En Konoha Gakuen, no sólo era popular por ser una institución educativa de prestigio sino también por contar con profesores de calidad ya altamente calificados.
Sasuke Uchiha, un joven maestro, de 22años de edad, era el centro de atención entre la comunidad estudiantil. No importaba que él perteneciera al género Omega, igual despertaba el interés desde Alfas, pasando por Omegas hasta Betas. Solo que había un pequeño inconveniente que frenaba cualquier acción que algún pretendiente deseara hacer para conquistar su corazón.
Uchiha estaba vinculado a un Alfa, no sólo su anillo de matrimonio lo denotaba sino también una marca en su cuello.
Se esparció un rumor acerca de que su compañero destinado habían muerto en un accidente y por este motivo evitaba el contacto con la gente.
Dentro de la sociedad no era posible que un Omega vinculado pudiese rehacer su vida con otra persona, ya que su cuerpo rechazaría el contacto.
Mucho Alfas y Betas, compañeros de trabajo de Sasuke, les agradaba su fisonomía: piel blanca y ojos oscuros eran características muy atractivas, por lo cual estaban más que encantados si se les diera siquiera una oportunidad. No obstante debido a su personalidad hostil, reservada, y fría, no se atrevía nadie ni siquiera a intentar entablar algún contacto personal que derivara en una amistad.
Solo existía una sola persona que había logrado esa hazaña, y su nombre era: Naruto Uzumaki.
Naruto era un Omega vinculado también, cuyo pasado apuntaba que su lazo con su Alfa se había debilitado, esto quería decir que su compañero destinado se había cansado de él y lo abandonó. O al menos eso sedecía de él. Cada que le preguntaban acerca de se su vida personal, le daba una risa nerviosa y balbuceaba información incompleta, como que su compañero vivía todavía pero estaban distantes.
Uzumaki fungía cómo profesor de ciencias naturales y biología, gozaba de la jardinería, lo que ocasionó que muchos alumnos empatizara con él y le tuviera confianza hasta el extremo de buscar consejo para diversos problemas personales y académicos. Tampoco resultó extraño que tuviera sus propios admiradores y pretendientes secretos.
Solo que existía también un problema ese anillo y el estúpido vínculo Alfa/Omega.
Algunos Alfas que trabajaban en la escuela, ya fuera en la administración o como maestros, lamentaban que Naruto no estuviera disponible a causa de un Alfa sin vergüenza que no supo valorarlo.
Los rumores de pasillo decían que se habían vuelto amigos debido al interés del Uzumaki al darse cuenta que venían de matrimonios rotos, y que insistió tanto que finamente Uchiha cedió a ser más cercanos. No sería nada raro esto, entre omegas era natural juntarse a curarse las heridas mutuamente debido a una ruptura amorosa.
Todo aquel que miraba a Naruto y Sasuke juntos, sentados almorzando en la cafetería de la sala de maestros o platicando por el pasillo acerca de sus deberes, explicaban que daba la impresión que se reunían dos polos opuestos.
Era como si la fría luna de otoño y el cálido sol de verano convivieran en el mismo lugar, pese a la diferencia de personalidad la belleza masculina de los dos era digna de un Omega de ensueño.
—Es una pena que el compañero destinado de Sasuke-sensei haya muerto, ¿no crees Sakura?.—lamentó una alumna de hermosa cabellera roja dirigiéndose a su compañera.
—Ni que lo digas Karin, que no pueda rehacer su vida es horrible, ¡tan joven y guapo que es, shanaro!.—respondió Sakura, una chica de cabellos rosas, poniéndose roja como tomate.
Naruto las alcanzó a escuchar, pues todavía estaba en el aula, acababa de terminar su clase pero organizaba su portafolio para salir a la próxima clase con otro grupo de alumnos.
—Pero a la vez es tan lindo que todavía conserve el anillo en su dedo, como si honrara su memoria.—señaló una vez tercera chica, una despampanante rubia.
Naruto la reconoció de inmediato, se trataba de Ino Yamanaka, compañera y amiga de Karin Usui y Sakura Haruno. Las tres eran obvias admiradoras de Uchiha-sensei, como otras tantas chicas Alfa y Beta de 14 años años.
—¡Naruto-sensei!—llamaron de pronto dos chicas al unísono desde el marco de la puerta.
—¡Amaru-chan, Shion-chan y...¿Hinata-chan?!—dijo Naruto atendiendo el llamado, saliendo del salón por completo con su portafolio en mano, iba un poco confundido, había visto a las jóvenes por la mañanas en clase.
Las tres mencionadas conformaban su propio séquito de fanáticas, tal como sucedía con Sasuke. Shion Fujimura y Amaru Kumai pertenecían al género Alfa mientras que Hinata Hyuga a los Beta.
—¡No vaya a olvidar su promesa de ir al club de jardinería más tarde ehh!—advirtió Amaru con voz regañona.
—No, nos vaya a fallar como la otra vez—recordó la falta Shion con cierta mirada acusadora.
—Si, si, ya lo sé pequeñas—comentó Naruto rascándose La cabeza nervioso, la verdad sí había olvidado la reunión.
—Hey Hyuga dile algo tú también—recomendó Amaru dándole un codazo a la joven de ojos perla, que durante toda la conversación solo estuvo jugando con sus dedos.
—Lo-lo estaremos esperando Na-Naruto-sensei—balbuceó con timidez, sin poder mantener la vista puesta en el Uzumaki, estaba totalmente ruborizada.
El profesor se dorados cabellos sólo sonrió ampliamente.
—Claro, estaré ahí, Naruto Uzumaki es un hombre que cumple sus promesas—afirmó, apuntandose a si mismo, como si fuera un héroe de manga shonen.
Este gesto hizo que Hinata Hyuga se llenará de una alegría instantea, pues lo que más le gustaba además de tocar los botones de las flores era compartir momento con su adorado sensei.
Sin que el Uzumaki se percatara, Uchiha observaba atentamente la escena, con total discreción dio media vuelta y desapareció porqué el pasillo en el mar de estudiantes que al reconocerlo se hacían a un lado.
Ningún alumno pudo notar que Sasuke-sensei había apretando los dientes y los puños, ver esa escena no le había gustado nada.
Más tarde, esa noche, cuando Naruto Uzumaki regresaba a su apartamento luego de otra jornada laboral, se encontró con que no estaba solo.
—¡Sasuke, no sabía que vendrías!—exclamó entre confundido y alegre por la presencia del Uchiha en su casa.
—Veo que olvidaste que hoy tocaba que viniera a dormir aquí—señaló, desde el sofa donde estaba sentado, notando que el rubio había dejado pasar ese gran detalle.
—Lo admito, sí, he estado distraído por esto de los exámenes finales.—aceptó, quitándose el saco de su traje, y colgándolo en una percha cerca de la cocina.
Aproximándose al salón donde esperaba el otro Omega.
—¿Cumpliste tu promesa con la esas mocosas?—preguntó, enfatizando el "mocosas" en un tono algo despectivo.
—Nos viste, ¿eh?—imputó lanzándole una mirada acusadora, era demasiado obvio que el Uchiha estaba celoso.
—Claro estaban revoloteando descaradamente.—confirmó regresándole una mirada de no me importa que me señales.
—No te pongas celoso, teme, son solo mis adorables alumnas, nunca las vería con otros ojos.—comentó con placidez, él nunca le pondría el ojo a una alumna o alumno ya que para el rubio eran sus bebés.
—Tú no, pero ellas sí, sobre todo esas Alfas. Parece que la táctica del anillo y Alfa destinado desaparecido ya no funciona, tendremos que implementar algo distinto.
—Amaru y Shion son Alfas pero no han despertado como dominantes, y aunque no fuese así sabría como ponerles un límite, sin intimidarlas, como lo haces tú, en cuanto a Hinata ella es beta y buena niña incapaz de hacer algo indebido.—desarrolló tratando de hacerle ver a su amado que no había nada de que preocuparse.
—Espero que tengas razón.
—Solo confía en mí.—dijo con seguridad—Hueles bien, te pusiste perfume, eso quiere decir que tu celo esta cerca ¿no es así?.—preguntó frotándose contra el brazo de Sasuke, como si fuera un gato buscando atención.
—¿Tú que crees?—fue más una afirmación que una pregunta, utilizándose una voz coqueta, al mismo tiempo que acariciaba la mejilla del Uzumaki.
—Tendré que bañarme en esencia de Alfa para estar a "tono" contigo y disfrutar ambos.—consideró como la opción más viable, igualmente ya la había probado y si que había sido satisfactoria.
—No te sobrepases, dobe, si fuerzas tu ciclo de celo solo lo descontrolarás como la última vez.—advirtió, recordándole a Naruto que tuviera prudencia.
—Me frustra que mi ciclo no se sincronice con el tuyo, ¿por qué no lo hace si ya estoy tomando la medicina?.—se quejó de su propia naturaleza de Omega que no obedecía a los fármacos ni a las leyes de la lógica que señalaban que si dos omegas estaban juntos en un mismo lugar, sus ciclos de calor llegarían al mismo tiempo al considerarse rivales.
—Feromonas de adolescentes pupulando en la escuela todos los días, esa es la respuesta a tu pregunta.—ilustró con lógica ni más ni menos.
—El precio a pagar por formar a las grandes mentes del mañana.—suspiró lamentando que su sueño de ser docente le trajera estás consecuencias, pero no había nada más que hacer no se iba a retirar sólo por detalles como estos. Luego añadió—Quién necesita a un Alfa de pacotilla, cuando tengo al Omega más lindo del mundo dattebayo
—Usuratonkachi.
—Lo siento, lo siento, corrijo, el Omega más sexy del mundo, ¿contento?
—Un Omega lindo no podría dejarte una marca así en tu cuello.
—Bastardo creído, yo soy igual de sexy que tú, pues la marca de tu cuello es la prueba. Touche ehh.
—Solo por esta vez.
Y sin decir nada más empezaron a besarse con pasión, tal vez era por que el celo de Sasuke estaba próximo y lo manifestaba en ponerse celoso de unas pubertas. Aunque para Naruto era normal, él también actuaba así cuando le llegaba su período de calor, solo le quedaba mimar a su pareja Omega y saciar esas ganas de poseer y ser poseído.
—Quién necesita la colonia de Alfa, o las feromonas, contigo tengo, Sasuke.—confesó en el primer descanso que el Uchiha le dio, luego de besarse.
Sasuke solo sonrió con prepotencia.