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57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

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Jongin colgó el teléfono y se recostó en su silla. Por lo que Sung Kyu le acababa de decir, no había más que hacer que el coyote estuviera consciente. Jongin había sospechado de lo que realmente era el oficial Johnson.

Johnson era el mismo oficial que lo había enfrentado fuera del hospital cuando Jinhwan estaba con su pareja Jun Hoe. Le había dado a Jongin un mal rato.

Parecía que la corporación Kang Ta estaba decidida a averiguar todo lo que pudiera sobre la Villa Kim, y ahora que Kang Ta tenía la vista puesta en Sung Kyu, Jongin sabía que el cazador de vampiros había descubierto que existían los shifters.

Tomando su teléfono, Jongin llamó a Jaehyo.   — Tenemos que reunir al Ultionem.

—Hecho. —La línea se cortó.

 

Jongin había protestado sobre el club súper secreto, y aún lo hacía pero nadie lo escuchaba. Pero en el fondo de su mente vio la inteligencia detrás de la decisión de los líderes del mundo paranormal en unirse en un grupo fuerte. Sin embargo ellos aún estaban trabajando en todos los detalles en cuanto a las nuevas leyes que rigen el mundo paranormal. No tenía la menor idea de todas las cosas que tenían que ser tomadas en cuenta. Costumbres, creencias, hábitos alimenticios y de caza, todo eso sólo eran unas de las cosas que tenían que considerar.

 

Si la decisión fuera exclusivamente de Jongin, tendría solo una regla que se ajustaba a cada especie y raza. «No seas un jodido idiota». Eso lo resumía.

Por desgracia, las cosas necesitaban ser votadas por la mayoría.

Conduciendo su Softail hacia el pueblo, Jongin sonrió interiormente. Había pasado mucho tiempo desde que había salido en su motocicleta. El sol ya se había puesto, y el pueblo estaba bien iluminado y con vida. Aunque amaba el pequeño pueblo que había iniciado hace más de doscientos años, el pueblo estaba en crecimiento, el fuerte pulso que recorría las venas de Jongin le daba la bienvenida en cada ocasión.

Las calles estaban llenas de vida mientras conducía a The Manacle. Podría fácilmente haber hecho que Tao lo apareciera en la oficina de Jaehyo, pero a Jongin le gustaba sentir la adrenalina corriendo a través de él, el pulso de la vida nocturna inundándolo, y no hería su ego cuando algunas damas de la noche le llamaban, diciéndole a Jongin que aún era hombre de aspecto caliente.

Sí, ellas estaban tratando de entrar en su billetera, pero el ego de un hombre era tan fácil de subir. Luhan hacía un gran trabajo dejando que Jongin supiera que aún lo tenía, pero aun así se sentía bien cuando un extraño respaldaba esa afirmación.

El neumático delantero golpeó la acera y giró hacia el estacionamiento. Jongin vio la multitud de pie fuera de la discoteca, la línea casi llegaba al callejón. Jaehyo le había dado a Jongin una llave para entrar por la puerta trasera, pero el frente le haría muy bien esta noche. La fuerte música electro-funk salía por la puerta cuando Rome dejaba pasar a un par de personas.

Llegando junto a Rome, el portero vampiro, Jongin le dio un guiño, mientras caminaba al lado de él. El olor a sudor, perfume y colonia, flotando de la ropa de las personas que pasaban, asaltaron sus sentidos, las brillantes luces de neón acuchillaban a la multitud. Ayudaba que Jongin se elevaba sobre la multitud de juerguistas. Podía ver a dónde iba, sin tener que estirar el cuello.

Dirigió su mirada al escenario para ver al nuevo DJ que Jaehyo había contratado. Parecía que la gente amaba al DJ porque el enjambre de juerguistas se había duplicado desde que Jaehyo había contratado al tipo. También había contratado a una banda en vivo, pero era el DJ el que estaba aquí esta noche.

Hong Bin llegó al lado de Jongin, con el oscuro cabello extendiéndose en abanico sobre sus hombros mientras lo guiaba al pasillo que conducía a la oficina de Jaehyo. — Todo el mundo está aquí y esperándote.

—¿Cómo llegó Changjo tan rápido? —Jongin levantó los brazos cuando una mujer de alrededor de los veinte años chocó con él, su risa más como una risita graciosa cuando ella lo miró con ojos vidriosos.

—Lo siento —gritó para hacerse oír por encima de la ruidosa multitud y la ensordecedora música. No estaba seguro de cómo Jaehyo trataba con todo ese ruido en las noches. Era sorprendente que su aquelarre no estuviera sordo.

Él le dio una sonrisa y siguió detrás de Hong Bin, que entraba en el pasillo y lo escoltaría hacia la oficina insonorizada.

 

El segundo de Jaehyo cerró la puerta detrás de Jongin, y suspiró con alivio.

—Ahora que estamos todos aquí —dijo Jaehyo desde la cabecera de la mesa donde estaba reunido el Ultionem—, ¿te importaría decirnos por qué es la reunión?

 

En lugar de tomar asiento ante la pulida mesa, Jongin se dejó caer en el sofá, dejando su casco a su lado.

—Un policía en mi pueblo está tras un shifter coyote.

 

Todos se miraron unos a otros y luego Jaehyo se giró hacia Jongin. —¿Que tiene que ver eso con nosotros?

—Está trabajando para Kang Ta —Jung Min conjeturó correctamente—. El cazador de vampiros ahora sabe que los shifters existen.

Una erupción de voces se formó alrededor de la mesa, todo el mundo haciendo preguntas. Jongin los observaba, esperando a que se calmaran.

—No lo sabemos con seguridad —argumentó Changjo.

 

—Podría sólo tener un interés personal en el shifter — intervino Nam Joon.

 

—Quizás el policía no sabe que este tipo es un shifter — Him Chan señaló.

 

—Espera —dijo en un tono alto Kiseop, acallando toda conversación—. Tengo la sensación de que hay más en esta historia.

Los seis cabezas se giraron hacia Jongin.

 

«Ya era maldito tiempo».

 

—Lo hay —admitió—. El policía ha estado siguiendo a Sung Kyu y su pareja Woo Hyun. El oficial Johnson trató de llevarse a Sung Kyu de su casa a punta de pistola y Woo Hyun ahora está extRaviado.

—Eso suena como si hubiera una gran conspiración detrás de la locura del poli —Changjo dijo mientras movía su gran cuerpo sobre la silla—. Está usando a la pareja de Sung Kyu como cebo, o lo hará.

—Tenemos que encontrar a Woo Hyun —dijo Jongin—. Parece que el policía en cuestión no está en ninguna parte donde podamos encontrarlo.

—Incluso si encontramos al policía y a Woo Hyun, ¿qué pasará con Kang Ta? —Changjo preguntó—. Ya es bastante malo que sepa que los vampiros existen. Si se entera sobre los shifters, no se sabe lo que pueda hacer. Es un milagro que no haya hecho público sus conocimientos.

—Creo que quiere una prueba irrefutable antes de dirigirse a los medios de comunicación —Jongin dijo más para sí mismo que para el grupo. Dio la vuelta a la situación en su cabeza, viéndolo desde todos los ángulos. ¿Qué ganaría Kang Ta con ese conocimiento?

—Sigo diciendo que tenemos que encargarnos de él antes de que abra la boca, alto perfil o no —dijo Him Chan golpeando con su puño la mesa, haciendo que los vasos de agua saltaran—. Puedo hacer que se vea como una terrible accidente de carro, o podría quemarlo vivo en su ático. Confía en mí, Joshua es muy bueno con el fuego.

—¿Y si ha escondido los archivos en alguna parte? — preguntó Jaehyo—. ¿Seguiremos matando a todo el que ponga los ojos en ellos?

—Eso está bien para mí —dijo Jung Min—. Es mejor que estar expuesto al mundo humano.

—Vamos a atrapar primero al policía y averiguar el motivo. —Kiseop se echó hacia atrás, su vientre más pronunciado que la última vez que Jongin había visto al elfo. Era jodidamente extraño ver a Kiseop embarazado.

Jongin recordó que el hombre solía ser de color azul, feroz, y aislado del mundo. Parecía que estar acoplado a uno de los oso Moon había suavizado a Papá pitufo. Lástima, Jongin solía divertirse metiéndose con el tipo. Ahora ni siquiera era azul. Eso apestaba.

—Puede que no sea Kang Ta quien esté detrás de esta escena —finalizó Kiseop.

Puede que no lo sea, pero las entrañas de Jongin le decían que era el cazador de vampiros quien estaba jalando los hilos del oficial Johnson, y que esto era sólo el principio.

 

 

 

Sung Kyu había estado buscando a su pareja antes durante el juego de la seducción. Ahora estaba buscando al hombre antes de que Johnson le hiciera algo terrible. Jongin había dicho que ayudaría, pero Sung Kyu no podía quedarse sentado en su culo y no hacer nada.

—¿Algo nuevo? —el jefe Song preguntó mientras entraba en la habitación con una taza en la mano. Seung Hyun enjuagó la taza y la llenó de nuevo con café. Dejó la jarra vacía sobre la mesa y luego miró hacia Sung Kyu.

—Aún no hay nada y estoy cansado de esperar.

—Entonces, ve a buscarlo, pero ten cuidado. Si Johnson reportó el asalt…

 

—Los policías estarían inundando este lugar para ahora —Sung Kyu terminó, hablando entre dientes, forzándose para controlarse—. Como no lo están haciendo, estoy suponiendo que huyó a donde tiene a Woo Hyun. —Si Sung Kyu hubiera sabido en el momento en que había golpeado a Johnson que el corrupto policía había secuestrado a su pareja, Sung Kyu se habría escondido y seguido al tipo.

Ahora no tenía ni idea de por dónde empezar  a buscar. Sus uñas se clavaron en las palmas de sus manos cuando salió de la estación de bomberos y se subió a su moto y... ¿a dónde iría? Su intuición le decía que el policía no se había llevado a Woo Hyun muy lejos. Había un montón de viejas casas vacías aun de pie en todo el condado. Pero eran demasiadas para que Sung Kyu buscara puerta a puerta.

Le dolía la parte posterior de la garganta y le resultaba difícil tragar. Si algo le sucedía a su pareja, Sung Kyu no estaba seguro de lo que iba a hacer. Recién estaba empezando a conocer al hombre.

—¿Quieres ayuda para buscarlo? —Sung Kyu se giró en el estacionamiento para ver a Seung Hyun caminando hacia él—. No tengo ni idea de en dónde buscar, pero si necesitas un par de ojos extras, soy todo tuyo.

Esta era la segunda vez hoy que alguien había ayudado a Sung Kyu. No estaba acostumbrado a eso. Había hecho las cosas solo durante mucho tiempo. Pedir ayuda era difícil para Sung Kyu, pero esto era por Woo Hyun. Al infierno su orgullo.

—No estoy seguro por dónde empezar —por fin admitió para alguien más que él mismo.

—No hay nada malo en pedir ayuda, Sung Kyu. —Seung Hyun se acercó más—. Todos necesitamos ayuda de vez en cuando.

Sung Kyu había tratado toda su vida de hacer las cosas por sí mismo, en sus propios términos. Pero ahora tenía una pareja en quien pensar. Aunque Sung Kyu no iba a cambiar lo que era, tenía que cambiar la forma en que hacía las cosas. Ser solitario ya no era una opción. Su pareja lo necesitaba, así que Sung Kyu podía aceptar la ayuda de otros.

Aclarándose la garganta, Sung Kyu jugó con los tirantes de su casco. —¿Te importaría ayudarme a buscarlo?

—Vamos por mi camioneta.

 

Dejando su casco a un lado, Sung Kyu se unió a Seung Hyun. — Estaba pensando que tal vez Johnson estaba escondiendo a Woo Hyun en una de las casas que están vacías en la periferia…

—Los ojos de Sung Kyu se estrecharon cuando vio al oficial Johnson en el estacionamiento en el carro de la policía—. Es él.

Seung Hyun giró la camioneta y salió del estacionamiento. Ellos lo siguieron a una distancia segura, asegurándose de que Johnson no los detectara. El policía corrupto se detuvo en la estación de policía y estacionó su carro patrulla.

Sung Kyu salió de la camioneta y se dirigía a Johnson con la velocidad de shifter. Agarró al hombre, cerró su mano sobre la boca del tipo y lo arrastró hasta la camioneta de Seung Hyun.

—¿Qué infiernos? —Seung Hyun dijo mientras giró su cabeza bruscamente, mirando a todas partes—. ¿Tratas de que nos arresten?

Sung Kyu bajó la puerta trasera y lanzó a Johnson a la caja. El hombre luchaba ferozmente para liberarse, así que Sung Kyu lo golpeó. —Sólo tienes que conseguir sacarnos de aquí —dijo rápidamente a Seung Hyun—. Llévanos a mi casa.

 

—Atacar  a  un  oficial  de  policía  y  secuestrarlo… — masculló Seung Hyun—. Voy a dormir con Bubba.

 

Sung Kyu ignoró la referencia a la prisión mientras sostenía a Johnson, manteniéndolo fuera de la vista mientras Seung Hyun conducía rápidamente a través de la ciudad. Johnson continuó tratando de liberarse, pero Sung Kyu no lo soltaba.

Sung Kyu estaba sacando a Johnson de la  camioneta antes de que Seung Hyun se hubiera estacionado. Arrastró al hombre a la casa y lo empujó en una silla, quitándole el arma y las esposas. Esposando al policía en la silla, Sung Kyu dio un paso atrás.

—Voy a hacer que tu condena sea larga y dura — Johnson amenazó mientras jalaba sus atadas manos. Sus ojos se dirigieron a Seung Hyun y sonrió maliciosamente—. Ellos van a amarte también a ti. Un individuo grande como tú hará a un duro criminal feliz al hacerte su perra.

Sung Kyu corrió a su dormitorio, donde tomó un pañuelo de su cajón. Si Johnson no se callaba, iba a realmente asustar a Seung Hyun. Su jefe era un buen tipo y dudaba que el hombre hubiera hecho algo ilegal en su vida. Sung Kyu seguro de que no había hecho nada ilegal. Este era su primer delito.

—Llama a Jongin y dile lo que está pasando —Sung Kyu dio instrucciones a su jefe mientras amordazaba a Johnson—. Él sabrá qué hacer. —Sung Kyu no tenía ni idea qué hacer ahora. Todo lo que sabía era que quería a su pareja de regreso. Ni siquiera estaba seguro de cómo interrogar al hombre, además de golpearlo hasta dejarlo sin sentido. Eso estaba bien para él, pero no estaba seguro de que daría resultados.

 

—Ellos están en camino —Seung Hyun dijo mientras deslizaba su teléfono en la funda de su cadera. El hombre parecía un poco agitado, pero por lo demás bien.

Sung Kyu odiaba implicar al shifter, pero su decisión de secuestrar a Johnson había sido tomada de prisa y no había tenido tiempo para encontrar otro curso de acción.

Sung Kyu se dio cuenta cuando su puerta trasera se abrió. Había pensado que los otros policías habían entrado por Johnson y ahora inundaban el lugar, hasta que vio a Jongin. ¿Cómo infiernos había llegado hasta aquí tan rápido?

Y no estaba solo.

 

Sung Kyu había oído hablar del Ultionem, pero el verlos reunidos y caminando en su casa envió un escalofrío que lo recorrió. Los hombres tenían una expresión sombría, mirando alrededor la cocina de Sung Kyu. Jongin se acercó al interruptor de la luz y lo presionó. La habitación fue cubierta al instante por la oscuridad. Sung Kyu no estaba seguro de por qué el Alpha lo hizo hasta que vio un par de ojos aparecer en la oscuridad. Fue la cosa más espeluznante que jamás hubiera visto.

Cuando volvió a encender la luz, Sung Kyu vio al hombre al que pertenecían esos ojos. El hombre era enorme, no sólo en estatura, sólo el aire que respiraba decía lo rudo que era.

—¿Él es Johnson? —uno de los líderes preguntó como si no se impresionara con lo que estaba viendo.

—Es él —confirmó Sung Kyu—. Pero no sé cómo lograr que hable.

Jongin rodó violentamente sus hombros mientras clavaba a Johnson con una simple mirada. —Confía en mí, soy muy bueno para lograr que griten dispuestos.

 

 

continuara....


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