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"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a quienes leer este fic, quiero saludar a Hikari White 17

Muchas gracias por leer y regalarme tu valiosa opinión. Sin más que agregar los dejo con el capítulo 22 :)

Capítulo XX.


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—Dégel yo iré a atender a Aspros, no creo que Aioros ya haya vuelvo de su mandado… —informó al mismo tiempo en que se ponía de pie de su silla.


—El joven Sagittarius llegó hace poco, señor Kardia —habló de nuevo la joven, sorprendiendo más al Escorpio.


—Ya veo —suspiró—, pero de igual modo iré a recibirlo en lo que tú vas a llamar a Aioros.


—Como usted diga —asintió con la cabeza para pronto retirarse.


—Bien, Dégel, ¿me esperas aquí o gustas acompañarme?—preguntó colocándose su saco pero el francés negó con calma.


—No te preocupes, ve a ver que desea. Yo esperaré aquí, de paso aprovecho y doy una última revisión —sonrió levemente.


—De acuerdo, muchas gracias no tardaré —sonrió de vuelta en respuesta del gesto anterior de su compañero.


—Descuida, ve.


Kardia asintió y salió del estudio, dejando a Dégel solo con sus pensamientos tomando en sus manos las hojas que el otro acomodaba antes de que llegara Sasha.


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Aspros sentado en uno de los sofás de la sala de Kardia, esperaba nervioso a la joven de cabellos violáceos que había dicho ir en busca del CEO que sería su yerno. Las manos entrelazadas entre las piernas levemente abiertas, sudaban ante su mismo contacto, el hombre estaba preocupado del resultado que iba a tener lo que estaba por hacer pero era necesario, no podía dejar que Saga corriera peligro si seguía guardando la capacidad tan importante que tenían él y Kanon como un secreto.


Hades le aconsejó que era mejor confesarlo y le gustara o no, el azabache tenía toda la razón. Pronto escuchó pasos que venían de uno de los pasillos, más específicamente de donde estaba el estudio de su amigo. Esperó paciente hasta que escuchó la voz de Kardia saludándole, por lo que se puso de pie para encarar al dueño de la casa.


—Aspros, amigo —saludó, el nombrado estrechó su mano, un poco sorprendido de que haya sido él quien le recibiera—. Sasha me ha comentado de tu visita pero no te preocupes, ella ha ido a buscar a Aioros —expresó soltándolo con una sonrisa de calma.


—Kardia, buenas tardes —asintió con la cabeza, aún con los nervios a flor de piel—. Agradezco que salieras tú a recibirme, y a la vez me disculpo si estoy interrumpiendo algo importante —expresó apenado.


—No te preocupes, estamos terminando el papeleo del matrimonio de Aioros y Saga, así que esto me da un descanso.


Kardia tomó asiento en el sofá individual frente al de tres personas donde Aspros había estado minutos atrás y al cual volvió para poder hablar con su amigo. Pero la oración que dijera Kardia le llamó la atención.


—¿Estamos? —cuestionó confundido. Kardia alzó ambas cejas al notar que habló un poco de más.


—Sí, bueno —se rascó la nuca—, un colega me está ayudando a organizar los documentos finales para que estén listos el día acordado.


—Comprendo, lamento haber interrumpido su trabajo Kardia. Es sólo que han pasado algunas cosas desde que volvimos a casa ayer.


Kardia se mostró interesado por lo que Aspros decía.


—¿Todo bien? ¿Cómo están los muchachos? —quiso saber por los gemelos para asegurar que estuvieran bien, dentro de lo que cabía al menos.


—Sí, sí. Ayer seguí tus indicaciones hablé con Saga y le dije lo de su partida cuando Aioros se marchara, claro es que no lo tomó nada bien pero al final se terminó resignando —suspiró mirando al otro peli-azul con aprehensión—. Pero eso no es todo, ¿recuerdas la carta de Hades Inferno donde hablaba de una reunión? —el abogado asintió— Bien, ayer me llegó su respuesta a la mía donde comunicaba que un cochero vendría a buscarnos para llevarnos a su residencia hoy por la mañana.


Los ojos de Escorpio se agrandaron sorprendidos por las palabras del otro, no pensó que Hades fuera tan rápido en decidir algo como aquello.


—¿Y qué ocurrió, fueron a su encuentro? ¿Hablaron con él, qué les dijo? —el funcionario estaba impaciente por saber los acontecimientos.


—Sí fuimos, hablamos con el señor y la señora Inferno y los gemelos conocieron a los hijos de ellos. Kardia, Radamanthys Inferno aceptó desposar a Kanon y la firma del acta será en una semana.


Una exclamación de sorpresa abandonó la garganta del abogado, en verdad que todo había salido mucho más rápido de lo que se hubo esperado.


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Al mismo tiempo que esta conversación ocurría, en el segundo piso de la casona, Sasha se daba a la tarea de llamar a la puerta de la habitación de Aioros. El castaño por otro lado escuchó los toques leves, haciéndolo voltear hacia la superficie de madera sin abandonar su posición sobre la cama.


—¿Quién es? —preguntó ahora sentándose sobre la orilla dispuesto a ponerse de pie.


—Soy Sasha, joven Aioros —escuchó a la chica decir del otro lado—. Disculpe las molestias pero el señor Géminis ha venido a verlo.


Las cejas castañas se fruncieron en extrañeza pero algunos segundos bastaron para que su semblante cambiara a uno serio, yendo por fin a abrir la puerta.


Sasha escuchaba pasos acercarse desde el interior, para pronto ver la puerta abrirse. Encontrándose de frente con el cuerpo de pecado del empresario, la chica se sintió pequeña al lado de ese hombre similar a un Adonis y sin ser consciente de ello, se sonrojó al estar tan cerca de él.


Aioros ni siquiera notó aquella reacción que provocó en la muchacha y simplemente preguntó:


—¿Sabes para qué desea verme?


La joven tembló ante esa masculina voz, sonrojándose aún más y poniéndose nerviosa de golpe.


—N-no joven —respondió con voz temblorosa—, el señor sólo pidió verlo. En estos momentos el señor Kardia está con él —concluyó bajando un poco el rostro para no seguir demostrando lo que el hombre ocasionaba en ella.


—De acuerdo, gracias Sasha —le sonrió, en ese momento la joven quedó anonadada por la sensualidad que todos sus gestos tenían. Aioros ni enterado de nada—. ¿Dónde está el señor Géminis?


—¿E-en la sala, joven.


—Bien iré ahora mismo, debe tratarse de algo sobre el compromiso o sobre mi prometido. Gracias por todo no deseo causarte más molestias así que creo que iré solo —sonrió con calidez.


—Como usted diga…


Aioros salió de la pieza cerrando tras de sí la puerta, se despidió y emprendió el camino a la planta baja para ir a la sala y atender a su suegro. Sasha se quedó sola en el pasillo viendo como ese portento de hombre se alejaba y suspiró. Al ver como los ojos turquesa brillaron al mencionar a su prometido, una punzada llegó al pecho femenino, haciéndola sentir envidia de aquel que fuera a estar con Aioros.


—Ese niño en verdad que es afortunado. Yo desearía que me casaran con un hombre así…


Sin más por hacer la chica se fue a cumplir con sus obligaciones, esperando con esto dejar de pensar en Aioros.


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—Hace poco hemos llegado a casa, Hades nos envió en uno de sus coches para hacer más seguro el viaje.


—Pero, ¿y Kanon? ¿Qué dijo él, cómo fue la interacción con Radamanthys?


—Pues no sabría decirte… En realidad, los señores Inferno nos llevaron con ellos al estudio, y Saga y Kanon se quedaron solos en la sala con los tres hijos de ellos. Luego de acordar todo, la señora Pandora mandó a llamar a Kanon y al joven Radamanthys para comunicarles todo de lo que hablamos y al final el joven aceptó a Kanon.


—Pero Aspros, ¿en verdad no hablaste con tu hijo después de llegar a casa? Tuviste que preguntarle que pasó, como se sintió con Radamanthys… Ay Aspros… —negó al no poder entender como es que su amigo era tan dejado con las cosas de sus hijos.


—Maldición, tienes razón —suspiró—. Pero a decir verdad ni tiempo tuve, cuando llegamos, Paradox y yo estuvimos hablando porque tuvimos que confesarle a los Inferno sobre el secreto de nuestros hijos…


—¡En serio! —agrandó los ojos horrorizado— ¿¡Y qué pasó!?


—Aunque no lo creas. ¡Estaban felices, Kardia! Pero Hades dijo que al igual que Radamanthys lo sabrá de Kanon, Aioros también debe saberlo de Saga.


—Buenas tardes —se escuchó el saludo del susodicho, que alcanzó a escuchar lo último dicho por Aspros.


Kardia se viró a verlo y Aspros sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal, el momento había llegado.


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Mientras en otro lugar…


—¡Abre la puerta! ¿Sabes que tenemos derecho a saber, verdad? —vociferaba el menor de los hermanos golpeando con fuerza la puerta.


—Aiacos tiene razón, después de que mamá planeó todo para que te dejáramos solo con el joven Kanon. ¡Contarnos lo que pasó en el salón del piano es lo mínimo que puedes hacer, Radamanthys!


Minos aplicaba mayor fuerza a sus golpes a la puerta del rubio quien dentro de la habitación estaba exasperado de escuchar a sus hermanos acosarlo desde afuera.


Rada sin más paciencia, fue hasta la puerta para abrirla, logrando que Minos cayera de panza dentro de la pieza, seguido de Aiacos que cayó sobre la espalda del peli-plata. El rubio apretó el puente de su nariz para tratar de calmarse y no mandar a sus hermanos al averno por su impertinencia.


—¿Qué diablos quieren? —les preguntó con el ceño completamente fruncido y la voz ronca de molestia.


Con dificultad los menores se pusieron de pie para encarar al mayor. Hablando Minos en primer lugar.


—No te hagas el tonto Radamanthys —lo señaló—, bien sabes a lo que venimos. Queremos saber qué pasó entre tú y ese hermoso gemelo —dijo y las últimas palabras lograron que Rada alzara la ceja derecha.


—Recuerda que estás hablando de mi prometido, Minos.


—¿Y? —se alzó de hombros— No negarás que es increíblemente bello —sonrió de lado al ver como el rubio fruncía el ceño de nuevo. ¿Celos, dónde?


Y claro que no lo negaba, Radamanthys sabía que Kanon era bastante bello, eso era en parte lo que le había llamado la atención cuando lo vio por primera vez, pero parecía ser que a Minos también lo hubo cautivado.


 

Notas finales:

Como adelanto les contaré que en el próximo cap Aioros y Rada sabrán sobre el secreto de los gemelos. Hasta el siguiente lunes, sigan bell@s ;)


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