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Malfoy Manor por Orseth

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-Hola cariño ¿me acompañas de compras? –Dijo Bambi en la habitación de Draco- Necesito bragas nuevas.

-No, tardas una eternidad eligiendo unos simples calzones.

-¡Pero mira quién habla! ¿¡No te mordiste la lengua?! Habla sobre mi tardanza aquel se tardó cuarenta minutos escogiendo una camiseta ¡una camiseta!

Draco empezó a reír sabiendo que Bambi tenía razón, era simplemente que la pierna le dolía y no quería salir.

-¿No que no tienes dinero? La última vez gastaste media renta comprándote ropa.

-Es que es necesario, ya no tengo que ponerme.

-Pues ándate desnuda, así atraes más clientes.

-Qué chistosito.

-¿Cuándo vas a poder ahorrar  para poner tu cafetería, mujer? –pregunto  doblando ropa limpia en la cama.

Y es que ese era el sueño de Bambi, poner un negocio propio y dejar esa vida para poder cuidar de su hija y de su madre y una cafetería era lo que desde niña había anhelado, era excelente repostera y amaba hacer postres.

-Sé que no lo lograré Koby, mi vida es y será esta, venderme a hombres a cambio de unas cuantas libras –respondio tomando unos calcetines y haciendo pares.

-¿Tienes SPM?

-No seas idiota, no es eso.

-¿Y entonces por qué esa actitud?

-Es que siempre es lo mismo, estoy cansada de esta vida pero no veo la salida.

-No te desanimes, algún día todo mejorará.

-Así como contigo ¿no? –respondio sonriendo pícara.

-¿A qué te refieres? –preguntó abriendo el armario para sacar ganchos de ropa y colgar unos pantalones.

-Hazte el bobo, hablo de Archie.

-¿Y qué hay con él?

-Vamos Koby, no seas así, ya sé que andan… y dime ¿ya cogieron?

-Aun no –respondio colgando de nuevo los ganchos.

-Pero entonces lo harán –dijo traviesa.

-¿Por qué tanto interés, entrometida?

-Por qué estas distinto bebé.

-¿Distinto cómo? Pásame ese gancho.

-No sé cómo explicarlo pero te ves contento.

-Estoy contento porque Robbie ya me trata como tatuador profesional.

-No es solo eso, no pretendas verme la cara de estúpida, estas emocionado con Archie.

-¡Cállate perra, no es verdad!

-Claro que si cariño ¿Por qué lo niegas? No hay nada malo en ello, creo que lo mereces, al fin llegó alguien que no le importa tu trabajo y además es guapo, tiene unos ojos color miel preciosos, además si dices que no han cogido es porque no solo quiere abrir tus piernas, significa que quiere algo más serio contigo.

Casi era como un reflejo el ocultar sus sentimientos, pero Bambi era la única amiga verdadera que tenía en ambos mundos y realmente la quería, así que sin más y con un gancho en la mano se sentó en la cama mientras ella lo miraba con mucho interés.

-Pues sí, creo que tienes razón… estoy involucrándome más de lo que debo.

-¿Por qué más de lo que debes? ¡Es genial que te pase esto! Mereces el amor.

-Pues si pero la verdad es que…

Bambi sonrió al verlo quedarse callado y decidió completar la frase.

-Temes ser lastimado ¿no? -Draco sonrió cansinamente y luego se alzó de hombros- si piensas así nunca encontrarás el amor.

-No lo ando buscando.

-Pero lo necesitas, todos lo necesitamos.

-No quiero enamorarme.

-Pero estas a un tris… lo puedo ver -Draco sonrió y dejando el gancho comenzó a hacer pares de calcetines- Archie es un buen chico, creo que por primera vez alguien honesto llegó a tu vida, no lo dejes escapar.

-Tal vez tengas razón.

-Claro que la tengo.

 

_______________

 

 

-¿¡Percy, estás loco?! –exclamó Harry al oír a Ron.

-Sé que parece un cabeza hueca y ciertamente lo es pero Harry, es cien por ciento seguro que él no es un traidor.

-Sí pero puede decir cosas de más con la mejor de las intenciones.

-¿Crees que el Ministro esté involucrado?

-No lo sé, podría decir seguro que no, fue él precisamente quien se ocupo del departamento de aurores como ningún Ministro lo había hecho hasta ahora, pero sé que no debemos confiar absolutamente en nadie, ni siquiera en el jefe Walsh; además Percy es un incondicional del Ministro, si éste le pidiera las nalgas no dudo ni tantito que se las daría.

-Pues sí, es cierto –reconoció con pesar- pero no es mortífago, él podría investigar sobre los negocios de Lucius Malfoy, a manos de quien pasaron y todo eso, alguien de su posición en el Ministerio podría llegar donde nosotros no, además no tenemos tiempo, si llegamos al fondo de todo, encontraremos al traidor.

-Podríamos callarlo con un juramento inquebrantable.

-Buena idea.

-Qué no le diga a absolutamente a nadie y que sea discreto.

-Sí, pero para tratar este asunto debo ir a su casa directamente, debemos hablar donde nadie indeseable nos escuche.

-Ve, yo me ocupo de aquí.

-Bien.

 

_______________

 

-Y tú Koby ¿ya estas próximo a poner tu estudio?

-¿Cómo crees Bambi? Aun me falta mucho dinero, no puedo comprar una casa, aun no.

-Mi negocio sería tan lindo –exclamó ella con aire soñador mientras doblaba una camiseta- mis pastelillos tendrían formas fantásticas.

-Mientras no sean de penes.

-¡Claro que no, estúpida! –Respondió riendo aventándole un calcetín a la cara.

-Estoy seguro que algún día lo lograrás.

-Yo lo dudo, pero no está prohibido soñar –respondio alzándose de hombros- y ahora me voy, Birdie me concretó una cita con un cliente y quiero comprar unas bragas lindas.

-No es Lucas ¿verdad?

-Ese loco no, aunque le gustan ambos, prefiere a los chicos.

-Ah bueno, ten cuidado.

-Adiós.

La tarde pasó y después de comer, arreglar su cuarto y limpiar la cocina, comenzó a prepararse para trabajar.

-Y aquí vamos, una noche más –pensó Harry con pesar viéndolo arreglarse para salir a buscar hombres con los cuales tener sexo.

 

_______________

 

Eran las 3:00 am cuando Ron llegó a la casa de Percy, quien habiendo escalado en su carrera, había logrado independizarse y hacerse de su propio departamento.

-Ron ¿Qué haces aquí, que pasa, mamá está bien? O es papá… -exclamó Percy alarmado y sorprendido a partes iguales cuando su hermano salió de su chimenea después de darle autorización de entrar.

-Tranquilo, ellos están bien, no es por eso que estoy aquí.

-Vaya, me asustaste –respondio alisándose el alborotado cabello y dirigiéndose a la cocina por un vaso de agua seguido por Ron.

-¿Me regalas un café?

-Claro ¿Por qué estás aquí? –dijo comenzando a preparar todo para el café de su hermano.

-Antes que nada Percy, nadie sabe que estoy aquí, esto es un secreto.

-¿A qué te refieres? –pregunto frunciendo el ceño extrañado.

-Percy, estoy aquí porque necesito tu ayuda.

-Claro, pero me estas preocupando.

Ron exhaló un suspiro pensando la mejor forma de decirlo.

-Bien, Harry y yo estamos a punto de descubrir algo grande en el asunto de Malfoy.

-¿Ya saben cómo entrar?

-No, al menos no de otra forma que la que ya sabemos.

-¿Y entonces? –pregunto sacando un par de tazas para verter el agua caliente.

-Malfoy habló de un mortífago de gran calibre, alguien poderoso que está en altos niveles.

-¿Ya saben quién? –pregunto intrigado.

-No, ese es el problema, Harry no pudo sonsacarle esa información a Malfoy sin parecer sospechoso.

-Entiendo ¿y yo que puedo hacer?

-Ese hombre fue quien le quitó todo a Lucius Malfoy, su fortuna y sus empresas, fue ese mortífago quien los dejó en la calle y maldijo a su hijo para presionar a Lucius a decirle donde estaba el horrocrux.

-Esa es buena información –respondio asombrado sirviendo el agua caliente y sentándose a la mesa de la pequeña cocina frente  a su hermano, quien asintiendo comenzó a preparar su café.

-¿No tienes galletas o algo? No he cenado.

-Estás de suerte, mamá me envió estofado de cordero, está muy bueno.

Sabiendo que su hermano estaba trabajando muy duro, Percy se levanto a calentar el estofado mientras Ron bebía su café.

-Sígueme contando.

-El asunto está claro Percy, hay un traidor en el Ministerio y aunque seguidores a los ideales de Voldemort hay en todos lados, es muy distinto cuando hablamos de alguien que busca desesperadamente el último horrocrux y más cuando está en una posición de nivel.

-Eso es muy cierto, el Ministro tenía razón cuando insistía mucho en la confidencialidad.

-Exacto.

-Pero insisto ¿Qué quieres que haga yo?

-¡Ay que delicia! –Exclamó viendo ante sí un humeante plato de estofado- cuanto extraño la comida de mamá, hasta se me hace agua la boca.

Percy rió al verlo aspirar el aroma con gran deleite.

-Aquí está el pan.

-Gracias… bueno, el asunto es que si descubrimos quien es dueño ahora de las empresas de Lucius Malfoy, descubriremos quien es el traidor.

-Sí pero es obvio que está oculto con prestanombres, no va a estar expuesto de tal manera que cualquiera que pregunte “¿Quién es el dueño?” se sabrá.

-Y ahí es donde entras tú Percy, tú puedes investigar más a fondo quien se quedó con la fortuna de los Malfoy.

-Sí, podría hacerlo… -murmuró analizando ya el asunto mentalmente- además el Ministro puede…

-Percy… -interrumpió mirándolo fijamente y dejando el pan a un lado de su plato para tratar ese asunto con más firmeza con su hermano- esto es lo que necesito de ti… tu total y absoluta discreción.

-Ya lo sé –respondio sonriendo extrañado- pero el Ministro…

-El Ministro, el Ministro… -interrumpió de nuevo rodando los ojos- Percy ¿seguro no estás enamorado del Ministro?

-No Ron, no lo estoy –respondio con el ceño fruncido- es solo que el Ministro…

-Escucha –interrumpió de nuevo- el favor que yo te estoy pidiendo va más allá de investigar, lo que yo te estoy pidiendo es absoluta discreción, no hablar de esto ni siquiera con el Ministro.

-No estarás insinuando que él puede ser un traidor ¿verdad? –pregunto indignado.

-Mira, Harry y yo quedamos en que ni siquiera al jefe Walsh se lo vamos a decir y con eso no estoy diciendo que él sea un traidor pues en este punto cualquiera puede ser.

-Es inaudito, el señor Hughes ha sido el único Ministro que se ha preocupado del departamento de aurores como ningún otro.

-¿Y crees que yo no lo sé?... mira Percy, hay compañeros de trabajo con los cuales he luchado codo con codo, compañeros que han expuesto su vida por mí y yo por ellos y sin embargo no ellos puedo confiar ahora; si te estoy pidiendo ayuda a ti, es por qué sé con absoluta certeza que no eres un mortífago… porque no lo eres ¿verdad?

-¡Por Merlín! –exclamó levantando dramáticamente las manos y poniendose de pie.

-Era una broma, era una broma –respondio riendo.

-No  es momento de reír Ron, tómate esto con más seriedad.

-Lo mismo te digo hermano –respondio comiendo de nuevo- sé que no eres mortífago, por eso estoy confiando en ti y si te niegas a hacer esto a nuestro modo, me veré en la penosa necesidad de  aplicarte un Obliviate para que olvides esta conversación.

-¿Serías capaz?

-Absolutamente, está en juego algo muy importante como para andarme con miramientos de si hiero tus susceptibilidades o no.

Viendo a Ron comer y al mismo tiempo tener una actitud tan grave, hizo comprender a Percy que su hermano hablaba más que en serio.

-De acuerdo –dijo entonces dudando al mismo tiempo de estar haciendo lo correcto- lo haré, te ayudaré.

-Gracias, pero eso no es lo único que quiero de ti.

-Qué ¿también quieres mi alma? –pregunto frunciendo el ceño.

-No, esa no me serviría para nada, lo segundo que necesito de ti es un Juramento inquebrantable.

-¿¡Qué?! ¿¡Acaso no confías en mí?!

-En ti si confío, mas no en tu sentido del deber; podrás tener las mejores intenciones del mundo pero un error puede ser fatal y tengo que asegurarme que no le contarás a nadie los motivos por los que estarás investigando.

-Entiendo eso pero ¿un Juramento inquebrantable? ¿En serio?

-Muy en serio –respondio como si nada metiéndose un trozo de carne en la boca.

Percy exhalo un profundo suspiro, aquello no era nada sencillo y tendría que mover hilos que seguramente llamarían la atención, sin embargo podía darse cuenta que la peor parte del trabajo estaban llevándosela su hermano y Harry, así que asintió en silencio y luego lo miró de nuevo.

-Esta bien, hagamos ese juramento.

 

_____________

 

 

-Fue el último Conall, ya no saldré hoy –dijo Draco al cuidador.

-De acuerdo.

Después de eso hizo su rutina de limpieza y justo cuando apagó la luz para irse a dormir, unos toquidos a su puerta lo hicieron lanzar un bufido de exasperación.

-¿Quién es?

-Soy yo caramelito.

-Son las 7:30 –dijo cuando abrió la puerta- ya voy a dormir ¿Qué quieres?

-Tranquilo –respondio entrando- solo vine a acompañarte mientras te duermes.

-¿Perdón?

Harry lo miró ya vestido solo con un short y una camiseta.

-Quiero acompañarte en lo que te duermes –respondio quitándose los zapatos y la chaqueta- anda que pierdes minutos de sueño.

Draco sonrió mientras negaba con la cabeza y cerraba la puerta para finalmente acostarse mientras Harry hacía lo mismo a su lado; ya ahí Harry lo abrazó y le dio un beso para después dejarlo acomodarse y descansar.

No pasó mucho tiempo para que Draco se durmiera, había sido una noche agitada y estaba muy cansado, pero el que no dormía a pesar de haber velado toda la noche era Harry, pensaba mil cosas mientras aquel hombre de cabello negro y piel blanca dormía entre sus brazos.

Lo miró y besó su frente, tocó su mejilla y luego suspiró, agradeció que Ron aun no hubiera llegado, le molestaría compartir algo tan intimo con su compañero.

-¿Llegarás a perdonarme cuando sepas la verdad?... yo creo que no –pensó mirando el techo- me odiarás y con justa razón.

-Mmm…

Draco se movió y quedó con su cabeza recargada en su hombro y su mano en su pecho, así que la agarró y entrecruzó sus dedos con ella.

-Creo que me he enamorado… -pensó esbozando una triste sonrisamientras las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos- No quiero que nadie te lastime y sin embargo seré yo quien te rompa el corazón… oh Draco perdóname –pensó reprimiendo un sollozo mientras lo abrazaba un poco mas fuerte cuidando de no despertarlo.

 

_______________

 

 

-Listo –dijo Ron esa misma tarde- Percy lo hará, nos ayudará a investigar y lo que vaya descubriendo nos lo ira comunicando.

-¿Hizo el Juramento inquebrantable?

-Sí.

-¿En serio?

-No de muy buena gana pero lo hizo, comenzará a investigar de inmediato.

-Vaya, que bien.

-Mientras nosotros sigamos en lo nuestro.

 

_______________

 

 

Pasó un mes más en donde Harry convivió con Draco yendo varias veces a volar, incluso al cine, pero hubo varias ocasiones en que la intimidad se tornaba peligrosa, sobre todo para Harry quien era salvado en esos momentos por Ron.

-¿Por qué no apagas el teléfono? –pregunto Draco contrariado en su habitación, recostados en su cama.

-Porque a pesar de todo sigo en servicio –respondio levantándose y alisándose el cabello mientras hacía muecas por su incómoda erección- y el viejo Birdie necesita que le haga un mandado, nos vemos –concluyó dándole un beso en los labios.

Sin embargo en la siguiente ocasión, no espero a que Ron le salvara llamándole por teléfono.

-Espera… -dijo separándose de los cálidos labios.

-¿Qué pasa?

-Hay algo que te quiero decir -Draco se enderezó sintiéndose intrigado, pero dándole tiempo de hablar- Aparte de la inoportuna interrupción de Birdie, yo también quiero esperar para tener sexo.

-¿Y eso?

-Es verdad que te deseo, me encantas… pero quiero esperar para que tú veas que no busco solo eso de ti.

-¿Estás respetando mi virtud, Archie? –pregunto riendo.

-No es cosa de risa Koby, yo siento por ti algo muy especial y no quiero que parezca que solo quiero coger… es verdad que quiero coger –añadió riendo también- pero quiero esperar.

Esa situación realmente era inesperada para Draco, sobre todo para alguien tan habituado al sexo, sin embargo se alzó de hombros respetando la decisión de Archie.

-Claro, no hay problema.

-¿No estas molesto?

-¿Por qué habría de estarlo?... es cierto que eres raro, pero he conocido gente peor.

-Pues gracias.

Draco rió de nuevo y se recostó para encender la televisión.

-Oye Koby…

-¿Mmm?

-Quiero pedirte algo muy especial.

-No tengo dinero.

-¡No es dinero lo que quiero!

-Ah bueno.

-Bien… pues veras, mañana es un día muy importante para mi.

-¿Por qué? –pregunto sin dejar de ver la televisión, recargado en su cabecera mientras cambiaba de canales.

-Es el aniversario luctuoso de mi padre.

-Ah… ¿y?

-Bueno, acostumbro llevarle flores al cementerio y me gustaría que me acompañaras.

-¿Por qué?

-Porque es un momento importante y quiero compartirlo contigo.

Draco no respondio, realmente esa situación se le hacía muy incomoda pues eso inevitablemente le recordaba a sus padres muertos abandonados en el salón principal de Malfoy Manor, sin embargo Archie había sido tan encantador con él esas semanas que sentía que debía corresponder de algún modo.

-No soy muy buena compañía en esos aspectos.

-No vamos de rumba, no te preocupes.

Draco sonrió por el comentario y luego volteo  a verlo.

-No me siento muy cómodo visitando cementerios, esa es la verdad, pero si de verdad quieres que te acompañe, lo haré.

-Gracias caramelito –respondio sonriendo y besándolo en los labios- y ahora me voy, voy a comprar tubería para el sistema de agua, nos vemos luego.

-Nos vemos luego.

Cuando Harry salió de ahí, fue a ver a Ron para verificar si había hecho lo acordado.

-Claro que ya arreglé una tumba para tus padres –dijo Ron mientras comía- ¿Pero porqué en Godric´s Hollow? Mejor dile de una vez que eres Harry Potter y así acabamos más rápido.

-No empieces, no sabes lo difícil que esto es par mi cada vez más.

-Ajá, sobre todo cuando te lo estás agasajando.

-Sí sigues portándote como una mierda, me quitaré el maldito audífono cuando esté con él –Exclamó molesto.

-Eso va contra el procedimiento, además ya lo has hecho muchas veces.

-El procedimiento me importa un pito, ya te lo dije.

-Ok, ok… pero insisto Harry, ir a tu pueblo natal es muy peligroso.

-No creo que él esté enterado de mi vida, además necesito un lugar que yo conozca para mentir mejor… esto cada vez me cuesta más trabajo –respondió exhalando un suspiro mientras se desplomaba en la otra silla.

-Dime una cosa –dijo Ron con un pan entre las manos y mirándolo fijamente- ya te enamoraste ¿verdad?

-Sí Ron, ya me enamoré.

-Sí, era cuestión de tiempo –exclamó con naturalidad volviendo a mojar su pan en la salsa.

 

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