CAPITULO II
"Los remordimientos son una pérdida de tiempo, son el pasado que te priva del presente." − Lindsay Duncan
El sol ya se encontraba en lo alto del cielo, entrando de lleno por las ventanas del Jinshi, por lo que tomo las sabanas y se cubrió nuevamente con ellas, respirando el suave aroma a sándalo que su alfa había dejado impregnado en ellas.
El suave aroma de su alfa y el ligero cosquilleo en cada poro de su cuerpo, eran el vivo recordatorio de lo vivido durante su celo. Rememorar los cinco días que había pasado con su esposo yaciendo en ese lecho para satisfacerlo era de las mejores cosas que podía pedir. Tener aquel musculoso cuerpo sobre el suyo, escuchar la respiración entrecortada de su marido mientras lo hacía suyo, los suaves gruñidos que soltaba cada que lo embestía, lo placentero que era sentirse lleno y anudado cada que llegaban al orgasmo, era uno de los momentos que, aunque lo hacían sonrojar, lo llenaban de una inmensa dicha que no podía describir.
En ocasiones como esta, siempre pensaba que si años atrás le hubiesen dicho que se casaría con el segundo maestro de Gusu land, vestiría los colores de su secta −si la ocasión lo requería− y sería feliz por hacerlo, seguramente se habría echado a reír por lo loco que aquello sonaba.
Si bien, en su vida pasada al igual que ahora, había sido un omega, tener pareja nunca tuvo mucha importancia para él, ya que la mayoría siempre le dejo muy claro que, siendo tan diferente a lo que se esperaba de un omega –Ser dulce, sumiso y educado – ningún alfa estaría dispuesto a enlazarse con él. Por lo que, el tema de enamorarse y formar una familia era una de las experiencias que nunca creyó vivir.
Al menos así fue, hasta que conoció a su esposo.
Quizás al conocerlo no se dio cuenta, el aroma de su marido era el más dulce que había percibido, uno por el cual se sintió atraído de forma inconsciente y que le insto a acercarse, poco sabía que aquello era obra del hilo rojo que los unía, era su destinado, pero su forma tan densa de ver la vida no le permitió darse cuenta.
No hasta ese día... Donde concibieron a su hijo.
El recuerdo de esa pesadilla en donde vio cómo su cuñado se lleva a su hijo, volvía a apoderarse de su mente con fuerza desgarradora, haciendo que su corazón palpitara rápidamente y su pecho se contrajera de dolor.
Cerró sus ojos y apretó las sabanas, tratando en vano de ahuyentar esos recuerdos que, aunque eran parte de una vida pasada, aun le carcomían por dentro y que habían regresado solo para atormentarlo.
Se levantó de pronto, moviendo su cabeza a ambos lados para despejar su mente, respiro profundamente y decidió que, al no poder conciliar nuevamente el sueño, tomaría un baño e iría por el desayuno.
− De nada sirve lamentarme – se dijo así mismo mientras se encaminaba hacia el baño sin ninguna prenda encima, después de todo, era el único que estaba en el Jinshi.
Una vez llego al baño, abrió la puerta del mismo, parpadeando con sorpresa al percatarse que el agua de la bañera ya estaba preparada para él.
− Lan Zhan me conoce bien, incluso supo en que momento despertaría – soltando una pequeña risa al pensar en su alfa.
Cerro la puerta tras de él e ingreso a la bañera, sintiendo como cada musculo de su cuerpo se relajaba al sentir la agradable temperatura del agua. Comúnmente, los baños que tomaba eran dados por su hermoso esposo, quien lo tomaba en brazos aun estando algo adormilado, lo sumergía en la tina para brindarle un caluroso pero satisfactorio baño, lo vestía y lo volvía a meter en el lecho, para que siguiera descansando hasta la hora de la comida.
Las únicas veces que su esposo no llevaba a cabo aquella tarea, era justamente cuando finalizaba su celo, optando por prepararle el baño y dejarlo disfrutar del mismo, así tendría unos momentos a solas y podría despejarse por completo.
Fue durante esos momentos que, pensando en su alfa, que no pudo evitar evocar la pesadilla que tantas noches interrumpía su sueño. Aun cuando minutos atrás se dijo que no debía lamentarse, no podía dejar de lado el pensamiento sobre el paradero de su cachorro y en lo incierto que era para él, la vida que debía tener actualmente.
"¿De qué color será su cabello?, ¿habrá heredado los ojos de Lan Zhan o los míos?" se preguntó apretando la esponja entre sus manos "¿Él estará bien?" dejando la misma aun lado y sumergiéndose en el agua "¿Será feliz?, sé que le pedí al pavo real que le encontrara una buena familia pero... ¿Y si no fue así?"
Conforme esas preguntas se formulaban en su cabeza, pequeñas burbujas brotaron desde sus ojos, indicando que aquellas eran lágrimas que intentaba borrar con el agua pero, por mucho que lo intentaba, el dolor y el remordimiento que estas representaban, solo crecía conforme más y más pensamientos aparecían entorno a su hijo.
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Observo su reflejo en el enorme espejo mientras terminaba de atarse el cabello en su habitual coleta de caballo. Al terminar, su vista se mantuvo al frente, su rostro mostraba algo de cansancio, no solo por las actividades a las que su cuerpo se vio presa durante su celo sino, también, por las noches en las que se despertó a mitad de la madrugada gracias a las pesadillas por lo que, las ojeras, aunque tenues, estaban un tanto marcadas bajos sus ojos.
Durante unos segundos mantuvo la mirada sobre su reflejo y, de un momento a otro, llevo las palmas de sus manos hacia sus mejillas, para golpearlas con las mismas.
− Wei Ying, espabila – se dijo así mismo – no puedes seguir lamentándote, tomaste la decisión y ahora no queda más que vivir con ello – cerrando sus ojos y lanzando un largo suspiro – además, hablamos de mi Shijie, estoy seguro que mi cachorro tiene una buena vida y es feliz – tratando de convencerse así mismo para ahuyentar los remordimientos – Sí, definitivamente lo es.
Con aquel pensamiento, dibujo una amplia sonrisa en su rostro y con determinación se levantó del banco, dispuesto a buscar algo que comer cuando, un suave pero contundente golpe en la puerta del Jinshi lo detuvo.
− ¿Quién?
− Madre, soy yo, A− Yuan.
Con solo escuchar su voz, el rostro de Wuxian se ilumino y se precipitó hacia la puerta del Jinshi, abriéndola de golpe para ver el sonriente rostro de su hijo.
− ¡A−Yuan! – Envolviendo al más joven en un cálido abrazo.
El joven alfa simplemente correspondió el abrazo, sintiendo como el suave aroma a jazmín proveniente del omega, lo envolvía por completo, llenándolo de una agradable sensación que le indicaba que se encontraba en casa.
− ¿Cuándo regresaste? – le pregunto el omega al separarse.
− Ayer por la noche, como fue después del toque de queda, Zewu−jun nos envió a nuestras habitaciones para que descansáramos, por ello no pude venir a verles e informarles de nuestro regreso.
Desde hacía más de una semana que los juniors habían salido en compañía de Zewu−jun –quien había tomado el lugar de su hermano para dirigirlos mientras este último se encargaba del celo de su esposo− para encargarse, a pedido de su líder, de una oleada de cadáveres en una zona dentro de las tierras del clan Lanling Jin.
Cuando Wei Wuxian escucho esto último, no pudo evitar pensar que era algo hecho a propósito y que su sobrino Jin Ling, solo buscaba excusas para ver a sus amigos o, más bien, a una persona en específico. Él sabía perfectamente que la secta Lanling Jin tenía cultivadores capaces que podían realizar dicha tarea pero, conociendo el carácter de su sobrino, este último jamás lo reconocería por lo que, simplemente se limitó a seguir siendo un observador más y disfrutar de la inocencia de la juventud.
− ¿Qué llevas contigo? – dijo al percatarse de la caja que su hijo sostenida por la aza.
− Oh – levantando la caja de donde provenía un agradable olor – como mi padre estaba por reunirse con Zewu−jun, me pidió que trajera el almuerzo en su lugar.
"Cierto, Lan Zhan tiene que informar de lo que sucedido en la secta mientras él no estaba aunque..." dibujando una sonrisa maliciosa "no es como si mi querido esposo estuviese muy al pendiente de ella"
− ¿Mamá? – pregunto al ver la extraña sonrisa en el rostro del omega.
− No es nada – negando con su cabeza y haciendo un ademan con su mano como restándole importancia – pero entremos, muero de hambre.
Su hijo asintió e ingresaron al Jinshi.
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El agradable aroma de la comida impregno el lugar. Wuxian comenzó a disgustarla sin moderación alguna, siendo observado por un sonriente Sizhui, quien disfrutaba ver como su madre disfrutaba de los alimentos que su padre le había preparado.
Una vez el omega termino sus alimentos, su hijo metió con cuidado los platos sucios nuevamente en la caja mientras él se acercaba al compartimiento donde guardaba su amada "sonrisa del emperador" y poder servirse un vaso del mismo.
− ¿Y cómo les fue en la cacería? – sentándose nuevamente en su banco.
− Todo salió muy bien, solucionamos el problema con los cadáveres.
− ¿Encontraron el origen? – tomando un trago de su vaso.
Su hijo asintió, comenzando a relatarle los hechos ocurridos en las tierras del clan Lanling Jin. El como una vieja y secreta fosa donde iban a parar los cadáveres de quienes morían o eran asesinados en aquel lugar, comenzaron a levantarse por las energías resentidas acumuladas en ellos. Los cadáveres atacaban a quienes los habían matado o, a quienes culpaban por su muerte, fuera por una enfermedad u homicidio.
Fue gracias al uso de las canciones emitidas por el líder del clan Lan que lograron calmarlos y así, poder eliminarlos por completo, aunque la zona no fue totalmente purificada por los años de energía resentida acumulada, el clan Lanling Jin, juro encargarse de ello e informarles cuando todo estuviese totalmente limpio de energías negativas.
− Así que... ¿A−Ling se presentó? – dibujando una sonrisa de medio lado.
Su hijo parpadeo por la extraña pregunta.
− Sí, él nos apoyó al igual que algunos cultivadores de su secta – aseguro con una sonrisa.
− ¿Y no te dio curiosidad el que haya solicitado especialmente que el clan Lan los apoyara?
− Un poco pero, por la buena relación que tenemos con ellos, llegue a la conclusión que lo hizo porque se siente más cómodo trabajar con aquellos que considera sus amigos aunque, Jingyi le pregunto directamente, comentándole que podría haberle pedido ayuda a su tío, lo cual causo una pequeña discusión entre ambos.
Wuxian sonrió por lo último dicho, imaginándose aquella escena en su mente.
− ¿Cuál fue su respuesta tras la pelea entre ambos?
− Lo que intuí, que se sentía más cómodo trabajar con nosotros por los lazos amistosos que existen entre nosotros además, siempre ha preferido trabajar con Jingyi y conmigo en las cacerías – concluyo con una enorme sonrisa.
Wuxian soltó una ligera risa al escuchar su respuesta, pensando que su hijo era muy inocente ante las claras indirectas de su sobrino.
− Ya veo – sonriendo mientras tomaba el ultimo sorbo de su vino – "querida Shijie, tu hijo definitivamente heredo la personalidad de su padre, incluso traza los mismos planes para acercarse a quien le interesa..."
Aquella conclusión le causaba algo de gracia. Aun cuando su hijo no compartía lazos de sangre con su esposo y con él mismo, era claro que había adoptado los hábitos y algunas características de la personalidad del primero. Siendo un tanto inocente hacia las claras indirectas y coqueteos de otras personas, fueran alfas, omegas o betas.
Porque, aunque su hijo no se daba cuenta, él se había percatado que su pequeño llamaba la atención de cuanta persona lo conocía, ¿y quién no lo haría? Era un chico inteligente y educado, proveniente de uno de los clanes más prestigiosos del mundo. Actual heredero del clan Lan, con una belleza y elegancia propias de su persona, además de una presencia imponente que, al igual que su padre y tío, lograba doblegar a muchos alfas que han tratado de subestimarlo.
Era en momentos como esos que se recordaba que su hijo, aquel niño que gustaba de babear a Chequing y jugaba con él mientras lo enterraba en la tierra como una col, ya no era tan pequeño y pronto, conforme se acercaba su mayoría de edad, se volvería en todo un hombre.
"Si mi hijo estuviera aquí, estoy seguro que hubiese adorado a su hermano mayor tanto como su padre y yo lo hacemos" pensó con una triste sonrisa en su rostro.
El aroma a picante y algo agrio lentamente comenzó a extenderse por el lugar, llamando la atención del joven alfa, quien coloco un gesto de preocupación en su rostro.
− Mamá – le llamo en un débil murmullo − ¿estás bien?
El omega se sobresaltó al escuchar la preguntan, había dejado escapar sus feromonas sin poder evitarlo, preocupando a su hijo en el trayecto. Negó con su cabeza y sonrió.
− No es nada, solo estaba recordando algunas cosas de mi pasado.
−...
− Cuando era joven también solíamos salir de cacería con otras sectas, y al igual que ustedes, había cultivadores con los que nos sentíamos más cómodos durante las mismas por la amistad que compartíamos – dijo, sabiendo que, aunque tenía algo de verdad en sus palabras, nada tenía que ver con lo que realmente estaba pensando – solo, me puse nostálgico.
− ¿Seguro?
− Si, no te preocupes – levantándose de su banco – pero ya no te entretengo más, seguramente Lan Quiren querrá analizar tu reporte sobre la cacería y si sabe que estuviste conmigo, seguramente querrá imponerte un castigo.
Su hijo sonrió y negó con su cabeza.
− No importa, soportaría cualquier castigo si eso me permite poder estar uno momentos a lado de mi madre.
Aquellas palabras conmovieron al omega, quien solo se movió de su lugar para envolver entre sus brazos al más joven.
− Digno hijo de Hánguāng−jūn – dijo con emoción – no sabes lo feliz que me haces al decir eso, aunque no se comparaba con la vez que me llamaste mamá por primera vez – haciendo sonrojar levemente a su hijo.
El recuerdo aun permanecía en su mente. La primera vez que había sido llamado de esa forma fue hacia más de tres años, después de resultar herido durante una cacería nocturna.
Semanas antes de ese suceso, Wuxian le había preguntado el por qué no le llamaba madre, puesto que Lan Zhan lo había adoptado y legalmente era su hijo. Por lo que, lo más apropiado era que él, como el esposo, omega enlazado y compañero de cultivación que era del segundo maestro de Gusu Lan, debía tomar el rol de su madre.
Obviamente, como un joven alfa criado bajo las reglas del clan Lan, había argumentado que no podía llamarle de ese modo, puesto que no compartían sangre, que aun cuando legalmente era hijo de Hanguang−Jun, tanto sus maestros como los venerables ancianos del clan, siempre le habían recalcado que aquello solo fue para que tuviera un hogar y un clan a quien servir, por lo que no era apropiado que llamara Padre a su protector.
Naturalmente, Wuxian se molestó con aquellas palabras, replicando que nunca debió escuchar a esos ancianos, que para él como para su esposo, él era su hijo, aun cuando no compartieran sangre, lo que los unía era un lazo mucho más fuerte que la misma, el amor de dos padres con su único hijo.
Y aunque las semanas pasaron tras aquella conversación, su hijo siempre se mantuvo firme en su posición hasta aquella cacería, en donde una bestia poseída ataco a un pequeño pueblo de betas. Varios discípulos estuvieron a punto de salir heridos sino fuera porque el omega se colocó en medio para protegerlos.
Aquello resulto con algunos discípulos con heridas menores, su hijo llorando por no haberle ayudado como debía y un Wuxian con una herida en su brazo izquierdo con la sorpresa marcada en su rostro, todo por haber escuchado por primera vez como su pequeño le llamaba mamá entre sollozos, mientras su herida era atendida en el Jinshi por su esposo.
El recuerdo era uno de los más preciados que mantenía, uno que jamás olvidaría mientras siguiera existiendo en este mundo.
− Me marcho entonces – dijo Sizhui con una sonrisa.
El omega asintió y acompaño a su hijo durante todo el camino hasta que llegaron a las enormes escalinatas que conducían hacia las cocinas.
− ¿Saldrá fuera de Gusu? – pregunto girándose para verle.
− Sí, tenía pensado comprar algunas cosas, como tinta, pergaminos, algunos tés para prepararle a Lan Zhan y... Algunas provisiones que se nos han terminado – sonriendo abiertamente por lo último.
Su hijo correspondió la sonrisa, imaginándose fugazmente que era lo que realmente quería comprar ya que, todo lo que había mencionado lo podría obtener pidiéndoselo a los discípulos o a él mismo por lo que, solo había una cosa que el omega querría comprar más que nada en el mundo y solo yendo a Caiyi, lo podría conseguir.
− ¿Quiere que algún discípulo lo acompañe?
El omega negó con su cabeza.
− Iré por mi cuenta, necesito despejarme un poco y tener a alguien siguiéndome a cada paso que dé me provocara ansiedad.
−...
− Estaré bien, Lan Zhan y tú se preocupan demasiado.
− Es que, como su... Bueno... − sonrojándose ligeramente – el postcalor de un omega a veces puede hacerle recaer ya que sus defensas están bajas por la deshidratación, la falta de nutrientes, podría desmayarse, descompensarse y...
− ¡Vale, ya entendí! – respondió algo acalorado, si bien era conocido por ser una persona totalmente descara y sin un ápice de vergüenza, hablar con su hijo sobre el calor de un omega y su posterior cuidado era algo que sin duda le abochornaba – Estaré bien, sabes que un... Omega enlazado solo sufre durante su postcalor sino recibe la suficiente energía Yang cuando este termina, por lo que no debes preocuparte, tu padre es un alfa muy cuidadoso y no me dejaría estar solo si antes no se cercioro de que mi energía fuera estable como para que salga sin compañía.
Su hijo frunció el ceño aun un tanto preocupado.
El omega suspiro y continúo.
− Si algo me ocurre, puedo llamar a Wen Ning y en dos segundos el estaría a mi lado para protegerme de lo que sea.
El joven alfa soltó el aire que estaba conteniendo y respiro con más tranquilidad.
Aunque en el pasado su padre no era muy tolerante con la presencia de su tío − ya que el historial del general fantasma no era muy alentador − después de que ambos se casaran y regresaran a los recesos de la nube, su padre había llegado a un acuerdo con su tío Ning.
Permitiría que ayudara a los discípulos de Gusu Lan –aunque esto último solo fue insinuado− y que su esposo lo convocara en casos de extrema necesidad, a cambio de que se mantuviera lejos de las demás sectas, ya que aun cuando se descubrió que todo lo sucedido tras la muerte de Jin Zixuan había sido culpa del anterior líder de la secta Lanling Jin, muchos aun lo odiaban por las miles de muertes que provoco, por lo que mantenerse al margen de las mismas, evitaría algún futuro enfrentamiento que involucrara al clan Lan y al ex patriarca Yiling.
Por lo que actualmente su tío Ning residía en una pequeña cabaña que construyo en una zona oculta y alejada de Caiyi, lugar donde solía visitarlo, cuando tenía unos momentos para ello.
− De acuerdo.
− Entonces me marcho – dándose la vuelta para darle la espalda y comenzar a caminar hacia las enormes escaleras que daban hacia las afueras de Gusu.
− Madre.
El omega se detuvo y se giró.
− ¿Mmm?
− Olvide darle algo – metiendo su mano dentro de sus túnicas mientras caminaba hacia el omega – tome – entregándole un pequeño pedazo de papel doblado cuidadosamente.
− ¿Qué es esto?
− Jin Ling me pidió que se lo entregara, solo me comento que es un escrito donde le invita personalmente a su celebración de cumpleaños.
− Ah, Es cierto, la próxima semana es su cumpleaños – desdoblando el papel que su hijo le había entregado, soltando una carcajada cuando termino de leer las breves líneas que su sobrino le había escrito.
A−Yuan alzo una ceja al escucharle reír.
− Lo siento es que, A−Ling tiene una forma muy peculiar de pedirme que vaya a su celebración.
Su hijo solo sonrió por lo dicho.
− ¿El hermano mayor recibió invitación?
− Sí, el pergamino con la invitación formal hacia el Clan Lan, le fue entregado personalmente a Zewu−jun durante nuestra estadía en la torre Koi.
− Ya veo... Pero no te entretengo más, debes irte, seguro que el viejo Quiren está por salirle una ulcera al ver que no llegas con tu reporte.
− Cierto – girándose un poco, no sin antes despedirse de su mano con una ligera reverencia y encaminarse hacia las cocinas para dejar los platos sucios.
Wuxian lo despidió con una sonrisa hasta que finalmente lo vio desaparecer en el horizonte. Con alegría regreso su vista hacia el escrito que su sobrino le había enviado y no puedo evitar que un sentimiento de alegría se apodera de su pecho.
"Estimado Wei Wuxian.
Pronto se llevara a cabo una celebración en Lanling Jin en honor de mi cumpleaños número dieciocho.
La invitación al clan Lan le fue entregada personalmente a Zewu−jun.
No es como si estuviera esperando que vengas, por lo que no estás obligado a venir si no quieres.
Atentamente
Jin Rulan
Líder de la secta Lanling, Jin.
Posdata:
Espero verte ese día.... Y no estoy rogándote"
Al terminar volvió a doblar el pedazo de papel y lo metió dentro de sus túnicas. Se giró nuevamente y se encamino hacia la salida de Gusu Lan.
"Creo que la sonrisa de emperador puede esperar" pensó mientras bajaba las grandes escaleras "¿Cuál sería un bueno regalo para Jin Ling?"
つづく / Continuara...