Joel prometió dejar de mandarle mensajes de amor pero solo bajo la promesa de que Tadeo almorzara con él al menos dos veces a la semana, y el pelirrojo acepto con una de esas sonrisas que a Joel le hacían temblar las rodillas.
Esa semana almorzaron juntos, pero Tadeo no apareció de noche en su departamento y Joel no sabía cómo decirle que lo necesitaba también en medio de sus sábanas, en lo posible desnudo y bajo su cuerpo. No quería cagarla nuevamente, comenzó a cuidar cada detalle de lo que decía y a sentir euforia cada vez que veía a su pelirrojo sonreír solo para él.
Ya no la cagaría, por Dios que si lo perdía no sería por su culpa.
***
Se acercaban la fechas en las que el organismo de Isabel se encontraba más fértil.
Es decir, entre 14 o 15 días luego de la menstruación e Isabel ocultó el detalle de que estaba con un retraso, un bendito y dulce retraso.
Acomodó su casa, puso velas aromatizadoras en lugares estratégicos, intentó verse hermosa. Tenía un test de embarazo en la mochila, pero temía que su ansiedad le jugase en contra, tenía pánico de hacerlo y que diera negativo, que su retraso solo fuera un ardid de su cuerpo por hacerle creer que los cuentos de hadas podían ser ciertos.
Puso a hervir agua porque esa noche le daría de comer ramen antes de llevárselo a la cama y en cuanto abrió el paquete y sintió el olor, una arcada profunda le llegó desde lo profundo del estómago. Se hizo a un lado de la cocina porque temió vomitar sobre la olla. Cuando se recompuso respiró fuerte y de nuevo sintió el olor, esa vez tuvo que correr al baño y por poco no llega al inodoro, vomitó todo lo que tenía en el estómago.
Se miró al espejo, estaba pálida y ojerosa... sería que estaba incubando una gripe? o podía hacerse ilusiones?
Salió despacio y miró su mochila.
Aspiró aire de nuevo con fuerza, se fue hasta ella temblando, sacó el test de embarazo y se encerró en el baño.
Tadeo llegó a las 9 de la noche y cuando ella abrió, él estaba tímido con unas rosas en las manos. ¿Cómo no amarlo aun más?
Comieron.
Mientras ella le contaba su día, él se ponía nervioso, Isabel lo sabía e intentaba que el clima fuera menos tenso. ¿Él notaría que se había puesto un vestido nuevo solo para que la viera bonita? ¿Notaría que su perfume la ponía como loca y que quería sumergirse en su pecho y nunca más salir de ahí? Luego de cenar, Tadeo dio varias vueltas, hablando estupideces, provocando que su nerviosismo hiciera que ella lo amara aun más.
Sabía que sus nervios eran porque era ella: Isabel! su amiga!!!
La primera noche tuvo miedo de que Tadeo no tuviera una erección con el cuerpo de una mujer, pero contrario a sus pronósticos, se apoderó de ella y con un dejo de celos, Isabel comprobó que no era la primera vez que él tenía sexo con una mujer. Él sabía lo que hacía, donde tocar, besar, lamer. Tadeo no era gay, Tadeo era bisexual... ¿por qué no se había fijado nunca en ella? ¿Por qué? Era hermosa, ella sabía que era hermosa!! ¿¿¿Entonces porque no ella???
Oh! Si! Cierto!! Era porque cuando ella llegó a su vida, un cara de rata ya lo tenía comiendo de su mano.
Esa noche, cuando la pelirroja se dio cuenta de que no había manera de que él dejara de tartamudear, lo tomó de la mano y se lo llevó al cuarto.
***
Isabel conducía boba, ensimismada, llevaba una bolsa de 20 kg de alimento para perros en la camioneta y se sentía feliz! le había dicho al encargado que no podía levantarla, que por favor lo hiciera él y él le preguntó si le dolía la espalda porque Isabel era de las que odiaba recibir ayuda de los hombres y ella le sonrió, toda esplendorosa, toda llena de estrógeno: Tengo que cuidarme un poco más, le respondió mientras llevaba una mano a su vientre plano y el hombre no preguntó, pero supuso que ese día le dolía la panza. Ella no le aclaró nada.
Cambió la ruta porque quería pasearse un poco más, iba atontada de tanta felicidad y en un semáforo, justo en el que estaba en la esquina de un bar llamado El ronroneo, los vio.
Su pelirrojo sonreía con rectangularidades inmensas y el cara de rata inmunda le hablaba al oído, tenían sus manos unidas por sobre la mesa.
Tragó duro, llena de odio. En el acuerdo al que habían llegado era claro que cada uno podía seguir con sus vidas, no eran pareja, solo buscaban un hijo... pero ella pensó que... ella supuso que... ella tuvo las esperanzas de que...
Un auto le tocó bocina para que avanzara y ella se sobresaltó.
Arrancó y le levantó el dedo medio cuando el hombre pasó gritándole que las mujeres no deberían estar al volante.
No quería hacer un escándalo. Estacionó ni bien pudo porque las manos le temblaban, respiró hondo intentado tranquilizarse, pero no podía. Las lágrimas le caían solas e Isabel odiaba llorar, odiaba sentirse minimizada por una situación, aborrecía no tener el control de todo. Sacó algo de su mochila, lo guardó en un bolsillo y salió de la camioneta.
***
-No volviste a dormir en mi cama -le susurró Joel y Tadeo lo miró a los ojos.
No eran nada, no habían hablado de en qué lugar se encontraban pero de todas maneras el pelirrojo sentía que aun era pronto. Le gustaba estar con él porque lo amaba, pero todavía no confiaba mucho. No sabía qué cosas podían despertar el miedo de su pelinegro y dejarlo de nuevo en medio de la nada emocional.
Era cierto, no había vuelto a dormir con él, pero esa semana le tocaba estar con Isabel y por algún motivo se sentía un traidor si dormía con Joel. No le había contado que buscaba un hijo con la pelirroja, lo observó atento, ¿cuanto tardaría en salir corriendo si le decía que estaba en esa etapa de su vida en la que necesitaba de un hijo?
-Joel... -comenzó a hablar agarrándolo con ambas manos y alguien se sentó en la silla libre que había junto a ellos. Los dos se sobresaltaron.
Isabel estaba ahí, con cara de asesina serial.
Joel hizo un gesto muy similar al asco, Tadeo tragó saliva y lo soltó, como si su piel le hubiese quemado.
-Hace cuanto se están viendo?
-Isabel!!!
-Por qué tan lejos del refugio? Te ocultabas de alguien, Tadeo?
-Isabel!!!
-Parece que tu cerebro es sumamente consciente de que estás tomando el camino equivocado y por eso tratas de que nadie te vea. Él te hará daño de nuevo... lo sabes?
-Mina de mierda! -habló por primera vez Joel, inclinándose hacia ella para que los otros concurrentes del bar no escucharan -Venimos aquí porque es tranquilo. No nos escondemos de nadie. Y no le haré daño. Lo amo y él lo sabe. Lo amo y lo estamos intentado de nuevo. Si lo quisieras un poco, lo dejarías en paz.
Isabel miró a Tadeo y Tadeo temblaba porque le veía la carita roja al borde del llanto y no había nada más triste que su Isabel llorando.
-¿No ibas a decirme que te estabas viendo con éste imbécil?
-¿Por qué debería decirte lo que hace? -contraatacó Joel pero Tadeo lo hizo callar poniéndole la mano en la rodilla.
La sentía respirar agitada y quería abrazarla, pero estaba furiosa e Isabel furiosa era peligrosa, iba a morderlo como un animal herido.
-Desde cuando guardas secretos, Tadeo. A mi me ocultabas que te veías con esta mugre -siseó la pelirroja. Joel quiso decir algo pero Tadeo le apretó la pierna nuevamente -¿A él le dijiste que te acuestas conmigo?
Y Joel abrió gigante los ojos y miró a Tadeo.
-¿Le dijiste que buscamos un hijo? -casi gritó llorosa y a ninguno de los tres les importó la gente que ahora los miraba.
Isabel se levantó de golpe y le tiró algo en la cara, cruzó corriendo, tomó su vehículo y partió.
Tadeo se atajó, algo le dio en la cabeza y cayó. Se paró para gritarle que no se fuera así, pero Joel lo detuvo.
-¿Cómo que te acuestas con ella?
Tadeo respiraba con dificultad, odiaba ver a Isabel enojada o triste, y que estuviese así por su culpa era demasiado.
-Te dije que quería un hijo.
-CON ELLA? ESTÁS ACOSTÁNDOTE CON ELLA?
-Solo fue un par de veces. Hizo el cálculo. Fueron los días de ovulación. -susurró atontado -Y no necesito darte explicaciones, no tengo nada contigo -dijo sacándose de encima la mano, hizo a un lado la silla para ir en busca de su vehículo y casi pisa algo. Era una especie de tubito, era lo que ella le había tirado por la cabeza... qué era? qué? Lo levantó temblando y Joel también se acercó.
Dos rayitas.
Dos.
Tadeo se llevó la mano a la boca y lloró fuerte, en medio del bar, mientras reía como desquiciado. Que lo mirasen, que lo juzgasen, que se rieran o hablaran de él, no le importaba... iba a ser padre!
Joel lo sostuvo fuerte y lo abrazó.
-tengo que buscarla -gimió atontado, intentando desprenderse de los brazos del pelinegro para ir detrás de su amiga del alma y el pelinegro desesperado le susurró al oído.
-Iré contigo!! No me dejes!! No me dejes, por favor!!!
***
Media hora después Tadeo la buscaba en su departamento, no la había encontrado en el refugio, pero tampoco estaba ahí.
Dos horas más tarde lloraba sentado en el salón de su propio departamento y Mike le gritaba que ambos eran unos irresponsables mientras intentaba una y otra vez comunicarse con ella. Daniel estaba rojo en otro sillón, tenía varios números en un papel, todos de amigas íntimas de la pelirroja, pero ninguna sabía nada de ella.
Tadeo se aferraba al test de embarazo.
Joel apareció una hora más tarde y no le importó que Daniel y Mike lo mirasen como si quisieran partirlo en mil pedacitos y tirarlo a los perros. Había hablado con Carlos, las denuncias de desaparición de persona debían hacerse luego de las 24 horas de que el sujeto se ausentara, pero un abogado podía mover hilos y que comenzaran a buscarla inmediatamente.
Al final del día, Daniel y Mike se lo agradecieron.
Tadeo seguía llorando aferrado a él y Joel lo abrazó con fuerza.
Joel se estaba dando cuenta del amor que le tenía Tadeo a esa pelirroja y tuvo miedo, de pronto tuvo la certeza que si Isabel hubiese tenido una pija entre las piernas, Tadeo no lo habría pensado dos veces y se habría ido con ella!
Contuvo el aire... Isabel iba a tener un hijo de Tadeo... Isabel se lo quitaría, y lloró abrazado a Tadeo, porque el karma le caía como balde de agua fría. ISABEL SE LO QUITARÍA, LO PERDERÍA, PERDERÍA A TADEO!! TADEO LO DEJARÍA POR ELLA. TADEO LO DEJARÍA COMO ÉL LO HABÍA ABANDONADO HACÍA 10 AÑOS.
Todo se daba vuelta y ahora le tocaba sufrir a él.