Llegó el lunes y Draco se apresuraba a terminar de lavar toda su ropa pues Robbie le había programado una cita a las diez de la mañana, así que en cuanto llegó a su habitación comenzó a doblar todo lo más rápido que pudo, en eso llegó Harry y sin decir más sacó su varita y puso todo en orden ante un Draco que le sonrió agradecido.
-¿A qué hora nos vamos? –preguntó viéndolo darle un último toque a su cabello negro ante el espejo.
-¿Nos vamos? Me suena a manada.
-Oh vamos, vas a hacerme mi tatuaje ¿no?
-¿En serio lo quieres?
-Claro.
-Bueno, pero no sé a qué hora pueda, depende de los trabajos que tenga –respondio tomando su bastón y abriendo la puerta.
-Bien –respondio muy sonriente.
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El primer cliente de Draco de ese día llegó muy puntual.
-Así que básicamente quieres desaparecer el tatuaje que ya traes –dijo habiendo oído los deseos del chico.
-Sí, el tatuaje que tengo me lo hice en una borrachera y es espantoso, espero que tú puedas ayudarme.
-¿Y qué tienes en mente?
Sin poder estar dentro del estudio propiamente, Harry se la paso en la recepción hojeando catálogos y platicando con Bianca.
-¡Es genial! –exclamó el chico hora y media después viéndose en el espejo.
-Gracias –respondió sonriente- ven, vamos a cubrirlo.
-El próximo cliente llega en media hora –dijo Robbie limpiando su área- mientras tanto puedes preguntarle a Archie que diseño de búho va a querer.
-¿Ya te lo dijo?
-Por supuesto –respondio el susodicho asomándose por la puerta- soy un cliente y como tal merezco tu atención.
Draco se hubiese engañado a sí mismo si no admitía que tatuar a Archie no le emocionaba, de hecho desde que le había dicho que tatuaje quería se había puesto a dibujar varios diseños, así que sin más abrió el cuaderno que siempre llevaba consigo y le mostró lo que había hecho.
-Están espectaculares –dijo Harry emocionado.
-De acuerdo, después de este cliente habrá tiempo suficiente –respondio Draco mientras limpiaba su área.
Harry salió del estudio para compartir con Bianca los dibujos; llegó el siguiente cliente y después de eso Harry se encontró sentado en la camilla en donde Draco preparaba todo para el trabajo.
-No te has tatuado antes –dijo Draco acomodando todo- espero que no seas llorón.
-Claro que no.
Harry veía como Draco se desenvolvía como pez en el agua y sonrió imaginándolo lejos de todo lo que escondía detrás de toda esa fachada, lejos de los mortífagos, lejos de los prejuicios de la gente, pero también lejos de él, por lo que esa sonrisa de repente desapareció.
-¿Ya te arrepentiste? –preguntó Tom desde su lugar mientras terminaba de cubrir el tatuaje de una chica en su cuello.
-Para nada ¿Por qué lo dices?
-Te cambió el semblante en un segundo.
-Seguro ya le dio miedo –dijo Danny dibujando el diseño que un chico iba a usar y que esperaba en la recepción.
-Claro que no.
Y entonces Draco procedió oficialmente a trabajar, le mostró las tintas que iba a usar, el material desechable y perfectamente esterilizado mientras Harry miraba todo fascinado.
-¿En qué brazo? –pregunto Draco tomando lo necesario para desinfectar el área.
-El derecho.
-Bien.
Draco desinfecto el área a trabajar, aplico el líquido para transferir y luego tomó con cuidado el papel hectográfico que contenía el diseño del búho.
-Me sorprendió que no eligieras el búho nival –dijo mientras se lo colocaba en el brazo derecho.
-Es que este me gustó más.
Pronto Draco se encontró listo para comenzar y máquina en mano dijo:
-¿Listo?
-Listo.
Frunció el ceño cuando la aguja comenzó a penetrar su piel y aunque no era un dolor insoportable si era molesto, sin embargo se dedicó a mirar con atención a su tatuador.
Draco estaba muy concentrado en su trabajo, hasta que unas risitas comenzaron a llamar su atención, tanto así que se detuvo un momento para ver de quien se reían, hasta que cayó en cuenta de que era de él.
-¿Qué es tan gracioso? –pregunto ceñudo.
-Nada –dijo Danny regresando a su trabajo.
Sin poner más atención continuó su trabajo, hasta que las risitas volvieron a escucharse, por lo que lanzando un bufido miró a todos con ojos asesinos.
-Cálmate Koby –dijo Bianca ya metida ahí también- no se ríen de tu trabajo, es por otra cosa, tú termina y no hagas caso.
-No, quiero que me digan que es tan gracioso.
-¿No te has dado cuenta? –dijo Tom.
-¿De qué?
-Olvídalo –intervino Robbie- esta tan metido en lo suyo que ni cuenta se da.
-¿De qué hablan?
-Sí ¿de qué hablan? –pregunto Harry haciendo que todos comenzaran a reír mirándose entre ellos.
-¿Qué pasó? –pregunto Draco.
-Ni idea.
Pero ante la falta de respuestas Draco volvió a lo suyo y ya no hizo más caso y finalmente después de una hora y media el tatuaje estuvo terminado.
-Terminamos, puedes mirarte en ese espejo.
Harry se levantó y se miró al espejo en donde quedó maravillado de lo que veía.
-¡Es genial!
Draco sonrió satisfecho mientras veía a Harry mirarse desde varios ángulos; Robbie también sonreía, veía a su discípulo ser cada vez mejor y no tenía la menor duda de que algún día tendría un estudio exitoso.
-¿Entonces todo bien?
-Todo bien –respondio regresando a la camilla en donde Draco procedió a cubrirlo y a explicarle los cuidados que debía tener para una buena cicatrización.
Harry salió a pagarle a Bianca y a comprar algo de comer.
-¿Y bien? –Pregunto Draco a Robbie mientras limpiaba su área- ¿ahora si me vas a decir por qué tanta risa?
-¿En serio no lo notaste?
-No ¿Qué cosa?
-Yo te lo diré –dijo Tom sin dejar de trabajar- hagamos esta analogía, tú eras un jugoso filete de carne y él un perro hambriento.
-¿Qué? –pregunto frunciendo el ceño sin entender.
-Qué te miraba con ojos de borrego degollado –dijo Bianca entrando en ese momento con unas botellitas de agua que repartió a los clientes- en serio Koby ¿Qué le diste que lo traes babeando la acera?
-Yo no le he dado nada.
-Ha de ser por eso –añadió Danny.
A pesar de las risas y de que Draco intentaba seguirles la corriente, no se sentía muy cómodo con el tema, sin embargo bromeó con ellos sabiendo que si no lo hacía, lo molestarían con más ahincó; Harry regreso y después de eso ya no siguieron con el tema.
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-Fue un buen día –dijo Robbie a Draco, ya solo en la oficina- hoy hubo mucha gente, toma.
Draco recibió agradecido el pago de sus servicios de ese día y le sonrió en respuesta.
-Gracias Rob, esto es muy importante para mí.
-De nada, por cierto… ¿Qué hay con ese chico?
-¿Cuál chico? –pregunto mientras guardaba su dinero.
-No te hagas el loco.
-Ah ¿Archie?
-¿Y quién más? Ni modo que Tom.
Draco sonrió por el comentario y luego se alzo de hombros.
-Nada.
-¿En serio?
-Sí, él bromea con eso, pero nada más.
-Pues por la forma en que te miraba yo no creo que bromee.
Draco lo miró y se dio cuenta de que Robbie hablaba en serio.
-¿Tú crees?
-No sé de sentimientos, pero lo que sí es evidente es que le gustas mucho, casi te da un mordisco.
Draco se rio negando con la cabeza, luego le dio la mano y se fue de ahí.
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-Oye, no tenías que pasar todo el día aquí, vas a tener problemas con Birdie –comentó mientras caminaban por la calle rumbo al hotel.
-No, cambié mi día de descanso por los lunes.
-¿Y por qué?
-Para poder ir contigo.
Entonces Draco lo miró y deteniéndose dijo:
-Oye ¿Qué es lo que quieres?
-Ser tu amigo –respondió sonriendo como si nada.
-Pero pasas mucho tiempo conmigo, no te hagas el tonto.
-¿Te molesta? –pregunto acercándose a él con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta.
Draco lo tuvo casi pecho con pecho, por lo que dando un paso hacia atrás respondió:
-Sí.
-Mentiroso.
Draco vio al chico de ojos color miel acercarse cada vez más hasta tener su rostro a un palmo de distancia; entonces Harry no lo pudo evitar, simplemente sintió la abrumadora necesidad de probar sus labios, por lo que se acercó para besarlo.
-Ya es tarde –cortó Draco girando el rostro y comenzando a caminar- debo trabajar.
Harry exhaló un pequeño suspiro viéndolo alejarse, así que sin más remedio reanudó su camino también.
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-Esta noche sí que está haciendo frio –dijo Draco a Bambi frotándose las palmas.
-Sí, se me antoja un café o lo que sea para entrar en calor… y hablando de entrar en calor ¿Por qué no me has contado de Archie?
-¿Contarte de Archie, de que hablas?
-Oh vamos perra, no te hagas al tonto.
Draco no dijo nada, sabía muy bien a qué se refería, pero no se había dado cuenta de que fuera tan evidente el asunto.
-¿Por qué no dices nada?
-¿Y qué habría que decir? –respondio sonriéndole a un tipo que paso a su lado.
-Es lindo, esos ojos color miel son bonitos.
-Sí pero yo no estoy para noviecitos.
-¿Y por qué no Koby, que te lo impide?
Era difícil explicarlo, no deseaba comprometerse con nadie por temor a su vida pasada, por la incertidumbre de su futuro y porque era mucho más fácil huir estando solo y no dejando el corazón atrás como ya lo había hecho una vez.
-No me gusta.
-Oh claro que si, solo que no te das cuenta.
-¿De qué hablas?
-Le sonríes distinto.
-No seas ridícula.
-¿Ridícula porqué?... más bien tu eres el ridículo ¿Qué te impide estar con él?
-¿Y aun lo preguntas?
-No me digas que por tu oficio, él sabe a qué te dedicas y aun así vuela a tu alrededor como colibrí a una flor y no me digas que solo quiere sexo, pudo cogerte la primera vez y no lo hizo.
Sin decir nada exhalo un suspiro, había estado solo en ese aspecto tantos años que permitirle el paso a alguien más realmente le ponía nervioso.
-¿Temes enamorarte, corazoncito?
-Claro que no.
-Claro que si –dijo ella sonriendo pícara- Archie es atractivo y su carácter es muy agradable, si él anduviera tras de mí, desde hace rato ya le hubiera dado las nalgas.
Draco comenzó a reír, pero siguió sin decir nada.
-Dale una oportunidad, creo que mereces a alguien que se preocupe por ti.
-¿Acaso tú no te preocupas por mí?
-Claro que si perra, pero yo no puedo darte lo que quieres.
-¿Por qué no? –Dijo acercándosele seductor hasta pegar pecho con pecho- das buenas cogidas Bambi, tus clientes salen felices.
-Lo sé –respondio sonriendo con autosuficiencia- pero nunca te enamorarías de mí.
-Lo haría… si me gustaran las mujeres.
-¿Ya lo ves, cabeza de asno?
Sonriendo se separaron mirando a su alrededor viendo que la noche estaba algo floja.
-Además ¿hace cuanto no tienes una buena cogida? –continuó ella- con el único con quien te vienes en con Joseph y hace más de dos meses que no viene.
-También me la paso bien con Jerome.
-¡Oh si, Jerome! Ese negro me encanta, pero él no hace visitas regulares como Joseph, que no ha venido.
-Sí, ya me preocupó, viene cada dos meses y hace una semana no da señales de vida.
-¿Quién no da señales de vida? –pregunto Harry llegando en ese momento con dos vasos de café, mismos que les dio a cada uno.
-¡Ay Archie, eres un sol! –exclamó Bambi envolviendo el vaso con ambas manos para calentar sus dedos.
-Son la una de la mañana ¿Por qué no duermes? –pregunto Draco haciendo lo mismo que Bambi con el vaso.
-No tengo sueño ¿de qué hablaban?
-De un cliente de Koby, viene cada dos meses y es con el único con quien Koby grita cuando se viene.
Harry quedó mudo por un segundo, pero intentó ocultar su turbación preguntando como no queriendo:
-Ah… ¿así que te corres con él?
-Sí y ya lo extraño.
Harry no dijo nada, solo esbozó una sonrisa acartonada mientras se cruzaba de brazos y miraba sus zapatos como lo más interesante del mundo.
-No lo puedo creer… -dijo entonces Bambi- hablando del diablo…
Harry miró hacia donde ella veía viendo a un hombre de aproximadamente treinta años ir en su dirección.