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I need your blood por Reiga

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Notas del capitulo:

Aquí vamos con el primer capitulo! 

espero les guste!! <3 

 

 

CAPÍTULO 1 Exterior

 

Lejos de todo y de todos, se encontraba una pequeña mansión, pequeña en comparación con el gran terreno que poseía. En ella habitaban dos sirvientes y amigos leales de la familia principal.

Esta pequeña mansión era solo una fachada para ocultar la casa principal situada a más de  cuatrocientos metros lejos de la entrada. Lo suficientemente lejos para que nadie pudiera verla y mucho menos llegar a ella.

La pareja, dueña de estas tierras, escondía con recelo su máximo tesoro, algo que era lo más importante para ellos: su hijo; y lo único que les quedaba.

Un chico de apariencia un tanto temible, pero era amable y tranquilo, cabello rojo extraño que muy pocas personas poseían por eso mismo solían llamar mucho la atención, unos ojos que te absorbían el alma -eran de un color irremediablemente rojo que en su centro se podían ver de un dorado intenso que te imposibilitaban apartar la mirada, a pesar de su condición “especial” él no podía ocultarlos, un cuerpo entallado en la cintura pero bien formado por todas partes, no aparentaba más de dieciséis años.

A pesar de que desde su nacimiento fue criado solo por sus padres, y unos cuantos sirvientes, sin más contacto con el mundo exterior, era un chico alegre, cariñoso, e inteligente; nunca le faltó la educación.

También poseía un gran carácter, heredado de su padre, que difícilmente dejaba relucir.

–Ah~ –Suspiró estirándose en su asiento–. Se nota que lo pasan bien –Les dijo a sus amigos con un deje de tristeza, y a la vez, de frustración. Estos siempre le relataban historias de lo que sucedía fuera de la mansión, entre ellas, ir a la escuela, una de las cosas que más le llamaban la atención a Taiga–. Yo quiero ir con ustedes –Pero apenas mencionó esto, un cuaderno le llegó en la cabeza– ¡Auch!

–Mejor ni pienses en eso –Le dijo Takao, serio; pero a la vez tratando de ocultar la risa, no tuvo  la intención de que  el cuaderno le llegara en la cara.

–Es verdad, ya sabes lo que piensan tus padres –Mencionó Kasamatsu el hermano dos años menor de Takao. Ambos pelinegros de ojos platinados muy similares pero de personalidades completamente distintas.

Ambos, desde pequeños, le han servido a la familia de Taiga; se criaron juntos prácticamente, por lo que son más que simples sirvientes, así también lo ven los padres de Taiga.

El pelirrojo bufó e infló sus cachetes, ocasionando la risa en sus dos amigos. En eso, ven que viene entrando uno de los señores de casa, los dos hermanos se ponen serios y rígidos, Taiga se ríe ante esta reacción, al igual que su padre.

–¿Cómo vas con los estudios? –Le pregunta con voz calmada, sentándose a su lado.

–Muy bien, papá –Dudó si hablar o no–. Quiero hacer algo –Le dijo poniendo su mejor carita. Takao abrió inmensamente los ojos, se puso detrás de Kuroko y le hizo señales a Taiga, rogándole que mantuviera la boca cerrada.

–Dime.

–Quiero ir a la escuela con Takao y kasa –Esto lo dijo rápido, con suerte y le habían podido entender. Yukio movió la cabeza, mientras  Takao se había pegado en la  frente con su mano.

–No –Le respondió cortante el hombre de apariencia delicada. Taiga  sabía que esa sería la respuesta, pero no perdía nada con intentarlo.

–¿Por qué no? – aun así pregunto.

–Taiga, sabes que es peligroso para ti –Le dijo  su padre. Sentándose enfrente, esperando que el niño que ya lo había sobrepasado en sobremanera lograra entender su negativa y que no siguiera insistiendo.  

–¡¿Piensan tenerme toda la vida encerrado?! –Le gritó, pero en seguida se arrepintió, al ver el rostro triste de su padre– Lo siento –Dijo en un susurro, tomando sus cuadernos para retirarse.

 

Kuroko  suspiró, por un momento le sorprendió bastante que Taiga le levantara la voz pero inmediatamente  también lo comprendió.

–¿Ustedes qué piensan? – Kuroko les preguntó a  ambos pelinegros.

–Ehm… quizás un tiempo –Decía Kasamatsu, un poco temeroso sin siquiera poder mantenerle la mirada al hombre de mirada gentil.

–Este último tiempo se ha visto más pensativo, quizá se siente solo y… –Respondió Takao. Era una locura.

–Lo voy a pensar –Les dijo el mayor, sonriéndoles.

 

La noche llegó y con ella el dueño de  casa.

–¿Dónde está Taiga?

–En su habitación –Kuroko se sentó en su cama, viendo cómo su pareja se cambiaba de ropa–. Está triste.

–¿Por qué?

–Quiere salir de la mansión, ir a la escuela, conocer qué hay más allá, con Takao y kasa –Habló rápido.

–Le dijiste que no, supongo –Aquello lo dijo como si nada, para él era un hecho– ¿Kuroko? –Lo llamó ante su silencio.

–Sei –Se levantó de la cama y se acercó a él–. Yo quiero que sea feliz, y el encierro le está provocando lo contrario. Dejemos que salga por un tiempo, no estará solo ¿sí?

Seijuro bufó enojado, no estaba de acuerdo, pero luego de ver eso ojos  cedió ante la petición de su pareja.

–Una semana –Dijo cortante –pero después de eso no quiero volver a escuchar algo similar –  Kuroko sonrió y posó sus labios sobre los de Seijuro antes de salir de la habitación directamente a la de su hijo.

Entró y lo encontró recostado en su cama, caminó y se sentó junto a él acariciándole el cabello, Taiga abrió los ojos y se entregó a esa caricia.

–¿Aún estás enojado? –Le preguntó Kuroko sabiendo de antemano la respuesta.

–No, lo siento, no quise gritarte.

–No importa. Te tengo una buena noticia.

–¿Cuál? –Preguntó aún amurrado en la cama. Estaba frustrado. Las cosas no se quedarían así. Pero no quería pelear con Kuroko, sabía que el que controlaba la situación no era precisamente el.

–La semana que viene asistirás a la escuela con los chicos –Taiga, al escucharlo, se sentó en la cama, dejando ver la alegría en aquellos bellos ojos de los cuales era dueño.

–¿De verdad? Pero… y ¿papá?

–Fue él quien te dio permiso, pero solo una semana –A Taiga le dio lo mismo que solo fuera una semana, al fin saldría y eso era lo importante. Se abalanzó encima del chico que nadie creería era su padre, dándole las gracias una y otra vez–. Bien, ahora quiero que te alimentes, desde ayer que no lo haces –Kuroko se desabotonó los primeros botones de su camisa, exponiendo su blanquecino cuello.

A Taiga le brillaron los ojos, se acercó con delicadeza hasta el mayor, de sus labios aún cerrados se podía notar cómo lentamente afloraban unos blancos colmillos. Abrió la boca al sentir el roce del cuello de Kuroko, incrustó sus colmillos, comenzando lentamente a succionar la sangre de su mantenedor.

Es conocido por todos, que la relación entre familiares es normal entre los vampiros pura sangre para mantener esta como tal. Taiga, por la manera en la que fue concebido, se podría decir que no era un vampiro normal.

Taiga era incluso superior a un pura sangre.

Taiga era  hijo de Akashi Seijuro y Akashi Kuroko, ambos gemelos; dos vampiros de sangre pura que genéticamente son iguales. Al concebir a su hijo, este desarrolló una sangre potencialmente pura, por lo que no puede beber otro tipo de sangre que no sea la de sus padres, como tampoco nadie puede beber la de él ya que es tan fuerte que no pueden soportarlo, y mueren después de sufrir un tipo de parálisis.

Este conocimiento lo tenían claro por el caso de Sei y Kuroko y por algo que ya venía ocurriendo desde los abuelos de ambos. Kuroko solo podía alimentarse de la sangre de su hermano, no así Seijuro; se hubiera repetido el caso, pero el hermano mellizo de Taiga murió al nacer, por lo que, la única persona que lo mantenía con vida era Kuroko.

Pero el tiempo avanzaba, Taiga crecía y una vida de encierro y soledad no era lo que Kuroko quería para su hijo, él había podido encontrar en Seijuro  a su pareja, pues así los habían criado, y aunque, aparentemente eran iguales, sus personalidades eran completamente diferentes, por lo que habían podido complementarse; Akashi era su complemento lo amaba y quería que Taiga también encontrara el suyo.

 

~*~

 

–Vaya, ya estás listo –Le dijo Seijuro de manera pesada. Tanto Kuroko como Taiga  ignoraron el comentario. Taiga se encontraba muy ansioso desde el día anterior, ni siquiera había podido dormir esperando que diera la hora para salir de una vez por todas de la mansión.

–Bien. Recuerda, serás el primo de ellos –Le dijo Kuroko, apuntando a los hermanos , que llegaron a buscarlo.

–Sí… pero ¿no es mejor que me haga pasar por un humano normal? –Al terminar, se ganó cuatro “¡No!” al unísono.

–No –Habló con calma Kuroko acomodándole la corbata y dejándola hasta el tope del primer botón –, hay personas afuera que se darán cuenta inmediatamente que eres un vampiro, así que eso llamaría más la atención.

Taiga Asintió, sabía a quiénes se refería; luego se despidió de ambos y le dio las gracias a su padre antes de retirarse quien solo estaba cruzado de brazos poco convencido de haber accedido a la petición de su hijo. Apenas salieron -los tres- de la gran casa, Taiga sonrió y abrazó a sus amigos, pues se había salido con la suya.

 

 

~~~**~~~

 

 

Por otro lado, estaba la familia Aomine. Para las personas normales era la familia más rica y con el mayor poder, de todo el país; poseían riquezas inimaginables y una rara  belleza. La familia Aomine era conocida por todos. Eran conocidos por ser una familia misteriosa, prácticamente inalcanzable, por lo que les guardaban respeto, y simplemente no se metían con ellos. Era como si simplemente vivieran en otra época.

¿Sabían algo más de ellos?

No.

Pero eran más que eso para los vampiros comunes. Los Aomine  eran los únicos vampiros pura sangre  radicados en japon, y la mayoría de los vampiros les eran fieles servidores. Vivían en una época jerarquizada, donde las familias pura sangre eran seres superiores, y por lo tanto, los que regían el lado oscuro.

Aunque, siempre están aquellos que no siguen las normas y no están dispuestos a que otros sean superiores a ellos.

Hace mucho tiempo se liberó una batalla entre las familias pura sangre, dos de ellas se sublevaron  queriendo acabar con las demás, lo cual quedó en duda después, ya que solo se fueron en contra de una, hasta acabar con ellos, por lo que se cree fue un atentado específicamente en contra de esa familia.

Después de aquello, todo ha sido tranquilo. Y, por lo tanto, los Aomine  se preocupan de que en su territorio haya paz y tranquilidad entre humanos y vampiros, y así la estabilidad de su mundo siga su curso. La existencia de los vampiros era conocida. Pero aquello de que no toleraban el  sol en estos tiempos y para algunos era solo un mito.

–Hola tía. Buenos días tío –Saludaron dos chicos muy respetuosamente y los mayores solos sonrieron.

–Daiki  ¿aún no se levanta? –Preguntó su padre en tono serio, mientras leía un periódico en el sofá.

–No –Contestó su esposa, con su voz suave y calmada, muy diferente a la de su marido –Ahora iré a despertarlo.

–¡Tía! –Gritó rápidamente Midorima– No se preocupe, nosotros lo haremos –Le dijo, riéndose; a su lado se encontraba Kise. La mujer  de larga cabellera rosada solo rió y movió la cabeza imaginando lo que estos harían.

La familia Aomine  estaba conformada principalmente por la pareja: Shigeki Aomine  y Momoi satsuki , los padres de Aomine Daiki. Aún vivían los antiguos líderes, pero el mando de la familia lo tomó  Shigeki  cuando contrajo matrimonio con su prima.

Midorima era hijo del hermano menor de Shigeki, y kise del hermano mayor de Momoi  quienes vivían en la misma casa, por lo que estos tres eran primos, amigos y hermanos.

Los chicos subieron las escaleras y se colaron  sigilosamente en la habitación del heredero Aomine. Casi gatearon para llegar a su cama, encontrándose con un Moreno  desnudo plácidamente dormido. La maldad afloró en sus bellos ojos ante tan bella imagen; Midorima miró a Kise y empezó a contar con sus dedos, cuando llegó a “tres”, Kise salto tan fuerte que se escuchó el rechinido de la cama seguido del grito descomunal de Aomine.

–¡Voy a matarlos! –Gritó con fuerza, a la vez que veía a sus infantiles primos desaparecer de su habitación, dejando solo el polvo. Se estiró en su cama tratando de recordar aquellos ojos fuego que vio en su mente, no era la primera vez, y eso ya le estaba molestando. Solo veía unos ojos que le absorbían el alma y lo doblegaban; al recordarlo, lo embargaba un sentimiento de vulnerabilidad que no comprendía y no tenía idea de cómo interpretar.

Se levantó molesto y no era precisamente por la manera en la que fue despertado, sino porque cada vez que tenía esa visión le molestaba en sobremanera.

Tomó sus cosas y se dispuso a ir a arreglarse para comenzar con su monótono día. Al bajar, se topó con sus primos, los cuales prácticamente se había puesto detrás de su hermosa madre por cualquier posible represalia, este solo saludó con cariño a su madre y los ignoró completamente.

–Buenos días, padre –Saludó respetuosamente, haciendo una reverencia– Vámonos –Les dijo después a los chicos que se apresuraron en salir detrás del moreno, pero fueron detenidos.

–Daiki –Lo detuvo su madre–, que no se te olvide que la próxima semana viene tu prima.

–¿Y? –Contestó con desinterés.

–Para que le compres algo –Dijo Momoi, suspirando, no había caso con su hijo; definitivamente, aún no había interés de su parte.

–¿Para qué?

–¿Cómo que “para qué”? Aomine, es tu prometida, no seas tan frío con ella.

–¿Y? –Volvió a contestar.

Relia era su prima en segundo grado, y desde su nacimiento había sido elegida para ser la esposa de Aomine, lo cual a él lo tenía completamente sin cuidado, no tenía mayor interés en ella, mientras menos la viera, mejor. Pero eso a la chica no le quedaba claro.

–¡Daiki! –Intervino de manera autoritaria su padre, por lo que a Daiki no le quedó otra que acatar antes de retirarse.

Su humor no había mejorado, es más, había empeorado. Solo pensar en tener a esa niña colgada a su cuello, y llamándolo una y otra vez, lo había puesto evidentemente molesto, su respiración se había acelerado sin siquiera notarlo.

–Daiki, ya cálmate –Le dijo Midorima, serio; poniendo su mano en el hombro de su amigo. Sabía lo mucho que le molestaba el hecho de su casamiento. Pero ese tema era algo que ni siquiera podía poner en la mesa como tema de conversación, y opinar; menos dar su opinión al respecto ¿de qué manera podía liberarse de aquello?

 

 

~~~**~~~

 

 

–Toma –Takao le pasó una pequeña cajita a Taiga, que la vio y no tuvo idea de qué era–, son lentes de contacto, lo menos que queremos es que llames la atención con tu cabello es suficiente–Este asintió rápidamente  dejando que Kasamatsu se los pusiera.

Taiga caminaba feliz de la vida con sus amigos, no dejaba de asombrase de cada cosa que veía, todo lo que había visto en su libros o escuchado hablar, ahora sus ojos lo presenciaban, sonrió con ternura al ver una pareja caminado con su hijo, pudo notar inmediatamente que era una familia humana.

Llegaron a la escuela y la ansiedad en Taiga  se hizo más notoria, Takao y Kasamatsu volvieron a abordarlo con advertencias.

–Por favor, Taiga. Por lo que más quieras, no hagas nada que llame la atención, si llegas con el mínimo rasguño, tu papá va a matarnos –Dijo Takao, fingiendo miedo, aunque en el fondo los tres  sabían que hablaba en serio.

–Ah… y por nada del mundo hables, toques o hagas el más mínimo contacto visual con Aomine Daiki. Sabes que no podemos tener problemas, menos con esa familia –Le dijo Kasamatsu, muy serio. Taiga asintió, él sabía perfectamente quién era, aunque siempre estuvo encerrado, tenía el conocimiento de lo que pasaba y cómo funcionaban las cosas en el mundo exterior. Y también porque su padres se ocultaban y lo cuidaban tanto.

–Está bien, pero no sé cómo es él.

–No te preocupes, apenas llegue, sabrás quién es. Es un chico prepotente, creído, arrogante, y  jura que es el rey del mundo –Dijo con pesadez Takao, lo cual solo causó la risa en el pelirrojo. Por lo visto a sus amigos no les agradaba ese tal Daiki.

–Okey, okey. Me quedó claro –Sonrió y se dio vuelta para, por fin, entrar en la escuela, chocando de lleno con alguien. El golpe no había sido fuerte, pero sí se había golpeado la nariz, por lo que se llevó la mano a esa zona–. Lo… lo siento mucho –Dijo con nerviosismo al ver a la persona que lo veía fijamente y de una manera que le extrañó.

La voz le había salido casi en un susurro cuando diviso al chico con el que había chocado. Era más alto que él quizás solo algunos centímetros, cabello azul y un piel extrañamente morena, y un aroma en el que no pudo evitar concentrarse “Un vampiro” pensó.

 

 

Continuará…     

 

 

 

 

Notas finales:

¿Les gusto?, espero que si. Que tengan un excelente fin de semana ¡nos vemos prontito!  *w*

gracias por leer y comentar!!

Reiga


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