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Enemigos! por juda

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A las 9 de la noche Tadeo estaba bañado, vestido, perfumado y casi a punto de vomitar bilis de los nervios, e iba a ser bilis porque no tenía nada en el estómago. Tenía la sensación que si llegaba a hacer un bocado se le derretiría el esófago.

Inhaló profundo frente al espejo. ¿Daba ponerse un poco de maquillaje? No! de todas maneras llevaría un gorro que lo taparía hasta las cejas y un barbijo en la boca.

Estaba parado frente al espejo de cuerpo completo que tenía en el salón, se dio vuelta para ver cómo le iba el pantalón de cuero que se había puesto, quería resaltar ese culo paradito que tenía... aunque habían quedado solo para darse un beso y en una zona oscura de mala muerte.

"Un beso" pensó y una risita de idiota le hizo cosquillas en pleno pecho.

La puerta de entrada se abrió con fuerza, pegó un alarido por el susto, retrocedió, la muleta se cayó a un costado y con la pata de la mesa se golpeó el tobillo lastimado.

Daniel se quedó estático en el lugar al ver lo sucedido y el silencio se cristalizó en el ambiente. Ya sabía lo que se venía y contuvo la respiración.

Lo vio venir, Tadeo estaba apoyado en la mesa y lo miraba con los ojos inmensos, poco a poco el rostro se le desfiguró en un puchero... y se puso a llorar.

-Tadeo!!! no quise asustarte, bebé.

-Me duele -gimió berreando entre lágrimas y mocos.

-Siéntate, te daré un masaje.

Cuando Tadeo se sentó y levantó un poco la pernera del pantalón de cuero, Daniel se dio cuenta de cómo iba vestido.

-A donde vas? -preguntó frunciendo el ceño, el rubio se secó las lágrimas con la palma de la mano y lo miró sin decir nada.

-A donde vas, Tadeo? Es tarde.

Tadeo todavía tenía medio puchero en la boca.

-Tadeo, criaturita, sácate esa ropa y acuéstate. No deberías estar moviendo ese pie -dijo e intentó sacarle el abrigo de cuero y Tadeo se abrazó a si mismo con fuerza para que no lo desvistieran.

-Tadeo! -jadeó haciendo esfuerzo por sacarle la ropa y ahora Tadeo tenía el puchero en la boca pero el ceño fruncido y negaba con la cabeza.

Daniel se hizo a un lado agitado y con el rostro rojo tras la lucha.

-TADEO, TE VAS A LA CAMA, YA!

-NO!

El rubio miró la hora y se asustó, levantó la muleta que estaba tirada, se puso la gorra y el barbijo, todo ante la atenta mirada de su primo.

-Dime que no te estás viendo con el depravado.

Tadeo no contestó y se dirigió hacia la puerta.

-Tadeo, tomaste tus pastillas? comiste?

Tadeo salió, cerró la puerta y luego volvió a abrirla un poco, sólo un poco, metió la boquita por la abertura y en un susurro, le dijo.

-Regresaré en una hora, deséame suerte!

...y se fue.

***

Tenían que encontrarse a las 10 de la noche.

Después de cuatro meses, lo vería en persona. Se habían mandado fotos y videos (siempre obviando el rostro)... pero ahora lo tocaría y lo besaría.

Faltando 20 minutos llegó a la esquina en la que deberían encontrarse y cruzó la calle, se escondió detrás de unos árboles, quería verlo llegar!

Era casi cómico lo que le estaba pasando. Siempre criticó las historias de amores que surgían a través de la red, era un fiel creyente que si no había química entre los cuerpos, no había manera de que pudieras enamorarte de alguien; y ahí estaba él, con el corazón latiéndole fuera del cuerpo y la ansiedad arrasando la respiración... y todo porque luego de cuatro meses iba a estar frente a su amor virtual.

Suerte que había comprado varios chicles porque le temblaban tanto las manos que los primeros tres intentos por desenvolverlos fueron infructuosos y acabaron en el piso. Cuando luchaba con el cuarto y lo pelaba cerca de la boca... sintió los pasos y la muleta. Se escondió aun más detrás del árbol. Él también llegaba muy temprano... ¿él también estaría ansioso? ¿él también tendría tantos nervios? Lo espió, tenía prácticamente su misma altura y era delgado. Cerró los ojos para intentar calmarse, su good boy estaba a unos metros de distancia, el hombre más dulce y tierno que había tenido el placer de conocer estaba al alcance de sus manos.

Lo vio pararse en la esquina y protegerse en el sector más oscuro, iba vestido de negro, llevaba una gorra que le cubría casi todo el rostro y un barbijo.

Aspiró aire con fuerza y cruzó la calle.

A medida que se acercaba, good boy giró el rostro hacia él.

No podía verlo bien, estaba muy oscuro, pero era imposible que no fuera él, llevaba la muleta y desde donde estaba podía verle el naranja brillante de su venda en el pie herido.

Se paró frente a su amor.

Bad guy tenía puesta una gorra y una bufanda que le cubría la parte baja del rostro hasta la nariz, de todas maneras estaba casi sumergido en su abrigo.

Vio cuando good boy se puso tenso, seguramente dudaba.

-Good boy? -preguntó Joel y lo escuchó reír suavemente.

-Si, soy yo -contestó.

Él conocía esa voz, la había escuchado tantas veces durante esos cuatro meses!!

Se quedaron uno frente al otro, repentinamente tímidos, sin saber qué hacer, qué paso dar.

Tadeo vio cuando se elevaban los cachetes de su bad guy por sobre la bufanda y supo que estaba sonriendo. Podía verle la nariz morada y la inflamación debajo de sus ojos. Le habría gustado sacarle la gorra, destaparle el rostro y verlo, ansiaba mucho poder conocerlo en persona... pero eso implicaría que él también se descubriera la cara y no podía. No debía. Se contentaría con tenerlo ahí, cerquita y poder experimentar qué tipo de calor emanaba aquel cuerpo. Lo vio hacer un paso hacia atrás, sin poder controlar la situación incómoda, entonces le tomó la mano.

-Gracias por venir, hoy estaba superado y necesitaba algo más que leer tus mensajes en el celular. 

Bad guy enredó sus dedos en los suyos.

-Me alegró que propusieras esto, yo también necesitaba un poco más!

Y se quedaron de nuevo en silencio, un silencio incómodo. Era todo raro, parecía hasta cursi, pero así se sentían y no sabían si el otro lo estaba experimentando con la misma intensidad. Fue Tadeo el que hizo un paso hacia él, porque ya no podría con tanta tensión, porque las piernas se le aflojaban de los nervios.

-Me tengo que ir en seguida, tengo que hacer reposo -susurró y Bad guy no quiso que se fuera sin poder al menos abrazarlo así que se animó, dejó de pensar que tal vez era lo más cursi y sentimentaloide que estaba haciendo y se guió por lo que le dictaba el pecho, lo abrazó fuerte.

Se arrinconaron aun más en la oscuridad y cuando estaban muy, muy juntos, respirando cada uno el aire del otro, bad guy se bajó apenas la bufanda, good boy hizo lo mismo con su barbijo y se besaron.

Primero fueron dos besos cortos, mirándose directo a los ojos, luego bad guy abrió la boca y good boy se metió en ella con alma y vida.

Casi pierden un poco de la cordura, casi se convierten en caníbales y se comen el uno al otro.

Bad guy lo sostuvo fuerte del cuello y pegó todo su cuerpo al de él.

Good boy le pasó la lengua por el mentón y le mordió los labios, intentaba mirarlo sin esa bufanda cubriéndole el rostro pero estaban tan uno sobre el otro en medio de esa zona oscura que no podía ver demasiado.

Cuando Bad Guy le bajó un poco el cuello de tortuga de su suéter y le lamió esa parte de piel, Good Boy pegó su pija endurecida a la pelvis del otro y tras sentirlo en la misma situación, ambos se refregaron con desesperación.

Good boy logró reaccionar, se alejó bajando el rostro y se subió el barbijo.

Bad guy hizo lo mismo con su bufanda.

-Esto es muy poco -jadeó bad guy y good boy intentó respirar con normalidad.

-No puedo ofrecerte más, aun no.

Bad guy volvió a la carga: se bajó la bufanda y le lamió el lóbulo de la oreja, good boy tuvo un violento espasmo, hizo a un lado el barbijo y le mordió el cuello.

-Te quiero -susurró bad guy y good boy lo abrazó fuerte.

-Dame un poco más de tiempo. Tengo que seguir siendo anónimo.

-Tranquilo. Yo también creo que necesitamos seguir un poco más en este estado, pero solo quiero que sepas que te quiero, good boy, te quiero.

Good boy tenía el rostro cubierto de nuevo, miró el reloj, sabía que un Uber pasaría en cualquier momento a buscarlo.

-Yo también te quiero, gracias por venir, gracias por estar conmigo.

Estaban uno encima del otro y hablaban en susurros para que nadie se enterara que estaban enamorados antes de poder entrar en contacto piel con piel. Que las personas sí podían enamorarse de la idiosincrasia del otro, de su forma de ser, de conversaciones a través de la red (de entelequias).

Bad guy llevó la mano hasta la entrepierna del rubio y dulcemente le acarició la pija por sobre el pantalón.

Good boy respiró agitado, se desprendió el botón y estaba por guiar la mano de bad guy hacia el interior de su pantalón, cuando el Uber se paró en la esquina y tocó la bocina.

Lo besó fuerte, con rabia por no poder seguir en esa lugar y sacarse la máscara, por ser tan cagón como para no mandar todo a la mierda y estar con quien quería. Pero tenía 19 años y sabía que ese amor no sería seguramente el definitivo y tampoco podía arruinar su futuro por una calentura.

Tomó su muleta y sin mirar atrás, le hizo seña al auto, subió y se marchó.

A los minutos le llegó una notificación de mensaje:

Bad guy "ha sido, por lejos, la mejor noche de mi vida... te quiero, good boy"

y Good boy cerró los ojos y sonrió, se sentía un pendejo boludo de tan enamorado que estaba, pero ya no podía hacer nada, había tocado y besado al hombre de su vida. Era tal como se lo imaginaba, sentía en lo más profundo del alma que lo conocía a la perfección.

Se sacó el barbijo, el gorro, tenía calor, necesitaba respirar y que le llegara un poco de aire frío al cuerpo.

El muchacho que manejaba lo miró por el espejo retrovisor y elevó las cejas asombrado: acababa de recoger a un jugador de fútbol conocido, en una esquina oscura, donde se estaba magreando con otro hombre!!

El jugador bajó, se despidió amablemente y el muchacho agarró con rapidez su celular: tenía alto chisme y no veía la hora de contárselo a todo el mundo!


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