6. OTRA DIMENCIÓN /EPOCA
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El universo era tan grande, inmenso e imponente, tan azul como el mar profundo y plagado de estrellar. En su nave espacial, el capital de la tripulación Aomine Daiki, veía al infinito esperando poder volver a ver a su familia que le esperaba en la tierra.
-Capitán, lo veo distraído -decía Kuroko, uno de los astronautas bajo el mandato de Daiki.
-Extraño a Leo y a Taiga -decía mirando a la tierra nuevamente.
-Ellos entenderán que usted tuvo que venir con nosotros, capitán, es primordial para la misión de salvación de la tierra.
-Lo sé, pero Leo es tan pequeño, ni siquiera debe recordarme.
-Entonces pelee con todas sus fuerzas, capitán -dijo Satsuki, su mano derecha y la encargada de las turbinas.
-Capitán, tenemos un mensaje de las naves enemigas, quieren entablar conversación con usted.
Daiki se sentó derecho en su sitió y asintió con la cabeza.
-Habla el capitán de la nave Teiko, Aomine Daiki.
-Capitán de la nave Teiko, usted habla con el almirante Too -dijo el hombre de piel amarillenta frente a ellos- no venimos en busca de problemas. Nuestro planeta esta muriendo y nuestra gente necesita un nuevo lugar para habitar.
-No sé si la tierra pueda ser ese lugar.- dijo Daiki
-y no lo es, de hecho, queremos seguir avanzando, Mercurio es nuestro destino, la atmosfera de eses planeta es el más parecido al nuestro. Sólo queremos seguir viviendo una vida en paz.
-Pues entonces déjennos escoltarlos -dijo Daiki.
-Esta salvando muchas vidas ahora mismo, capitán Aomine -dijo su contraparte-. Su generosidad será valorada y recordada por nuestra gente.
El contacto se cerro y el silencio era sepulcral el Teiko.
-Capitán -dijo Satsuki- escoltarlos nos hará viajar por mucho tiempo, sin poder volver aún a casa -le hizo saber.
-Lo sé, pero es por el bien de toda la humanidad.
Todos veían con admiración a su flamante capitán.
…
…
Daiki estaba completamente rojo, de pies a cabeza, mientras que Leo moría de la risa en la alfombra de la sala.
-No puedo creer que con esas historias hacías dormir a Leo de bebé.
-Bien, él quería saber de su padre y no se me ocurrió mejor forma de hacerlo.
-Oh, por Dios, no puedo creer que te creyera un héroe cuando era un bebé.
Daiki no sabía donde esconder la cara de vergüenza en ese momento.
-¿Alguna mejor idea?
-No sé.. la verdad quizás.
-Oh, por favor, papá fue un genio con sus historias, creo que puedo recordar un par más -dijo Leo sentándose mejor para recordar-. En una era un pirata que surcaba los mares, pero que estaba protegiendo una tribu de indígenas para que no fueran saqueados, ahí también eras bastante heroico.
-Creo que esto es demasiado -dijo Daiki cubriéndose el rostro.
-No, espera -dijo Taiga-. ¿Te acuerdas de la historia de Daiki siendo espía en cubierto trabajando para la reina? -preguntó a Leo.
-Oh, es verdad, era para defender las joyas de la corono ¿Verdad?
-Bien, eso es más parecido a lo que hago.
-Padre, si no fuera por que no te gustan las donas y estás en buen estado físico, serías lo más parecido al jefe Gorgory.
-Oye, no me compares con esa cosa amarilla.
Taiga los veía discutir divertido, nunca se arrepentiría de la imagen heroica que creo en la mente de su hijo, fue lo mejor para ellos.
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Fin