-JOEL, NOS DORMIRMOS -gritó Tadeo y Joel casi muere infartado.
Se llevó la mano al pecho intentando controlar el ritmo cardíaco y lo vio desaparecer del cuarto, luego pasó saltando en una pata mientras se ponía el pantalón y unos segundos después cruzó tropezando con las zapatillas con el cepillo de dientes en la boca. Prácticamente todas las mañanas sucedía lo mismo. Tenían horarios distintos, Tadeo debía recibir el alimento para animales en el refugio a las 7 de la madrugada y Joel entraba a su oficina a las 9 pero desde que vivían juntos esa era la rutina diaria, y ya se había cansado de pedirle que no lo despertara de esa manera porque algún día se iba a morir en la cama.
Pasó como loco, le dio un beso en la boca y se fue corriendo.
Yeontan pegó dos ladridos y apareció en el marco de la puerta.
-Qué pasa? Se olvidaron de llevarte de nuevo? -preguntó Joel desde la cama, con los brazos detrás de la cabeza, con una sonrisa de costado.
Yeontan le gruñó un poco.
-Lo que pasa es que lo tengo como loco, ya ni se acuerda de ti.
Yeontan gruñó más fuerte.
-Ya sé que no te simpatizo y me importa un choto.
Yeontan se dio la vuelta, bajó la cadera y orinó.
Joel había agarrado una zapatilla y se la estaba por tirar cuando sonó el timbre.
Era temprano. Sonrió, seguramente Tadeo se había dado cuenta de que no llevaba a Yeontan y regresaba por él.
-Te olvidaste al perro? Si entras de nuevo no te dejaré salir sin cogerte así que no seré responsable si llegas tarde. -y activó la puerta de ingreso al edificio.
A los minutos golpearon la puerta y Joel frunció el ceño... no era Tadeo!
Abrió despacio y se encontró de cara con la psicótica.
La hija de puta había regresado.
La bruja se comunicaba con Tadeo por celular todas las semanas, más de las veces que a él le hubiese gustado, y tenía la esperanza de no verla más. Que apareciera cuando el niño tuviera 20 años, pero ahí estaba ella, luego de 4 meses de ausencia.
Sonrió e ingresó al departamento. Yeontan ladró feliz y corrió hacia ella.
-Tadeo no está aquí!
-Ya lo sé, lo vi salir, acabo de enviarle un mensaje diciéndole que estoy llegando a tu departamento. Esto me da tiempo para hablarte.
Joel se sentó frente a ella, los dos tenían los ceños fuertemente arrugados.
-Ya sabes que no me agradas, rata.
-Ni tu a mi, psicótica.
-No quiero que lo hagas sufrir.
-Estamos en una relación, no todo será color de rosa siempre.
-Ya lo sé. Y ten por seguro que ante la mínima pelotudes que hagas, me lo llevaré. Aprovecharé cualquier error que cometas, estaré atenta. Estoy plenamente consciente de que no me ama tanto como a ti... pero me ama. Y soy la madre de su hijo! Te equivocas una sola vez y él será mío.
Joel hizo crujir los dientes.
-Me estás amenazando?
-Eres tan lento como para preguntármelo? Si, Joel Andrada, te estoy amenazando.
Se escuchó la llave en la puerta rasparla una y otra vez sin poder embocar a la cerradura y la voz de Tadeo gritando groserías. Las manos le temblaban tanto que era imposible dar con el hueco. Joel se levantó cuando el pelirrojo comenzó a golpear como endemoniado.
El pelinegro abrió y Tadeo lo empujó, entró llorando. Ella se levantó sonriente para abrazarlo y él cayó de rodillas y abrazó su vientre.
Rodeó sus caderas con los brazos dulcemente, intentando no dañarla e Isabel le acarició el cabello, levantó los ojos y miró a Joel. Joel los observaba en silencio, la miró a la cara y ella sonrió de costado.
-LO ESCUCHO PATEAR!!! -Gritó Tadeo y ella largó una carcajada.
-Tadeo, lo más probable es que estés escuchando mis tripas, todavía no se puede escuchar, es muy chiquito.
-ES QUE YO LO ESTOY SINTIENDO, ME ESTÁ PATEANDO LA OREJA!!! JUGARÁ AL FÚTBOL!!!
Yeontan ladró moviendo la cola.
-Veo que te mudaste con este tipo -dijo ella y Tadeo retrocedió un poco horrorizado, sin sacarle las manos de la panza.
-No! no me mudé!!
-¿Estás bien con él?
Tadeo dudó y Joel quiso matarlo!
-TADEO, TE ESTÁ HACIENDO UNA PREGUNTA -vociferó el pelinegro.
-NO LE GRITES -respondió Isabel.
-ES QUE TE TIENE MIEDO, LOCA!
-NO ME TIENE MIEDO, SABE QUE LO PROTEJO DE TI, IMBÉCIL.
-BRUJA!
-CARA DE RATA!
-Estoy bien -jadeó horrorizado -estamos viendo qué pasa entre nosotros.
-MIENTES! -agregó Joel y se acercó a ella mientras buscaba algo en su celular, cuando lo encontró le mostró la foto de él todo tímido con el inmenso ramo de flores -Me pidió ser su novio hace como cuatro meses atrás. Se puso de rodillas y todo.
Y Tadeo casi sufre un fallo multiorgánico.
Isabel lo miró.
-No tengo nada con él -jadeó y Joel casi pierde la mandíbula.
-TADEO!
Y Tadeo, que aun seguía de rodillas delante de la pequeña panza, se levantó como resorte y lo llevó fuera del departamento a los empujones.
-QUE HACES?
-Puedes ir a tomar un café por ahí?
-ESTÁS NEGÁNDOME?
-No amor!! sólo le doy tiempo para que ella se acostumbre a la idea -le dijo besándole la cara mil veces hasta llegar a los labios. Estaba pálido y Joel creía que aterrado también. Isabel lo tenía bailando en la palma de la mano y Joel supo que esa condenada hija de puta pelirroja le haría pagar por todo lo que había pasado entre ellos cuando fueron unos críos.
Tadeo ingresó y cerró la puerta dejándolo afuera.
-No te estás apurando? sólo hace unos meses que están juntos y ya te mudaste con él.
-Isabel! perdimos diez años de nuestras vidas, creo que no nos estamos apurando.
Ella hizo una mueca de desagrado con el rostro y miró en otra dirección.
-Por qué no regresabas? -le preguntó acercándose, poniendo las manos en su vientre y ella sonrió, le acomodó el cabello y le dio un beso en la boca. Lo miró y quise darle otro más pero lo sintió ponerse tenso. Lo conocía. Cuando tuvieron sexo en busca del bebé, Tadeo no estaba de novio, lo conocía muy bien!!! Ahora ya no podía tocarla porque le debía fidelidad al imbécil que estaba afuera. Hizo un puchero, bajó el rostro y Tadeo quiso morir.
-No llores Isabel! Por favor!! no llores!! Nunca lloras, siempre soy yo el que lo hace, no lo hagas ahora!! Isabel -gimió abrazándola despacito y poniendo la cabeza en su hombro.
-Perdón, estoy sensible. No te imaginas cómo he llorado durante estos 4 meses, pero me han dicho que es normal. Me dijeron que nos ponemos sensibles. Sólo necesito saber que estás bien y pedirte perdón por irme de esa manera, pero necesitaba aclarar las ideas.
-¿Y las aclaraste?
Ella lo miró con profundidad. ¿Tadeo sabía cuales eran las ideas qué debía aclarar? ¿Tadeo se daba cuenta de lo que sentía?
-Si.
-Lo criaremos entre los dos... verdad?
-Si. Fue lo convenido.
-Podríamos vivir juntos.
-¿Juntos?
-Si! Joel está construyendo una casa para los dos y es una casa grande, demasiado grande para mi gusto, podríamos vivir ahí los 4!!!
No. Tadeo no se daba cuenta de lo que sentía! Tadeo ni siquiera entendía qué debía aclarar. Le acarició el rostro y volvió a darle un beso en los labios.
-No creo que a Joel le haga gracia!
-Joel ya diseñó el cuarto para el bebé!
Y ella quiso llorar de nuevo. Mike también había reacondicionado la habitación donde solía dormir Tadeo y la pintó de verde con un montón de duendes saltando en medio de las paredes, se lo había mostrado en una video llamada y a ella le pareció que su hijo sufriría pesadillas en ese cuarto, pero sintió que todos se preparaban para amar a su niño y eso a ella la tenía llorando constantemente.
-No llores, Isabel -agregó hipando porque Tadeo intentaba ser fuerte y consolarla pero estaba por caer desmayado por el estrés. -No me usurpes el lugar, Isabel, soy yo el que llora siempre, por favor, deja que siga siendo yo!!!
Y ella lo besó de nuevo, pero riéndose en medio del llanto.
-Haz pasar al imbécil de tu novio, no lo dejes afuera.
y la puerta se abrió sin que Tadeo tuviera necesidad de ir hacia ahí.
-Al fin dejas que entre, bruja!
Tadeo se dio vuelta y lo miró de tal manera que se quedó en silencio en ese mismo lugar.
Ella acarició a Tadeo y sintió el odio de Joel... disfrutó de ese momento.
-Quieres saber el sexo del bebé?
El pelirrojo abrió grande los ojos, saltó en el lugar, se arrodilló, le besó la panza, apoyó la frente y quiso besarla de nuevo pero lo único que hacía era llenarle de mocos la camiseta porque había comenzado a llorar y creía que no podría parar.
Ella buscó algo en la cartera y se lo dio.
Tadeo agarró el papel y se quedó de rodillas, mirándolo. Hipando. Se dio media vuelta y extendió los brazos hacia Joel, el pelinegro se acercó seguro, lo levantó y Tadeo se prendió de su cuello, abrazándolo fuerte, aferrándose a él.
Él acarició a Tadeo y sintió el odio de Isabel... disfrutó de ese momento.
Sonrió y tomó el papel que le extendía.
Era un ecografía, le miró la panza a la bruja con el ceño fruncido y luego la imagen. ¿Era posible que ella tuviera adentro un humanito? En el papel aparecía una de esas imágenes tremendamente claras de un niño en blanco y negro. Era de esas ecografías que parecían que el chico abriría los ojos y te gritaría BUU en la cara. Ya no era un manchón en medio de muchos manchones, eso que estaba ahí era un ser humano. Lo observó mucho, mucho y el corazón comenzó a latirle con velocidad, por extraño o tonto que pareciera, encontró similitudes con su Tadeo adorado y sintió por primera vez que ese niño, hijo de su hombre... también sería su hijo.
Isabel lo observaba con una sonrisa de costado, triunfante y cuando vio que el rostro serio del pelinegro se trastocaba con una sonrisa grande, le arrancó la ecografía de las manos.
-Es mío y de Tadeo -le dijo señalándolo con el dedo y Joel volvió a su cara de agrio.
-Ya lo sé, bruja!
Tadeo intentó respirar para poder hablar, se dio vuelta hacia ella, juntando fuerte las manos con las de su Joel para que lo auxiliara si se le daba por caer redondo y preguntó.
-¿Sera jugadora o jugador de fútbol?
-Oye!! que yo soy socióloga y él o ella podría elegir esa carrera!
-¿Será socióloga o sociólogo?
Isabel sonrió y lo despeinó aun más.
-Será nuestro jugador de fútbol.
Y Joel aspiró aire con fuerza, no quería que la bruja loca cara de psicótica notara que le temblaban las piernas... iba a ser padre de un niño!!!
-Pensaste en nombres? -le preguntó llevándolo a su cuerpo cuando Tadeo comenzó a llorar con más fuerza y a temblar notoriamente.
Le costó responder. Joel se acercó y le acarició el cabello.
-Si, yo había pensado en nombres de niña y Joel pensó en algunos por si era niño.
-JOEL? -gritó ella y Tadeo entró en pánico.
-Joel, no!! Él no pensó en nada, él no existe! es una ilusión óptica!
Y Joel tuvo ganas de asesinarlo en ese mismo lugar, no le habría importado dañar la alfombra con sus tripas.
Ella lo miró con asco y luego retornó la mirada a Tadeo, se acercó a él:
-Soñé que un hada entraba a mi habitación y pintaba una taza azul con el nombre de un niño, luego la llenaba con leche chocolatada, me la ofrecía y yo le decía que la chocolatada no me gustaba y ella me respondía: No es para ti, es para él.
-Qué nombre pintó? -jadeó en un susurro, las piernas como gelatina.
-Santiago!