Sasuke Uchiha se hallaba descansando de su larga caminata. Utilizando un tronco como respaldo, le permitió a su espada reposar un rato para disfrutar de un almuerzo de bolas de arroz rellenas.
Fue en ese momento que el ruido de un halcón rompió la tranquilidad de los cielos.
El ave aterrizó con agilidad en el hombro del Uchiha, solicitándole con la mirada afilada una caricia como recompensa a su larga travesía. Con una serenidad su amo se la regaló, después de tomar el pequeño pedazo de papel enrollado en su pata.
Sasuke no pudo evitar sonreír como un idiota al desdoblar el papel, ya sabía que el mensaje provenía de su "amado sol", cada semana su halcón le entregaba una nueva nota.
—Usuratonkachi...
Algunos mensajes eran más cortos que otros, Naruto le contaba cada nuevo progreso en su preparación para ser Hokage, algunas veces le comunicaba buenas nuevas como la boda de Shikamaru y la relación que iniciaron Kiba y Hinata, entre otras cosas. Pero todos terminaban igual con párrafo exclusivo dedicándole toda clase de pensamientos íntimos hacía su persona, además de la infalible frase que hacía que un cálido sentimiento inundara el corazón del último Uchiha.
"Te amo"
Dos simples palabras que hacen maravillas en cualquier enamorado.
Sasuke sonrió conmovido y satisfecho, guardando el pequeño papel en su bolso de viaje, siempre hacía eso, después de todo así se llevaba esas palabras consigo que le recordaban que en Konoha alguien especial que lo amaba y lo esperaría el tiempo necesario.
Ese mismo día, en la noche, Naruto esperaba impaciente a que apareciera el ave mensajera, desde su ventana observaba el cielo nocturno buscando algún rastro. Comúnmente en estos casos se ponía ansioso por tener noticias acerca de su "amada Luna".
La incertidumbre y la emoción se mezclaban, el Uzumaki imaginaba muchos escenarios con el Uchiha como protagonista desde los más relajados hasta los caóticos. Estos últimos eran los más atormentaban sus sueños y pensamientos, temía que una enfermedad o combate pusieran en peligro la salud y vida de Sasuke.
Tener estas cavilaciones no fue una buena idea, se estaba poniendo nervioso. Afortunadamente escuchar el gañido tan característico del halcón, lo regresó a la realidad, por fin tendría novedades fidedignas que aplacarían sus preocupaciones.
Con maestría y rapidez el pájaro de caza ingresó al apartamento del Uzumaki, el adiestramiento previo de su dueño lo había preparado para que supiera aterrizar en la vivienda correcta.
Sin ninguna demora el rubio se dirigió a la pata del mensajero, recibiendo un picotazo, pues ni siquiera se detuvo a darle cariño después de todo el viaje.
—¡Dolió dattebayo! ¡Lo siento, lo siento!—expresó Naruto, acariciando al halcón, mientras éste se posaba en su hombro, con sumo cuidado sacó el recado que era resguardado por un compartimiento, colgado en la extremidad del ave.
Una amplia sonrisa se dibujo en el rostro de aquel joven aspirante a Hokage, con solo leer una línea escrita.
"Voy a volver pronto. Esperame. Yo también, te amo, Naruto"
El halcón observó como aquellos que ojos azules que poseía Naruto se iluminaban al instante.
—Va a volver...—dijo el rubio al percatarse que había llamado la atención del pajaro.—Estoy contento dattebayo.
E inmediatamente acarició con delicadeza el brillante plumaje del mensajero alado.
—Dale mis saludos, ¿de acuerdo?—pidió Naruto, mientras veía como el halcón se preparaba para emprender el vuelo de regreso.
Unos segundos bastaron para que desapareciera por la ventana y retomara el vuelo. Quedándose Naruto en Konoha, lleno de esperanza, felicidad y amor.