A Gustavo no le gustaba estar todo el tiempo vigilado por su mamá o sus primos. Por el momento tenía un brazo roto, el rostro amoratado y siempre en ropa cómoda
--Gustavo. Soy yo, Derek.
Y el apareció, con su cabello rubio, sus ojos celestes que lucían tan preocupados. Gustavo hizo una mueca cansada; era una de las muchas veces en que este lo visitaba.
Derek, el chico malo; el que nunca se mezclaba con los populares. Derek, el que antes le miraba con asco y ahora era amigo de la mamá de Gustavo.
--Hola Derek.--alzó la voz
--¿Cuando volverás a la escuela?
Su rostro se suavizó
--Cuando yo este listo. No ando desesperado por ver a Lucas.
--No lo digo por eso. Eres el único pasable del grupo de populares.
Se arrodilló y se apoyó contra la cama de Gustavo, buscando sus ojos raros y a la vez lindos.
--Gracias por eso, pero mi cara continúa morada y no quiero que me miren estando así.
--Lucas intenta hablar conmigo y es muy incomodo cuando él viene hacia mi. Debo ignorarlo y eso es raro.
Gustavo se rió.
--Me lo puedo imaginar, pero como te dije antes, ambos se gustan y él no hace eso por cualquiera.
--A ti te dio una paliza.
--¿No te duele las piernas por estar sentado en el piso?
--Puedo estar a tu altura, es más fácil y te puedo ver a los ojos.
El aire acondicionado creaba un ambiente genial.
--Tu mamá te puede estar esperando en casa,
El rubio cabello rozó una de las cejas.
--Si deseas-- dijo Gustavo con delicadeza--Puedes quedarte aquí en la noche, algo así como una piyamada. Sería divertido.
--¿Puedo hacer eso? Gustavo señaló ropa de dormir.
--Puedes usar mi ropa. Trajiste la mochila, puedes ir a la escuela sin problema mañana.
Usar la ropa de un chico popular era algo que nunca se lo imaginó. Indispuesto, y para colmo de males su mejor amiga faltó; por eso Derek caminaba a solas por el pasillo principal donde , para sorpresa suya, Lucas le impidió continuar su caminata hasta el salón de clases. Este le dio una mirada de lo peor.
--¿Es cierto que estuviste con Gustavo?
--¿Debo darte explicaciones?--respondió Derek
Derek encontraba prioritario llegar al salón, preferible a tener que escuchar las quejas sin sentido de Lucas.
--Tienes su camisa, su pantalón. Lo único que falta es un par de zapatos. --No somos de la misma talla.
--Parece que te llevas demasiado bien con él.
--Lo visito, y sí; es bastante mejor amigo que tú.
Lucas puso los ojos en blanco. Respiró hondo para no ser dominado por sus emociones.
--Dios--dijo en voz baja y con los ojos cerrados-- pierdo los estribos contigo,
--Conmigo no.--Derek miró el reloj de su celular para saber cuanto faltaba para el recreo-- A Gustavo casi lo haces pedazos.
--Tampoco así.
--Aún esta en la cama--le dio un leve empujón. Era satisfactorio sentir la calidez de su piel filtrandose por la tela de la camiseta--Su cara está lastimada.
--Pronto se va a recuperar.
La conversación se daba en tono serio, donde Derek no sonreía ni coqueteaba como siempre. Lucas tenía la mirada turbia por los malos entendidosy Derek le tocó el rostro.
--Vuelve a ser el mismo.
Lucas casi se ríe en su cara.
--Lo soy, estoy hablando contigo ahora mismo o crees que soy un espejismo.
Le tocaba su piel morena. Los dedos de Lucas se cerraron alrededor de la muñeca de Derek y literal, este sintió el mundo tambalearse por una fuerza mágica que lo atravesaba por completo.
Una chispa prendió lo apagado en la mirada de Lucas.
--Eso fue bastante intenso--pensó antes de decirlo-- Solo esto me pasa contigo,
Mantenía su firme agarre y nunca le soltó la mirada.
--Me alegro.
El número 1 apareció detrás de Lucas.
--Entrenamiento. Vamos Lucas.
El mejor amigo del chico más popular no le miró con ensoñación, asintió con la cabeza y se despidió de Derek con un suave y sutil apretón de manos. El chico dejado atrás los observaba en silencio mientras los populares se iban y no pudo evitar sentirse demasiado feliz para su propio bien.
Solo se estaba acercando a Lucas por las entradas al concierto. Tenía que repetirlo muchas veces,