-¿Cómo que el ministro quiere hablar con nosotros? –exclamo Harry.
-Sí, quiere hablar con los dos para ver cómo va el asunto.
-Pero para eso están los reportes ¿no?... por cierto Ron, hay algo…
-No quieres que mencione el tipo de relación que ya llevas con Malfoy ¿no? -Harry solo se rascó la nuca en respuesta- Mira, de hecho lo omití pero no quiero hacer reportes falsos.
-No son falsos Ron, solo estas omitiendo un detalle.
-Sí, lo sé, pero contigo ya no sé qué suelo estoy pisando amigo.
Harry exhaló un suspiro y fue a desparramarse al sofá.
-Sí te soy sincero Ron… yo tampoco.
Ron fue a sentarse junto a su amigo percibiendo todo el pesar que este sentía.
-Ya has reconocido que te gusta y mucho… ¿vas a enamorarte Harry?
-Podría, estoy un tris de hacerlo, pero eso ya lo sabías ¿no? –respondio mirándolo.
Ron miró a su amigo y compañero y sintió pena… pena porque Harry Potter siempre tendía a complicarse la vida; pudiendo elegir a cualquier persona, le había gustado ni más ni menos el chico más buscado de toda Gran Bretaña, uno que se dedicaba a vender sexo como si fueran tomates, uno que tenía secretos, pero no secretos como cualquier persona, tenía secretos que podrían ser la perdición del mundo mágico y que en cuanto supiera quién era en realidad Archie Stone quien sabe que haría.
-Cuándo todo esto acabe –continuó Harry mirando al frente- quiero seguir con él.
-¿Y qué te hace pensar que él te aceptará de vuelta?... ya no serás Archie Stone.
-Lo sé, seré Harry Potter de nuevo.
-Primero lo primero Harry, encontremos el ultimo horrocrux y después ya veremos, por lo pronto el ministro nos espera mañana a primer hora en su oficina.
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-Buenos días señor ministro –saludo Harry a Evan Hughes, lo mismo que Ron.
-Buenos días, tomen asiento.
Cuando ambos chicos lo hicieron vieron a Percy entrar a la oficina.
-Deben estar tranquilos, saben que Percy es de mi total confianza -Ellos asintieron viendo como Percy parecía crecer un par de centímetros- el jefe Walsh me ha enviado sus reportes y debo decir que están haciendo un gran trabajo.
-Gracias.
-Dime Harry ¿tienes un tiempo aproximado de ingreso a Malfoy Manor?
-No señor, usted sabe que el hechizo que protege a la mansión es muy complejo, el legitimo dueño debe desear entrar ahí, no solo es querer entrar.
-Lo sé muchacho, lo sé y disculpa si mi actitud no es la correcta, pero siento que de algún modo los mortífagos nos pisan los talones.
-Lo sé señor, pensamos igual.
-Insisto con mi asistente sobre la confidencialidad, no solo es entrar a la mansión, también debemos preservar la seguridad del chico Malfoy.
-Pienso lo mismo señor ministro.
-Este asunto es muy importante, por eso he decidido que cuando llegue el momento de ingresar a la mansión estaré ahí.
-¿Usted ahí señor? –pregunto Ron sorprendido.
-Así es, he seguido este asunto desde que tomé el cargo, es una responsabilidad que debo cumplir hasta el final, aunque no crean que no entiendo que ustedes son quienes están haciendo todo el trabajo.
-Bueno señor, pero lo hemos logrado gracias a todo el apoyo al departamento de aurores –respondio Ron.
-Es mi deber, lo prometí cuando tomé el cargo; pero volviendo al asunto, estaré presente cuando ese momento llegué, espero sus informes con ansias chicos, es todo, pueden irse.
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-Genial, como si no hubiera suficiente presión –masculló Harry cuando salieron.
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-Bien Harry… -dijo Ron ya de vuelta en su base de vigilancia- el siguiente paso es hacerlo añorar su hogar.
Harry no respondió, solo hizo una mueca y miró con desagrado el vaso en el cual acababa de servirse agua.
-Harry –insistió Ron viendo su espalda mientras el otro estaba en el lavabo.
-Esto es una mierda –respondio al fin dejando vaso de mal modo y dándose la vuelta- Ron, no sé si lo lograré.
-Vas por buen camino.
-No me refiero a eso y lo sabes -Ron se quedo callado viendo a su amigo caminar de un lado a otro- no lo sabía, no tenía idea de lo que sería trabajar encubierto en este caso, tal vez hubiese sido mejor que Neville lo hiciera.
-Harry…
-No creo, no creo poder engañarlo más… ¿te das cuenta de lo que voy a hacer? –dijo deteniéndose un momento para verlo y luego seguir su ansioso caminar- usar el recuerdo de sus padres ¡usar el recuerdo de sus padres cuando ya empieza a confiar en mí!
-Creo que esa era la finalidad de todo.
-Ron…
-Harry entiende –interrumpió- en este punto nadie más que tú puede seguir el trabajo, ya rompiste sus barreras de algún modo, no hay marcha atrás, entiende.
-No, entiende tú ¿acaso sabes lo que es verlo trabajar todos los días en esa profesión de mierda sabiendo que yo también me acerqué a él para sacarle algo?
-Tus sentimientos están comprometidos, entiendo eso, pero si sientes que ya no puedes seguir, entonces deja el caso de una vez y deja de andar lamentándote y auto compadeciéndote de una vez por todas.
-¿Auto compadeciéndome? –repitió alzando las cejas.
-Sí Harry, auto compadeciéndote ¿Qué si eres un mentiroso? Puede ser pero no hay opción ¿Qué si quieres sacarle algo? Sí, pero no eres tú, es tu trabajo ¿Qué si vas a salvar muchas vidas cuando lo consigas? Si… también es cierto y mientras más rápido mejor; piensa que en cuanto acabe todo esto podrás mostrártele tal como eres, sin mascaras ni nada, ya se verá si él te acepta o te manda a la mierda, pero ahora debes mantener la cabeza fría, hay mucho en juego y no puedes echarte para atrás… o dime sino puedes y ya organizaremos otro plan, pero habla ahora y decídete.
-Para ti es tan fácil… -respondio dirigiéndose a la puerta- no es tu corazón el que van a romper.
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Pasaron dos semanas con Harry y Draco saliendo a media mañana a pasear, ya fuese al cine, a un café o simplemente a pasear a algún parque; en esos días Harry se había atrevido a caminar tomándolo de la mano y Draco se había atrevido a no retirarla, aunque si era sincero consigo mismo y a pesar de estar acostumbrado al contacto de piel con piel, no era en lo absoluto lo mismo el contacto con alguien como Harry, pues no se trataba de un negocio, se trataba de alguien con quien compartía algo más que palabras, había un sentimiento que a pesar de su voluntad había empezado a hacerse un lugar en su pecho, una calidez y alegría que hacían a un lado algo de la amargura de su vida.
-Está bien Koby ¿Por qué te resistes? –dijo Bambi fumando bajo el farol.
-No es que me resista, es que es… raro.
-¿Raro porqué? Más bien es genial que hayas encontrado a alguien, mírame a mí, solo consigo estar con tipos idiotas que solo quieren sacarme dinero.
-Justamente Bambi, nunca he estado con nadie.
-¿No has tenido novio o novia? –preguntó sorprendida.
-En el colegio tonteaba con varias chicas, nos dábamos fajes por ahí pero nada parecido a una relación y después mi vida se complicó, entré en esta vida y todo eso quedó en el olvido.
-Bueno pero ahora hay una oportunidad, aprovéchala cariño, Archie te mira como un corderito cada que te ve.
-No digas tonterías.
-Claro que así es –reafirmo riendo- pero hay algo ¿Qué pasa?
-No lo sé… es como si algo me advirtiera que estoy cometiendo un error.
-El único error aquí es que seas tan aprensivo, disfruta de la vida, no seas tonto.
-Sí, puede que tengas razón.
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A la noche siguiente, cuando Draco bajó a trabajar se encontró con Birdie platicando en la calle con Conall.
-¡Ah! Koby ven, justamente iba a ir a buscarte.
-¿Qué pasa?
-Toma, un cliente te espera a las 9:00 pm ahí –dijo entregándole un pedazo de papel con una dirección.
Draco miró la dirección reconociéndola inmediatamente.
-Olvídalo, no iré –respondio entregándoselo y reanudando su camino.
-Espera ¿de qué hablas? No te estoy preguntando.
-Conozco el lugar, ya me has mandado con ese tipo –dijo sin dejar de caminar con Birdie caminando a un lado de él.
-Con mayor razón ya sabes qué hacer y si ya lo conoces, sabes entonces que da muy buenas propinas aparte del pago, Bart te llevará.
-Ya te dije que no iré.
-Ya le dije que irás –exclamó deteniéndose y tomándolo de un brazo- te pidió expresamente a ti.
-Ese tipo está loco –dijo soltándose- le gusta atar a las personas a la cama y lastimar ¡le gusta sofocar!
-El pago lo vale.
-¡No salí a trabajar dos noches, todo el cuerpo me dolía!
-¡Es tu maldito trabajo aguantar todo eso, para eso te alquilas!
-Dije que no y es lo último que diré –concluyó comenzando a caminar de nuevo.
-Koby me meterás en problemas si no vas.
-Manda a otro.
-Sino vas, quiero que te largues mañana mismo de aquí.
-Pues me voy de tu mugroso hotelucho de mierda –respondio sin volverse y sin detenerse.
Esa noche trabajo hasta casi las siete de la mañana para ganar lo más posible antes de tener que dejar ese punto de trabajo, después siguió su rutina normal pues si iba a desocupar el cuarto no iba a hacerlo como si corriera asustado del tipo aquel, pero a las 9:00 de la mañana alguien tocó a su puerta.
-¿Qué quieres? Ya le di a Conall la cuota de ayer –dijo al ver a Birdie- y me voy de aquí a medio día.
-Espera, creo que ayer estábamos exaltados –respondio quitándole importancia al asunto- ayer le envié a alguien más a este cliente y solucioné el asunto, no tienes que irte, creo que aun podemos seguir trabajando juntos.
-De acuerdo –dijo cerrándole la puerta en la nariz.
Después de eso fue a sentarse a la cama un tanto aliviado de no tener que mudarse, pero aun así con el mal sabor de boca por todo lo que aquello representaba, el trabajar para un tipo que lo veía solo como un culo y justamente aceptar que eso era para la mayoría de las personas.
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-Ayer ya no lo vi ni lo he visto hoy –dijo Harry a Bambi mientras le arreglaba la regadera- no supe del asunto, estuve fuera comprando varias cosas para el edificio.
-Sí, finalmente Koby ya no se fue, claro el idiota de Birdie no es tan tonto, con Koby gana buen dinero, es uno de los chicos que más ganancias le deja, era obvio que no iba a dejarlo ir tan fácil, pero aun así le hizo pasar un muy mal rato, ve a verlo, seguro querrá que lo contentes –concluso sonriendo pícara.
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-Hola –dijo entrando después de que Draco le abriera la puerta- Bambi ya me contó todo ¿Cómo estás?
-Bien –respondio alzándose de hombros mientras regresaba a su cama en donde estaba dibujando en su cuaderno.
-Lamento que tengas que pasar por estas cosas –exclamó sentándose junto a él y tomándole una mano.
-Está bien.
-No Koby, no está bien, ese tipo es un idiota.
-Eso ya lo sabemos todos.
-Deja eso, mejor hagamos algo divertido.
-¿Y quién te dijo que esto no es divertido para mí?
-Ok si –dijo rodando los ojos- pero hagamos algo que me incluya a mí.
-¿Y eso es…?
-Vayamos a volar.
-¿Cómo?
-A volar Koby, los magos volamos en escobas ¿lo olvidas?
No, obviamente eso era algo que no podía olvidar, como tampoco olvidaba que ya no era un mago.
-No quiero.
-Ah no caramelito, levanta esas nalgas que nos vamos de aquí.
-Dije que no –respondio lastimeramente cuando Harry lo jalo de una mano.
Pero no hubo ruego ni queja que valiera, Harry lo llevó a un descampado en donde estuvieron con una escoba en la mano.
-¿Dónde estamos y cómo es que conseguiste un par de escobas tan rápido?
-Son las escobas que tengo en mi habitación, una era de mi padre y la otra mía, anda vamos.
Decir que no lo deseaba era mentirse a sí mismo, pero al mismo tiempo era tan doloroso ver algo de lo cual ya no se sentía parte.
-Dije que quites esa cara, hora de divertirnos, anda, pon el culo ahí –dijo Harry decidido a quitarle ese aire triste y nostálgico a Draco.
Sin más remedio obedeció y pronto se encontró en el aire con Harry a su lado, quien de repente levantó la mano y le mostró algo sonriendo.
-¿Eso es…?
-Ajá –dijo abriendo el puño dejando escapar a una snitch.
Pronto se vieron enfrascados en un entusiasta juego de ver quien la atrapaba primero y por primera vez en años, Draco reía feliz.
Y Harry también reía feliz viéndolo así, dándose cuenta de que deseaba ver esa risa todo el tiempo, feliz de ser él quien la hubiese provocado y dándose cuenta también de que no deseaba separarse nunca de aquella hermosa sonrisa.
-Mierda… -masculló dándose cuenta- estoy hasta el cuello…
Después de tres increíbles horas, Harry atrapó la snitch.
-¡Uff estoy muerto! –dijo Draco bajando y dejándose caer en el pasto.
-Yo igual, hacía mucho que no hacía esto –respondio acostándose a su lado.
Permanecieron así un rato, viendo las nubes cruzar perezosas el cielo azul.
-Gracias.
-¿Mmm?