-¿El es Joseph?
-¿Quién, el bombón que viene hacia acá? –pregunto Draco.
-Sí.
-No seas ridículo.
-¿Qué dices?
-Hola Joseph –saludó Bambi al anciano que caminaba tras el hombre que pasó de largo ante ellos.
-Hola querida ¿Cómo estás?
-Muy bien ¿y tú? Ya te extrañábamos.
-Estoy bien ¿y tú Koby?
-Feliz de verte, corazón –respondio Draco dándole el vaso a Bambi y pasándole los brazos por el cuello al anciano- ya extrañaba a mi papi –añadió pasándose una mano por entre su cabello negro mientras ladeaba la cabeza; Harry miraba todo entre sorprendido y confundido al mismo tiempo, el hombre podría fácilmente tener sesenta y cinco años de edad- ¿entramos?
-Vamos –respondio el hombre sonriente pasándole una mano por la cintura.
Sin decir nada más, los vieron alejarse en dirección al hotel.
-¿De qué me perdí? –exclamó Harry mirando a Bambi, quien estaba a punto de la carcajada.
-¡Hubieras visto tu cara!
-Explícame –dijo con una media sonrisa y aun algo de incredulidad en su cara- ¿ese viejo lo hace venirse?
-Algo así.
-¿Cómo que algo así?
-Joseph es un cliente singular, contrata los servicios de Koby con un desnudo completo... incluso lo pone en muchas posiciones y sin embargo, nunca le ha puesto un dedo encima.
-Cómo así.
-Sí, contrata a Koby para verlo masturbarse y el viejo no solo le paga, incluso le da muy buenas propinas.
-¿Es en serio?
-Sí, ya está jubilado, era un guardia de Gales me parece, le paga con lo de su jubilación y bueno querido, te dejo, ahí viene una víctima… hola guapo ¿quieres pasar un buen rato? –dijo a un hombre que paso a su lado.
Harry agarró los dos vasos que ella sostenía al ver que el tipo se había detenido para conversar con ella, así que sonriéndole se despidió; pero no fue al hotel, lo que hizo fue caminar hasta el edificio de enfrente que aun estaba abierto a esas horas y entró.
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-¿Pasa algo? –pregunto Ron viéndolo entrar al departamento mientras se servía café.
-No, puedes tomarte un descanso, yo vigilaré a Malfoy.
-¿Por qué? –pregunto con interés viendo a Harry posicionarse frente al monitor.
-Por nada, es un servicio particular.
-Harry…
-No es nada Ron, vete de aquí si no quieres quedarte ciego.
-Ok, ok… -exclamó alzando las palmas y yéndose a su habitación.
Ya solo, Harry centró su atención en el monitor.
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-Pensé que ya no vendrías –dijo Koby encendiendo un cigarrillo mientras Joseph se quitaba la chaqueta y la deja en el respaldo de una silla, misma que acomodó a unos pasos de la cama en dirección de los pies.
-Tardé un poco porque recibí un dinero de uno de mis hijos y pues… si te portas bien te daré algo extra.
Sonriendo y con el cigarrillo entre los labios, Draco comenzó a desnudarse sin apartar los ojos de los del anciano, luego dio una calada y lo apagó en su cenicero mientras dejaba salir el humo con una media sonrisa, cuando quedó sin ropa sacó un tubo de lubricante de su cajón y se sentó de frente a Joseph, quien sonriendo le tocó una mejilla.
Entonces Draco se hizo hacia atrás y se recostó de espaldas en la cama y flexionando las piernas las recargó en el colchón y luego las separó.
-Eres tan… -musitó Joseph a menos de un metro de distancia de aquellas piernas abiertas- si tuviera treinta años menos…
-Siempre me dices eso, cariño –dijo aplicándose lubricante en las manos y comenzando a jalarse el pene- mmm…
-Sí, así… tócate los testículos…
Pasaron unos minutos en los que Draco se masturbó hasta poner su pene erecto, luego sonriendo malicioso se levantó y se puso en cuatro mostrándole el culo a Joseph, quien lo vio pegar su frente al colchón y abrirse las nalgas.
-Sí… -musitó el viejo viendo la fruncida y tierna entrada estremecerse.
-Oh Joseph… me excitas tanto –dijo con los ojos cerrados intentando imaginar a alguien más, menos al anciano que lo miraba.
-Sigue, sigue –exclamó abriéndose el zipper y sacándose el pene.
Draco se deslizó hasta quedar bocabajo en el colchón, luego levanto la cadera y comenzó a frotarse en la cama mientras gemía sin cesar.
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Fue hasta que tragó en seco que se dio cuenta de que tenía la boca abierta.
-Demonios… -masculló Harry sintiendo el pantalón apretado.
Ver a Draco así, desnudo y con esa actitud tan sexual y descarada fue algo que no imaginó a pesar de haberlo visto varias veces tener sexo con clientes, en esta ocasión era diferente pues el cliente no estaba haciendo nada, era él quien estaba haciendo todo.
-¿Quieres cogerte al dragón, Joseph? –dijo Draco levantando el culo y mirando sobre su hombro al anciano.
-Sí, sí, eso quiero…
Draco estiró el brazo y saco de su cajón un dildo color piel, sonriendo le hizo un ademán al viejo quien acercó su silla presuroso, entonces el chico se dio la vuelta y se sentó a la orilla de la cama y colocó sus piernas en los hombros de Joseph.
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-Diablos… -masculló Harry ya con el pene fuera y totalmente erecto y sabiendo que era inevitable se escupió la mano y comenzó a masturbarse viendo a Draco cubrir el dildo de lubricante y comenzar a penetrarse el mismo.
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-¿Así te gusta cariño? –dijo Draco metiendo y sacando el dildo con una mano mientras se masturbaba con la otra.
-Sí, así me gusta mi hermoso dragón negro… -Pero contrario a todo, Joseph no tocaba las largas piernas que reposaban en sus hombros, solo se tocaba a si mismo viendo el erótico espectáculo que tenía enfrente- mételo con más fuerza… quiero que te duela…
Aunque no le doliera, Draco hacía gestos de dolor y decía cosas que sabia excitaban al viejo, era un juego que jugaban cada vez que se veían.
-Oh… Joseph… lo tienes enorme… -dijo sin dejar de mover el dildo- no tan duro cariño, me duele… ¡ah!
-Sí… así… -mascullo con la frente perlada de sudor y masturbándose entre aquellos blancos y tersos muslos- quiero verte eyacular Koby, quiero verte soltar toda tu leche…
Draco se mojó los labios permaneciendo con los ojos cerrados imaginando a alguien muy diferente del viejo que tenia por cliente para poder correrse, no era solo jalársela pues en esas circunstancias su mano no bastaba, a pesar de estar acostumbrado por lo general eran los clientes quienes se venían, no él, él solo debía abrir las piernas y listo o cuando era su turno de ser activo solo bastaba estar erecto para cumplir su función, a pesar de eso no se corría la mayoría de las veces, pero con Joseph el juego no era así, sino eyaculaba no había propina y sus propinas eran muy buenas, por lo que como siempre comenzó a imaginar que era otro hombre quien lo montaba, pero no fue el acostumbrado rostro de Tom Hiddleston quien acudió en su ayuda, esta vez fue el rostro de un hombre castaño de ojos color miel quien estaba entre sus piernas.
-Ah… -separó sus sonrosados labios y suspiró mientras sentía el orgasmo acudir sin gran dificultad.
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Pero no fue el único que eyaculó, pues no muy lejos de ahí, viendo un monitor, Harry también se corría reprimiendo un gemido que pudiese alertar a Ron, quien estaba a tan solo unos metros de ahí, en otra habitación.
-Mierda… -jadeó con voz baja sintiendo las piernas débiles y su mano algo cansada.
Vio su pantalón y su mano manchada y miró a su alrededor buscando algún pañuelo desechable.
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-Oh mi querido dragón –dijo Joseph habiéndose corrido también, quedando todo desmadejado en la silla- estás tan rico… quisiera tenerte siempre con las piernas abiertas para mí.
-Podrías si fueras millonario –respondio sonriendo mientras se acostaba de lado en la cama sin importarle embarrarse con su propio semen.
El viejo se levantó y tomó un pañuelo desechable de la cajita que estaba en el tocador y comenzó a limpiarse.
-Cuándo lo sea te llevaré a mi casa y haré que me sirvas el desayuno vestido solamente con un mandil.
Draco comenzó a reír sabiendo que eso nunca pasaría, pero contrario a lo que cualquiera pudiera pensar, el anciano le caía bien, nunca lo había ofendido y siempre era amable con él.
-Y me masturbaré en la mesa del comedor mientras tu tomas tu café.
Joseph también rió, luego se metió a lavarse las manos y aunque ya había pagado el servicio antes de comenzar como era costumbre, metió la mano a su chaqueta para sacar su cartera.
-Te lo ganaste Koby –dijo sacando unos billetes y dándoselos.
-¿Te espero dentro de dos meses?
-Si la parca no me lleva antes, aquí estaré –respondio colocándose su chaqueta.
-No digas eso Joseph, eres más fuerte que un toro.
Joseph rió sabiendo que el chico solo decía eso por compromiso, pero le agradaba escuchar esas cosas.
-¿Te gustó como te cogí Koby? ¿Te gustó tenerme dentro de ti?
-Tienes una verga muy rica Joseph, grande y dura justo como me gustan.
Sonriendo Joseph se acercó a la cama y Draco se giró para que el anciano le besara una nalga, tal y como lo hacía siempre y luego se fue.
-Veamos… -dijo sentándose y comenzando a contar los billetes- doscientas libras, bien –sonrió satisfecho.
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Con el transcurso de los días, Draco se dio cuenta de que Archie ocupaba gran parte de sus pensamientos, que de hecho le gustaba compartir con él, que le gustaban sus platicas mientras comían, que de hecho estaba acostumbrándose a su presencia.
-No debo… -pensó mientras lo veía mirar atento una película en la habitación de Archie mientras él se servía soda en un vaso, pero a pesar de que su sexto sentido le gritaba que debía alejarse de él, había algo que le hacía sentirse feliz al mismo tiempo… ¿sería tanto tiempo de soledad el que le hacia desear algo más?... a saber, solo sabía que ese chico de ojos color miel había comenzado a gustarle.
-Ven Koby, esta parte seguro será romántica, los protagonistas se darán un beso mientras se miran con cara de bobos.
-¿Y aun así quieres verla? –respondio caminando hasta él con su vaso en la mano.
-Sí –dijo sonriéndole mientras se sentaba a su lado en el viejo sofá- porque quiero mirar con cara de bobo a otra persona.
Harry le quitó el vaso de la mano y lo dejó sobre la mesa ratona, luego le tocó una mejilla y sin más lo besó, solo que en esta ocasión Draco no se apartó, recibió el beso con los ojos cerrados.
Fue un buen beso, primero lento y cauteloso, luego más apasionado y posesivo hasta que se separaron y juntaron sus frentes.
-Cómo deseaba esto –dijo Harry sujetándole la nuca con su mano.
-Te hubiera cobrado una libra por un beso –respondio sonriendo más que nada para ocultar su nerviosismo.
-No busco eso y lo sabes.
-¿Será? –Respondio levantándose para marcharse- ¿de verdad no buscas nada más en mí que una simple y aburrida relación con un puto de la calle?
-No te digas así.
-Pero eso soy –dijo sonriendo- yo tengo permitido insultarme, los demás no.
Harry sonrió con pesar, esa pregunta era demasiado directa… ¿cómo decir que no había otro motivo atrás de todo eso? No se sentía capaz de responder mirándolo a los ojos.
-Vayamos al cine –dijo entonces.
-¿Al cine?
-Sí, como una pareja convencional y aburrida ¿Qué te parece?
-¿Pareja? –respondio alzando una ceja mientras bebía de su soda.
-Sí Koby, como una pareja.
Koby terminó su soda y mirándolo durante largos segundos, finalmente dijo:
-De acuerdo, como una pareja convencional y aburrida.
Harry sonrió de oreja a oreja, pues a pesar del trasfondo de aquella complicada situación, se sintió feliz de saber que era para Draco, algo más que un amigo.