Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 84]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Que disfruten el cap.

Capítulo XXIV.


—K-Kanon… —sollozó susurrante aún aferrado al nombrado, consiguiendo que sus largos cabellos fueran acariciados con ternura.


—Sshh… No digas nada hermano, escucha —le dijo haciendo que el otro le mirara a la cara— ve a mi habitación y espérame ahí, yo limpiaré esto. ¿Está bien? No me tardaré.


Saga asintió sin dejar de llorar, en verdad se sentía derrotado pero agradecía a los dioses tener a Kanon, si su hermano no estuviera con él estaba más que seguro que hubiese enloquecido el mismo día que su padre le dijo que se iba a casar con Aioros, o quizás algo peor. Hubiera acabado con su vida al no poder soportar tanto acontecimiento sacado de la manga del destino.


—N-no te t-tardes por favor… —pidió sollozante, Kanon le sonrió para calmarlo.


—Te prometo que no lo haré, me daré prisa. Mientras tú recuéstate en mi cama y descansa un poco, anda.


Por fin Saga asintió limpiándose un poco las lágrimas que no le daban tregua, y se fue por el pasillo que llevaba al segundo piso para llegar a la pieza de Kanon donde volvió a soltar su tristeza con un poco más de libertad al no temer ser escuchado.


Kanon por su lado se dedicó a cumplir con los quehaceres lo más rápido posible para poder reunirse pronto con el mayor.


”””


Al mismo tiempo en el comedor.


—Aspros, necesitamos hablar —comenzó Paradox con un gesto preocupado en su bello rostro, el hombre la miró antes de suspirar. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que su esposa deseara saciar su curiosidad—. ¿Cómo tomó el joven Aioros la noticia sobre Saga?


Ambos padres aún se mantenían sentados a la mesa. El hombre miraba a la dama con calma.


—Imaginé que me lo preguntarías —hizo una pausa—. Él lo tomó muy bien, me dijo que al saber eso ahora quiere mucho más que Saga esté a su lado, por eso también me pidió permiso para pasar mañana por nuestro hijo y compartir tiempo con él.


—¿Por eso le dijiste que saldría mañana?


—Sí, Aioros vendrá a buscarlo. Dijo que quiere convivir con Saga antes de que se vayan después de la firma del acta, para que no sienta que es un extraño. Y creo que tiene razón lo mejor es que se conozcan tanto como puedan para que Saga se pueda sentir cómodo.


La dama aún se sentía un poco inquieta por su hijo mayor ya que prácticamente sería la primera vez que dejaban salir a uno de sus hijos con alguien ajeno a la familia. Estaba nerviosa ante la primera cita de Saga.


—Pero Aspros, ¿no crees que hubiese sido mejor que el joven Aioros viniera a la casa? Él podría conversar con Saga aquí mismo sin correr el riesgo de que nuestro hijo se sienta nervioso o solo —le dijo con la esperanza de que su esposo pusiera cambiar los planes del castaño de estar a solas con el peli-azul menor.


Aspros le vio con extrañeza.


—Amor mío sabes bien que Saga deberá irse lejos con quien será su esposo, es momento de que se acostumbre a desenvolverse en un entorno diferente y con otras personas que no seamos nosotros. Ahora creo que ha sido contradictorio mantener a Kanon y a Saga en una burbuja de protección, porque le temen a salir al mundo y eso no puede seguir así —concluyó con firmeza.


—Tú mejor que nadie sabe porqué los mantuvimos tan protegidos del mundo exterior —puntualizó seria—, además la idea original era que ellos vivieran tranquilos y sin preocupaciones y que al tener mayor edad decidieran crear un hogar con quienes quisieran. ¡Pero todo se vino abajo con lo que hizo tu tío, y mis hijos tuvieron que pagar los platos rotos! —se puso de pie con brusquedad y los ojos inundados de lágrimas, sus manos apuñadas temblorosas de puro coraje.


Paradox no quiso decirle más nada a su esposo, limpió las lágrimas que hubieron escapado de sus tristes ojos y dándose la vuelta emprendió el camino al segundo piso, deseaba estar con sus bellos gemelos y abrazarlos puesto que dentro de poco Saga sería arrancado de su lado seguido de Kanon.


Ella se arrepentía terriblemente del momento en que permitió que Aspros decidiera por los muchachos, cortándoles sus alas mucho antes de que siquiera las abrieran…


”””


Kanon por fin terminó de cumplir con sus deberes, ahora estaba llegando a su habitación, abrió la puerta despacio para no sorprender a su hermano y entró cerrando tras de sí, pudo ver en su cama a Saga hecho un ovillo abrazando su almohada con los ojos cerrados. El mayor aún seguía llorando pero ahora en silencio.


El de cabellos más claros sentía mucha tristeza de ver en ese estado a su igual, deseaba tanto reconfortarlo pero él mismo se sentía de la misma manera salvo que no lo expresaba abiertamente para no provocar mayor sentimiento de angustia en el otro. Era como si dos figuras rotas de cristal estuviesen frente a frente queriendo repararse, no se podía.


—¿Saga? —llamó bajito acercándose a la cama— Ya estoy aquí hermano —le acarició el cabello, logrando con esto que el otro abriera los ojos y volteara a verle.


Kanon podía ver los verdes ojos ya rojos por el llanto, y lo único que sintió poder hacer fue acostarse al lado de Saga para abrazarlo y envolverlo con su calor. Sintió como los brazos ajenos se enrollaban al rededor de su cuerpo, y la cara idéntica se ocultaba en su pecho, también los espasmos e hipidos eran notorios, por lo que Kanon abrazó con mayor fuerza el cuerpo que se refugiaba en el suyo.


—Kanon… ¿Qué haré? No quiero estar con ese hombre yo solo, tengo mucho miedo —expresó sollozante en una voz obstruida dado que no levantó la cabeza de su posición.


—No tengas miedo hermano, recuerda que estaré a tu lado…


No sabía que decirle para brindarle paz a su ser, Kanon comprendía que lo que le estaba diciendo no era completamente cierto porque cuando el acta se firmara y Aioros se lo llevara, él no podría ir a su lado para acompañarlo en su nueva vida. Además, a los pocos días después él mismo también debería partir para vivir con quien sería su esposo.


Al recordar a ese rubio de mirada seria las mejillas del menor se sonrojaron, aún mantenía palpitante en sus labios la sensación que dejaron los de ese hombre al robarle su primer beso. Dejó salir un suspiro por él, por Saga y por la nueva incertidumbre que se coronaba en su calma.


”””


Paradox terminaba de subir las escaleras al segundo piso, caminó por el amplio pasillo con el dolor de madre en el pecho hasta llegar a la puerta de su hijo menor. Desde que la cena terminara no vio ni a un gemelo ni al otro así que pensaba que podría encontrar a cada uno en su habitación.


Deseaba conversar con Kanon puesto que recientemente lo hicieron conocedor de que iba a casarse, imaginaba que el menor sentía una ensalada de emociones en ese momento y era natural, no era algo fácil ni rápido de asimilar.


Alzó su blanca mano hasta la madera de la puerta, golpeando un par de veces logrando que en el interior de la habitación el par de hermanos que comenzaban a quedarse dormidos sobre la cama se removieran un poco. Al no escuchar sonido del otro lado de la puerta, Paradox volvió a repetir su acción pasada, haciendo que Kanon volteara con dificultad su vista adormilada hacia la madera.


Saga por su parte no quiso saber que pasaba y sólo se movió un poco al otro lado de la cama sintiéndose cómodo. Aprovechando que su hermano se alejó un poco de él, Kanon se levantó con cuidado de donde estaba para ir a atender el llamado en su puerta. Caminó descalzo hasta que abrió con lentitud asomando su ojo derecho por la estrecha ranura que se creo al abrir. Su ojo se agrandó al ver que quien tocaba era su madre, un poco extrañado terminó de abrir un poco más la puerta, a lo que la mujer le habló.


—Mi niño, ¿ya te habías dormido? —le preguntó apenada al ver como los verdes ojos trataban de acostumbrarse a la luz del pasillo.


—Más o menos mamá —se refregó un ojo—, Saga está aquí conmigo conversábamos hasta que sin querer nos quedamos dormidos. ¿Necesitas algo? —reprimió un bostezo. La dama le miró con ternura.


—No hijo, no te preocupes, sólo deseaba hablar un poco contigo sobre la convivencia que tuviste con el joven Radamanthys…


—Ahh… —volteó la apenada mirada a otro punto que no fuera el cálido rostro de su madre.


Sentía como sus mejillas se calentaban asegurando en su interior que se hubo sonrojado. Paradox notó los rojos pétalos que se formaban en los pómulos de su hijo, algo que le causó curiosidad pero no quería presionar al menor a hablar de detalles que ella desconocía hasta el momento.


—¿Te agradó ese joven, mi niño?


Kanon no sabía que responderle a su progenitora, estaba nervioso porque si bien Radamanthys le llamó la atención en su primer cruce de miradas, la percepción que tenía del rubio cambió abruptamente con lo ocurrido cuando iban al salón del piano y al recibir su primer beso de una forma inesperada y sin sentimientos de por medio.


—Realmente madre, no importa si me agradó o no porque de igual modo debo casarme con él —se cruzó de brazos mirando a otro lado con pesar.


La mujer sólo pudo bajar la cabeza al comprender que lo que Kanon decía era verdad. Si Radamanthys le gustaba o no, no era relevante puesto que estarían juntos por cuestiones de conveniencia sobre la estabilidad económica y social.


—Kanon, mi pequeño no imaginas cuantas veces soñé con verte a ti y a Saga luciendo un hermoso traje el día de su boda… Pero todo ha sido muy diferente de lo que desee para ustedes —las lágrimas comenzaban a inundar los ojos de la dama, pero con delicadeza trataba de limpiar su líquido dolor para que el joven no la viera llorar.


—Imagino que sí… —suspiró resignado.


—Creo que lo mejor será que los deje descansar, mañana podremos hablar de más cosas mi amor. Que pases buenas noches —sonrió ella acercándose a Kanon para besarle la frente con cariño y dulzura.


—Gracias mamá, tú también ten una buena noche —le regaló una tenue sonrisa, besando luego la tersa mejilla derecha de la fémina.


—Gracias cielo, ¿podría pasar a darle su beso a mi otro pequeño?


—Adelante.


Kanon se hizo a un lado para que Paradox entrara, ella caminó por la leve oscuridad hasta la cama encontrando al gemelo mayor. Al hacerlo le acarició el cabello y dejó un dulce beso sobre la frente cubierta de algunos mechones azules.


—Buenas noches, cielo…


Una vez concluyera su acción ella agradeció a Kanon y se despidió emprendiendo la marcha a su propia habitación, misma que compartía con Aspros que cabe decir aún no llegaría para acompañarla.


 

Notas finales:

Gracias por sus lecturas, esperando que estos capítulos hayan sido de su agrado, me despido hasta el siguiente lunes. Sigan bell@s ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).