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Enemigos! por juda

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Joel ingresó con Carlos y Francisco a las 2 y media de la madrugada, se fueron a la barra de bebidas y mientras su hermano se tiraba sobre el cantinero para que los atendiera por sobre los 20 tipos que también intentaban pedir un trago, Joel se dedicó a buscarlo con la mirada, hasta que Carlos le apretó el brazo y le señaló en dirección a unas mesas.

En una esquina, su Good Boy estaba sentado en las piernas de un pelinegro y se besaban.

Ese era el novio!

El novio sí existía!

¿Por qué había pensado que un hombre como Tadeo podría estar solo?

Se sintió un idiota. Sólo un imbécil como él mismo podía tenerlo y dejarlo ir. Tenerlo, rechazarlo, hacerlo sufrir y huir de él.

Se sintió triste. Ese hombre lo besaba ante el mundo sin ningún miedo, ese hombre había sabido aprovechar la oportunidad que le daba el cosmos... sería cierto que hacían tríos??

Carlos le vio el rostro a Joel, a un paso del llanto, y se alejó, dándole tiempo y espacio para que el pelinegro lograra digerir esa realidad.

Joel sonrió de costado! Sería cierto que ellos dos compartían lo que tenían con otros? ¿Por qué alguien en su sano juicio haría eso?

Ese hombre... ¿tan seguro se sentía de lo que tenía con Tadeo que no temía perderlo?? Tadeo podía enamorarse de la piel de otro, de la intimidad creada en un acto tan profundo como lo era el sexo y crear un vínculo!!! Si él fuese su novio, no lo compartiría ni con el aire.

Miró a su pelirrojo que besaba a ese hombre, sentado sobre sus piernas y con las manos laxas sobre los hombros: no lo abrazaba, no lo acariciaba. Si Tadeo aceptaba los tríos y el consiguiente desafío de que ese hombre conociera a alguien más es porque... no lo quería!

Tadeo se levantó de las piernas del pelinegro y lo estiró hasta que el otro se puso de pie y fueron a la pista. El hombre se movía lentamente mientras tomaba por la cintura al pelirrojo y dejaba que éste bailara para él, moviendo las caderas, levantando los brazos, llevando las manos a su cabello rojo para desordenarlo, para pasárselo por el rostro, el pecho y la entrepierna. Tadeo bailando era hipnotizante.

-Bailas? -le preguntaron al oído y Joel giró. Era otro pelirrojo pecoso, bajito, con cara de muñeco. Joel regresó la mirada hacia Tadeo, luego hacia el pecoso bajito y le sonrió. Le tomó la mano y lo guió hacia la pista.

Tadeo los vio llegar y no dejó de bailar. Miguel le sonrió al pecoso que estaba con Joel y luego miró al pelinegro. Joel lo observó y le devolvió la sonrisa.

Miguel le dijo algo al oído de Tadeo y Tadeo miró a Joel y al pecoso, para luego asentir tras un par de segundos de duda.

Miguel besó con fuerza a Tadeo, pasándole la mano por toda la espalda hasta su culo y tras apretarlo con fuerza contra si, se separó y lentamente giró. El pecoso que estaba a su lado lo comprendió y también giró para bailar con él. Tadep hizo lo suyo, quedando frente a Joel y Joel bailó con Tadeo. La respiración agitada, ambos con los ojos puestos uno en el otro con intensidad.

Miguel le preguntó al pecoso cómo se llamaba y el pecoso dijo su nombre en voz alta para que los otros dos lo escucharan.

-Soy Raul.

Tadeo le dio la mano y Raul se puso frente a él para bailar. 

Tadeo se acercó poco a poco, sin dejar de mirarlo, sin presionarlo, dándole todo el tiempo del mundo para arrepentirse, pero el pecoso avanzó y se besaron. Miguel sonrió, miró al pelinegro que estaba del otro lado de los pelirrojos y le preguntó.

-Quieres jugar?

Joel asintió.

Salieron del Rapsodia e ingresaron a un hotel que estaba junto a él.

Joel iba caminando detrás de Tadeo pero Tadeo giró un poco y lo observó, era el mismo hotel donde 10 años atrás se habían sacado las máscaras. Esa vez entraron juntos y salieron por separado.

Miguel pidió la habitación y con la tarjeta electrónica en mano, tomaron el elevador. Raul se acercó a Joel y lo besó. Tadeo estaba frente a ellos, mirándolos, mientras Miguel le pasaba la lengua por el cuello y lo tocaba, aferrado a su espalda.

Llegaron al cuarto, Raul se puso en puntas de pie y besó a Miguel. Tadeo se ubicó detrás y comenzó a desnudar al pecoso mientras le daba pequeñas mordidas en sus hombros. Se relajó cuando sintió las manos de Joel sobre él, primero pensó que lo desvestiría pero luego se dio cuenta que lo había abrazado desde atrás y tenía la cabeza apoyada en su hombro, giró y lo miró, Joel tenía la mirada más triste que había visto. Se quedaron unos segundos mirándose hasta que Tadeo reaccionó y estaba por besarlo cuando Raul lo hizo girar y se aferró a su boca. Los jadeos eran fuertes y húmedos en la habitación.

Raul gimió con fuerza sobre los labios de Tadeo y abrió grande los ojos cuando sintió una boca sobre su pija, bajó los ojos. Miguel se la estaba chupando mientras le terminaba de bajar el boxer a Tadeo y alternaba lamiendo las pijas de ambos pelirrojos.

Tadeo sintió el cuerpo caliente y desnudo de Joel aferrarse a su espalda y besarle el cuello, pasó el brazo hacia atrás y lo tocó, estaba por girar para besarlo pero Miguel se paró y tras besarlo con fuerza, presionó un poco sus hombros hacia abajo, Tadeo comprendió, se puso de rodillas y se la chupó. Raul hizo lo mismo, se puso de rodillas detrás de él y comenzó a mamársela a Joel. Los pelinegros altos miraban a los pelirrojos de rodillas y eso era gloria pura.

Raul empujó a Joel a la cama y se puso sobre él para seguir con la tarea de chuparle la pija y los testículos. Joel cerró los ojos con fuerza y poniendo las manos en la cabeza del pelirrojo pequeño, lo guió en un sube y baja lento sobre su polla.

Sintió jadear fuerte a Tadeo, el jadeo estaba muy cercano, es más, había sentido parte de su aliento caliente en el rostro. Abrió los ojos y lo vio, casi encima. Lo miraba directo mientras su cuerpo se movía, embestido desde atrás por Miguel. 

Joel tragó fuerte, evitó mirar en esa dirección. No quería ver como lo penetraban.

Tadeo no se acercó. Joel elevó su cuerpo hasta quedar apoyado en sus antebrazos y buscó su boca. El cuerpo de Tadeo era ahora sacudido más fuerte y lo vio poner en blanco los ojos, Miguel lo masturbaba mientras lo cogía. 

Joel se puso de rodillas, le tomó el rostro con ambas manos para que el vaivén cesara un poco y lo besó.

Miguel salió del interior de Tadeo, se cambió el preservativo y fue tras el cuerpo de Raul.

Tadeo abrazó a Joel pegando todo su cuerpo al de él y Joel lo acostó sobre la cama, se situó encima, le acarició el rostro, los labios, el cuello. Mirándolo, adorándolo. Tadeo hizo lo mismo con su cabello, ya no escuchaban los jadeos de la otra pareja, habían creado una burbuja y estaban solo los dos.

Joel se arrimó a su oído.

-A veces siento que todavía te amo. Te amé mucho, ¿lo sabías? -le susurró y Tadeo hizo un puchero violento y se tapó el rostro con una mano. Se ocultó aun más bajo el cuerpo de Joel para que Miguel no sospechara nada y trató de respirar fuerte para que le pasaran las ganas de llorar que tenía, porque él también sentía que todavía lo amaba... lo había amado tanto!!!

Nuevamente se abrazaron, con brazos y piernas, formando un solo cuerpo y se besaron por todos los besos que debieron darse en esos diez años.

-Aun sientes algo por mi? -le preguntó Joel al oído y no debió hacerlo, porque Tadeo intentó salir de abajo de su cuerpo y él lo aprisionó aun más -perdón! perdón! no volveré a preguntar nada, pero quédate aquí conmigo, un ratito más -rogó y Tadeo se secó una lágrima traicionera, lo empujó para cambiar las posiciones y se sentó sobre su pija, autoempalándose. 

Miguel se encontraba a su lado penetrando a Raul que estaba en cuatro patas sobre la cama. Tadeo subió y bajó despacio, y Joel elevó la mano para tocar su rostro, pero Miguel agarró fuerte del cabello al pelirrojo y comenzó a besarlo con furia. Joel tenía junto a él a Raul que gemía fuerte, el pecoso se acercó a él y lo besó mientras Miguel lo llevaba al orgasmo. Miguel siguió casi mordiéndole los labios a Tadeo hasta eyacular tras unas embestidas fuertes en el culo de Raul y cayó rendido sobre el pelirrojo pequeño. Tadeo lo observó y luego a Joel.

Joel se sentó y abrazó su pecho, Tadeo subió y bajó sobre su pija un par de minutos. Los dos acabaron casi al mismo tiempo, abrazados fuerte, unidos, siendo uno solo. Jadeando. Casi gritando.

-Te amo -susurró de nuevo Joel besando su pecho y Tadeo apoyó la cabeza en su cabello, aferrado a él, para descansar.


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