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57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

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Woo Hyun sonrió, sintiendo a Sung Kyu mirarlo. El hombre estaba malditamente decidido a hacer esa cosa del acecho bien. Él no era nada si no persistente. Woo Hyun no pensaba nada malo de él, pero discutir un punto con Sung Kyu era como hablar con una pared de ladrillo.

Dejando que los dedos tocaran los lomos de los libros, Woo Hyun recorría el pasillo de la tienda de libros a un ritmo pausado. Al principio, Woo Hyun pensó que el hombre estaba loco por acecharlo. ¿Quién en su sano juicio tomaba esa decisión conscientemente?

Pero cuanto más llegaba a conocer a Sung Kyu, más Woo Hyun se daba cuenta que había un niño perdido en el interior del hombre. Su pareja seguía las reglas establecidas por generaciones de su manada que dictaban lo que tenía que suceder en una danza de apareamiento. La danza estaba completa, pero su pareja aún estaba un poco loco acerca de lo que había ocurrido. Woo Hyun pensó que Sung Kyu disfrutaba el maldito juego del acecho.

También pensaba que Sung Kyu creía que algo andaba mal con su coyote y eso era ridículo. Nadie podía predecir cómo alguien se enamoraba. No había reglas fijas o directrices, ni límites, y no había dos parejas iguales. Su manada necesitaba enseñarle a sus hijos la maldita lección. El amor hacía lo que quería hacer y maldita sea cualquier otra persona que tratara de predecir cómo se debería de actuar.

 

Tomando un libro delgado de la estantería, Woo Hyun leyó la contraportada, pero sus pensamientos no estaban totalmente en lo que estaba leyendo. Se dividía entre el contenido del libro y en Sung Kyu. Bueno, la mayor parte de su mente estaba en Sung Kyu más que en lo que tenía en la mano.

Dejando el libro en la estantería, Woo Hyun se dirigió hacia la parte delantera de la tienda, se despidió del hombre detrás del mostrador, y abrió la puerta para salir. Mirando hacia el cielo, vio el sol decolorarse aparecer la oscuridad. Era una hermosa noche, mágica, y Woo Hyun sentía que la magia a su alrededor lo envolvía como una manta maRavillosa.

Quería jugar el juego de Sung Kyu.

 

Era una noche que parecía estar llena de romance.

¿Acababa de pensar en eso? Dios, el enamoramiento lo convirtió en un idiota poeta. Woo Hyun, sacudió la cabeza ante sus pensamientos al azar y caminó lentamente por la calle. Sung Kyu lo seguía. Podía sentirlo en sus huesos. El hombre tenía razón cuando dijo que tenían un lazo. Woo Hyun no podía explicarlo, pero podía sentir la energía que venía de su pareja.

Sung Kyu no estaba muy lejos detrás de él.

 

Siguió caminando lentamente, vio un gazebo con una pequeña área de bosque detrás de él.

«Perfecto».

 

Woo Hyun, entró en el restaurante, decidió que necesitaba algo de beber mientras miraba las estrellas. Eso y que prolongaría su juego. Miró por encima del hombro, mirando por la gran ventana de vidrio, pero no vio a nadie en la calle.

 

Pero sabía que Sung Kyu estaba allí.

 

Ese conocimiento le hizo sentir lava caliente que irradiaba por todo su cuerpo. Quería bailar, gritar, y decirle a todo el mundo en el restaurante que tenía una de las parejas más calientes del planeta.

Pero frenó el impulso y caminó hasta el mostrador. No, él prácticamente rebotaba. Los olores de la cena eran atractivos para su estómago vacío. Estofado de carne, mantequilla, ajo, todo llenó sus pulmones, pero Woo Hyun estaba demasiado excitado para comer.

—¿Qué vas a querer? —Ren preguntó mientras se acercaba a Woo Hyun, con una sonrisa en su cara lampiña.

—Una malteada, Ren. Que sea de fresa y kiwi.

 

Woo Hyun hizo lo posible para reprimir la sonrisa que parecía que no podía ser contenida. Su pie estaba tocando el suelo y lo único que quería hacer era regresar y que Sung Kyu pudiera continuar con su pequeño juego.

El juego de ambos.

 

—El cuarto de baño está en la parte de atrás.

Woo Hyun frunció el ceño hacia Ren. —No tengo que ir. Los oscuros ojos de Ren miraron fijamente a Woo Hyun. — Pero estás rebotando por todos lados.

 

¿Lo hacía? Ahora que Ren lo había señalado, Woo Hyun se dio cuenta de que sus pies parecían no ser capaces de permanecer inmóviles. Pagó por su malteada y agradeció a Ren antes de malditamente cerca correr al exterior. Escaneó la zona, Woo Hyun aún no podía detectar a Sung Kyu.

El hombre era bueno. Comprobando los dos lados del tráfico, Woo Hyun cruzó la calle y se dirigió hacia el gazebo. Trató de calmar sus acelerados latidos cardiacos mientras sentía sus nervios como si estuvieran siendo estirados. Woo Hyun quería gritarle a Sung Kyu que se mostrara, para besarlo una vez más.

Pero se sentó naturalmente en la banca de madera y tomó un sorbo de su bebida, sus ojos recorriendo las calles del pueblo. Woo Hyun había nacido y crecido aquí. Recordó que en un tiempo este lugar parecía casi como un pueblo fantasma. Era bueno ver lo mucho que estaba prosperando. Conocía a muchas familias que llamaban a este lugar su hogar, y que les haría mucho bien encontrar trabajo y tener una mejor vida.

Sus oídos se animaron al oír el chasquido de una ramita en algún lugar detrás de él. Woo Hyun siguió casual, fingiendo que no lo había oído. Se dio la vuelta, dando la espalda al bosque. Un cosquilleo se disparó por su espalda cuando sintió el calor abrasador en su espalda.

—Alguien tan inocente no debería estar aquí solo. Hay depredadores que esperan a tontos para aprovecharse.

El sonido de la voz de barítono de Sung Kyu se hundió en Woo Hyun. Su cuerpo no se veía afectado. Pero su pene comenzó a llenarse cuando la excitación lo recorrió. —¿Quién dice que estoy solo? —Woo Hyun preguntó sin girarse.

Sintió el calor en el cuello, una respiración lenta hormigueó su piel. —No veo a nadie aquí con excepción de ti.

Dios, iba a desmayarse sólo por la emoción. Si Sung Kyu hubiera sido un verdadero acosador, alguien con malas intenciones, Woo Hyun ya se habría marchado. Pero era su pareja, provocándolo, jugando un juego que los estaba excitando tanto. —Mi pareja está cerca. Será mejor que tengas cuidado. Él va a comerte si no dejas de molestarme.

Un dedo recorrió la nuca de Woo Hyun, y éste tomó un entrecortado aliento mientras cerraba los ojos para dejar que el sentimiento de pura sensualidad lo recorriera. Su  bebida fue   olvidada,  como  el  mundo  que  lo  rodeaba.  Nada registraba su mente a excepción del hombre detrás de él.

—Suena letal.

—Lo es.

 

Woo Hyun arqueó la espalda al sentir los calientes labios de Sung Kyu tocar su piel. Un pulso de anhelo se disparó a través de él. Su apetito se había renovado, y todo lo que Woo Hyun quería era que Sung Kyu lo tomara aquí bajo las estrellas.

—Quizás voy a acabar con él y te guarde para mí. — Dientes, largo y afilados, rasparon su hombro. El cuerpo de Woo Hyun se balanceó inclinando su cuello hacia un lado, invitando a Sung Kyu a ir más lejos.

El hombre había despertado algo dentro de Woo Hyun, una sexualidad que exigía ser saciada con una promesa de pasión sin trabas que ahora anhelaba como una droga. Ya no era indiferente al sexo. Quería explorar, tocar, rendirse al fuerte poder de Sung Kyu Kim, el bombero, el shifter coyote, su pareja.

Lanzando el juego al viento, Woo Hyun estiró la mano hacia atrás y agarró el cuello de Sung Kyu, jalando al hombre más cerca, con ganas de sentir la mordida de su pareja y mostrar al mundo que Woo Hyun era suyo de nuevo.

Unas fuertes manos se deslizaron hasta su abdomen cuando Sung Kyu presionó su amplio pecho contra la espalda de Woo Hyun. Sus dedos se cerraron en sus pantalones mientras una de las manos de Sung Kyu se movía hacia arriba y luego hacia la garganta, su boca tan cerca de la cara de Woo Hyun que podía  oler la canela en el aliento de su pareja. Woo Hyun vio los caninos de Sung Kyu justo antes de que se hundieran en su hombro.

 

Puro placer líquido recorrió el cuerpo de Woo Hyun como un incendio fuera de control, su pene explotó en el tejido de los jeans mientras se estremecía y se dejaba caer en Sung Kyu.

—Ahora me perteneces, mi pequeño humano inocente.

Una temblorosa sonrisa jaló la boca de Woo Hyun mientras disfrutaba el placer que seguía fluyendo a través de él. —Voy a dejar que mi coyote lo sepa.

—¿Qué infiernos estás haciendo?

 

Woo Hyun se movió tan rápido que la cima de su cabeza golpeó la mandíbula de Sung Kyu. El dolor explotó en su cráneo mientras veía a su padre, que estaba de pie en la acera, mirando a Woo Hyun con tal furia que sentía que tenía dieciséis años de nuevo. El ver a su padre de pie allí mató cualquier sensación orgásmicas que hubiera quedado recorriendo a Woo Hyun.

Sung Kyu dio un gruñido detrás de él. Su pareja no sabía que el desconocido era el padre de Woo Hyun. Avanzó, dando  pasos letales en dirección de su padre.

—Sung Kyu, no. —Woo Hyun, agarró el brazo de su pareja, jalándolo hacia atrás—. Es mi padre.

—Respóndeme —dijo su padre acercándose a Woo Hyun—. Pensé que te había enseñado que no debías actuar de esta  manera en público.

Woo Hyun quería meterse debajo de una roca mientras miraba a su padre. Este era de seguro el momento más embarazoso de su vida. Simplemente podía sentirlo. La expresión en el rostro de su padre era asesina. —Explícate.

Woo Hyun trataba de atrapar las palabras que rápidamente lo eludían. Estaba en blanco. ¿Qué podía decir? Su padre no sabía nada sobre los shifters, por lo que no podía decirle que Sung Kyu era su pareja. En lo concerniente a su padre, parecía que Woo Hyun estaba jodiendo con un tipo en el gazebo del pueblo.

Eso era exactamente lo que había estado haciendo, pero Woo Hyun sabía que no había nadie alrededor. Sung Kyu era muy cuidadoso y no dejaría que alguien fuera testigo de su intimidad. Eso fue hasta que su padre apareció.

—Papá, él es Sung Kyu. —Woo Hyun, señaló el pecho de su pareja—. Mi, uh, novio.

Su padre le dio una mirada fulminante a Sung Kyu cuando lo recorrió con la mirada. Woo Hyun tenía la sensación de que Sung Kyu se quedaba corto a los ojos de su padre. El hombre no era una persona fácil de complacer desde que la madre de Woo Hyun murió. La aceptación de Sung Kyu no iba a ser fácil.

—¿Crees que es correcto abordar sexualmente a mi hijo en público?

—No, señor —respondió Sung Kyu. Woo Hyun podía decir que su pareja se contenía y apreciaba el esfuerzo. La mayoría de los hombres adultos no permitirían que otro les hablara de esa manera. Sung Kyu estaba allí de pie aceptándolo y Woo Hyun le debía una grande—. Simplemente le estaba dando un beso para mostrar a su hijo lo mucho que me preocupo por él.

—Eso me pareció más que un beso.

—Papaaá —dijo Woo Hyun, deseando poder cubrir su cara y hacer que el hombre se fuera—. Por favor. —Él realmente no tenía que responder ante su padre. Woo Hyun era un hombre hecho y derecho. Pero a pesar de que su padre había cambiado, Woo Hyun aún lo respetaba.

Sólo esperaba como el infierno que no entraran en otra de sus discusiones que parecía suceder mucho últimamente. No con Sung Kyu aquí para presenciarla.

 

Su padre gruñó y se giró, pero no antes de decir sobre su hombro: —Deja de actuar como una prostituta en público.—Se alejó y Woo Hyun vio el carro de su padre estacionado frente al restaurante.

«Joder». Quería gritar su frustración al ver a su padre alejarse en su maltratado viejo carro. ¿Habría algo que pudiera hacer para que el hombre se sintiera orgulloso de él? Ser atrapado con Sung Kyu seguro como la mierda no le había dado ningún punto a favor.

—Buen hombre —comentó Sung Kyu, aunque Woo Hyun podía oír el resentimiento reprimido en su tono—. Aunque un poco tenso.

—No tienes ni idea —Woo Hyun murmuró mientras miraba a lo lejos; un impulso de ira deslizándose a lo largo de su columna vertebral. Iría a su casa, donde podría revolcarse en su miseria. Se fue caminando, tenía ganas de patear algo. Lo que había comenzado como una hermosa noche de juego, había terminado en un horrible asesino de humor para él. Sólo quería que lo dejaran solo en estos momentos.

—Te acompañaré a casa. —Sung Kyu se acercó a Woo Hyun con pasos rápidos por la calle casi desierta.

—No necesito que nadie me acompañe a casa —bufó, sintiendo la furia aumentar por lo que su padre le había hecho—. Sólo necesito un poco de tiempo para mí.

Sung Kyu desaceleró, su expresión inescrutable. —No hay problema.

Woo Hyun se giró para decirle a su pareja que estaba en un estado de ánimo irritable por lo poco razonable de su padre, pero Sung Kyu ya no estaba a la vista. Woo Hyun maldijo antes de morderse el labio. Eso era todo lo que necesitaba, una pareja ofendido. «Genial». Su noche terminaba con una explosión.

 

Con un profundo suspiro, giró y comenzó a caminar hasta su casa. En el camino, soltó un montón de malas palabras, sin importarle si alguien lo escuchaba.

Rodó los acontecimientos una y otra vez en su mente, tratando de encontrar una manera de conseguir que su padre lo dejara en paz y que Sung Kyu lo perdonara por su rudeza. Tendría que haber refrenado sus emociones antes de desquitarse con Sung Kyu. Todo lo que su pareja había tratado de hacer fue estar ahí para él.

Metiendo las manos en los bolsillos, Woo Hyun se preguntó dónde vivía Sung Kyu. Si supiera, iría allí ahora mismo y se disculparía, quizás incluso se arrastraría. Pero nunca se había molestado en preguntar y Sung Kyu nunca se había molestado en decírselo.

Su instinto comenzó a tensarse al sentir dolor en el fondo de su garganta. Woo Hyun había pasado de estar muy enojado a sentirse culpable como el infierno por la forma en que había tratado a Sung Kyu.

Subiendo las escaleras a su apartamento, Woo Hyun entró, cerró la puerta detrás de él, y se dejó caer en el sofá. —¿Qué infiernos voy a hacer ahora?

Sus pensamientos eran un lío mientras iban en pedazos de su padre a su pareja. Los dos estaban muy furiosos contra él.

 

«Cuando llueve, truena».

 

Con un suspiro abatido y los hombros caídos, Woo Hyun cayó a su lado y, golpeando los cojines, cerró los ojos. «Al infierno con eso». Él buscaría la manera de lograr que Sung Kyu lo perdonara y quizás incluso también su padre.

 

Por el momento, no le importaba. Todo lo que Woo Hyun quería hacer era dormir el resto de la noche y olvidarse que hubo un jodido final a su velada.

Pero primero tenía que salir de sus pantalones pegajosos y tomar una ducha. Lástima que su padre no hubiera visto cuando Sung Kyu en realidad lo mordió. Eso le habría dejado mudo por la sorpresa.

Cuando Woo Hyun se desnudó, sonrió. Lo que no daría por que su padre supiera que Sung Kyu realmente era un coyote. Pero su pareja le había advertido que no le digiera a nadie, que mantuviera el secreto de la Villa Kim. Su pareja le había dicho que el mundo no sabía nada acerca de los shifters y estaban mejor que siguieran sin saber. Su relación con los humanos era más armoniosa de esa manera.

Aun no entendía por qué su padre tenía un palo en el trasero. Su vida no estaba mal. Woo Hyun tenía un trabajo, una pareja, y un acogedor apartamento. ¿Por qué su padre estaba siempre sobre él?

Lanzando su ropa sucia en el canasto de la puerta de su dormitorio, Woo Hyun sintió una leve vibración en la parte delantera de la cabeza.

«Genial, una maldita migraña». Eso era lo apropiado para una mala noche. Pero a pesar de que su cabeza se sentía como si un martillo golpeara su cráneo, Woo Hyun no podía dejar de pensar en el masculino y amplio pecho de Sung Kyu, sus manos fuertes y seguras, o la forma en que podía con una mirada de sus sexy ojos café exprés hacer que las rodillas de Woo Hyun temblaran.

Con ese pensamiento en mente, Woo Hyun se dio una ducha rápida, se masturbó y se fue a la cama.

 

continuara...

 


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