos los invitados, se dieron cuenta del cariño que el dueño de casa mostraba a la chica. Algo que sólo habían visto en contadas ocasiones, cuando los hermanos Kaiba se separaban por mucho tiempo. Pasaron varias horas en compañía tanto de los egipcios como de Seto y Kisara, casi al final de la velada, el castaño confirmó lo que la mayoría se sospechaba atrás verlos juntos todo el tiempo. El CEO había pedido permiso al patriarca de la tribu de Kisara, el permiso para cortejarla, la joven debía volver a Egipto junto con Kisara, y si las intenciones de Seto eran sinceras, la buscaría en breve.

_no es convencional, pero son las tradiciones con las que creció, y estoy dispuesto a adaptarme; también entiendo que les extraña lo que está pasando esta tarde, pero de cierta forma siento que les debo esto, no soy del tipo de personas que expresa emociones, espero comprendan lo que quiero decirles al invitarlos esta tarde a mi casa, y al presentarles a mi futura esposa.

Yugi fue el primero en expresar su comprensión, sonrió feliz, puesto que en palabras de Seto Kaiba aquello era un “son mis amigos, y los aprecio”, aplaudió como un mocoso, y después les explicó a sus amigos lo que estaba pasando. Tea, brincó feliz por la traducción de Yugi, Tristán no pudo evitar abrir sus ojos en asombro y al mirar a Marik para confirmar lo que estaba pasando, se encogió de hombros aceptando las palabas de Seto para con ellos.

_lamento que Joey no pudiera venir

Comento la castaña, mientras tomaban algo en la terraza de la mansión, Kisara al escuchar el nombre del rubio, miró al grupo y comprendió de cierta forma el espacio vacío que se apreciaba en ellos. Y a pesar de intuir la razón de su ausencia, cuestionó a los jóvenes. 

_¿Que le ocurrió?

_no se encontraban bien

La chica de ojos azules, inclinó la mirada a su bebida, sin decir nada de relevancia durante el resto de la velada. La pandilla al completo se fue casi a las diez de la noche, y los invitados de su prometido se retiraron al ala de la mansión que les había sido asignada. En la comodidad de la habitación de Seto la reencarnación del dragón blanco de ojos azules acorraló a su amo.

_tu corazón está confundido

Afirmó mientras se sentaba en el regazo del castaño, quien apreciando el gesto la acunó hasta volverse una sombra informe, acariciando sus cabellos y espalda, trató de expresarle a Kisara lo que no podía decir con palabras.

_¿Está mal que te lo diga ahora?

_Habla, somos uno, sin importar lo que digas, no podría odiarte

_Hoy, sé que alguien más me ama

La joven sonrió y buscando la mirada de Seto, le tomó el rostro entre sus manos.

_¿Y eso te extraña?

_¿No te molesta?

Cuestionó dudando de estar haciendo lo correcto al contarle acerca de lo que estaba pasando entre Joey, Mokuba y él; Kisara sin embargo, cerró los ojos, y tras besarlo brevemente habló.

_Seto Kaiba, eres el ser más extraño que eh conocido, en todos los eones de la tierra, yo, el espíritu de un dragón legendario, te elegí como mi compañero, pero eso no significa que debas atarte a mi cada que nos encontramos; ¿Qué alguien más te ama? Por qué no habrían de hacerlo, eres maravilloso, quien te mire cómo te miro yo, y no te ame, es porque está ciego o es estúpido.

El castaño se sonrojó ante las palabras de su prometida, vio el destello azulado de sus ojos y se abrazó a ella como un náufrago a una tabla, estaba angustiado por todo y por nada al mismo tiempo, sin embargo, era consciente de algo, y no dudó en expresarlo en palabras.

_pero, yo te amo

_lo sé, ambos sabemos el amor que nos une, y también que tu corazón no descansara hasta aclararse, siempre seré para ti, te buscare por los eones y te cuidaré; debo volver a la tierra de los faraones, aclara tu corazón antes de encontrarnos de nuevo.    

Ella comenzó un beso suave, y el castaño se dejó llevar por la calma que la presencia que aquella mujer irradiaba, sin saber en qué momento la calma se volvió tormenta y la pasión les invadió, compartiendo sus cuerpos en aquel sillón. Unidos en carne y alma, Seto Kaiba conoció la ternura de amar y ser amado, de entregarse a alguien sin temor a ser dañado; y aun así con la incertidumbre de saber qué alguien, en algún lugar de ciudad Dominó, también pudo brindarle aquello. 

 


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