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Enemigos! por juda

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Viernes 22,30 hs.

Un autobús de dos plantas estacionó frente al hotel de la ciudad de Oxford y "los negros" descendieron. 

Estaban felices, era la primera vez que ingresaban a una copa, que viajaban tan lejos, que iban a parar a un hotel lujoso, que se sentían estrellas y que el mundo les pertenecía!!!

-Nos están esperando para cenar. Dejen los bolsos en el sector de recibimiento y pasen al comedor. La cena se sirve a las 21 hs. pero hoy harán una excepción por nosotros. Lávense las manos antes de ir a la mesa, por favor, no me hagan quedar mal delante de esta gente. No sean cochinos.

Y los muchachos se dirigieron hacia el comedor, alborotados, hambrientos, ilusionados, felices.

El autobús con sus familiares ya había llegado y estaban parando en un hotel más chico a unas cuantas manzanas de ellos.

El lugar donde se hospedaban estaba emplazado en lo alto de una montaña, el comedor tenía paredes vidriadas para poder disfrutar del espectáculo, pero Tadeo lo que menos hacía era prestar atención al paisaje. Escuchó voces y miró hacia el corredor que los llevaría hacia sus habitaciones, un par de "rojos" pasaron observándolos. Tadeo tenía el estómago cerrado, pero sin alimento no podría funcionar y era necesario estar fuerte y entrenar. 

Era necesario superar a Bad Guy y seguir con su vida.

***

Joel salió del baño que tenía su habitación y se fue hasta la cama alta. Se tiró allí, con el cabello goteando y la toalla todavía adherida a su cadera.

Escuchó risas y miró hacia la puerta, ésta no tardó en abrirse e ingresó Marcos.

No quiso preguntar. Marcos había bajado por unas botellas de agua junto a otro compañero y seguramente vio si ya estaban en el hotel o no.

Pero no preguntaría.

No le interesaba en lo absoluto si el rubio imbécil estaba ahí. El que había fingido ser dulce, tierno, el que lo había enamorado ocultándole su lado violento.

-Agua? -preguntó el recién llegado y Joel negó con una sonrisa.

Lo vio desvestirse con lentitud... ¿¿¿es que no iba a comentar nada de lo que había visto abajo???

Joel se rascó el brazo.

Marcos comenzó a silbar una canción estúpida.

Joel se sentó en su cama y de abajo de la almohada sacó una crema, comenzó a pasarla lentamente por la zona enrojecida.

Marcos ahora tarareaba otra estúpida canción.

Tomó una toalla y estaba por entrar al baño.

-¿Y?

Su compañero volteó a mirarlo.

-Y qué?

-Todo tranquilo abajo?

-Sip

Iba a cerrar la puerta.

-Ya llegaron????

-Quienes???

-Los negros!!!

-Oh! Si, están cenando en la planta baja -comentó mientras se encerraba y abría la ducha.

Joel tragó duro y siguió con su tarea de pasar el ungüento.

Miró las botellas de agua de reojo.

-¿No te fijaste si había naranjada? -preguntó a los gritos.

-Creo que si -respondió el compañero.

-Bajaré por una, te traigo alguna para ti?

-No!

-Ok!

y comenzó a vestirse con velocidad.

***

Tadeo jugaba con un par de hojas de lechuga moviéndolas de un lado al otro cuando por el rabillo del ojo vio la figura de una persona cruzar por el pasillo que estaba a la salida del comedor.

Dirigió su atención hacia ahí: Joel pasaba apurado. 

Tadeo lo siguió con la mirada, seguramente se dirigía al salón principal. Cuando iba a desaparecer detrás de un muro, Joel giró el rostro y lo miró directamente a los ojos.

Casi escupe lo que tenía en la boca, se atragantó con la saliva y un compañero le pegó un par de parchazos en la espalda.

***

Joel ya lo había visto cuando bajaba las escaleras, pensaba pasar directamente al salón principal y sacar una naranjada del refrigerador que tenía bebidas destinadas para los jugadores de fútbol... porque él solo iba por una bebida. Si! solo iba por eso. 

Cuando cruzó sintió su mirada, la sintió hasta en su ADN y antes de pasar al salón, lo miró. No pudo resistirse. Su good boy estaba comiendo una ensalada. Su good boy estaba ahí.

Llegó al refrigerador casi tropezando con sus propios pies, luchó un poco consigo mismo porque tenía que poner unas monedas que les habían dado ni bien llegaron pero no lograba atinar a la ranura, las manos le temblaban, cuando por fin pudo sacar la naranjada, pasó nuevamente por el comedor y cuando miró al interior, la silla de Tadeo estaba vacía.

El corazón le dio una patada karateca en el esternón.

Miró hacia el sector de ascensores.

¿Dónde estaba?

Él había bajado por las escaleras para evitar toparse con el entrenador.

Caminó despacio, a medida que se acercaba pudo ver la puerta abierta del elevador.

Se acercó lentamente, inclinando la mitad superior del cuerpo y el cuello para ver quien estaba ahí, y lo vio, y cuando lo vio, Tadeo, que estaba esperándolo apoyado en un lateral del ascensor, levantó el rostro y lo descubrió.

Joel jadeó asustado, tragó aire a toneladas, giró y corrió hacia las escaleras y las comenzó a subir de tres en tres peldaños. Lo escuchó correr detrás suyo y en el descanso del segundo piso se detuvo y lo esperó. Tadeo apareció por un recodo, venía corriendo, subiendo también de dos y tres escalones a la vez. La zona estaba en penumbras, la mayoría de la gente usaba los ascensores. Se miraron unos segundos, Tadeo hizo un paso hacia él y cuando vio que Joel seguía sin moverse, hizo los pasos que faltaban y lo atropelló, lo llevó por delante, le tiró todo el cuerpo encima y lo hizo rebotar contra un muro. Joel aspiró aire con fuerza, la botella de naranjada se le cayó de las manos y nunca lo notó. Lo abrazó y mientras iba en el aire para estamparse contra la pared, se adhirió a su boca. Le agarró con fuerza del cabello y gimió fuerte cuando Tadeo le mordió los labios. Metió la lengua y encontró la de él. Temblaba entero. Tadeo pasó la mano por debajo de su pantalón deportivo y fue directamente a su pija que comenzaba a ponerse dura. El pelinegro se quejó y puso los ojos en blanco.

Tadeo lo soltó, se arrodilló, le bajó el pantalón hasta debajo de la cadera. Joel se asustó y miró en dirección a las escaleras, hacia arriba y abajo, luego se aferró al cabello de su good boy y lo guió.

Lo miró mientras se metía su pija entre los labios y le acarició el rostro. Tadeo levantó la mirada, lo observó con la polla en la boca, metiendola y sacándola, pasándole la lengua.

Joel se mordía los labios, le agarró fuerte del cabello y lo obligó a apurarse, a metérsela hasta el fondo de la garganta y explotó, las manos le temblaron sobre el pelo rubio de su good boy. Las piernas y por poco dejan de sostenerlo. Casi cae. Lo sintió tragar el semen y besarle la punta de la pija. Joel se llevó la mano al pecho y jadeó, comenzó a tomar consciencia de lo que había sucedido, se levantó apurado el pantalón y lo empujó un poco, Tadeo cayó sentado y Joel comenzó a subir las escaleras con las piernas como gelatina.

-Te escribí!!! -le dijo con su voz grave y Joel no giró. 

Se detuvo unos segundos y sin voltear, respondió...

-Ya no tengo ese número.

Hizo dos escalones más.

-Te extraño bad guy -gimió Tadeo y Joel bajó con el ceño fruncido, el rubio se había puesto de pie. Lo tomó por el cuello del abrigo y lo estampó contra la pared, furioso, con los dientes mordiendo el labio con violencia.

-No soy bad guy, soy Joel. y tu ya no eres mi good boy, eres Tadeo Farjat -le susurró.

Tadeo le acarició el rostro y Joel lo besó con furia antes de empujarlo y comenzar a subir con velocidad.

Tadeo lo vio huir y se deslizó hasta el piso, quedó un rato en ese lugar, sentado en el suelo, un poco rendido, un poco ido. Ya no dolía tanto. Miró la botella de naranjada tirada y la levantó.

Se llevó la mano al pecho para cerciorarse que ningún órgano hubiese dejado de funcionar tras el episodio vivido.

Si. Ya no dolía tanto. Dolía! Pero era un dolor soportable.

Saldría vivo de esta, estaba seguro.

Abrazó la botellita que un rato antes estuvo en las manos de su bad guy (y que según Joel ya no existía) y lentamente se paró, para volver al comedor.

No cenó. 

Debería alimentarse bien y poner todo su cerebro y sus piernas en la copa. Ese sería el único día que obviaría la comida, se sentía un poco triste, un poco, ya no tanto como antes.

Un rato después los repartieron en las habitaciones, a Tadeo le tocó una solo para él.


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