Esa semana Joel compró la cuna celeste y una pelota de fútbol. La instaló en un de los cuartos y le hizo prometer a Tadeo que no diría que él lo había adquirido para que la loca psicótica no lo hiciera arder.
Durante los meses siguientes el pelinegro se dedicó a leer artículos sobre embarazos y padres primerizos, y Tadeo se sintió un poco celoso porque de pronto percibió que ya no le prestaba tanta atención.
Esa mañana se despertó a las 6 y no lo encontró en la cama, el pelirrojo ya sabía donde podía estar. Con su cabello enmarañado y restregándose los ojitos se fue al baño, se dio un ducha, se lavó los dientes y luego puso la cafetera porque se había acostumbrado al latte que le compraba Joel.
El pelinegro seguía sin aparecer. Se fue hasta ahí, el cuarto que estaba al lado del principal y lo encontró sentado en el piso con las partes de la cuna en el piso, numerosos tornillos y cositas pequeñitas que él no sabía que eran y el instructivo: Joel había insistido en comprar una cuna enorme y demasiado complicada. No le importó que le había dicho que los bebés crecen rápido y que muy pronto la dejaría de usar.
-No podrás armarla. -le reprochó el pelirrojo.
-Es fácil para ti decirlo, deberías ayudarme!
-Ya preparé el café, ven a la cocina, desayunemos!
-No. Desayunaré después en la oficina.
Y recibió un pelotazo en la cabeza, giró asustado y atontado por el golpe, la pelota que le había comprado para el bebé era una profesional de cuero y cuando a uno se la arrojaban por la cabeza... dolía!
-Qué mierda....?
-YA NI ME MIRAS!!! -le gritó haciendo un pucherito y agarró lo primero que estaba sobre un mueblecito pequeño de color blanco y celeste.
Joel pudo atajarse de la mamadera pero el chupete le pegó en un ojo.
-TADEO!
-NO! Estás poniendo como excusa todo, ya ni me tocas! -y esta vez fue un cepillito de cerdas suaves para la cabecita del bebé.
-TADEO! ERES UN HOMBRE GRANDE Y SERÁS PADRE! COMPÓRTATE COMO TAL!!
El pelirrojo tenía en alto el bolso con ropita dentro para tirársela por la cabeza, pero la volvió a poner sobre el mueble e hizo un puchero violento.
-ME VOY A VIVIR CON ISABEL, VOS NO ME QUIERES!
y salió del cuarto.
Decir que a Joel casi se le caen los calzones es poco, se levantó como resorte y salió corriendo detrás de él, lo encontró en la cocina, había agarrado su taza con latte, una bolsa con bizcochos, azucarera, y se iba ofendido del hogar.
-Tadeo, no puedes amenazarme que te irás con la bruja psicótica cada vez que tengamos alguna discusión.
-SI PUEDO! -le gritó -Hazte a un lado, me voy!
-Ok, vete! pero esos bizcochos los compré anoche para el desayuno, déjalos.
Tadeo abrió grande los ojos y la boca ante tamaña afrenta: lo iba a dejar ir!!!
Le tiró los bizcochos por la cabeza y cuando vio que Joel se hacía a un lado para que pasara, cruzó velozmente. Antes de salir el brazo del pelinegro lo agarró por la cintura, Tadeo luchó para que lo soltara pero Joel fue más ligero y fuerte, y lo puso de cara al marco de la puerta. Luego apoyó todo su cuerpo en el suyo y le mordió el cuello. Tadeo jadeó fuerte. Le levantó la camisa y estimuló los pezones mientras refregaba su pija en el culo del pelirrojo.
Joel desde atrás, agarró la parte frontal de la camisa y la abrió de un tirón. Saltaron los botones.
-No!!! -gimió Tadeo- Ayer los cosí!!!
De un tirón le bajó el pantalón deportivo y metió la mano para que los dedos se colaran en la entrada del pelirrojo. Estaba dilatado.
-Qué estuviste haciendo? -le susurró al oído mientras le babeaba el lóbulo de la oreja.
Tadeo gimió fuerte.
-Me tengo que dar consuelo solo si mi hombre no me mira -respondió agitado.
Joel se bajó su propio pantalón de un tirón, se escupió la polla y lentamente comenzó a penetrarlo hasta quedar con la cadera pegada al culo del pelirrojo.
Ahora los dos gemían fuerte.
Realizó la primera embestida y sonó el timbre.
-Dios! Es Isabel! -jadeó Tae -Tengo que acompañarla a...
No siguió, Joel había sacado la pija y se la había metido de nuevo con fuerza.
Tadeo se mordió los labios y puso en blanco los ojos. Bajó la mano y comenzó a masturbarse con fuerza.
Segundo timbre.
-ME CAGO EN LA LOCA DE MIERDA! -gritó Joel y se dedicó a penetrarlo con fuerza, con desesperación!!
Tadeo se arrastró por la pared, con el pelinegro detrás cogiéndolo de manera rabiosa, hasta el portero. No preguntó quien era, directamente activó la puerta de entrada al edificio
Joel siguió cogiéndolo desesperado.
Golpearon a la puerta, Tadeo gimió fuerte al alcanzar su orgasmo y Joel casi grita cuando acabó en su interior.
Golpearon nuevamente la puerta.
Tadeo huyó hacia el baño y Joel se acomodó la ropa como pudo.
Abrió con cara de pocos amigos, ahí estaba la pelirroja con el ceño fruncido.
-LOS ESCUCHABA DESDE AFUERA!
-ENTONCES PODRÍAS HABER DEJADO DE GOLPEAR COMO PSICÓTICA!
Isabel respiró hondo... se acercó despacio, mostrando los dientes. Y como si fuera a hacerle una confesión, le dijo al oído.
-No probaste dejar que él te coja??? No te imaginas lo bien que lo hace. Coge de maravillas.
Joel abrió la boca horrorizado por lo que acababa de decirle la mujer.
-¿Sabías que eres la bruja más horrenda, gorda e hija de puta que conozco?
-NO ESTOY GORDA! -gritó poniendo la mano sobre su enorme panza de ocho meses. Luego el rostro se le trastocó con un rictus extraño. Se agarró fuerte del brazo de Joel y se quejó.
-Qué te pasa?
-Desde anoche que estoy con pequeñas contracciones.
-Cálmate, deben ser las contracciones de Braxton Hicks. Son falsas contracciones, el útero está haciendo un ensayo...
-YA LO SÉ, IMBÉCIL
-PERDÓN, CON LA CARA DE BRUTA QUE TE TRAES PENSÉ QUE NO LO SABRÍAS!!!
Isabel volvió a agarrarse fuerte de Joel y Joel escuchó ruido de líquido. Lo primero que pensó es que Yeontan se estaba orinando en el salón, bajó el rostro buscándolo y vio que el líquido caía en cascada desde la falda de la pelirroja. Ambos levantaron los ojos y se miraron.
-Dios mío! -gimió Joel, retrocedió espantado, tropezó con el borde de la alfombra y cayó al piso.
-Isabel! ya estoy listo! -gritó Tadeo entrando al salón y cuando encontró a su hombre en el suelo corrió a levantarlo -ISABEL LO GOLPEASTE? -preguntó asustado pero ninguno respondía!! Isabel estaba parada con una cara de asombro extraña, un poco pálida y Joel no dejaba de señalar algo en el piso.
-Se le rompió -jadeó el pelinegro.
-Qué?
-Se le rompió -volvió a repetir.
-SE ME ROMPIÓ LA BOLSA, IMBÉCIL
Y Tadeo lo vio!!!
Pegó un alarido tan fuerte junto a Joel que Joel creyó que le había hecho reventar el tímpano. El grito del pelirrojo fue el que lo hizo reaccionar, se paró de un salto y corrió hacia ella.
-TADEO! TENEMOS QUE LLEVARLA AL HOSPITAL, TRAE EL BOLSO DEL BEBÉ!
Tadeo gritaba y zapateaba en el lugar.
-TADEO, RESPIRA, TADEO -gritó ella- HAZ COMO TE LO ENSEÑÉ.
Y Tadeo inhaló y exhaló con fuerza.
-Trae el bolso!!!
-JOEL NO ARMASTE LA CUNA, TENEMOS QUE ARMARLA -gritó y cuando joel volteó, Tadeo estaba con el bolso en una mano y el destornillador en la otra.
Ok. Tadeo estaba en shock, eso era demasiado.
-Tadeo, amor! lo haremos cuando regresemos, el bebé seguramente nacerá hoy. Tadeo por favor, necesito que me ayudes.
Tadeo temblaba notoriamente.
Joel e Isabel lo observaron.
-Respira, Tadeo -rogó Isabel y luego se agachó agarrándose de la panza ante una nueva contracción, mucho más potente.
Tadeo salió disparado hacia el ascensor y lo llamó, se escuchaban a unas viejas conversando en el piso de abajo, seguramente lo hacían con las puertas del elevador abiertas.
-VIEJAS HIJAS DE PUTA NECESITO EL ASCENSOR -gritó Joel, e Isabel y Tadeo pegaron un salto en el lugar.
No podía seguir esperando.
-CORRE, BUSCA LA CAMIONETA -ordenó Joel y Tadeo desapareció por las escaleras. El pelinegro le puso un brazo en la espalda y el otro en las piernas y la cargó. Isabel se asustó ante el acto. Joel comenzó a descender rápido las escaleras y la pelirroja tuvo pánico de que cayeran los dos.
-DIOS MÍO, ISABEL! ¿ESTÁ SEGURA QUE TIENES A UN SOLO BEBÉ EN ESA PANZOTA? PESAS COMO SI TUVIERAS A UN EQUIPO DE FÚTBOL COMPLETO!
La fémina estaba por golpearlo cuando otra contracción la hizo encoger y Joel avanzó más rápido.
20 minutos después Joel temblaba en el corredor, justo detrás de la puerta de la sala donde Isabel tenía al niño en compañía de Tadeo.
Mike ya había llegado y estaba sentado en uno de los sillones cercanos. Se lo notaba pálido y serio. A los minutos aparecieron Francisco y Daniel juntos, Joel no se dio cuenta del detalle porque los nervios le iban a reventar el hígado.
-Me siento mal, creo que vomitaré -gimió el pelinegro cuando su hermano lo abrazó y no terminó de decir la frase cuando la puerta se abrió y salió una enfermera escoltando a un Tadeo cubierto con traje protector, venía sonriente, orgulloso, lloraba.
Todos se acercaron corriendo, pero él solo tenía los ojos puestos en su Joel.
El pelinegro se acercó temblando, con las piernas convertidas en plastilina.
La enfermera ayudó a Tadeo y sacó la mantita para que todos pudieran ver el rostro del pequeño que parecía dormitar en los brazos del pelirrojo.
-Nuestro hijo! -jadeó Tadeo y Joel se tapó la cara y lloró con fuerza.
Mike, Francisco y Daniel se agolpaban queriendo verlo.
Tadeo como pudo se acercó y le besó la frente a su hombre.
Joel por fin pudo mirarlo.
-Nuestro hijo! -respondió el pelinegro y la voz de la bruja pelirroja gritó desde el salón.
-ES MÍO Y DE TADEO, PENDEJO!
Tadeo sonrió y Joel en medio del llanto, le besó la sonrisa.
FIN
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