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"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Un saludo enorme a:

Hikari White 17

TadashiHamada

Gracias por sus lindas opiniones y muchas gracias también a las lindas personas que leer y están al pendiente de esta historia, como siempre deseando que este cap nuevo sea de su agrado. Muchas gracias :)

Capítulo XXI.


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Los hermanos Inferno seguían hablando en la entrada de la recámara del mayor, Radamanthys veía a su hermano mediano con cierta desconfianza, era bastante raro que a Minos le atrajera alguien, pero cuando por fin pasaba era porque la persona en verdad tenía que ser lo suficientemente especial de alguna manera y al rubio ese pensamiento no lo dejaba tranquilo, sentía que a su hermano le atraía su futuro esposo y eso era algo que no estaba dispuesto a tolerar.


Sin embargo Radamanthys no quería expresar más interés del necesario en el gemelo tampoco, después de todo se había mentalizado no mostrarse nunca más débil por culpa de sentimientos que no le acarreaban nada bueno. Un poco más tranquilo, invitó a sus hermanos a tomar asiento dentro de su recamara.


—Bueno basta de tonterías. ¿Qué diablos es lo que quieren saber? —preguntó mientras cerraba la puerta.


—Para empezar, saber si no lo hiciste sentir mal con tu temperamento —dijo Aiacos cruzado de brazos viéndole con reproche.


Rada alzó una ceja. ¿En serio tan bien lo conocían esos dos? Suspiró.


—Maldición con ustedes… —masculló por lo bajo negando con la cabeza, dándole una afirmativa silenciosa a la pregunta de Aiacos.


—¡Demonios, Radamanthys! —expresó Minos lanzándole un cojín al rubio en el brazo— ¿Qué hiciste ahora? —indagó con el ceño fruncido aunque los otros dos no pudieron verlo por culpa de su largo flequillo.


—Me impacientó que se tardara tanto en despedirse de su hermano cuando sólo iba al segundo piso, parecía como si no lo iba a volver a ver o algo…


—¿Qué le dijiste? —el peli-violeta preguntó paciente.


—Que me disgusta la gente que se tarda en tomar decisiones, y que ni pensara que yo sería su niñero porque quería regresar a la sala a esperar a que ustedes volvieran. Estaba jugando con mi tiempo… —se justificó.


—Radamanthys, eres un idiota —negó Minos.


—Hermano yo sé que tu paciencia es casi nula pero aún así, creo que debes hacer un esfuerzo con el joven Kanon —aconsejó el menor del grupo—. No me preguntes por qué pero siento que él sí vale mucho la pena.


—En eso puede que tengas razón Aiacos —concedió el mayor—. Ayer me di cuenta de que Kanon es completamente puro —sonrió con malicia cruzándose de brazos.


—¿A qué te refieres? —cuestionaron al unísono los otros dos con extrañeza.


—Al estar solos él y yo, le robé su primer beso y pude comprobar que su castidad e inocencia están intactas.


Los menores agrandaron sus ojos incrédulos de que el rubio se haya adelantado tanto con el menor en un sólo momento.


—Radamanthys, ¿acaso forzaste al joven Kanon? —Aiacos están molesto e indignado.


—No lo forcé pero él tampoco tuvo tiempo de reaccionar a mi actuar, es tan inexperto… Todo surgió porque le pregunté si no había tenido un romance antes a lo que respondió que no, luego le pregunté si no había sido besado y su respuesta fue la misma. Le dije que cuando yo quisiera besarlo tendría que complacerme y que mejor que aprendiendo conmigo. ¿No? —se alzó de hombros restándole importancia al evento.


Radamanthys no era el tipo de persona que fuera contando lo que hacía al resto del mundo, pero les dijo a los menores para hacerle entender a Minos sin tanta vuelta y sin esfuerzo que Kanon era solamente suyo, y que no tendría nunca una oportunidad contra él.


—Tú estás aprovechándote de su inocencia Rada —acusó Minos bastante molesto. No le agradaba el hecho de que su hermano estuviera confundiendo al gemelo, porque eso es lo que seguramente logró besándolo.


—Ustedes querían saber, ¿no es así? Eso es lo que ocurrió y no me estoy aprovechando de nada Minos, él será mío, tengo todo el derecho de hacer lo que yo quiera con él y ni ustedes ni nadie puede meterse en eso.


Los menores vieron molestos a su hermano mayor. No había nada que hacer Radamanthys tenía razón por desgracia, y Kanon debería aguantar su nueva vida aún en contra de su voluntad con el rubio que lo veía más como un desahogo o un trofeo que como un compañero sentimental.


El reproche de los otros jóvenes se vio interrumpido por nuevos toques en la puerta de la recámara. Radamanthys se puso en marcha para abrir dejando a sus hermanos con la palabra en la boca. Cuando la puerta de abrió, Euridice estaba del otro lado.


—Joven Radamanthys, sus padres desean hablar con usted. Ellos lo esperan en el estudio —dijo la rubia con calma.


—¿Sabes cuál es el motivo, Euridice?


—Ellos solamente dijeron que es algo sobre su prometido, joven.


—Comprendo, iré ahora mismo. Gracias.


—A sus ordenes joven. Con permiso.


La muchacha se retiró, Radamanthys mientras tanto salía de la habitación hasta que la voz de Minos le recordó que ellos estaban en su pieza.


—¿A dónde vas, Rada? —interrogó Minos.


—Mamá y papá me mandaron a llamar. Nos vemos después —sin esperar otra pregunta salió de la habitación dejando a los menores dentro.


—Después de lo de ese tal Afrodita, Rada cambió para mal… —se lamentó Aiacos mirando a Minos con tristeza.


—Maldito prostituto barato. Y maldita la hora en la que Rada lo conoció…


Los dos hermanos salieron de la recámara del rubio, tomando cada uno camino a su propia pieza. Ya luego regañarían al rubio por su brusca aptitud con el futuro nuevo miembro de la familia. Ignorando que Radamanthys iba a enterarse de algo nuevo, sorprendente y pocas veces visto.


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—Joven Aioros, buenas tardes —Aspros se puso de pie para estrechar la mano del castaño.


—Buenas tardes —dijo Kardia también aún sentado.


—La joven Sasha me comunicó que deseaba verme.


—Así es joven, verá he venido porque hay algo muy importante que debo decirle.


—Perfecto, entonces lo escucho señor Géminis.


Aioros y Aspros se sentaron en el mismo sofá dispuestos a hablar de un tema que al de más edad lo mantenía preocupado por el futuro de su hijo mayor.


—Bueno, joven Aioros —inició el Géminis—, le estaba comentando a Kardia que mi familia y yo recién acabamos de llegar de la región vecina. Hoy nos reunimos con la familia de Hades Inferno.


—Vaya, el señor Hades, hace mucho que no lo veo —sonrió Aioros al escuchar lo dicho por el mayor.


—¿Le conoce, joven?


—Por supuesto, él y mi padre se comunicaban mucho en años anteriores, e incluso nos reuníamos ambas familias para celebrar días festivos y fechas importantes.


—Vaya, es bueno saberlo. Entonces puedo decirle con confianza que el joven Radamanthys ha aceptado desposar a Kanon, la firma del acta será en una semana.


—Eso es muy bueno señor Aspros, muchas felicidades —sonrió palmeandole con suavidad el hombro al mayor.


—Se lo agradezco mucho joven —sonrió—. Pero continuando con el motivo que me trae esta tarde a importunarle, es algo que con mi esposa hemos considerado por consejo del señor Hades, decirle a usted con respecto a nuestro hijo Saga.


—¿Saga? ¿Qué ocurre con él, está bien? —se preocupó Aioros por la sola mención del joven que ocupaba su mente desde que lo vio.


La angustia en el rostro del castaño lucía genuina a los ojos de Aspros y de hecho era auténtica. El peli-azul se relajó un poco al ver que Aioros se preocupaba por su hijo, haciéndolo pensar que quizás no había sido tan mala idea decidirse en confesarle a su futuro yerno la naturaleza de los gemelos.


—No, no joven Aioros, todo con Saga está bien. Pero lo que voy a decirle es algo muy delicado que incluye a los dos, a Kanon y a Saga.


El de ojos turquesa se estaba asustando, no comprendía que estaba pasando ni imaginaba lo que Aspros fuera a decirle, y además no ayudaba el que le diera tantas vueltas al asunto. Comenzaba a desesperarse pero trataba de mantener la compostura.


Kardia por su lado sólo escuchaba sin intervenir, él ya desde hace mucho estaba enterado de ese secreto de la familia de su amigo, pero consideraba que el de ojos azules estaba haciendo lo correcto al decirle a Aioros sobre la asombrosa cualidad de Saga. Tal vez de ese modo el CEO sería más paciente con el gemelo mayor, y le tendría más consideración y cuidado, porque si era sincero Kardia temía por el futuro de Saga junto a Aioros.


Sin importunar al otro par se puso de pie y regresó al estudio donde había dejado a Dégel, para que sus amigos hablaran en paz.


—Comprendo señor, en ese caso dígame, lo escucho…


—Bien… —suspiró para darse valor— Joven Aioros, créame lo que le diré, esto no es ninguna broma y se lo digo con el corazón en la mano. Cualquiera que sea su decisión sobre Saga después de esto, la aceptaré… —Aspros miró al otro directamente a los ojos transmitiéndole la honestidad y el dolor de revelar tal verdad— Mis dos hijos son donceles…


”””


Radamanthys tocaba la puerta del estudio, pronto ésta se abrió dejando ver el hermoso rostro de su madre que lo recibió con una dulce sonrisa.


—Gracias por atender rápido cielo —ella le besó la mejilla dejándole pasar al interior, cerrando la puerta para mantener la esencia de confidencialidad.


—De nada mamá.


—Hijo por favor siéntate, tu madre y yo deseamos hacerte sabedor de un detalle como ningún otro —le dijo Hades con una sonrisa como pocas.


Pandora tomó asiento en una esquina del escritorio a un lado de su esposo. Radamanthys obedeció con calma a la indicación de su progenitor, sentándose en el elegante asiento frente al azabache, esperando.


—Papá, debe ser bastante bueno si tú estás sonriendo así —le dijo extrañado de la actitud del oji-azul.


—Bueno hijo, nosotros creemos que es algo en verdad muy bueno y además único —se entusiasmo la bella dama.


—Radamanthys queremos que sepas de algo muy importante que los padres de Kanon nos hicieron saber sobre él. Espero que al saber esto, lo cuides y te comportes como todo un caballero a su lado —concluyó el CEO dejando más dudas en el rubio—, mi reina, dile tú ya que estás tan emocionada —le sonrió, acto que Pandora imitó con un brillo de alegría en sus ojos violeta.


—Gracias mi amor, bueno Rada hijo. El señor y la señora Géminis nos han confiado que Kanon es un auténtico doncel al igual que su hermano Saga. Los gemelos tienen la capacidad de concebir vida.


Los ojos dorados de Radamanthys se agrandaron en sobre manera al escuchar las palabras de la dulce voz de su madre. ¿¡Kanon, un doncel!? Quería decir que él fácilmente podía embarazar a Kanon…


 

Notas finales:

Gracias de nuevo por leer, si los dioses quieren nos leeremos hasta el próximo lunes, sigan bell@s :)


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