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Malfoy Manor por Orseth

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Cuando Harry despertó, vio en su reloj que ya casi eran las seis de la tarde, por lo que sintiéndose mejor se levantó para ducharse e ir a la habitación de Draco.

 

 

_______________

 

 

-¿Cómo se siente señor Potter? –preguntó Morton al verlo entrar

-Bien, gracias.

Draco ya estaba despierto pero aun seguía en cama recargado en su cabecera vestido con ropa cómoda.

-¿Tienes hambre? –preguntó.

-La verdad es que sí.

-¿Quieres comer en el comedor?

-¿Podría hacerlo aquí?... si es que no te molesta, claro –respondió sentándose en un sofá.

-Está bien.

En cuanto se sentó, una pequeña mesa apareció frente a él con una gran variedad de platillos, postres y bebidas.

-¡Vaya! –exclamo asombrado.

-La mansión está encantada contigo –dijo Draco rodando los ojos- sabe del gran regalo que me hiciste y si te descuidas te pondrá en un nicho y nadie te podrá bajar.

Harry comenzó a reír y luego sin más se puso a comer.

-Parece que estamos de buen humor para hacer la primera prueba –dijo el señor Morton mirando a Draco- Tome… -añadió dándole una varita- haga un Wingardium leviosa.

Draco tomó la varita sintiéndose nervioso, miró a su alrededor buscando que levitar, fue entonces que viendo la jarra con agua que había en su cómoda a un lado de la cama, se dirigió a ella diciendo en un tono de concentración:

- Wingardium leviosa.

Entonces la jarra estalló desparramando el agua y cristales por todos lados.

El señor Morton contuvo el desastre con un pequeño movimiento de su varita, pero a pesar del desbarajuste miró a Draco, quien a su vez lo miraba estupefacto.

-Ciertamente está descontrolado –dijo el Inefable satisfecho- pero ahí está… la maldición fue desterrada y su magia restaurada, bienvenido al mundo de los magos señor Malfoy.

Draco lo miraba sin decir nada, luego miró su varita y después a Harry, quien le sonreía; quiso darle las gracias, decir algo, lo que fuese, pero su garganta se había cerrado y el solo hecho de intentar hablar seguramente provocaría que estallara en llanto, por lo que solo pudo mirar de nuevo su varita sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

Al final no pudo ocultarlo y dos lágrimas cristalinas resbalaron por sus mejillas.

-Gracias… -musitó sorbiendo la nariz e inclinando la cabeza después de mirar fugazmente a Harry.

-De nada… ya me las habías dado… ¡Las gracias quiero decir! –añadió cohibido- No, yo… eso no…

-Y a ustedes también –dijo Draco al equipo de Inefables sacándolo del apuro- también hicieron esto posible.

-Sí, es cierto –respondio Morton satisfecho de los resultados- Sin nuestros conocimientos esto hubiera sido imposible, pero también sé que sin la audacia e insistencia del señor Potter no lo hubiéramos hecho, hemos llevado a cabo una valiosísima investigación y debo agradecerles a los dos.

-Así es -convino Wang sonriendo- fueron unas excelentes cobayas.

-Oh… pues gracias –respondió Harry.

-Y ahora usted –dijo Morton colocando su vuelapluma en la cómoda- levántela señor Potter, haga el mismo hechizo.

Harry asintió mientras sacaba su varita, apuntó a la vuela pluma diciendo:

- Wingardium leviosa –Enderezó el cuerpo y carraspeó al ver que la pluma ni siquiera se había movido; mojó sus labios y con gesto firme repitió la acción con los mismos resultados.

-¿Qué sucede? –preguntó Draco viendo lo que sucedía y también el rostro de preocupación de Harry, quien luchaba por no caer en una angustia histérica.

El medimago Wang le aplicó un hechizo de reconocimiento a Harry.

-Ya lo habíamos hecho pero me cercioraré de nuevo –dijo mientras su varita formaba un halo de luz sobre el desconsolado Harry- Tranquilo señor Potter, su magia está ahí.

-¿Y entonces qué ocurre?

-Su organismo debe reajustarse, esto es lo que les ocurre a ambos, por lo que ambos necesitan terapia.

-Pero eso ya lo sabían –dijo Morton- usted señor Malfoy, necesitará la enseñanza básica que le dieron en el primer año de Hogwarts.

-¿Por qué?

-No es para alarmarse, serán solamente algunas semanas y no es porque usted haya olvidado como ejecutar tal o cual hechizo, sino cómo imprimirle la magia adecuada… es volver a empezar y es mejor hacerlo con hechizos sencillos como el Wingardium leviosa que su cuerpo irá recordando cómo debe hacerlo.

-Ya veo.

-También es importante que su pierna reciba terapia, será interesante ver que tantos tejidos se pueden restaurar a pesar de haber sido dañados por una maldición de tal grado, el asunto es ¿se quedará el tiempo suficiente para esa terapia?

-¿Cuánto cree que lleve eso?

-Yo calculo que en un mes aproximadamente usted estará listo para hacer las cosas por su cuenta.

-Entiendo, pero… ¿Qué tanto se podrá rehabilitar? –preguntó intentando ocultar su aprensión.

-Bueno, desgraciadamente su carrera como bailarín profesional está acabada –respondió Morton alzándose de hombros y exhalando un profundo suspiro, pero el dolor se ira y muchos músculos y tejidos podrán regenerarse con medicamentos y ejercicios, no estoy seguro pero con suerte podrá dejar el bastón -Draco sonrió aliviado sin decir nada -Y con usted señor Potter, la situación es similar, antes no podía hacer un Lumos sin estallar todas las bombillas de su casa, ahora es todo lo contrario, calculo que en un mes también estará listo, aunque tendrá que ir con más calma que el señor Malfoy.

-¿Por qué?

-Porque su cuerpo debe recuperarse, fue muy duro para su organismo contener semejante cantidad de magia durante mucho tiempo.

Harry asintió en silencio no muy convencido.

-Cargue una pesa de dos kilos por una hora con su brazo extendido –dijo entonces la Inefable Charlotte- cuando por fin la suelte ¿podrá levantar una de un kilo de inmediato?

-Pues no… creo que no.

-¿Se da cuenta el punto al que quiero llegar?

-Sí, tiene razón –respondió sintiéndose tonto.

-Pero sus dudas son comprensibles- añadió Morton- no todos los días se llevan a cabo procedimientos como este.

Harry asintió en silencio, entonces Draco se levantó y se puso sus pantuflas diciendo:

-Cenaremos en el comedor ¿les parece bien?

-Muy bien, gracias –respondieron.

-Yo terminaré de cenar allá –dijo Harry.

-Bien.

El pequeño grupo salió de la habitación de Draco, algunos de ellos conversando entre sí; Harry en tanto iba pensativo aunque ciertamente más tranquilo con la explicación de los inefables, Draco iba atrás de él también en silencio bajando una escalinata para llegar al comedor ubicado en la planta baja; Harry entonces sintió un fuerte agarre en un brazo que lo hizo abrir los ojos sobresaltado.

-¡Cuidado! –exclamó Draco a su lado.

-¿Q-qué?

-Se estaba yendo de lado, señor Potter –dijo Sophie- creo que es mejor que coma en su habitación.

-No, yo… yo estoy bien –respondio sujetándose del barandal con una mano y con la otra tocándose la frente.

-Sí no hubiera sido por el señor Malfoy, se hubiera partido la crisma  -añadió el Inefable Kyle- háganos caso, debe descansar, usted cree sentirse bien pero su cuerpo no opina lo mismo.

-Sí, tiene razón –respondió aceptando finalmente que los Inefables tenían razón.

-Nana llévalos al comedor, yo acompañaré a Potter a su habitación.

-Sí amo.

-No es necesario.

-¿Cómo que no Potter? Casi te vas de cuernos, vamos.

Ya en su habitación, Harry se cambio de nuevo con ropa de cama y pronto se encontró recargado en su cabecera con una charola con su cena en las piernas.

-Tú mansión va a mal acostumbrarme.

Draco sonrió mientras buscaba el modo de decir algo que había pensado.

-Oye Potter.

-¿Sí?

-Nos recomendaron un mes de terapia, puede ser más tiempo, depende de cómo reaccionemos, yo la tomaré aquí, voy a quedarme ese mes y de mi estudio se encargará mi asistente; no sé qué planes tengas tú, pero si decides tomar la terapia en Londres y dado que no tienes casa, puedes quedarte aquí… aunque creo que Weasley te ofrecería la suya.

Lo último era cierto, como también era cierto que ese ofrecimiento de Draco era por puro compromiso y Harry lo sabía muy bien, pero tampoco iba a desaprovechar la oportunidad de pasar unos días con Draco.

-Acepto tu hospitalidad Draco, gracias.

-Por nada… bueno, me retiro.

Cuando quedó solo comenzó a cenar sintiendo que aun había una pequeña oportunidad de relacionarse de alguna forma con Draco; cuando terminó se recargó en los almohadones entrecruzando los dedos diciendo:

-Estoy satisfecho, gracias.

La mesita desapareció ya sin sorprenderlo por esto, antes bien sonrió al ver que las luces se apagaban dejando solo una lamparita encendida en su cómoda.

-Sé que sabes lo que le hice a Draco… -dijo entonces como si la mansión fuese una persona a su lado escuchándolo- sé que está muy dolido porque lo lastimé mucho pero… no tenía opción, juro que no… había que destruir el horrocrux… y junto con eso su corazón –suspiró sintiendo un dolor profundo en el alma mientras continuaba hablando- Yo lo amo ¿sabes?... lo amo de verdad y deseo que me dé aunque sea una oportunidad para demostrarle todo el amor que puedo dar, para demostrarle que nunca más le haría daño… él no lo hace pero tú si me crees ¿verdad? –añadió con una pequeña sonrisa mientras una lágrima escurría por su sien.

 

_______________

 

 

Los empleados de Harry eran jóvenes magos recién egresados de Hogwarts, por eso sólo bastó una llamada por la vía flú para comunicarse con ellos, pero Draco tuvo que salir de Malfoy Manor para usar su celular.

-¡Ay perra, casi muero de preocupación por ti y tú no dabas señales de vida! –Gritó Bambi por el teléfono haciéndolo hacer muecas mientras se despegaba un poco el aparato de la oreja- ¡Intenté comunicarme contigo y tu cel me mandaba a buzón!

-Ya, ya perris, estoy bien, no armes drama.

-¿¡Pero qué pasó?!

-Luego te cuento.

-No, cuéntame ahora.

-El chisme se cuenta mejor en persona, espera a que regrese.

-Bueno, eso si no te lo voy a negar.

-Ya me puse de acuerdo con Viveka.

-De acuerdo ¿me llamas estos días?

-Lo intentaré pero no esperes nada.

-Serías un horrible novio.

-Pero me muevo rico, eso lo compensaría.

-Mmm… Pues sí, un punto a tu favor.

-Entonces seguimos en contacto nena.

-Adiós cariño, salúdame a nana.

-Claro, bye.

 

____________

 

 

Pasó una semana y cada día iban dos Inefables a Malfoy Manor, el señor Morton quien se ocupaba de Draco por ser el único medimago del equipo se ocupaba también de la pierna y cualquier otro de los cuatro restantes para Harry.

Una mañana Harry se levantó sintiéndose cada vez más repuesto, se alistó y miró por la ventana viendo a Draco almorzando en una mesita del jardín; miró la cómoda en donde solía aparecer su almuerzo y dijo:

-Gracias, pero esta vez me gustaría desayunar en el jardín.

Así que salió y llegó hasta donde Draco, quien tomaba su café con leche al tiempo que hojeaba una revista de tatuajes.

-Buenos días –saludó al llegar.

-Buenos días.

Harry sonrió al ver aparecer en la mesa su almuerzo.

-Hoy quise almorzar aquí, espero que no te moleste.

-Está bien, es señal de que estas mejor.

-Sí, realmente me siento mucho mejor ¿y tú como vas?

-Bien.

Harry ya no dijo nada, comenzó a comer mientras veía a Draco mirar muy entretenido su revista; en esa semana casi no lo había visto pues el rubio no iba a su habitación ni siquiera para saludarlo.

-He pensado en algo –dijo entonces dejando su revista de tatuajes y mirándolo- ya estás mejor…

-¿Ya quieres que me vaya? –interrumpió sonriendo.

-Claro que no, quédate el tiempo que gustes, a lo que voy es que al final te recuperarás por completo, puedes ejercer como auror nuevamente… te propongo comprar tu negocio al valor actual del mercado más un 50% del valor neto, con eso puedes comprarte una casa en Londres o si lo deseas, recuperar tu antigua casa, puedo arreglarlo con mi agente de bienes raíces.

Harry no respondió al momento, se quedó masticando su bocado tranquilamente para después dar un sorbo a su café.

-¿Puedo preguntar a que viene esta propuesta? –preguntó al fin con amabilidad.

-Pues… imagino que deseas volver a tu vida de antes; digo, dejaste de ejercer por cuestiones de salud, sería obvio pensar que quieres regresar a tu profesión.

Harry lo miró en silencio de nuevo y después de unos segundos dijo sonriendo:

-Qué consideración.

-¿Porqué, acaso no es lo que quieres? –respondió intentando ocultar su molestia.

-Sé sincero ¿quieres comprar mi negocio por lo que acabas de decirme? o porque no quieres verme allá, a unos metros de distancia.

-¿Eso importa?

-A final de cuentas no… pero no estoy buscando comprador.

Draco no pudo evitar hacer una mueca para después seguir hablando en el mejor tono posible.

-No entiendo Potter, la oferta es muy buena.

-Vaya que sí.

-El mundo del tatuaje, Piercing y demás era mío  no tuyo, así que realmente dudo que esa tienda signifique para ti lo que mi estudio significa para mí; tu objetivo está hecho, así que no entiendo el porqué conservarlo, tu vocación es ser auror, investigar gente malvada, pervertidos o que se yo, se veía desde Hogwarts, ya puedes recuperar esa vida ¿Por qué no hacerlo? Yo lo haría.

Harry exhaló un suave suspiro y luego miró hacia el extenso jardín que invitaba a la relajación con su verdor y la fuente de piedra que estaba a algunos metros.

-Sé lo que tu estudio significa para ti.

-Tú no sabes nada –respondió automáticamente.

Harry sonrió triste al percibir la amargura en esa voz.

-Es verdad que puedo regresar a Londres y volver  a mi profesión, pero no lo haré –añadió mirándolo- y uno de los motivos es que si tengo que volver a hacer lo que hice, no volvería a ser auror –Draco no respondió, solo miró hacia adelante mientras la suave brisa matutina le mecía el cabello- mi jefe me dijo que hice tan buen trabajo que me cambiaría a la unidad de tráfico de drogas, lo que significaba que de nuevo iba a trabajar encubierto y definitivamente yo no podría volver a hacerlo… ni siquiera a un delincuente que lo mereciera podría volver a mentirle, lo que me convierte no apto para ese trabajo y esto último no lo dictaminó nadie, porque de hecho nadie a excepción de Ron sabe que perdí el corazón en esta misión –Draco torció levemente la boca sin dejar de mirar al frente- y es cierto que también podría negarme al cambio de área, sin embargo mi profesión perdió sentido, me sentía vacío… estaba deprimido todo el tiempo, así que el cambio a pesar de que mi salud estaba decayendo, me sentó bien.

-Así que no me lo venderás –concluyó mirándolo.

-Lo siento, no deseo hacerlo –respondio sonriendo a modo de disculpa- ¿te molesta mucho mi presencia?

-¡Me incomoda Potter, me incomoda! –exclamó exasperado para luego cerrar los ojos y aspirar aire en un evidente esfuerzo por recuperar la compostura- escucha, no te odio… es cierto que lo hice durante mucho tiempo pero después de lo que hiciste por mí es obvio que ya no debo hacerlo, es verdad que te estaré agradecido por el resto de mi vida a pesar de que me usaste para entrar aquí, pero me incomoda verte sabiendo lo que pasó entre nosotros –Harry inclinó la cabeza mirando en silencio su plato- Me avergüenza haber tenido sexo contigo sin saber que eras tú –concluyó mirando a otro lado.

Harry se quedó callado viendo a un par de pajarillos refrescarse en la fuente.

-Por eso me resistía a intimar contigo –dijo entonces sin dejar de mirar las aves- Cada vez que la situación se ponía caliente ponía una excusa y me alejaba de ti… porque sabía que estaba mal aprovecharme de ti de esa manera, lo que ocurrió en la cabaña tampoco lo planee.

-Por favor Potter ¿Quién va a una cabaña solitaria acompañado de su pareja a pasar toda la noche?... aquí alguien está pecando de ingenuo y no soy yo.

-Sí, tienes razón… sin embargo debo decir que luché con todas mis fuerzas –añadió sonriendo cansinamente- pero también debo decir que fue la mejor noche de mi vida y al mismo tiempo la más triste –Draco lo miró interrogante sin decir nada- yo quería que cuando  hiciéramos el amor por primera vez, lo hicieras conmigo, no con Archie Stone… y al mismo tiempo  deseaba tenerte porque al otro día, a esa misma hora, ya estarás en Malfoy Manor odiándome con todas tus fuerzas.

Draco ya no dijo nada, volvió la mirada al frente recordando ese fatídico día en el que se dio cuenta de que solo había sido utilizado para poder entrar a la mansión.

-La misión fue tornándose cada vez más difícil –continuó Harry- porque cada día me enamoraba más… -Draco volvió a mirarlo- No te avergüences de aquella noche, esa noche mi cara era otra pero mi corazón es el mismo de este momento y si tú no quieres que vuelva a mencionar mis pretensiones contigo, te prometo que no volveré a hacerlo, yo solo quiero una cosa a cambio.

-Qué.

-La oportunidad de ser tu amigo.

Era verdad que Draco no lo odiaba, de hecho a pesar de la historia escabrosa que había entre ellos, le estaba infinitamente agradecido, pero también era cierto que le incomodaba verlo… más claramente le daba vergüenza, pues a pesar  de tener tanta experiencia en el sexo, esa noche no solo le había entregado su cuerpo, sino  su amor y confianza.

-Está bien –respondió sintiéndose comprometido- intentaré olvidar lo que pasó entre nosotros y tú no volverás a mencionarlo.

-De acuerdo.

Draco sonrió un tanto forzado y miró hacia el frente sin tener ya nada que decir.

-Y bueno… -continuó Harry- aclarado el asunto y dado que no volveré a mencionar que tú y yo hicimos el delicioso, esto será borrón y cuenta nueva -Draco volteó a mirarlo abriendo tremendos ojos y con la boca abierta listo para soltar las mil y un maldiciones, entonces se encontró con el rostro sonriente de Harry, lo que le hizo comprender todo en un segundo haciéndolo sonreír también mientras negaba con la cabeza- Ahora que si quieres que de vez en cuando lo hablemos, pues…

-Vete al diablo –contesto sonriendo, agradeciendo que Harry le quitara ere aire solemne y raro a ese asunto.

-¿Estás seguro? Podríamos…

-¡Cierra el pico! –exclamó aventándole la revista a la cabeza.

-¿Ya lo ves? Podemos superarlo –respondio esquivándola y tomando de nuevo su tenedor para seguir comiendo- no como a Lucas, a ese bastardo sí que le fue mal.

-¿De qué hablas? –preguntó serio, sintiendo desagrado al oír mencionar al tipo aquel.

-Fue atrapado traficando maderas finas prohibidas y condenado a cinco años en Azkaban, solo que estando ahí fue atacado por un dementor.

-¿Un dementor?

-Sí, nadie sabe como sucedió, pero un dementor lo mordió y le arrancó el pito –continuó Harry como si nada vertiendo mermelada en su panqueque.

-¡¿Qué lo mordió un dementor?! –Repitió enderezándose en su asiento con un dejo de incredulidad en la cara- ¿¡A poco los dementores muerden!?

-Pues sí, increíble ¿No?

-¡Pero…! ¿Es en serio?

-Por supuesto, al menos eso echó la investigación, ningún auror vio nada y los demás presos estaban en sus celdas, así que entonces ¿Quién más sino un dementor pudo hacerle eso?... además no se puede quejar, los medimagos hicieron un buen trabajo con él, se la volvieron a pegar aunque… bueno, debido a la naturaleza del ataque no se pudo hacer gran cosa y le quedó una pinguita del tamaño del meñique, solo puede usarla para mear, el miserable quedó devastado.

Draco se giró en su asiento y se quedó viendo al frente con la boca abierta.

-Seguro fue el karma –continuó Harry- por eso a Birdie tampoco le fue muy bien después.

-¿De qué hablas?

-¿Recuerdas que estaba en su pleito con su ex esposa por la pensión, los niños  y esas cosas?

-Ajá-.

-Bueno pues perdió el juicio decisivo después de tener un violento ataque de ira en plena sesión, incluso le arrojó una botella de agua al juez… tendrá que darle el 50% de sus bienes a la mujer aparte de la pensión de los hijos.

-Pero… eso hará que les suba la cuota a todos –respondio mirándolo.

-No lo  creo, incluso se las rebajó, solo obtiene lo necesario para sacar sus cuentas, yo creo que le llegó el espíritu generoso después de todo, no es como si tuviera un hechizo de sugestión ni nada de eso, tal vez ya es buena persona –concluyó mirándolo sonriente para luego zamparse un tremendo bocado.

Entonces Draco sonrió al tiempo que negaba con la cabeza y miraba al frente, tal vez no fuese tan malo ser amigo de Harry Potter.

 

 

________________

 

 

 -¡Ay! –gritó mientras Morton le sujetaba la pierna con fuerza, quien sabe de dónde sacaba fuerzas el viejo para hacerle esas terapias tan dolorosas.

-Aguante señor Malfoy, vamos por buen camino.

-Está bien, no se preocupe por mi –respondio con la frente sudorosa.

Pronto el mes transcurrió y ambos magos se sintieron con la fuerza suficiente para regresar a Alemania.

-Envié indicaciones al hospital de allá para que continúe con la rehabilitación señor Malfoy, contáctelos al llegar –dijo Morton el ultimo día de su estancia- además no olvide sus medicamentos y sus ejercicios en casa.

-No lo olvidaré, gracias señor Morton, a usted y a todo su equipo –respondio estrechándole la mano.

-Por nada.

-Gracias –dijo Harry haciendo lo mismo- despídame de su equipo y deles las gracias de mi parte.

-Buena suerte señores.

 

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-Vivimos casi en el mismo lugar –dijo Harry- ¿nos vamos juntos?

-Ok, llamaré al aeropuerto y haré las reservaciones.

 

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Cuando llegaron a Alemania, decidieron tomar un taxi para llegar de manera normal a sus casas, incluso lo compartieron y ya en su barrio cada uno se fue por su lado.

-¡Jefe, ya llegaste! –exclamó Viveka al verlo detenerse en la puerta del estudio con equipaje y todo antes de abrir la puerta de al lado y subir a su casa.

La exclamación de la recepcionista hizo que sus dos tatuadores salieran a verlo emocionados también, después de saludarlos subió a su casa en donde Nana ya lo esperaba pues ella se fue directamente a la casa por medio de trasladores.

-Me dio tiempo de limpiar su habitación amo.

-Gracias Nana.                 

-¿Qué desea que le prepare de comer?

-Nada, pediré una pizza, pero antes iré a ver a Evie.

-Sí amo.

Cuando Evie lo vio entrando a su negocio, casi avienta la charola de cup cakes que estaba acomodando en un mostrador.

-¡Draco!

Draco rio al verla y la abrazó con cariño.

-¿Cómo está Debbie y tu madre?

-Están bien, mamá ya se integró a un grupo de gente británica, ya no se siente tan sola en una comunidad que habla su mismo idioma, pero cuéntame ¡dímelo todo!

-Pero tienes casi todas las mesas llenas.

-Sí pero Nancy puede ocuparse todos.

-Mejor cuando cierres ven a casa.

-Oh mierda, cómo la haces de emoción –respondio rodando los ojos pero sabiendo que eso era mejor pues su empleada no podría con todos los clientes sin desatender a algunos- de acuerdo, iré a cenar, prepara algo rico.

-Ok perris, nos vemos en la noche –dijo dándole otro beso y saliendo de ahí.

 

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