La sangre llama a la sangre
Loki parecía desesperado por volver a estar a solas, no en vano se encontraba en mitad de una de sus oscuras tretas, afanado en intentar salir de allí. Desde que despertó en Helheim no había dejado de poner en marcha sus más retorcidos planes, primero con el objetivo de derrocar a su hermana mayor, Hela, quien tras destruir Asgard gobernaba aquel submundo como Reina de la Muerte. Una vez que se dio cuenta de que no deseaba ser el soberano del infierno, Loki concentró todos sus esfuerzos en escapar, hasta el momento sin éxito alguno.
Aquellos dos fantasmas envueltos en una neblina de tonalidad verdosa seguían mirándole sin decir palabra. Su hermano con su cara de idiota habitual, el tipo canoso del ceño fruncido al final se atrevió a hablar.
- Va a ser padre. - Dijo Strange poniendo una mano sobre el hombro de Thor. Creía que Loki ya sabría algo de aquel asunto, si había estado colándose en sus sueños como el rubio le había dicho. - Te echa de menos. ¿No hay algún modo en el que podamos ayudarte a salir del reino de los muertos? Porque tú no estás muerto, ¿verdad?
- Un momento... - Loki intentaba procesar la información. - ¿Has dicho que éste va a ser padre? - Preguntó asombrado, apuntando a su hermano mayor con el índice estirado.
Bajo el dedo acusador de Loki, Thor sonreía de oreja a oreja como un bobo, asintiendo con la cabeza y sin poder hablar.
- Estás vivo. - Sentenció Strange respondiendo a su propia pregunta. - De lo contrario el hechizo no habría funcionado. Usé su sangre. La sangre llama a la sangre, ya sabes, pero no funciona con los muertos.
- Quedé atrapado aquí después de un tiempo en el que no recuerdo nada de nada. - Loki seguía dándole vueltas a la idea. - ¿Voy a ser tío? - Y de nuevo la estúpida sonrisa de Thor como respuesta.
- Esa falta de recuerdos duró probablemente cinco años. - Stephen intentaba darle sentido a todo aquello. - Cuando deshicieron el Chasquido, por alguna razón que desconozco, debiste regresar a la vida pero ya estabas en Helheim y ahora no puedes salir.
- Puedo proyectarme, conservo mis habilidades. Thor, ¿vives en Nuevo Asgard, no es así? - Loki sonrió con malicia y desapareció ante sus ojos.
- ¡Hermano! - Le llamó en un grito. Pero ya era tarde, se había ido.
- Ah, será mejor que te lleve a casa. - Dijo Strange soltando un gran suspiro. - Oye, creo que tú y Loki tenéis una relación algo enfermiza.
- Son cosas de hermanos. - Thor se encogió de hombros y sonrió levantando las cejas.
A Stephen el mundo helado y oscuro de Helheim ya le había causado suficientes escalofríos. Como Loki preguntó si Thor vivía en Nuevo Asgard, pensó que al desaparecer era allí dónde habría ido. No se equivocaba. Usó su magia para trasladarse ambos, él y el dios del trueno, a la pequeña cabaña donde éste había establecido su hogar junto a Peter. No tardaron más de un segundo.