28. PERFUME
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Daiki sintió ese agradable aroma que siempre había olido en taiga, lo olio cuando iba por la calle.
¿Su esposo estaría por el sector donde él andaba?
No, Taiga se había ido unos días a la casa de su padre porque el anciano estaba enfermo y bien, era un anciano, por mucho que fuera longevo o cosas así, Tayler tenía ya más de setenta años.
Entonces, si su esposo no andaba por el sector, por que su aroma estaba por todo el lugar.
Cuando dio vuelta en la esquina lo supo, una gran aglomeración de personas estaba esperando para entrar en la nueva tienda de perfumes que se abriría ese día.
Oh, sería una buena idea ir por un perfume para su esposo.
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Cuando Terry llegó a casa después de su cita con Arata, no espero encontrar a su padre en las condiciones en las que lo encontró.
-¿Qué demonios te paso? -preguntó viendo la cara magullada de su padre- ¿Chocaste con un arbusto?
-No, peor -dijo sosteniendo una bolsa de hielo contra su ojos que empezaba a hincharse-. Tuve la maravillosa, la brillante idea de ir por un perfume para tu papá a la tienda nueva que se abría hoy.
-Oh, por favor, como puedes ser tan idiota -dijo entendiéndolo todo. La cara de su padre era un verdadero desastre.
-Gracias por tu consideración, hijo.
-¿No recuerdas como llegué cuando fue la apertura de la tienda de zapatillas del centro? -le recordó. Si ese día no hubiera ido con Arata, posiblemente hubiera terminado con una pierna rota.
-Eran sólo niños.
-Papá, eran compradores ansiosos, deberías de haber aprendido con mi error, no puedes ir a una apertura tan esperada y querer salir ileso.
-Ya veo que no se puede -dijo tirando al cabeza para atrás.
-¿Por lo menos pudiste encontrar el perfume para papá? -mínimo tendría que haber logrado comprar el dichoso perfume.
-¿Con quien crees que hablas? -dijo mostrándole una bolsa de color negro con letras doradas que tenía al lado.
-Bien, por lo menos tu sacrificio no fue en vano.
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-Así que tu padre hizo eso -dijo Taiga divertido en la video llamada que estaba teniendo con Terry.
-Sí, así que, por favor, no le bajes más los ánimos -miren que su padre ya estaba viejito. Por lo menos a ojos de su hijo que casi lo veía caminando al cementerio.
-Tranquilo, dejaré aquí los perfumes extras que aproveche de comprar -dijo viendo las tres botellas de perfume que pretendía llevar a casa, era mejor dejarlas acá y pedirle a su padre que se las enviará por encomienda en un par de meses.
Ese era otro. Tayler Kagami era un maldito manipulador, por que no estaba enfermo ni nada, pero claro, era mucho más difícil decirle a su hijo que lo echaba de menos a montar un teatro de anciano indefenso a puertas de la muerte.
De verdad, entre su padre y su esposo terminarían matándolo a él primero. No quería imaginarse con que sorpresa le saldrían más adelante.
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FIN