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Mi Príncipe Omega por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Hola, Hola!!

Como estan? Aqui les traigo un nuevo capitulo!

La verdad había pensado subirlo ayer, pero habían algunos detalles que quería resolver, sobre todo la parte final..Oh! sobre la parte final debo advertir que se viene intenso 1313

Para las personas que no les gusta, ya saben, "escenas muy explicitas", les recomiendo ir con cuidado ;)

En fin, disfruten!!

 

“Es un trato”

Esto no podía estar pasando. Victor simplemente no lo quería creer.

Como una estatua, sin poder decir nada al respecto, Victor había sido testigo de cómo se afinaban los detalles del combate que se llevaría a cabo en diez días más, las reglas y cuáles serían las condiciones de la pelea en la cual Yuri participaría para defender su vida.

La palabra “impotencia” quedaba corta con lo que Victor realmente sentía.

Era “su vida”, por lo tanto para Victor lo lógico era que él combatiera, no Yuri.

Su enojo y frustración estuvieron bullendo todo el tiempo, rasgándole la piel, exigiéndole salir, hasta que finalmente estallaron.

Solos, ya en la casa de Yuri, Victor no pudo evitar enfrentar a quien se decía su compañero.

- ¡No lo entiendo!- explotó, sus ojos fríos como el hielo enterrándose en la oscura mirada del otro.

Se encontraban en la cocina, Yuri con un vaso de agua en mano, su mirada fija y seria en Victor. Podía sentir la energía y furia emerger de su alta figura. Sus ojos claros lanzando chispas, su cuerpo temblando por la ira acumulada y aun así Yuri se sentía calmado.

-¿Qué es lo que no entiendes?- consultó sin perder la compostura, dejando el vaso a un lado, para enfocar toda su atención en Victor.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te expusiste a una batalla que es mía? – preguntó Victor- Yo debería pelear con Jean, no tú. Es mi vida, no la tuya.

Yuri lo escuchó con atención. Sabía que esto pasaría.

Podía comprender la frustración de Victor, pero desde su punto de vista no había una mejor solución. Durante la noche había buscado en los libros, en busca de una solución mejor y había comprobado que la mejor forma y la más limpia era por medio de un combate.

Desde el momento en el que aceptaba a Victor en su manada por ser su compañero, por ley sus cargos pasaban a ser responsabilidad del Líder que lo había aceptado y por tanto de toda la manada. Si no afrontaba a Jean a un combate las consecuencia de sus decisiones podrían haber sido catastróficas para el resto de su manada, ya que Jean perfectamente podía sentenciarlos a todos y destruirlos, respaldado por el hecho de ser un riesgo el tener alguien acusado de alta traición.

Su manada podría haber perecido y en vez de salvar a Victor habría sentenciado a todos a una muerte segura.

Desde su punto de vista, exponer sólo su vida era mejor que exponer la del resto.

Después de todo, por eso era el Líder.

El punto es que Victor lo entendiera.

Suspirando ante la pelea que se venía, Yuri se preparó mentalmente.

- Como lo dije durante la reunión ya eres parte de mi manada. Al ser el líder mi palabra es ley y por tanto, debo proteger a quienes están bajo mi cargo. – explicó con calma y sin quitarle los ojos de encima- Me enfrentaré a Jean para proteger a un miembro de mi manada y a mi compañero…

-¡No tenías por qué hacerlo! Si me hubieras dejado pelear en tú lugar…

-Si te hubiera dejado pelear, ¿Qué habrías hecho? ¿habrías matado a Jean? ¿y después qué? – lo encaró  con frialdad- Dejarte pelear es igual que mostrarle al mundo las razones por la que fuiste condenado, ¿o me vas a decir que te habrías controlado?

Victor apretó los puños.

Yuri tenía razón. Llevaba años entrenándose, preparándose, luchando para sobrevivir en diferentes ambientes contra diferentes personas y animales para algún día enfrentarse a Jean y  cobrar su venganza… pero escucharlo decir esas palabras igual lo hacían sentir humillado. Como si no tuviera control de sus propias acciones.

Como si no fuera confiable y sólo un animal rabioso, deseoso de sangre.

- En otras palabras, desconfías en mí

Yuri sintió como si le hubieran dado una bofetada en el rostro con esas duras palabras.

- Lo mismo puedo decir de ti. Soy el líder de mi manada Victor, conozco mis capacidades y no me metería en una pelea donde sé que estoy en desventaja, pero por tus palabras me da la impresión que crees que no soy lo suficientemente fuerte, que soy solo un omega más

Esta vez fue el turno de Victor de sentir un golpe en el rostro con las certeras palabras de Yuri.

- No dudo de tus capacidades como líder y te he visto pelear. No eres un omega más, de eso estoy seguro- respondió Victor, su voz más controlada- Pero, conozco a Jean. Conozco sus trucos. ¡Maldita sea!, me crie con él, peleamos juntos más de una vez, si alguien está capacitado para pelear con él soy yo

-¿Pero serias capaz de controlarte? ¿Me puedes prometer que no te transformarás en lobo?

Nuevamente las palabras de Yuri hicieron aflorar la rabia y la impotencia en el rostro de Victor. Pasándose las manos por el cabello, Victor negó frustrado.

-No lo sé, sólo sé que es mi pelea y tu estas en el medio

- Soy tu compañero Victor, tus batallas son mis batallas- lo contraataco Yuri.

Frustrado, Victor golpeó la mesada de la cocina y miró con sus ojos titilantes al omega frente suyo.

-¡Maldita sea! Yuri deja de decir eso, tú y yo sabemos que eso fue impuesto y que en realidad no somos…

-¿Qué no somos?- lo interrumpió hábilmente Yuri, mirándolo fijo- Piensa bien tus próximas palabras Victor porque esas pueden definir tu destino. Aunque no estoy de acuerdo con tus acciones, igual te di una oportunidad para salir con vida del caos que tú mismo te has formado. Ahora debes decidir qué camino vas a tomar: Te rindes y vas donde Jean o te quedas y aceptas mis términos.

Victor cerró la boca y lo miró en silencio.

Aún enojado, Victor podía notar que Yuri lo había salvado de decir la idiotez más grande de su vida. Por supuesto que en un inicio su relación había sido impuesta, pero a medida que se habían ido conociendo Victor no podía pensar en nadie más que en Yuri como su compañero.

No importaba como hubiera iniciado, para él Yuri era la única persona en que podía confiar y negar eso, por muy molesto que estuviera, era una gran estupidez.

Poco a poco el temblor en sus extremidades se fue apaciguando y un gesto nostálgico fue apoderándose de su rostro al darse cuenta que gran parte de su frustración era causado por el miedo de perder a Yuri en la pelea contra la persona que más odiaba en este mundo. La ira de sentir que prácticamente había forzado a Yuri a una posición donde arriesgaba su vida y que lo ponía en bandeja de plata a Jean, lo habían carcomido al punto de casi querer destruir todo con tal de salvarlo.

Incluso decir que no eran compañeros.

Pero con las palabras de Yuri se daba cuenta que estaría cometiendo no sólo un gran error, sino también estaría botando por la borda todo lo que Yuri había hecho por él, junto los buenos momentos que pasaron juntos.

Abatido, no se dio cuenta en que momento Yuri se acercó hasta donde él estaba, hasta que sintió unos dedos recorrer su mejilla captando su atención.

Su mirada se encontró con la honesta y profunda mirada castaña de Yuri, sintiendo como su tranquilidad se iba transmitiendo a cada poro de su piel.

- No quiero que mueras- susurró vencido ante sus propias emociones.

Los ojos de Yuri centellearon ante sus palabras y un gesto de comprensión apareció en sus rígidos rasgos.

- En ese caso ayúdame a ser más fuerte- pronunció con voz suave- Entréname Victor, enséñame todo lo que sabes de Jean y haz que mi victoria sea segura

Cerrando los ojos, Victor giró un poco su rostro hasta posar un beso sobre la palma que reposaba sobre su mejilla.

-Lo haré- aceptó contra la mano de Yuri, abriendo sus ojos para enfocarse en los contrarios- Te advierto que seré estricto

- No esperaba menos

 

 

 

Exhausto.

Esa era la palabra exacta que definía como Yuri se sentía en ese momento.

Cuando le había pedido a Victor que lo entrenara, supuso que el cambiaformas sería severo con él, pero Yuri nunca esperó que lo dejaría tan molido.

En ese instante hasta la simple acción de tomar un lápiz le costaba.

Victor lo había levantado a las cuatro y media de la mañana para entrenar las siguientes tres horas antes de tomar desayuno y zambullirse en su trabajo. Durante esas tres horas Victor se había preocupado de sacar el máximo provecho, empezando por un recorrido alrededor del pueblo, trotando con el frío clavándose en sus pulmones, para luego regresar a la casa para realizar una serie de ejercicios en las máquinas del gimnasio, con apenas uno que otro descanso entre medio.

Si lo pensaba detenidamente, Victor no le había exigido más de lo que su tío había hecho en el pasado, por lo que Yuri concluyó que estaba fuera de forma. Demasiado tiempo dedicado al trabajo de escritorio, que no se había dado el tiempo de entrenar más seriamente.

Era claro que sus peleas ocasionales con Phichit no habían sido suficientes para no perder el ritmo. Tampoco el trotar todas las mañanas y el trabajo con pesas que hacía cada noche. Cosas que había pospuesto con la llegada de Victor, pero que aun así parecían no haber funcionado para mantenerlo en línea.

- Esto es vergonzoso- pensó estirando un poco su cuello, antes de obligarse a sentarse derecho y seguir trabajando, ignorando el dolor punzante de sus músculos.

Por el rabillo del ojo miró a Victor trabajar en sus propias cosas. Se le veía realmente enfocado y con la vista fija en diferentes papeles, analizando cada uno antes de dejarlo sobre la mesa y seguir con el siguiente.

Desde ayer en la tarde se había tomado muy en serio su papel de entrenador y Yuri estaba seguro que en ese momento se encontraba analizando la mejor forma de entrenarlo para obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible.

-Me pregunto si será suficiente- pensó, agachando su mirada hacia su trabajo.

Había visto a Jean, lo había analizado durante la reunión y había concluido lo fuerte que era. Su torso superior estaba bien trabajado al igual que sus brazos y siendo un alfa era muy probable que su fuerza no fuera algo menor. Yuri no desconfiaba de sus propias capacidades, sabía el trabajo que había hecho todos esos años para ser un buen líder y poder enfrentarse a alfas de su mismo nivel, pero ahora que aparecía la oportunidad…

-¿Príncipe?

Alzando la vista ante el llamado, Yuri se encontró con el gesto preocupado de Victor que lo miraba desde el sofá.

- Si, ¿Qué sucede?- contestó rápidamente, recuperando la compostura.

- Quería preguntarte si estarás libre a las seis para entrenar.- respondió Victor, su mirada cristalina aún preocupada- ¿Te sientes bien? Te ves algo pálido…

- Me encuentro perfectamente.- repuso al tiempo que ordenaba los papeles que tenía al frente y miraba el reloj que estaba colgado en la pared- Si te parece, prefiero adelantar la hora del entrenamiento, me vendría bien hacer un poco de ejercicio ahora.

-¿Estás seguro?

-Totalmente. El trabajo puede esperar.

Victor lo miró sin estar del todo convencido, sin embargo, no dijo nada.

Ya en el gimnasio privado de la casa, Yuri comenzó a estirar sus músculos bajo la analítica mirada de Victor.

- Bien, ¿por dónde comenzamos?- consultó Yuri preparándose mentalmente para una nueva ronda de flexiones y abdominales, sin embargo la misteriosa sonrisa que le dedicó Victor le dijo que no empezarían por ahí.

- Vamos a combatir- fue la frase de Victor- Aunque ya tuvimos una pelea en el pasado, quiero probar nuevamente tus habilidades. Sólo así sabré que áreas debo reforzar.

-Bien- aceptó Yuri caminado hacia el cuadrilátero siendo seguido de cerca por Victor- ¿Cuáles son las reglas?

- No puedes usar tus habilidades especiales. No hay límite de tiempo y el primero en rendirse, pierde.

Yuri sonrió.

-De acuerdo. Comencemos.

Colocándose en posición, tanto Victor como Yuri cruzaron miradas.

Decisión y concentración fueron lo que vieron en la mirada del otro.

Yuri pestañeo sólo un segundo y al momento siguiente vio que Victor había desaparecido de su posición original para estar al frente suyo listo para dar el primer golpe. Haciendo uso de sus reflejos Yuri logró esquivarlo apenas, sólo para tener que moverse nuevamente para evitar el siguiente golpe.

Victor no le estaba dando tregua. Lo estaba atacando con todo lo que tenía y Yuri no podía más que esquivar o bloquear sus movimientos. La agilidad que mostraba Victor era totalmente diferente a la que había mostrado en su anterior pelea. Cada movimiento realizado era definido y con fuerza, junto con una gracia que hacía que Yuri se sintiera como un hombre cavernícola luchando con un Dios.

Bien, tal vez sus movimientos eran más toscos y menos definidos, pero no carecían de fuerza ni de resistencia, algo en que Yuri sabía que era bueno era en resistir lo suficiente para analizar la situación y ejecutar un plan. Sin embargo, Victor no se lo ponía fácil.

Su velocidad y rapidez para atacarlo tanto con sus brazos como piernas, lo estaban obligando a moverse más de costumbre, disminuyendo su estamina con mayor velocidad de lo que esperaba.

-¿Qué sucede príncipe? ¿Ya estas agotado?- consultó Victor con ese tonito entre juguetón y burlón que le encantaba utilizar para alterarlo.

Yuri sonrió fríamente en respuesta.

- Lo mismo te pregunto- contestó, antes de esquivar una patada, usando justo un espacio para asestar un golpe que Victor bloqueó apenas. – Tus movimientos están bajando en velocidad…

-¿Oh?¿En serio? – tarareó Victor- Será mejor que no te dejes engañar- pronunció y antes de que Yuri pudiera reaccionar le dio un golpe en el abdomen que lo hizo encogerse de dolor.

Con dificultad, Yuri logró incorporarse justo a tiempo para bloquear un certero golpe, sin embargo no logró predecir del todo los movimientos de su oponente y antes de que se diera cuenta fue lanzado contra el piso. Su cuerpo golpeó contra el suelo y lo siguiente que sintió fue Victor doblando su brazo izquierdo contra su espalda, inmovilizándolo completamente.

Había perdido desastrosamente.

Y eso hería su orgullo más de lo que Yuri deseaba reconocer.

- Parece que gané- murmuró Victor contra su oído, su voz agitada por el esfuerzo físico, su peso contra la espalda.

Yuri sintió un escalofrío recorrerlo, seguido de una oleada de calor que asaltó su cuerpo por completo. Su vista comenzó a nublarse, su corazón golpeando fuertemente contra su pecho, el sudor corriendo por su frente.

Esto ya no era vergüenza, era otra cosa.

- Ya puedes soltarme- pronunció con dientes apretados.

-¿Por qué? ¿Te pongo nervioso?- preguntó, su nariz recorriendo su cuello, sus labios casi rozando la tibia piel, su aroma tentándolo a probarla. Sin embargo, Victor se contuvo.

Separándose para evitar cualquier tentación, se movió hacia un extremo, entregándole libertad a Yuri para levantarse.

Frotando su muñeca, Yuri pareció enfocarse en esa tarea sin querer mirar a Victor mientras intentaba tranquilizar su alterado estado. Aún sentía la cara roja y un pequeño ardor en la parte baja de su cuerpo que quiso omitir con todas sus fuerzas. Más importante, había perdido.

- Ese movimiento- comenzó Yuri enfocándose de nuevo en el entrenamiento- No lo utilizaste en la pelea que tuvimos unos días atrás

-Eso fue porque no me diste la oportunidad de utilizarlo

Yuri alzó la vista, sus ojos castaños atravesando hasta su alma.

- Recuerdo bien esa pelea, Victor, y no se parece en nada a la que tuvimos ahora. Podría decir que en esa ocasión hasta te contuviste al pelear conmigo…

Victor se llevó una mano al mentón y lo miró pensativo.

-Tal vez sea porque, inconscientemente, no deseaba irme- se aventuró a decir, pero por la expresión de Yuri, supo que no le creyó ni una sola palabra- El clima no era bueno, la nieve me impedía moverme con facilidad y estaba escapando, así que necesitaba mantener mi energías lo más posible. Ahora no es el caso. La situación es diferente, por eso te mostré mis habilidades al completo. Debo decir que me sorprendiste príncipe, normalmente me demoro menos en tirar a alguien contra el piso

- Puede ser, pero para mí eso no es suficiente. – respondió Yuri, un gesto abatido cruzando su rostro.

Para alguien que había entrenado arduamente para ser un líder fuerte, era bastante frustrante ver como un alfa lo podía desplomar en tan poco tiempo y sin lograr siquiera asestarle un solo buen golpe. Esta sola pelea le había mostrado la brecha que aún existía entre él y un alfa, y eso lo frustraba al punto de apretar sus puños hasta sentir sus uñas clavándose en sus palmas.

Victor miró a Yuri y la frustración en sus ojos. Entendía bastante bien por lo que estaba pasando por la cabeza del pelinegro en ese momento y sabía que no debía ser fácil para él sobre llevar la diferencia de fuerza, pero era preferible que se diera cuenta ahora y lo confrontara, que encontrarse con la sorpresa al enfrentar a Jean.

Aunque si Victor era humildemente sincero, era probable que él fuera más fuerte que Jean. Había estado entrenando por diez años, su mente siempre en la venganza, su habilidad de pelea formándose en todos esos años de exilio en donde sobrevivir era lo primordial, sus puños su única arma. Muchas veces su habilidades de pelea fueron derrotadas, pero aun así él no tenía permitido rendirse y el sólo levantarse era su opción.

Miró a Yuri una vez más y suspiró.

-Príncipe, si quieres puedes regresar a tu trabajo y después seguimos…

-Por supuesto que no- refutó Yuri alzando la vista, sus ojos castaños ardiendo a fuego vivo.- Vuelve a pelear conmigo y no te detengas hasta que pueda darte al menos un golpe

Victor sonrió. Su omega era un hueso duro de roer.

-Como quieras, príncipe- pronunció y acto seguido comenzaron una nueva ronda.

 

***

 

Al terminar el día, Yuri estaba literalmente desecho.

Tirado en su cama, con los brazos y piernas estiradas y la cara enterrada en su almohada, Yuri intentaba reponerse del arduo entrenamiento de la tarde. Aunque en un principio sus músculos se habían resistido al esfuerzo físico producto del entrenamiento de la mañana, a medida que se fueron desarrollaron los combates estos se calentaron lo suficiente hasta no sentir dolor alguno, pero ahora…

La historia era diferente.

Apenas pudo darse una rápida ducha para llegar a su cama y tirarse en ella.

Gracias a que Victor había entrado directamente al baño después de que él había salido es que se estaba dando la libertad de desparramarse en su cama por unos minutos, antes de recuperar su compostura de “Líder inquebrantable y resistente”.

- No debí sobre exigirme.- pensó exhausto.

Yuri bien sabía que había terminado en ese estado por culpa de su propia testarudez. Aunque Victor había intentado convencerlo de lo contrario y que tomara los descansos necesarios, él había seguido insistiendo que continuaran sin parar. Simplemente no podía darse el lujo de descansar cuando veía una brecha tan obvia con su futuro oponente.

Debía ser más fuerte. Lo que más le molestaba es que su cuerpo no le siguiera el ritmo. Lo sentía más pesado que de costumbre, tal vez toda la comida que Victor le había obligado a comer en ese último tiempo estaban haciendo mella en su cuerpo…

-¿Por qué tan pensativo, príncipe?

Erizándose la piel, Yuri alzó la cabeza justo en el instante que sintió como un cuerpo fuerte y musculoso se recostaba encima suyo, aprisionándolo.

- ¿Victor, qué…? 

- Lo siento, príncipe, pero te veías muy tentador tirado de esa forma sobre la cama- pronunció rozando su nariz por el cuello de Yuri.

Igual que en el entrenamiento, con el cuerpo de Victor sobre su espalda, su aroma masculino embargando sus sentidos, Yuri sintió que su cuerpo se calentaba, la temperatura aumentando varios centígrados. Podía sentir como pequeñas gotas de agua caían del cabello húmedo de Victor sobre su piel, serpenteando un tortuoso camino que sólo aumentaba la expectación del momento.

Debía escapar. Si seguía así sentía que pronto se quemaría por dentro.

- Sino te importa, necesito levantarme…

Victor sonrió.

- ¿Estás seguro? Porque hace unos segundos atrás parecía que no podías levantar ni tu cabeza…- bromeó Victor - Además estoy cómodo así.

Yuri frunció el ceño.

-Para ti será cómodo, pero para mí no. Además no eres muy liviano que digamos

-Oh, en ese caso tómalo como parte de tu entrenamiento.- se burló al tiempo que abrazaba a Yuri y dejaba que su nariz se hundiera en su cuello para aspirar su embriagante aroma- Levantarte conmigo a cuestas es un excelente ejercicio para medir tu fuerza. Además esto sirve también para mejorar nuestro lazo como compañeros…

Victor depositó un beso sobre su cuello, juguetón, traspasando esa pequeña barrera de intimidad, sólo para reforzar su punto, pero para Yuri…fue mucho más que eso.

La sensación de los labios de Victor presionando contra la piel de su cuello fue más de lo que pudo resistir. La caricia envió un escalofrío que viajó directamente desde su cabeza hasta la punta de los pies, un estallido de calor como toda respuesta llegando hasta su cara. Su corazón golpeó con fuerza contra su pecho, su piel cosquilleando y en vez de un reclamo, un único sonido salió de su boca.

Suave, inesperado, liberador y sorpresivamente satisfactorio. El gemido de Yuri resonó en los oídos de Victor, haciendo tiritar las cadenas de su autocontrol.

Yuri quiso llevarse las manos a la boca, avergonzado. No podía creer que un simple beso, una simple caricia contra su piel caliente podría provocarle ese nivel de respuesta, de sensaciones. Sin embargo, sus pensamientos quedaron de lado cuando sintió el aura que Victor emanaba tras suyo.

Con las pupilas dilatadas, Victor paladeó como un felino los restos del sabor de Yuri en sus labios, mezclado con su aroma, se volvió un festín que se le hizo agua a la boca. Una inspiración, su cuerpo tensándose, su control a punto de caer, sus labios queriendo volver a probar, a besar lentamente cada pedacito de piel expuesta de ese blanquecino cuello y provocar los más deliciosos sonidos, como el anterior. Sentía el deseo pulsar por todo su cuerpo, pero no podía.

¡No podía!

Victor agachó la cabeza frustrado, su frente cargándose sobre el cuello de Yuri, sus brazos aferrándose al cuerpo bajo suyo, intentando contenerse, de mantener el control de sí mismo. Quiso reír, su juego se había vuelto contra él.

¿Quién hubiera pensado que él, Victor Nikiforov, un alfa y orgulloso engatusador de omegas, terminaría así?

- Victor, me estas ahogando…

- Lo siento Yuri…sólo- inspiró con fuerza, sus manos echas puños aferrándose a la camisa de Yuri- Sólo dame un minuto

- Victor…

- Sí, lo sé. Fue mi culpa, no debí besarte, todavía no se cumplen las malditas dos semanas- pronunció con dientes apretados, una risa irónica surcando sus últimas palabras- Sólo…¡Dios! Yuri juro que si me muevo ahora voy a devorarte y tú no quieres eso

Silencio. Instintivamente Victor se abrazó más al cuerpo de Yuri, temiendo por un segundo que sus palabras hubieran sido demasiado, que lo alejaran, que…

Sintió movimiento entre sus brazos. Alzó la mirada sólo para encontrarse con el rostro sonrojado de Yuri. Sus siempre letales y fieros ojos estaban ahora inquietos, su cabello desordenado, su respiración agitada. Se veía endemoniadamente adorable y tentador a la vez.

Su cálida mano tomando su rostro, Victor sintiendo los nervios arremolinarse en su estómago como si fuera la primera vez.

- Hazlo. Solo hazlo Victor

No era una orden. Era una petición. La voz de Yuri era suave, no era un líder en ese momento, sino un omega dejándose desear. Amar.

Las palabras despojaron a Victor de su control, las cadenas que lo sostenían cayendo irremediablemente, Yuri acercándose hasta unir sus labios, la última llave para liberarlo.

El encuentro fue abrumante.

Victor gruñó en aprobación, en deseo, el adictivo sabor explotando en su boca, sus manos aferrándose al cuerpo de Yuri intentando que lo mantuviera atado a la tierra, porque besar a Yuri era el maldito paraíso. Su boca moviéndose, sus labios conociendo, inexpertos, lentos pero seguros que se iban amoldando a sus exigencias, a su movimiento, a su abrumante necesidad de ellos. El nerviosismo del inicio pasando a convertirse en fuego entre ellos, en puro deseo.

Victor profundizó aún más el beso. Hacía y deshacía contra la boca de Yuri, las emociones que no habían podido expresar hasta el momento fluyendo sin reparo.

Yuri se sentía perdido en esa nube de emociones y sensaciones. En un principio se había sentido avergonzado, fuera de lugar, fuera de sí, de lo que le habían enseñado. Sus reglas rondando en su cabeza, mezclándose, formando un remolino donde lo permitido, donde el estoicismo, ya no tenían cabida. En los brazos de Victor ya no se sentía un líder, se sentía un omega. Un omega necesitado de cariño, de caricias, el deseo corriendo en sus venas con fuerza, necesitando más. Nunca se había sentido tan desencajado, pero a la vez tan bien.

El mantener las apariencias ya no era opción. Controlar su cuerpo tampoco.

Cada beso de Victor era adrenalina pura, sus manos echas puños contra la sabana se soltaron y viajaron hasta enredarse en el cabello de Victor, en esos hilos plateados en busca de acercarlo, de más contacto, su piel cosquilleando, todo diciéndole que no podía alejarse…ya no.

Los gemidos que hasta ahora Yuri había estado guardando con esfuerzo ante cada toque, fueron liberados sin remedio contra su boca, Victor aceptándolos con gusto, aumentando su ego como alfa, como compañero. Él producía eso, él producía que su compañero, su omega estuviera derritiéndose en su boca, disfrutando, saliendo de su esquema para ser él mismo.

Solo eran Yuri y Victor. Besándose, jadeando por el otro, deseando al otro.

Sin perder el ritmo, Victor dejó que sus manos vagaran por debajo de la ropa, tocando la piel contraria, tibia e irresistible, irradiando todo su calor hasta la palma de su mano, hasta que llegó a ese punto sensible que hizo que Yuri casi pegara un brinco en su lugar.

- Victor…- se quejó ligeramente, su voz sonando grave. Excitada.

-¿Quieres que me detenga?-susurró contra su oído.

En ese instante Yuri era un manojo de gemidos descontrolados, su cuerpo reaccionando a cada toque, a las grandes manos de Victor sobre su piel caliente, su cabeza embotada en el placer que por primera vez experimentaba…

No, no quería que Victor se detuviera.

Su vergüenza volando lejos, cualquier duda siendo encerrada, su mano soltando su cabello para viajar lejos por debajo de la ropa, hasta tomar la mano de Victor y reafirmar su accionar, su boca buscando desesperada la de Victor, quien se dejó atrapar gustoso. Sus manos se movieron, pellizcando el pequeño pezón entre sus dedos, estimulando la sensible piel, memorizando cada trozo que provocaba los más deliciosos sonidos provenientes de la boca de Yuri.

Pronto se deshizo de la camiseta de Yuri y también de los pantalones, dejándolo todo a su disposición. Acomodándose entre sus piernas, fue bajando por su espalda, besando y lamiendo todo el recorrido haciendo que Yuri apretara de nuevo con sus puños las mantas bajo suyo.

Un grito ahogado salió de sus labios cuando sintió la lengua de Victor ir más allá, introduciéndose en su ser, su cabeza cayendo contra su almohada. Lo quería, quería más de Victor, lo quería por completo. Las sabanas comenzaron desgarrarse bajo sus uñas, su cadera subiendo.

Necesitaba, no, deseaba a Victor dentro suyo, ya.

- Te veo algo ansioso, príncipe- tarareó Victor dando un mordisco juguetón, sólo aumentando la desesperación de Yuri.

-No bromees conmigo- se quejó indignado, pero solo ganó otra mordida y la sensación de un dedo presionando contra el musculo alrededor de su entrada, masajeando.

- No podría bromear contigo en esta situación, Yuri- respondió Victor, sus ojos brillando en la semioscuridad de la habitación. – Dime que es lo que deseas y te lo cumpliré

La sonrisa seductora de Victor, el gesto de ternura en sus ojos, fue suficiente para derretir la coraza de Yuri.

-Ya sabes lo que deseo

Sus palabras surcaron el aire, el tiempo deteniéndose solo un momento para dedicarse una última mirada de complicidad. El gesto de Yuri, sus ojos mostrándose seguros, la curvatura de su confiada sonrisa y el sudor perlando su frente fue la imagen más seductora que Victor hubiera visto nunca. Toda la sangre se congregó en su entrepierna, ardiendo y exigiendo salir de la prisión de sus pantalones para poder reclamar a Yuri como suyo, sin embargo, contra todo pronóstico Victor se contuvo.

Aunque lo que más deseaba en ese momento era adentrarse en el calor de Yuri, fundirse y ser uno, un puntito de racionalidad lo contuvo, apareció entre medio de esa neblina para hacerlo detenerse, de no cumplir sus palabras a totalidad. Si bien quería devorar a Yuri, sabía que al otro día su amante tendría un arduo entrenamiento y no podría rendir si lo dejaba más adolorido y cansado de lo que ya estaba…

Oh sí, porque Victor no lo tomaría un sola vez. No. Por él, tendría a Yuri gimiendo toda la noche, sin detenerse hasta caer exhausto.

Pero no podía. Su fantasía debía esperar. Debía contenerse. Por lo menos hasta que el combate contra Jean se realizara.

Tragando con fuerza, conteniendo su propio deseo, Victor sonrió seductor y volvió a presionar el dedo que tenía justo en la entrada de su pequeño omega. Tal vez no podría poseerlo como él quería, pero aun así se preocuparía de complacer a Yuri hasta hacerlo gritar su nombre perdido en el éxtasis del placer.

Sin perder el ritmo, Victor volvió a besar la espalda baja de Yuri, mientras su dedo se introducía con lentitud, su otra mano apresurándose a masturbar el miembro desatendido de Yuri, un movimiento suave, lento, a la par que embestía su entrada.

Yuri se aferró con mayor fuerza a las sabanas, sus dientes apretando su labio mientras que las habilidosas manos de Victor aumentaban el ritmo y exactitud. Grandes y fuertes, las manos de Victor se amoldaban perfectamente a su cuerpo, cubriéndolo por completo y entrando en lo más profundo de su ser haciéndolo perder la cabeza. Su cuerpo ardía y exigía más, sus caderas prácticamente se empalaban gustosas contra el dedo de Victor en busca de mayor roce, de tenerlo más adentro y de ser profanado sólo por él.
Sintió como los labios de Victor subían por su espalda hasta llegar a sus hombros, y sin pensarlo dos veces volteó el rostro para reclamarlos, fundiéndose en un nuevo y desesperado beso, mientras que Victor aprovechaba de corromperlo con un segundo dedo, Yuri gimiendo contra su boca ante el desbordante placer.

- ¡Victor!- fue lo último que gimió contra sus labios mientras su cuerpo caliente se deshacía contra los brazos de su amante y dejaba que el orgasmo lo llenara por completo, Victor sin darle tregua entre los espasmos del placer.

Rendido, se recostó en su cama. Con la respiración agitada y las mejillas teñidas de rojo, volteó su rostro para ver la sonrisa satisfecha y llena de significado que Victor le entregaba a su lado.  Su mirada era cálida y en esos ojos celestes ya no se veía más hielo, sino una agua cristalina y pura que tranquilizaba hasta el corazón más inquieto.

Bajo esa tierna mirada, Yuri sintió que sus fuerzas lo dejaban, la mano de Victor terminando de acariciar su mejilla mientras el cansancio se lo llevaba, sus parpados pesando.

- Buenas noches, Yuri

 

Notas finales:

Les dije que era intenso, o no? Ese Victor es todo un loquillo XDD

Debo decir que le puse bastante empeño para que quedara lo mejor posible, eso si me contuve un poco para ir calentando motores e ir tanteando el camino??(ya saben, no tan explicito...solo lo justo, para no asustar XDD). En fin, espero que lo hayan disfrutado <3

Nos vemos en el siguiente capitulo y espero sus comentarios!!

Besos <3 <3

 


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