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La rivalidad que crea la atracción por ArtemiaCelosia

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Ya habían salido de casa de Remus para llegar a Grimmauld Place sin ningún plan entre manos para sacar a Regulus de allí, pero James le había asegurado a su amigo que iría a buscar a su hermano y así lo haría con ayuda del resto del grupo.

Remus, que era el más sensato, había sido convencido de aquello, y aunque tenía unas ganas enormes de volver a ver esa sonrisa dulce que llenaba su cabeza de esperanzas, comenzaba a arrepentirse.

 

—Creo que no deberíamos estar aquí. Vamos a meter en líos a Regulus —dijo el castaño sentándose en la acera, algo alejado de la casa, pero sin perder de vista la puerta principal.

 

James negó, mirando el lugar para ver si encontraba alguna manera de llamar la atención del Slytherin.

Algunas ventanas daban a la calle principal, pero no podía arriesgarse sin saber si una de ellas pertenecía a los padres de su amigo.

 

—Peter, tú deberías poder colarte.

 

—¿Yo? —preguntó el muchacho, cayendo en que era el único que podía adentrarse sin ser visto con tanta facilidad. Aún así temía lo que pudieran hacerle en un estado tan vulnerable.

 

—Puedo indicarte su habitación, pero es peligroso. Si Kreacher te descubre… —Remus pareció pensarlo por un instante.

 

—¡Puedo escabullirme! —aseguró el más bajo, pensando que así ayudaría a su amigo licántropo a animarse un poco.

Le dio un par de palmadas en la espalda mientras James le daba la mano para ayudarle a levantarse y así señalar la ventana correcta. Era importante que ellos se quedaran atentos por si Peter necesitaba ayuda, pues su condición de animago podía verse expuesta con el gran peligro que eso conllevaba.

 

El castaño comenzó a describirle la casa lo mejor que podía, pues él realmente tampoco conocía la vivienda en su totalidad.

Recordaba la habitación de Sirius con mucha claridad y sabía que Regulus dormía al lado, por lo que eso debía ser suficiente, aún así era mejor que su amigo tuviera los detalles para poder pasar mucho más inadvertido.

 

Tras señalarle lo más importante, comenzaron a caminar hacia un callejón para que pudiera pasar a su forma animaga, siendo recogido por James, que lo llevaría escondido en su chaqueta hasta que llegaran a la entrada.

 

—¿Estás seguro que Sirius te pidió esto? —cuestionó sintiendo ganas de morderse los labios.

 

—Por supuesto que sí. Me pidió que fuéramos con Regulus y que le cuidáramos —repetía acariciando el pelaje de su amigo que aún seguía escondido—. Sé que te pone nervioso que nos pillen, especialmente que pillen a tu novio, pero confía en nosotros.

 

—Cuando confío en vosotros siempre acabamos metidos en líos —recordó el castaño, sabiendo que su nerviosismo era más por los problemas que podía llevarle a Reg—. Sabes que son muy estrictos. Si le atrapan…

 

—No le atraparán. Colagusano hará su mejor papel de espía.

 

La rata hizo un pequeño chirrido que suponían que sería una afirmación al comentario de James, aunque siendo Peter quizá empezaba a arrepentirse del plan.

 

—Ten mucho cuidado y si sientes cualquier peligro, abandona el plan. —La voz más baja de Remus dejaba claro a quién iba el mensaje—. Eres más importante tú que todo esto.

 

James bajó un poco sus brazos al llegar a la entrada, dejando que la rata corriera dentro de la verja, probablemente buscando un lugar por el que ingresar desde la zona del sótano.

El licántropo aprovechó que su amigo ya no estaba para respirar profundo, intentando relajarse sin poner nervioso a alguien que era quien más se jugaba con el plan.

Ahora sólo les quedaba esperar por unos minutos y estar muy atentos por si se producía algún movimiento.

 

Sus patas rosadas se hicieron hueco por esa tubería por la que no emanaba humo ni agua, así que suponía que estaría a salvo de caer en una chimenea encendida o algo peor. Por experiencia sabía que podía acabar en los baños si visitaba esos lugares, aunque usualmente podía olerlo con bastante facilidad.

Al salir del cilindro, miró hacia los lados, notado que había varios desagües. Quizá todo aquel sistema era por si comenzaba a llover en abundancia, evitando así que la casa se viera afectada más allá de ese lugar que no tenía elegancia y que parecía deshabitado, al menos hasta que encontró una pequeña cama en una de las esquinas más separadas, entre algunos muebles tapados con telas y cajas que probablemente guardarían algunos objetos que a los Black no parecía interesarles.

 

Optó por esconderse bajo la cama para comprobar si escuchaba algún ruido, pues la puerta del sótano se encontraba abierta y eso podía suponer que el elfo estaba rondando la zona.

Después de unos segundos sin escuchar nada, se animó a asomarse hacia la escalera.

Comenzó a dar algunos saltos para subir cada escalón, que eran bastante grandes para su tamaño actual. Podía volver a su forma humana para hacer esa tarea más fácil, pero a cambio iba ser mucho más notorio.

A falta de un escalón por el que subir, ya pudiendo asomarse a nivel del suelo, los gritos de una mujer llamando al elfo se hicieron presentes, aunque no fue posible visualizarle para ya tener su posición más clara.

Desconocía si la mujer estaba en el salón o en la cocina, y gracias a Remus sabía que ambas estancias estaban algo alejadas, comprometiendo su posición.

 

Debía ser rápido. Sabía que el elfo estaba ocupado en ese momento, por lo que debía llegar a las escaleras del piso superior cuanto antes, confiando que él tuviera que encargarse de otras cosas o de que siguiera apareciéndose en los distintos cuartos.

 

Empezó a correr por el pasillo hacia la entrada principal que reconocía por el diseño de la parte exterior, sabiendo que la escalera se encontraba muy cerca de allí, pero poco antes de llegar, tuvo que esconderse bajo un mueble que decoraba la entrada, pues unas pisadas muy claras en los escalones le indicaban que alguien se aproximaba hacia el primer piso.

Quería asomar sus bigotes, aunque no lo haría hasta que finalmente escuchara que se alejaba de esa zona.

 

Al otro lado estaba la entrada, donde seguramente estaban sus amigos esperándole. Tan cerca y tan lejos de poder recibir ayuda, pues realmente no había un lugar por el que salir por lo que podía observar.

 

—Señor, la señora le espera para tomar el té —dijo una voz que parecía hastiada.

 

Por debajo del mueble pudo comprobar que se trataba del elfo y tras la respuesta de una voz muy masculina que no reconocía, ya tenía localizado al padre de Sirius, pues por lo que sabía, no era común que tuvieran visitas.

Movió sus orejas para agudizar su oído, algo que había aprendido con el tiempo, acostumbrándose y aprovechando su nueva forma.

 

Sacó la cabeza para comprobar que ambos ingresaban al salón, dejándole más inquieto porque él mismo había pasado por delante sin haberlo pensado demasiado.

De nuevo debía sacar la valentía para volver a subir las escaleras, esta vez con un objetivo mucho más claro. Se suponía que los tres integrantes que no quería encontrar estaban en el piso inferior y quería pensar que uno de ellos no sería un peligro si Regulus hablaba a su favor, aunque tampoco estaba muy seguro de ello.

 

Preparó sus patas para saltar los escalones lo más rápido posible, esperando no pisar su cola por los nervios como alguna vez le había ocurrido.

En un rápido sprint se dirigió a la planta superior, tropezándose un par de veces, pero consiguiendo llegar frente a la puerta que debía ser el cuarto de Sirius por las indicaciones que le había dado su amigo, pues así también lo indicaba el baño, que tenía la puerta abierta.

James le había dicho que no importaba que Regulus le viera en su forma animaga, que era una persona de fiar al ser hermano de Sirius y novio de Remus, pero él prefería no arriesgarse a que su secreto fuera conocido, por lo que se transformó en pleno pasillo, sabiendo que era mucho más peligroso hacerlo de aquella forma.

Sin tan siquiera dar dos toques a la puerta, ingresó, sintiendo más miedo por ser encontrado que por lo que pudiera ver en aquella privacidad a la que había irrumpido.

 

—¿Pettigrew? —Regulus se levantó del escritorio rápidamente, pues ya se había alarmado al escuchar unos pasos abruptos tras él, además de la puerta que ya se había cerrado de nuevo.

 

—Hemos venido a buscarte. James y Remus están fuera, pero debemos irnos rápido, no me pueden encontrar aquí.

 

La expresión incrédula de Regulus, muy distinta a la que hubiera tenido su hermano Sirius, le hizo resoplar y tomarle del brazo con la intención de que le ayudara a salir por la puerta principal.

 

—No puedo irme. No tengo permiso de mis padres —dijo él intentando mantener la calma.

 

Que Remus estuviera esperándole fuera ya era malo, pero que encima ese muchacho se hubiera atrevido a entrar en casa, sin tener ni idea de cómo lo había conseguido, era mucho peor, pues significaba que podría haber escuchado algo que contar luego a sus amigos.

 

—Pero Sirius nos dijo que te buscáramos para ir a dar una vuelta. —Regulus sonrió intentando ocultar la tristeza que en muchas ocasiones sentía, creyendo que era mucho mejor esconder sus sentimientos para no herir a los demás—. Además, necesito que me saques de aquí. 

 

Su mente comenzó a pensar en qué camino debía tomar.

Se había convencido de dejar todo aquello atrás y empezar a separarse de ellos para que su despedida no fuera tan dura y sin embargo allí estaban, buscándole y esperando que les acompañara para pasar un buen rato, haciendo que obtuviera más recuerdos hermosos.

 

—Kreacher —llamó en voz alta, esperando a que el elfo pudiera presentarse.

 

Peter al instante se sintió nervioso porque desconocía qué pretendía hacer el menor de los Black al llamar a esa criatura que acabaría descubriéndole, pudiendo dar la alarma sin que sus amigos fueran capaces de entrar.

Confió un poco más cuando sintió el agarre en su mano, casi el primero que no era de sus amigos, para acabar sentándose sobre la cama del muchacho mientras él miraba por la ventana.

 

—Kreacher vendrá cuando pueda, sólo hay que esperar un poco —explicaba con la visión de James saltando para saludarle, llamando la atención del muchacho que estaba sentado en el arcén y que no tardaba mucho en levantar la vista para conectar sus miradas—. Siento no poder ofrecerte nada, prefiero no salir del cuarto para que mis padres crean que estoy estudiando o durmiendo.

 

—¿Durmiendo a estas horas? —preguntó mirando el reloj, percatándose que había hecho esperar a sus amigos unos cuantos minutos, lo que probablemente habría aumentado el malestar del castaño—. Remus no se encontraba muy bien hoy y realmente le iría bien verte, pero él no suele contar esas cosas.

 

Sabía que solía guardárselo y lamentaba que hubiera llegado hasta allí a pesar de tener un mal día.

Quizá usaba aquello como excusa para poder volver a verle, pues no tenía gran fortaleza para alejarse sabiendo que Remus había salido de casa a pesar de su malestar.

 

—¿Crees que podemos salir por la ventana? —preguntó en voz alta, provocando que Peter se pusiera en pie al instante para sujetar su brazo y que no se le ocurriera hacer una locura—. No sé si Sirius lo probó alguna vez.

 

—Has dicho que el elfo vendría pronto, sólo tenemos que esperar. —Se asomó ligeramente, notando que la altura podía provocarle alguna lesión—. Si saltas desde aquí vas a hacerte daño.

 

Regulus giró su rostro para poder observarle con una sonrisa en su rostro.

Era la primera vez que interactuaban de una forma más cercana o amistosa y sólo con ese instante, Peter ya podía ver la semejanza de Sirius con su hermano pequeño.

 

—Sirius nos va a matar… —musitó sabiendo que no iba a poder convencerle de lo contrario. No podía hacer más que desear que el elfo llegara de una vez y les ayudara a salir de allí.

Notas finales:

¡Nos vemos el próximo viernes! <3


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