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56. Secretos Silenciados (02) por dayanstyle

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—¿Quieres salir conmigo? —Jun Hoe vio cabeza con abundante cabello marrón de Jin Hwan moverse tan rápido que le sorprendió que el hombre no se causara una contractura. El chico se quedó allí, con los labios entreabiertos, una mirada en blanco en su rostro.

Jun Hoe hizo un gesto con la mano delante de la cara de Jin Hwan mientras miraba sus ojos color chocolate. —¿Hola?

El chico miró detrás de él y luego a Jun Hoe. —¿Me estás hablando a mí? —Señaló su escuálido pecho.

Jun Hoe quería reír. Jin Hwan se veía nervioso como el infierno. A pesar de que sólo estaría llevando a Jin Hwan al cine para alejarlo de quien fuera su agresor, tendría un día agradable con el lindo pequeño chico.

Jun Hoe inclinó la cabeza hacia el mostrador. —No, se lo estoy pidiendo a las rosas que estás podando.

Jin Hwan vio las flores en su mano, como si realmente creyera que Jun Hoe se lo pedía a la maldita cosa podada. Podía ver ahora que iba a tener que ser muy específico al hablar con el chico. Era como hablar con Ren. —Sí, te estoy hablando a ti, Jin Hwan.

Llevar a Jin Hwan al cine sería bastante inofensivo. El chico no debería de ver demasiado en la invitación. Eran sólo dos amigos yendo a ver una película. Fue una película de terror la que había captado el interés de Jun Hoe.

 

—¿Cuándo? —preguntó Jin Hwan, dejando las tijeras de podar en el mostrador. Miraba a Jun Hoe como si estuviera esperando el remate del chiste. Allí no había uno. Jun Hoe realmente quería salir con él.

Jun Hoe miró a su alrededor y vio que el trabajo estaba lento. Eso debería ayudar a que Jin Hwan saliera del trabajo a tiempo. —¿Qué tal esta tarde, cuando termines el trabajo?

—Infiernos, él puede ir ahora —dijo HeeChul mientras caminaba desde la parte trasera, el teléfono celular pegado a la oreja—. De todos modos, el negocio está lento hoy.

—Muy bien —dijo, sonriéndole a Jin Hwan. Jun Hoe no estaba seguro de por qué, de repente su estado de ánimo se elevó. Hacía años que no había ido al cine, incluso más años desde que había tenido a alguien con quien disfrutar la película.

Casi se sentía un poco mareado.

 

—Genial. —Jin Hwan guardó las cosas con las que estaba trabajando y salió de detrás del mostrador—. Déjame ir por mi mochila.

Tan pronto como Jin Hwan estuvo fuera de la habitación, HeeChul se giró hacia él. —Sé lo que estás haciendo.

Jun Hoe se dirigió inmediatamente a la defensiva. —Tan sólo dos chicos pasando el rato.

—No es eso. —HeeChul hizo un gesto con la mano a Jun Hoe—. Vas  a  tratar  de  averiguar  quién  le  está  haciendo daño, ¿verdad?

 

Jun Hoe asintió lentamente, sin saber si debía estar diciéndole a HeeChul su plan. Realmente no conocía al hombre. Si HeeChul decía algo sobre sus intenciones a Jin Hwan, éste podría cerrarse a Jun Hoe antes de que descubriera lo que estaba pasando en la vida de Jin Hwan.

 

HeeChul miró por encima del hombro y luego se giró hacia Jun Hoe. —Eso está bien, Estoy decidido a averiguarlo. Me siento mejor al saber que alguien más está tratando de cuidarlo. Si necesitas ayuda, llámame.

Jun Hoe no esperaba que HeeChul estuviera de acuerdo con su plan. Inclinó sutilmente la cabeza cuando Jin Hwan  se acercó. —Estoy listo.

—No hagas nada que yo no haría —dijo HeeChul mientras caminaban hacia la puerta—. No, espera, me gusta hacer todo. No importa.

Jun Hoe sacudió la cabeza ante HeeChul mientras caminaba hacia la puerta y a la calle con Jin Hwan. Mientras caminaban hacia el cine, Jun Hoe estaba haciendo todo lo posible para llegar a algún tipo de conversación. Nunca fue bueno en pequeñas charla. De hecho, apestaba. Cuando había llegado con su oh-tan-brillante plan de salir con Jin Hwan, Jun Hoe no había pensado antes en la conversación que tendrían. Sabía que tenía que conseguir que el chico hablara para que pudieran llegar a ser amigos y Jun Hoe pudiera saber quién estaba lastimando a Jin Hwan. Estaba teniendo dificultades para romper el hielo inicial. —Entonces, Jin Hwan, ¿de dónde eres? —Ese era un tema seguro para hablar. ¿A quién no le gustaba hablar de su ciudad natal?

—Ulju.

—¿Ulsan?

 

Jin Hwan asintió y apartó el cabello marrón oscuro de sus ojos.

 

Bueno, eso fue una conversación breve. Lo intentó de nuevo, con un tema a la que a la mayoría de los chicos les encantaba hablar —¿Te gustan los deportes?

—Los odio.

 

Esto estaba saliendo tan bien…

 

Tal vez debería cambiar de táctica y dejar que Jin Hwan dijera de qué quería hablar. —¿Qué te gusta?

Jin Hwan le dio una simple sonrisa, pero por alguna razón, las entrañas del Jun Hoe se agitaron. Su objetivo era hacerse amigo de Jin Hwan para averiguar quién era su abusador, no interesarse en la manera que el hombre seguía cepillando su lindo cabello o en la forma en que seguía dándole a Jun Hoe una sonrisa fácil. Cuanto más miraba a Jin Hwan, más Jun Hoe notaba cuán hermoso era el hombre.

—Me gusta donde trabajo.

 

Jun Hoe no sabía nada acerca de flores a excepción de las malas hierbas en su patio trasero. Se estaba quedando sin cosas de qué hablar. Jun Hoe quería hablar de algo sólo para no seguir fascinado por la manera en que Jin Hwan se veía, olía, hablaba, o caminaba.

Necesitaba una distracción.

 

—¿De dónde eres? —preguntó Jin Hwan, tomando la conversación que Jun Hoe dejó caer.

—¿Cómo sabes que no soy de por aquí?

 

—¿En serio? —preguntó Jin Hwan. Se dio cuenta de que el tipo sabía que no lo era. No estaba seguro de cómo Jin Hwan sabía, pero en realidad no importaba. Esta noche Jun Hoe iba a tratar de acercarse más a Jin Hwan para poder descubrir quién lo estaba lastimando. Y ciertamente, Jun Hoe ya estaba teniendo un buen momento.

—No, soy de Daegu.

 

—¿En serio? —Eso parecía emocionar a Jin Hwan. Empezó a hacer una y mil preguntas diferentes acerca de lo que era vivir allí. Jun Hoe se alegraba de tener un tema de conversación con el que estaba familiarizado. En el momento en que llegaron a la sala de cine, Jin Hwan parecía un poco sonrojado de hablar sin parar. A Jun Hoe no le importaba en absoluto.

Estaba descubriendo que le agradaba Jin Hwan como persona. El chico era divertido, ingenioso, y tímido como el infierno. Eso era refrescante considerando de quién normalmente se hacía amigo. Jun Hoe siempre había sido amigo de hombres como él, grandes y robustos.

Tener un amigo como Jin Hwan era bonito. Jun Hoe no sentía como si tuviera que probarse a sí mismo, y siendo grande y alto se sentía con la necesidad de proteger al hombre más pequeño. La sensación de ser necesitado era algo que no había sentido en mucho tiempo.

Desde su divorcio hace cinco años, e incluso antes de eso, Jun Hoe se había preguntado cuál era su propósito en la vida. Había oído que a los hombres les gustaba sentirse necesitado, y era verdad. Quizás el tener a Jin Hwan como amigo, no sería tan malo.

Una vez que se enterara de quién estaba lastimando a Jin Hwan, quizás podrían seguir pasando el rato como amigos.

Si es que Jin Hwan pudiera ir más allá de su enamoramiento. El chico seguía mirando a Jun Hoe con grandes ojos de cervatillo, aunque no le molestaba tanto. Estaba empezando a ver que era la personalidad de Jin Hwan. El tipo de hombre que le recordaba a Ren. Dulce e inocente.

No sabía que le gustaba ese tipo antes —no es que le gustara Ren de alguna manera—, pero eso hacía maravillas para su ego. Jun Hoe no tendría que fingir, y disfrutaba eso.

Jun Hoe decidió que estaba haciendo un nuevo amigo y eso le hizo ver a Jin Hwan con interés. Él estaba empezando a conocer al hombre, eso era todo.

 

—¿Qué veremos? —Jin Hwan preguntó mientras entraban en el vestíbulo de la sala de cine, el aroma de las palomitas de maíz con mantequilla caliente al instante golpeó a Jun Hoe.

Jun Hoe señaló al menú mientras se acercaban a la taquilla.

—¿Una película de miedo? —Jin Hwan preguntó mientras miraba de los títulos a Jun Hoe—. ¿Me trajiste aquí para ver una película de terror?

Jun Hoe frunció el ceño cuando se dio cuenta de que Jin Hwan se veía un poco más pálido. No había pensado en el hecho de que el hombre no podría ver películas de terror. ¿A qué chico no le gustaba ver películas de horror? —Sí —dijo lentamente, esperando que Jin Hwan le digiera que no podía hacerlo, que no podía sentarse durante una hora y cuarenta y cinco minutos viendo ese tipo de película.

—Está bien —finalmente dijo Jin Hwan después de que sus ojos parpadearon hacia el título un par de veces más—. Pero para que lo sepas, no es algo que normalmente vea.

Jun Hoe parecía estar bateando un mil con Jin Hwan hoy.

 

Compraron sus palomitas y bebidas y se dirigieron hacia el cine, y buscaron algunos asientos vacíos. Jun Hoe se alegró de ver que también a Jin Hwan le gustaba sentarse en la parte posterior. Le gustaba su espacio, y odiaba sentir a alguien sentado detrás de él.

Era su propia personal costumbre.

 

Jun Hoe dejó el vaso en el pequeño soporte previsto en el brazo de su asiento. Quería colocar el brazo sobre el respaldo de la silla, pero Jun Hoe simplemente no quería que las cosas se volvieran un poco incómodas. Pero era demasiado    grande como  para  sentarse  allí  con  los brazos metidos en  los costados.

Tenía que tomar una decisión. No quería asustar a Jin Hwan, pero... oh, mierda. Jun Hoe giró su brazo hacia arriba y lo apoyó en el asiento atrás de Jin Hwan mientras cruzaba los tobillos y se acomodaba para ver los previos.

 

Jin Hwan se mordía la comisura de la boca mientras seguía sentado allí. No estaba seguro de qué hacer. ¿Estaba Jun Hoe tratando de ser acogedor con él? ¿Se suponía que debería de apoyarse en el gran amigo? Aún seguía conmocionado de que el hombre le pidiera una cita. Jin Hwan había pensado que iba a tener que prácticamente doblarle el brazo al hombre sólo para que fuera a la tienda.

No estaba seguro de qué milagro había sucedido, pero quería disfrutarlo. Su lobo estaba sentado, quejándose, con ganas de acurrucarse más cerca de su pareja. Desafortunadamente, Jin Hwan no era muy bueno leyendo sutiles señales. ¿Y si el hombre estaba solo apoyando su brazo y nada más? No estaba tratando de conseguir un puñetazo. Ya había tenido suficiente de eso.

En lugar de preocuparse acerca de las intenciones de Jun Hoe, Jin Hwan se relajó en su asiento y vio los previos. Había pasado una eternidad desde que había visto una película en el cine. Se rio interiormente, mientras se preguntaba si Jun Hoe quería salir después de la cita.

«Ojalá».

 

Las luces disminuyeron aún más, y Jin Hwan se cuestionó si realmente iba a sentarse y atravesar esto. Había una razón por la que Jin Hwan no veía este tipo de películas.

Él era un gran cobarde. Jin Hwan aún estaba tratando de averiguar incluso por qué había aceptado —oh, Dios, la película había comenzado aterradora. ¿Era el hombre…? — sí, lo era y definitivamente era sangre.

Acercándose un poco más a Jun Hoe, Jin Hwan hizo todo lo posible por no gritar.

¿Por qué no habían visto una película de acción donde las cosas eran destruidas, o una comedia? Incluso podría haber elegido una historia de amor, aunque dudaba mucho que Jun Hoe fuera atrapado para ver una de esas.

El chico se veía demasiado varonil para ese tipo de película.

Pero… demonios, ¿una de horror?

 

Jin Hwan saltó, cubriéndose la cara cuando la entidad diabólica apareció frente a la dama que él sabía iba a  morir —y de alguna espantosa y sangrienta manera. Esa era la forma en como siempre sucedía en las películas de terror.

 

Era  una  pena  que  no  pudiera  taparse  también los oídos.

—¿Qué sucede? —Jun Hoe susurró al oído de Jin Hwan.

 

Cuando Jin Hwan separó los dedos y levantó la vista, vio una sonrisa divertida en el rostro del hombre. No era divertido. Jin Hwan estaba muerto de miedo. Iba a tener pesadillas esa noche sobre esta película y el fantasma. Definitivamente dormiría con la luz encendida... y quizás incluso una luz nocturna de respaldo.

 

Cuando la siguiente escena espeluznante ocurrió, sin pensar, Jin Hwan hundió la cara en un costado de Jun Hoe. Dios, no quería ver esto, pero tampoco quería arruinar su día. Si a Jun Hoe le gustaban las películas de terror, Jin Hwan tendría que acostumbrarse a ellas... esperaba. Justo ahora no estaba tan seguro.

Lo que le sorprendió más que las escenas gráficas de la pantalla era el hecho de que Jun Hoe no lo hubiera apartado.

Aparte de que sus dedos se rozaron ayer cuando Jun Hoe le había entregado la bolsa con su almuerzo, Jin Hwan no había tocado al hombre. Pero ahora lo estaba tocando. Bueno, la cara y los brazos. No de la manera que él hubiera preferido, pero lo suficientemente cerca.

Jin Hwan tenía que haber muerto e ido al cielo porque sentir todos esos músculos marcados debajo de sus brazos se sentía fantástico. Quería olvidarse de la película, sentarse a horcajadas en las piernas del chico, y lamer cada delicioso músculo que pudiera encontrar.

Y había un montón que encontrar. Jun Hoe parecía un dios de bronce sentado allí viendo la película. ¿Sabría el hombre lo tentador que era?

Siendo tan sutil como pudo, Jin Hwan inhaló profundamente, tomando el masculino olor del Jun Hoe. El hombre no llevaba ninguna colonia. ¿Lo qué Jin Hwan olía era natural? En su opinión, ese era el mejor aroma del mundo.

Probablemente podría correrse con sólo olerlo. Su pene estaba duro por el aroma.

—Mira —Jun Hoe susurró mientras tocaba el hombro de Jin Hwan—. Te lo vas a perder.

Jin Hwan quería perderse la película. Sólo por los horripilantes gritos que podía oír, la película sólo se  estaba poniendo más aterradora. No necesitaba ninguna otra cosa más que lo visitara en sus sueños esta noche.

Cediendo, giró la cabeza y de inmediato se arrepintió. Incluso Jun Hoe saltó en esa escena. Jin Hwan  estuvo malditamente cerca de orinarse en sus pantalones. Se acurrucó más profundamente en el costado de su cita, deseando como el infierno que la película terminara.

Cuando miró hacia abajo y vio que Jun Hoe estaba medio duro, Jin Hwan realmente no estaba seguro de qué pensar. Estaba emocionado e intrigado si eso podía suceder al mismo tiempo. Sería una pena si el hombre tenía una erección por la emoción de la película y no por la cercanía de Jin Hwan.

Bueno, sólo había una manera de averiguarlo.    Pero ¿tendría el valor suficiente para probar las aguas? El destino no le habría dado un hombre hetero. Al menos Jin Hwan rezó como el infierno para que el destino no fuera tan retorcido. Su suerte en la vida no había sido estelar hasta ahora.

Al girar la cabeza para ver la película, Jin Hwan dejó que su brazo se deslizara hacia abajo a la cintura de Jun Hoe de una manera muy sutil. Cuando el hombre no dijo nada, se deslizó un poco más. «Buen Dios». Si el tipo era tan grande sólo medio duro... Jin Hwan tragó, y luego dio una ligera presión a la ingle del hombre con la palma de su mano.

El pene de Jun Hoe comenzó a engrosarse aún más.

 

Jin Hwan se sentía drogado por el aroma a limpio y varonil de Jun Hoe, y era incapaz de evitar que la mano presionara más en la ahora-dura erección de Jun Hoe. Quería mirar hacia arriba, para ver si su pareja lo veía o a la pantalla, pero Jin Hwan tenía demasiado miedo de que el pequeño hechizo que los  rodeaba se rompiera si se asomaba a espiar.

 

Su corazón comenzó a latir más rápido, y su boca se secó, pero Jin Hwan empujó aún más el masaje al duro pene de Jun Hoe con los dedos. Podía oír el duro e irregular ritmo de la respiración del hombre y sabía que Jun Hoe se sentía afectado por su tacto, pero no estaba seguro de si su pareja le permitiría ir hasta el final. No podían hacer mucho dado que estaban en un lugar público, pero estaba oscuro y usando la mano o la boca podrían pasar desapercibidos.

Deslizando su mano hasta el pene lleno de sangre de Jun Hoe, Jin Hwan desabrochó los jeans del hombre. Estaba aterrorizado de que Jun Hoe lo detuviera, y estuvo más excitado cuando el hombre no lo hizo. Lentamente bajó el cierre, esperando que el sonido no se amplificara en el silencioso cine. Eso era todo lo que la gente necesitaría para girar las cabezas y mirar hacia ellos.

Dios, ¿realmente iba a hacer esto? ¿Atenderlo en un lugar público? Lanzó una oración para que Jun Hoe no lo detuviera y que nadie les prestara atención. Se alegró como el infierno de haberse sentado en el fondo.

Jin Hwan metió la mano en la ropa interior de Jun Hoe, masajeó con sus dedos la bulbosa cabeza del pene de su pareja, extendiendo al mismo tiempo el pre-semen. Presionó su pulgar contra la pequeña ranura en la parte superior de la cabeza del pene y escuchó un bajo gemido retumbar en el pecho de Jun Hoe.

La excitación de su pareja, junto con el líquido transparente que manaba de su pene, llenaba los pulmones de Jin Hwan, haciendo que la boca se le hiciera agua por saborearlo. Si Jun Hoe no fuera su pareja, no habría manera en el infierno que Jin Hwan estuviera haciendo esto en la primera cita.

Pero Jun Hoe era su pareja y maldición si no olía delicioso. Jin Hwan  tenía  que  luchar  para  evitar  que  sus  caninos se alargaran. Su lobo quería aullar ante su pequeña victoria. Su lobo quería rodar en el aroma de Jun Hoe y marcar al hombre como suyo.

Bajando la cabeza antes de perder el valor, Jin Hwan envolvió sus labios alrededor de la ancha cabeza del pene de su pareja. Oyó que Jun Hoe tomaba aire y luego se estremeció. Jin Hwan comenzó a chupar, su lengua trazando las venas, sus mejillas se hundían mientras llevaba la gruesa erección del Jun Hoe más adentro de su boca.

Joder, el hombre era enorme. Jin Hwan tenía serias dudas de poder tomarlo todo. De hecho, sabía que no podía. Pero iba a trabajar la carne que ya tenía en la boca.

Los dedos de Jun Hoe se deslizaban por el largo cabello de Jin Hwan, masajeando el cuero cabelludo mientras Jin Hwan chupaba y lamía el pre-semen y lo llevaba más abajo. Haciendo uso de su lengua, Jin Hwan lamió la tierna depresión debajo de la hinchada corona y luego la lengua jodió la pequeña ranura, lamiendo el salado sabor de los deseos de Jun Hoe.

Otro gemido retumbó a través de Jun Hoe.

 

Su pareja movió con fuerza sus caderas, llevando su pene a la boca de Jin Hwan, causando que el cuerpo de Jin Hwan gritara de placer, con una sobrecarga de sensaciones que hizo que Jin Hwan gimiera alrededor del duro pene. También estaba peleando contra su reflejo nauseoso. Sólo tenía la mitad del pene de Jun Hoe en su boca, pero maldición, eso era más que suficiente.

El cuerpo de Jun Hoe estaba tan duro y tan caliente contra Jin Hwan que casi le quemaba. Deseaba como el infierno que estuvieran en algún lugar privado para poder rasgar la ropa de su pareja y explorar cada centímetro de su grueso y fornido cuerpo.

 

Los dedos de su pareja estaban tensos en el cabello de Jin Hwan, sus caderas bombeando más rápido. El pre-semen estaba goteando profusamente, y Jin Hwan sabía que el hombre estaba cerca. Los gemidos de Jun Hoe eran cada vez más frecuentes, su cuerpo temblaba.

Jin Hwan empujó su cabeza hacia abajo, tomando tanto del pene de Jun Hoe como podía en su boca. Ahí fue cuando la mujer en la pantalla gritó, también lo hizo Jun Hoe. Su semilla brotó a la garganta de Jin Hwan en chorros calientes.

Jun Hoe se dejó caer en su asiento, lamentablemente, Jin Hwan se apartó. Dejó salir el flácido pene de su boca y luego se enderezó, como si nada hubiera pasado. Jin Hwan quería abrazarlo, pero no estaba seguro de si debía. Él acababa de tomarlo en el cine, pero eso no quería decir nada. Jun Hoe coloco su gran y carnosa mano en la parte posterior del cuello de Jin Hwan y lo jaló hacia él.

—Ha sido maravilloso —susurró al oído de Jin Hwan.

 

Jin Hwan estaba sonriendo como un loco, Jun Hoe feliz estaba dando su aprobación.

Jun Hoe acomodó sus jeans y Jin Hwan pasó el resto de la película enterrado en el pecho de Jun Hoe, ocultando su rostro y disfrutando del maravilloso olor.

 

 

Jun Hoe llegó al apartamento de Jin Hwan. No estaba seguro de qué decir después de la alucinante mamada que acababa de recibir. Había huido de la coqueta atención de Jin Hwan, inseguro del pequeño hombre, pero después de lo que acababa de suceder, Jun Hoe estaba empezando a desear estar con el chico.

 

No era sólo por la mamada —aunque eso había sido fantástico y bienvenido. Sino que realmente le agradaba Jin Hwan. Le gustaba la sensación de estar enterrado en él. Le gustaba proteger a Jin Hwan cuando la película lo asustó. Jun Hoe iba a sugerir dejarla cuando vio lo aterrado que la película tenía a Jin Hwan, pero Jin Hwan comenzó a tocarlo y Jun Hoe perdió toda idea razonable.

Lo que no estaba seguro era en corresponder a Jin Hwan por lo que le había dado. Jun Hoe nunca había chupado un pene en su vida. Ni siquiera estaba seguro de cómo abordar el tema. No era como si fuera a dejar al chico colgado, pero si iba a tomar un pene en su boca por primera vez, seguro que no iba a ser en un lugar público.

Incluso con su experiencia en la universidad,  Jun Hoe nunca había chupado un pene. Había jodido a un chico, el chico le había chupado el pene, pero eso fue lo más lejos a lo que había llegado. Jun Hoe estaba empezando a imaginar que tanto más haría con Jin Hwan. No estaba seguro de por qué.

—Pase un buen momento —dijo Jin Hwan mientras caminaba al lado de Jun Hoe, con las mejillas aún rojo flamante—. Gracias por invitarme a salir.

¿Se suponía que tenía que agradecer a Jin Hwan por chupar su pene? —También he pasado un buen momento. — No podía hacerlo. No podía decir “gracias por la mamada”. Se oía demasiado malditamente insensible en su cabeza. En voz alta, probablemente se oiría diez veces peor.

—¿Nos… nosotros vamos a salir de nuevo? —Jin Hwan llevó la correa de su mochila más alto en su hombro. Al hacerlo, su contusión fue un poco más visible. Jun Hoe podía sentir la ira tratando de llegar a la superficie, pero la guardó. Los dos pasaron una noche maravillosa, y Jun Hoe no quería arruinarlo todo.

 

A pesar de que su objetivo era averiguar quién estaba lastimando a Jin Hwan, Jun Hoe estaba disfrutando el ligero momento. Además, dudaba que Jin Hwan le confesara todo después de una sola cita.

—Sí. —Sin embargo, aún quería saber quién estaba lastimando a Jin Hwan. También quería pasar más tiempo con el chico—. ¿A dónde te gustaría ir?

—¿Te gusta ir a un picnic? —Jin Hwan preguntó mientras miraba a Jun Hoe a través de su flequillo.

—No lo sé. Nunca he estado en uno —Jun Hoe admitió honestamente.

—Yo tampoco —dijo Jin Hwan mientras finalmente inclinaba la cabeza hacia atrás y apartaba el cabello de los ojos, mirando directamente a Jun Hoe. Podía no solo ver la timidez en los ojos marrones del hombre, sino también una emoción formarse—. Creo que podemos tener nuestro primer día de campo juntos.

—Entonces yo llevaré la comida. ¿Qué tal mañana, en el gazebo? —Dios, Jun Hoe se sentía como un adolescente atolondrado. De hecho, estaba sintiendo la anticipación formarse dentro de él por pasar más tiempo con Jin Hwan. No era algo que había esperado que sucediera, pero Jun Hoe no estaba seguro de querer luchar contra ese sentimiento. A él le gustaba la forma en que Jin Hwan le hacía sentir. Había pasado demasiado tiempo, desde que Jun Hoe se había sentido tan joven y tan entusiasta.

Y entonces pensó en el día de campo. Las cosas que quería llevar ya estaban empezando a formarse en su cabeza, quizás comer con los dedos para poder alimentarse mutuamente. Las emociones lo inundaban como nada   que hubiera sentido antes, y vaya si Jun Hoe podía negar que le gustaba sentirse de esta manera.

—¿Qué quieres que lleve? —preguntó Jin Hwan.

 

Jun Hoe no era ningún tonto. Sabía malditamente bien que el presupuesto de Jin Hwan estaba un poco apretado. Podía decirlo por la forma en que el hombre se vestía y la mochila raída que llevaba. No le molestaba a Jun Hoe. Nunca juzgaba a nadie por sus bienes materiales. Juzgaba a la gente por sus acciones y su carácter. —A ti mismo.

Jin Hwan bajó la cabeza. —Puedo hacer eso. —Su rubor se intensificó—. Puedo llevar algunas flores también, si quieres.

Jun Hoe se rio. Nunca nadie le había dado flores.

 

—Entonces es una cita. —Jun Hoe se detuvo en la entrada del edificio de apartamentos, preguntándose si debía besar a Jin Hwan cuando un tipo bastante grande salía del edificio. Era de la misma estatura de Jun Hoe, pero un poco menos musculoso que él.

—Tío Seung Chul —dijo Jin Hwan rápidamente dando un paso atrás de Jun Hoe.

Seung Chul giró y le dio a Jun Hoe una sonrisa cálida y amable mientras extendía la mano. —Hola, soy el tío de Jin Hwan. ¿Tú eres…?

Jun Hoe estrechó la mano del hombre, sintiéndose nervioso como el infierno. Él no esperaba ser presentado a la familia tan pronto. — Koo Jun Hoe.

El tío de Jin Hwan se quedó mirando a Jun Hoe. —Te ves familiar —Seung Chul dijo finalmente—. ¿Dónde te he visto antes?

—El Pit —respondió Jun Hoe. No reconoció a Seung Chul, así que el negocio de Jun Hoe era una opción obvia.

—Oh, sí, ahora me acuerdo. ¿Ustedes dos pasaron un buen momento? —Seung Chul parecía un tipo bastante agradable. Jun Hoe había visto cómo la familia de Jason lo repudiaba por ser gay. Seung Chul ni siquiera se inmutó que un hombre estuviera llevando a su sobrino a casa.

—Fuimos a ver una película —Jun Hoe respondió con sinceridad. Por supuesto, él iba a dejar de lado la parte de la mamada.

—¿La nueva película de terror? —Seung Chul preguntó con divertido interés.

Jun Hoe asintió.

—Estoy sorprendido de que Jin Hwan aceptara verla. Tiende  a  mantenerse  alejado  de  ese  tipo  de   películas. ¿Cómo estaba?

 

Jun Hoe se quedó allí por los siguientes veinte minutos hablando tonterías con el tío de Jin Hwan. Para cuando se despidió de Jin Hwan, Jun Hoe tenía una gran sonrisa en su rostro. Quizás salir con el chico no era tan malo. Y en cuanto a su búsqueda para averiguar quién estaba lastimando a Jin Hwan, Jun Hoe sabía que podía cruzar a Seung Chul fuera de esa lista. El tipo era demasiado agradable para lastimar a su sobrino.

 

 

continuará...


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