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EL DESPERTAR DE LA LLAMA por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 8.

 

Tsuna caminaba por fin solo en los pasillos de la escuela, había logrado escabullirse de la bola de gente que ahora parecía que lo acosaba, se sentía incómodo por su presencia, ya que nunca había estado con tantas personas en su vida, tampoco había sido “apreciado” por otro ser vivo aparte de sus padres, no había podido llamar a nadie “amigo” y a estas alturas en cualquier escuela ya habría logrado que toda la comunidad estudiantil le dejara de hablar, pero ahora le hablaba a dos chicas, tenía un amigo, Gokudera el desconocido peliblanco al parecer lo veneraba, Mukuro y Hibari no lo dejaban a sol ni a sombra y su maestro quería entrenarlo para salvar a personas que según él, tenían un poder especial.

Se tiró en el rincón de la azotea donde nadie podría verlo y así poder disfrutar de la tranquilidad que no había podido tener en 3 días, vio a los alumnos en el patio conviviendo, jugando y abrazándose, lo cual parecía un sueño inalcanzable para para él, a pesar de que ya Yamamoto lo abrazaba demasiado y Kyoko la chica que salvó el primer día no se había separado de él hasta llegar a la escuela, a su parecer para evitar que siguiera tomando confianza con Nagi.

Volvió a suspirar y se hizo bolita, cerró los ojos para poder descansar un poco antes de las siguientes clases, pero no contaba que el cansancio mental fuera más que el físico, así que se quedó dormido, durante el sueño volvió a ver al hombre con la flama en la cabeza junto a otros individuos sentados en una mesa que lo observaban, no distinguía sus rostros, pero se sentía familiar.

“Tsuna, debes despertar, es hora de que despiertes” el hombre se paraba y empezaba a alejarse de la mesa y delante de su caminar las otras 6 flamas de colores aparecían y lo rodeaban como si lo estuvieran protegiendo y a lo lejos se veía un hermoso campo donde una luz demasiado brillante estaba sobre un pedestal enorme, la luz a pesar de la lejanía parecía querer quemarlo, ya que aumentaba su brillo, pero él no sentía ningún ardor, al contrario, sentía su corazón cálido y llenó, como si estuviera abrazando a su madre, “Tsuna aléjate, debes despertar o sino va a encontrarlos” nuevamente la voz lo incitaba a alejarse, pero no quería hacerle caso, ¿quién era esa mujer que le hablaba? “¡Tsuna, Despierta!”

Abrió los ojos de golpe y se encontró con la reja que lo separaba del precipicio completamente derretida, ya nada lo separaba de la muerte, pero entonces una mano lo tomó del brazo, lo alejó de la cornisa y lo puso en un lugar a salvo, volteó a ver quién lo había quitado y se sorprendió al ver a su tutor en ese lugar.

 

-         Reborn – el pelinegro le apuntó con su arma, pero Tsuna no se sentía en peligro, al contrario, sentía la preocupación palpable del hombre delante de él, así que no se asustó al contrario lo seguía viendo a los ojos.

-         ¿Por qué mierda haces eso? – el pelinegro mayor lo vio a los ojos y notó la tonalidad naranjosa y se sorprendió al punto de bajar el arma quedando sin defensas ante la mirada del menor, no recordaba que Luce también lo viera así, estaba seguro de que ese niño tenía un alma aún más transparente que la de su jefa.

-         Perdón – ambos se quedaron callados y viéndose a los ojos, Tsuna viendo el dolor de su maestro y Reborn pensando en que ese niño tenía un poder diferente al de cualquiera de los usuarios de la llama de la última voluntad.

-         ¿Qué haces con mi herbívoro? – Tsuna saltó del susto, ya que no sabía en qué momento se había quedado embobado viendo a su profesor y tampoco se había dado cuenta de la presencia del presidente, así que también era desconocido cuanto tiempo llevaba observándolos.

-         No le doy explicaciones a niños – Reborn tomó a Tsuna del cuello y lo cargó como si fuera un saco de papas y lo llevó al salón para empezar las clases, todos lo veían con lastima, ya que ese profesor había ganado mala fama desde el primer día.

 

Al terminar las clases Tsuna se quedó por orden de Reborn para completar todo lo que le hacía falta por culpa de no haber asistido a clase, el castaño estaba aterrorizado imaginando la clase de castigo que le esperaba a manos de su tutor, todos lo habían visto con lastima y hasta cierto punto lo daban por muerto y tal vez no estaban tan alejados de la realidad.

Mientras esperaba en el salón a que Reborn llegara Yamamoto y Gokudera le hacían compañía, Kyoko se había ofrecido a prestarle los apuntes y así estuviera mejor preparado y él estaba tan nervioso por su presencia que no había pronunciado ninguna palabra, pero aun así había aceptado su ayuda, al cabo de unos minutos copiando lo que decía su cuaderno de repente sintió que algo malo estaba pasando, así que se quedó quieto y volteo hacia la ventana, debía concentrarse si no quería volver a perder el conocimiento, ya que si volvía a faltar Reborn no se lo perdonaría.

Su mente viajo no muy lejos de la escuela, estaba un grupo de hombres reunidos en una sala, dentro de un edificio lujoso, se podían ver drogas y dinero en la mesa y un hombre moribundo en la habitación pidiendo ayuda con una voz inaudible para cualquiera en la habitación, pero con ese simple quejido Tsuna sentía que su corazón lloraba de tristeza, volvió a la realidad de golpe al oír la puerta del salón abrirse y al ver a sus compañeros se dio cuenta de que había tardado en esa visión más de lo que pensaba, ya que lo veían espantados.

No le tomó mucha importancia y tomó el teléfono y empezó a mandarle mensaje a Hibari para informarle de la situación, de verdad quería salvar a ese hombre, pero sólo podía confiar en el presidente para llevar a cabo esa misión, ya que si fuera por él acabaría molido a golpes.

 

-         ¿Qué hacen todos ustedes aquí? – Reborn vio a los intrusos en su clase especial de manera asesina y todos empezaron a sudar frío, pensaban que podían estar presentes “insinuando que necesitaban reforzar el conocimiento”, pero no se sentían con la seguridad de poder decirle eso sin que él los matara por no aprender en su clase – si no van a contestar ¿Qué están esperando para largarse? – y así Kyoko y Yamamoto salieron desanimados, pero indicándole a Tsuna que lo esperarían afuera, mientras Gokudera esperaba ser la excepción, pero al ver la mirada de Reborn supo que esa clase era especial – bien Dame – Tsuna – el castaño abrió los ojos como platos, ¿cómo sabía su apodo? – he estado investigando todo sobre ti, ya que debía de saber que tanto debía de entrenarte, debo decir que jamás había visto un expediente tan deprimente como el tuyo – el castaño se sentía humillado y avergonzado por la declaración de su maestro – sin embargo, creo que eso te hace tan especial – al oír como había pronunciado la palabra “especial” no sabía si tomárselo de manera insultante o halagadora, pero prefirió no tentar su suerte y dejó que su tutor continuara con la clase.

 

Reborn se la pasó explicándole más sobre la familia a la que pertenecía y le había dicho que un tal Giotto se había encargado de hacer un grupo que se encargaba de proteger a aquellos que poseían la llama de la última voluntad, pero había sido traicionado y su grupo que se encargaba de proteger ahora hacía otra clase de negocios, eso le espantó, ya que al mencionar esa palabra había puesto un rostro bastante aterrador, al final por culpa de esos negocios habían sido encontrados nuevamente y empezaron a ser cazados para robarles su poder, ahora solamente quedaba él libre para poder salvar a los demás o eso se creía, ya que no se habían revelado ubicaciones de más personas.

Durante la explicación Reborn le mostró la imagen de un jardín que parecía de ensueño y le explicó que eran los terrenos de la familia Vongola, que es el apellido de Giotto y que por línea de sangre también le pertenecían, ya que por parte de su padre era descendiente directo de él, lo cual lo colocaba en un estatus importante ahora que al parecer varios de sus líderes habían sido asesinados, comentario que no le daba mucho ánimo.

 

-         Ese lugar yo ya lo conozco, pero falta la luz que alumbra sobre el pedestal – Reborn se quedó callado y miró la imagen como tratando de entenderla.

-         En ese lugar no hay ninguna fuente de calor, en teoría están prohibidas, ya que las plantas que ahí vez se le llaman rio de fuego, al menor contacto con el calor se incendian – Tsuna pensó que era una pésima idea poner esa clase de plantas ahí, pero no iba a pelear por ello.

-         En una de mis visiones yo vi ese lugar, un hombre se acercaba ahí, protegido por 6 llamas de otros colores y en ese pedestal había una bola enorme de fuego – el pelinegro entonces tomó en serio el comentario, al parecer su alumno ya había tenido contacto con los anteriores jefes.

-         ¿Qué más ves en tus visiones? – Tsuna le describió los dos sueños que había tenido sobre el hombre misterioso y también le había contado de la voz de la mujer que siempre le decía que debía de despertar y que nunca lo dejaba ir más lejos – interesante, creo que por el momento dejaremos la teoría y pasaremos a la acción, debemos ayudarte a que dejes de tropezar con tus propios pies y puedas correr de manera adecuada – así que ambos fueron a la salida posterior, por donde entraban los maestros, Tsuna le mandó un mensaje a Yamamoto indicándole que se fuera sin él, ya que el tutor lo llevaría a casa, cuando terminó de enviarlo Reborn lo guio hasta un Maserati de color azul eléctrico.

-         ¿Este es su carro? – Tsuna no quería ver tanto al carro, ya que pensaba que lo iba a desgastar solo con la mirada, pero era imposible no verlo.

-         Sólo súbete, Dame – Tsuna -  con miedo a rayarlo se subió lo más cuidadosamente posible y al ver los asientos de piel negra y el tablero táctil se sintió intimidado por todo el lujo.

 

Llegaron a lo que parecía un estadio miniatura, ya que no contaba con estacionamiento tan grande como cualquier otro, tampoco tenía tantas gradas, pero por dentro estaba equipado como si fuera un salón olímpico para entrenar, había piscina normal y para clavados, maquinaria para hacer ejercicios, pistas para correr, canchas de futbol, básquet, tenis, etc.

Tsuna había oído de sus compañeros que su profesor era un verdadero espartano al momento de entrenar y estaba bastante asustado, si en la escuela solamente con una pista para correr y un par de balones podía hacer que sus amigos chillaran de dolor, no quería ni imaginarse lo que le esperaba a él.

 

-         Bueno solamente es cuestión de que corras 5 vueltas alrededor de la pista sin caerte – Tsuna se sintió aliviado de que solamente fuera eso – recuerda hacer los estiramientos correctos – el castaño vio a su profesor alejarse y entrar por una puerta, mientras él se tomaba con calma el poder correr en esa pista, ya había logrado correr 3 cuadras jalando a Yamamoto, que tan difícil podía ser eso, poco le duro el gusto porque escucho un gruñido detrás de él y vio a Reborn soltar la cadena de un perro galgo color negro – Recuerda Tsuna, no tropieces o el perro te comerá vivo, ah y olvide mencionarlo, si caes vuelves a empezar desde cero.

-         No puede hablar en serio…

Y así ese día Tsuna entendió porque sus compañeros habían llorado amargamente la clase de educación física.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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