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Arcadia por endora

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Capítulo 2





Seguimos al joven larguirucho que nos guio por un laberinto de corredores, rellanos y habitaciones. No decía una sola palabra, simplemente caminaba por delante de nosotros y de vez en vez nos miraba de reojo.



Llegamos a una puerta alta de doble hoja, la madera parecía pesada, cedro quizá. La abrió con facilidad y nos hizo el ademan de que entrásemos, asentimos y traspasamos el umbral, al hacerlo cerró la puerta y nos dejó completamente solos.

Era una especie de biblioteca o despacho. Me recordaba un poco a la habitación del patriarca. Un escritorio de buen tamaño se disponía del lado opuesto al hogar, la pared estaba tapizada de repisas y libros, algunos se veían bastante antiguos, aun forrados en piel.



“Debe haber cámaras” me susurro Argol.



Asentí “Seguramente”



Aun así decidimos dar una pequeña vuelta por el lugar, esta era nuestra oportunidad, o la aprovechábamos de una o tendríamos que entrar bajo los métodos nada ortodoxos de Perseo.



El escritorio llamo poderosamente mi atención y mientras Argol pasaba las yemas de sus dedos por los lomos de los libros yo me encamine hacia el mueble de roble. Había una computadora, apagada por lo que se percibía, el cpu y la pantalla no emitían luz o ruido alguno, los cajones estaban cerrados con llave y sobre el escritorio no había papeles sueltos.



“Un secreter” apunto Argol y lo vi junto a la ventana.



Camine hacia él, no estaba cerrado, o era un descuido o no tenían nada que quisiesen ocultar. Al abrirlo encontré una caja pequeña con sobres dorados y pases y unas hojas de pergamino. Parecía antiguo, la escritura era una mezcla entre el griego y otras lenguas muertas que no supe descifrar, pero parecía una lista de nombres, pensé que era una antigüedad, pero la tinta aún estaba fresca.



Un sonido en la puerta nos puso en alerta. Habíamos hecho todo ese movimiento a la velocidad de la luz, así que para cuando la puerta fue abierta nosotros ya estábamos en nuestras posiciones originales.



“Disculpen la espera” entro la mujer y por primera vez esa noche no la vi escoltada del joven larguirucho o algún otro “Muchos asuntos que atender”



“No se preocupe Madame”



“Normalmente” se recargo tras su escritorio “Esto no pasa, pero usted señor Belrose ha llamado la atención tanto de mi sobrino como mía. La elección será suya” mire sin comprender lo que me decía. Había cambiado su vestido negro por un traje formal en el mismo color y ahora sus manos ya no estaban enguantadas, pero me extraño que trajese una fusta, la cual dejo sobre su escritorio “Le hable a mi sobrino sobre su amigo y que habían llegado aquí juntos. Quiere llegar a un acuerdo con ambos. Los espera por ahí, en el jardín. Será… más cómodo” sonrió de una forma que me resulto profundamente familiar, era casi tan malévola como la de Argol, pero había algo más enigmático en ella, algo que la hacía más aterradora. Un frio recorrió mi espina dorsal. Hizo un ademan con la mano instándonos a traspasar la puerta de cristal que separaba la iluminada habitación del ya sombrío jardín, deberían ser más de las doce de la noche.



Trague duro, pero asentí aceptando su invitación ¿Qué más me quedaba? Había algo en todo el asunto que destilaba que un ‘no,’ no sería visto como una respuesta a sus órdenes disfrazadas de peticiones amables.



Traspasamos el umbral hacia la penumbra, unas finas cortinas de seda bailaban con el viento impidiendo una vista más clara del interior de la biblioteca. Nuestros pasos sonaron por el estrecho camino hecho de piedra tallada. Cuando estuvimos lo suficientemente lejos de la puerta y la luz apenas nos iluminaba gracias a unas cuantas lámparas predispuestas y regadas por el jardín tome el brazo de Argol y lo así con fuerza.



“Iré a ver al tal sobrino y su ‘propuesta’ mientras tanto inspecciona el terreno y ve si hay cámaras y cuantas probabilidades tenemos de salir de aquí con las hojas de pergamino sin ser vistos. Y ve si la mujer ya no está cerca” Argol asintió a regañadientes, como siempre seguir ordenes no era lo suyo, pero algo me decía que un trabajo discreto sería mucho mejor y creo que él podía sentir ese extraño presentimiento en la atmosfera.



En ese punto nos separamos, di media vuelta y seguí por el camino de piedra, a medida que la oscuridad me engullía yo trataba de recordar el nombre del chico con el que había hablado, que supuse seria el dichoso sobrino sabía que era griego, con L… Lykaios, sí, ese era.

Mis pasos llegaron hasta un pequeño llano donde el camino de piedra terminaba, la vegetación que había alrededor dejaba limpio un amplio circulo que era perfectamente iluminado por la luz de la luna llena.



Logre ver a alguien en el medio de aquel llano “Lykaios… ¿Eres tú, querías hablar conmigo? Una propuesta” me acerque un poco más “Lyka… ¿Pero qué demonios?...” el sonido de huesos al romperse y un agudo chillido lleno mis oídos. Instintivamente corrí retomando el camino de piedra, debíamos salir de ahí ahora mismo, mi respiración agitada, los latidos de mi corazón y el choque de mis zapatos en la piedra impedían que escuchase del todo esos chillidos de dolor. Debía de encontrar a Argol y pronto.



Lo divise unos metros más adelante “¡Corre!” le grite, pero él no se movió del lugar “¡Corre!” volví a gritarle y vi su cara de desconcierto cuando pase a su lado, volví mi cara hacia atrás y trate de sacar toda la potencia en mi voz que me fuera posible “¡CORRE IMBECIL!” me miro extrañado pero reacciono y corrió detrás de mí, llegue cerca del alto muro y salte, hundí mis dedos y la punta de mis pies en la sólida piedra para poder escalar, sentí el golpe y las vibraciones en la piedra y me di cuenta de que Argol hacia lo mismo que yo, al llegar a lo alto de la barda me senté de cuclillas en la cima, Argol me imito.



“¿Puedes decirme que diablos fue eso?” sonaba irritado a pesar de lo errático de su respiración.



Apunte con mi índice el claro que pese a los árboles y follaje era visible desde donde estábamos, Argol siguió el camino marcado por mi dedo “¿Qué mierda es eso?” un aullido atronador partió el viento y corto el silencio “Es… un… hombre lobo



Licántropo” hablamos al mismo tiempo.



“¿Esas cosas existen, que demonios hace una aquí?” Yo me sentía igual que Argol, a pesar de haber visto como el chico se contorsionaba al sonido de los huesos que se iban rompiendo y reacomodando en una posición diferente cambiando su estructura humana por un cuerpo metaformo, sentía que todo ello no podía ser cierto.



Un gruñido se escuchó acompañado de un bufido seguido de pasos rápidos y fuertes “Mierda, nos escuchó. Tenemos que irnos, si nos llega a morder corremos el riesgo de convertirnos en uno. Llama a Perseo, rápido” saltamos al árbol más cercano y llamamos a Lagarto y Perseo, cuando saltamos de la rama y antes de que tocásemos el suelo estábamos enfundados en nuestras armaduras.



Un estruendo se escuchó del otro lado de la barda y esta cimbro como si fuesen a demolerla, nos lanzamos una mirada de entendimiento y comenzamos a correr, nuestros pasos resonaban fuertemente en la acera. Un fuerte ruido sordo seguido de un fuerte temblor y un aullido nos indicó que la criatura estaba detrás nuestro, sus fuertes pasos se dejaron escuchar y nosotros apresuramos el paso.



“Vamos más rápido”



“Eso intento mierda”



Seguimos corriendo hasta que lo creí prudente “Aquí estamos bien” me detuve y Argol lo hizo mirándome interrogante “No hay nadie en la calle y dejamos atrás la mansión, necesito que uses a Medusa ahora” me sonrió con suficiencia, me pare frente a él viendo sus profundos ojos, una luz verde mano de su espalda y la criatura comenzó a retorcerse, luchando contra la maldición, un lastimero chillido salió de sus fauces y con sus afiladas garras intento en vanó taparse los ojos, sus pasos se volvieron erráticos hasta que la transformación estuvo hecha.



Argol se giró, frente a nosotros teníamos una estatua de más de dos metros de un hombre lobo, patas, garras, cola, fauces abiertas en una mueca de dolor eterno, orejas, todo ello adherido a un torso humano.



“En definitiva es un hombre lobo” asentí, nos acercamos a la estatua un poco más sintiéndola con la palma de las manos, como para comprobar que era cierto que estaba frente a nosotros y no era una alucinación colectiva.



“No podemos llevarla al hotel o al Santuario” dije quedamente “¿Traes la cámara” Argol asintió y saco el artefacto de entre su armadura y el flash se disparó en el medio de la semi penumbra. Puse mi índice sobre la piedra concentrando mi cosmos en este y al solo contacto las grietas comenzaron a aparecer hasta que estallo en pedazos frente a nosotros “Vámonos” Argol asintió y reanudamos nuestra carrera por la calle hasta la avenida, donde nos desprendimos de las Armaduras y tomamos un taxi al hotel.



Cerramos la habitación del hotel de la forma menos delicada. Yo me deje caer sobre una de las camas y Argol resbalo por la madera de la puesta hasta el piso.

“¿Qué rayos fue todo eso?” soltó de repente.



“Ni idea, créeme” le dije sin levantar la cara de la almohada.



“No podrían decirnos que nos mandarían a ver criaturas oscuras y a cenar con ellas, mínimo para estar prevenidos”



‘Criaturas Oscuras-Cenar con ellas’ esas palabras hicieron un eco en mi mente “Espera” le dije sentándome sobre el colchón de un solo salto “En la mitología… Licaón de Arcadia fue convertido en lobo por Zeus Liceo cuando este le ofreció de cenar la carne de un niño, según el mito su familia practicaba el canibalismo religioso y fueron castigados por este hecho siendo convertidos en lobos formando el clan de los Licaónidas



“Espera” Argol me miraba con algo parecido al horror en lo profundo de sus verdes orbes “Me estás diciendo que esas criaturas mitológicas existen…”



“Nosotros existimos” le dije como lo más obvio y me miro con entendimiento.



“La comida…” su voz sonó algo alterada y los movimientos que hacía con sus manos a causa de la adrenalina parecían más eufóricos que de costumbre “La comida” repitió y yo lo mire diciéndole con mi mirada que se explicase “Nunca dejo de circular. A pesar de que el salón se iba vaciando y había cada vez menos personas, la comida nunca dejo de circular, al contrario nuevas bandejas iban llegando, platillos variados fueron servidos…”



“Eso quiere decir que… no es una red de prostitución ni mucho menos de tráfico de drogas o armas…” lo mire con el mismo horror que él mostraba en sus ojos.



“Claro… por eso no quedaba rastro de los otros invitados y tomando en cuenta lo que las chicas me habían dicho acerca de ‘a muchos no se les ha vuelto a ver luego de ser rechazados, creo que se han rendido’ no se rindieron los…”



“Devoraron…” Argol comenzó a palidecer “Ahora lo de las invitaciones tiene sentido, el que ni siquiera preguntaran como las conseguimos, seguro las reparten por doquier a chicos anónimos para atraerlos a su mansión”



“Un método moderno de caza” asentí “¿Y los que lograron la fama y están como sus protegidos?” me pregunto algo esperanzado.



“Según la mujer Lykaios” me di un golpe mental, claro, Lobo “Quería hacer un trato conmigo. Ellos deben de ayudarles a conseguir más víctimas o como cortina de humo ante sus actos de homicidio a cambio de fama”



“Lo que se conoce como hacer un trato con el diablo” asentí “Entonces a quienes no aceptaron o no cubrieron sus expectativas esta noche… los sirvieron en la cena” asentí, era lo más probable. Argol palideció más si era posible. Se tiró para adelante cayendo sobre sus manos y se arrastró un par de pasos hasta que de súbito se irguió y corrió hacia el baño, lo siguiente que escuche fue como devolvía el estómago sobre la taza del baño. Una idea nauseabunda y burda paso por mi mente. Me levante y fui tras él situándome en el marco de la puerta.



“¿Comiste algo?”



Volvió a vaciar su estómago y cuando se hubo calmado negó con la cabeza la cual seguía casi dentro de la taza “Estuve a punto” dijo limpiándose la boca con el dorso de su mano, sentí una punzada de ligero asco “Pero recordé lo que me habías dicho de no comer o beber nada, así que no lo hice. ¡Pero rayos! Olía delicioso, Misty, saboree la comida” una nueva arcada se apodero de su vientre haciéndolo convulsionar. Camine hacia él y frote su espalda delicadamente para confortarlo un poco.



Después de unos minutos salimos del baño, nos habíamos lavado las manos y la cara para refrescarnos un poco. Le alcance a Argol una botella de agua del mini bar.



“¿Llamaremos a ese número?” abrió la botella y le dio un gran trago.



Negué con la cabeza mientras sacaba una cerveza “No podemos volver aun, tenemos que ir a por esa lista” Argol me miro frunciendo el entrecejo “Sospecho que en el Santuario no solo nos mandaron para corroborar desapariciones, sino para obtener algo más. Algo que ni ellos mismos saben que existe. Por eso no nos dieron las instrucciones completas. Por lo menos es lo que me hacen pensar. Debemos de volver o sería una misión a medias”



Asintió y se sentó en el borde de su cama recargando medio cuerpo en su Pandora Box “¿Cómo lo haremos?”



“Habrá que pensarlo bien. Si lo hacemos discreto o simplemente irrumpimos. Si es que no se han ido aun”



Esa noche tratamos de dormir lo más que pudimos y creo que nunca había estado tan feliz de llevar a cuestas mi Pandora Box y la compañía de Lagarto. Me hacía sentir seguro el sentirlo en la misma habitación que yo, estaba en alerta y me dejaba saber que podía dormir tranquilo, él vigilaba por mí. Estaba seguro que Argol sentía lo mismo por Perseo.


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