¡Que alguien coja esto!
- ¿Y qué se supone que tengo que hacer yo? - Loki se agitaba nervioso, Banner aún le tenía firmemente sujeto del brazo. Echando un vistazo al paciente tendido en la mesa de quirófano, se revolvió. - ¡Ah, pero qué asco! ¿Le has rajado la barriga? Mira, Thor, tu bebé está ahí dentro... ¿por qué no lo sacáis y ya está?
- No podemos. - Strange hizo un último esfuerzo con las pinzas intentando extraer a la niña pero de nuevo tuvo que rendirse. - ¿Te dijo Lyse algo más cuando fue a buscarte al infierno? ¿Cómo traerla al mundo, por ejemplo?
- ¡No! ¡Esto es ridículo! - Loki se zafó al fin de la manaza del gigantón verde y se alejó unos pasos. - No me dijo nada... ¿Creéis que soy una comadrona?
- Hermano... - Thor le miraba con una súplica en los ojos. - Haz tu magia, te lo ruego.
- ¿Quieres que entre ahí? No creo que quepa... - Se burló Loki señalando el vientre de Quill.
- Ella te trajo para que la ayudases a nacer. - Dijo May convencida de que estaban en lo cierto con aquella loca teoría. - Así que hazlo.
Thor volvía a sostener la mano de Peter apretándola con fuerza, contemplando a su dormido amor con verdadero pánico de perderles a él y a su bebé. Luego levantó la cabeza para suplicar de nuevo a Loki en silencio, con sus ojos tristes, que hiciese algo por remediar la tragedia.
Fuera del quirófano, en la sala de espera, Rocket paseaba nervioso de un lado a otro cruzándose con Kraglin que hacía lo mismo. Pepper dejó que su hija se entretuviera examinando las extrañas manos de Groot, quien hizo brotar una flor amarilla para ella, y se dirigió al xandariano para darle un abrazo.
- Tranquilo, Strange sabe lo que hace. - Le dijo al oído.
- ¿Ah, sí? ¿Cuántos partos de medio celestiales ha atendido? - Preguntó Rocket con rabia.
Drax arrastró al mapache del brazo hasta sentarlo en un sillón a su lado, rascando su cabeza por detrás de las orejas procuró que se relajara un poco.
La luz que envolvía al bebé brillaba con más intensidad si cabe ante su presencia allí. Loki no sabía qué hacer, se sentía muy presionado por las miradas de Strange y la enfermera Parker, amén de algo acojonado con Banner a su espalda clavándole los ojos en la nuca. El dios del engaño observó a su hermano y vio cómo una lágrima escapaba de su ojo bueno, deslizándose por la mejilla hasta perderse en la cuidada barba. Thor estaba sufriendo, tenía que actuar.
- Veamos... - Murmuró al fin. - Apártate, mago, y tú enfermera. Dejadme sitio, voy a...
- ¡Cuidado! - Gritó May al ver cómo Loki simplemente introducía sus manos en la barriga abierta de Quill.
- Strange... - Banner advirtió que el monitor con las constantes vitales del paciente acababa de dispararse. - ¿Y si se despierta?
- Thor, tendrás que sujetarle. - Ordenó el doctor atento a los movimientos de Loki. - Bruce, prepara más anestesia por si es necesaria.
El brillo que protegía a Lyse del exterior se había vuelto tan luminoso que obligó a todos a entrecerrar los ojos y apartar la vista. Únicamente Loki resistía el resplandor aguantando la respiración, sintiendo en las puntas de sus dedos, a través de los guantes de látex, el tacto resbaladizo de la piel de su sobrina. Una vez estuvo seguro de poder sostenerla con ambas manos, simplemente tiró de ella y el cordón umbilical acabó arrastrando la placenta.
- ¡Qué asco! - Gruñó Loki con gesto de repugnancia, viendo cómo el mago cortaba y pinzaba el cordón por encima del ombligo del bebé. - Por favor, ¡que alguien coja esto!
- Déjame a mí. - May tomó a la niña de las manos de su tío y la examinó. - Parece estar bien, brillante pero bien...
- Banner, acércame el kit de sutura. - Solicitó Strange dispuesto a terminar la operación cuando algo le interrumpió.
- ¡Aaaaaah! - Se escuchó un alarido que llenó el tenso silencio rebotando entre las paredes y el techo del quirófano.
El grito les dejó inmóviles. Peter se había despertado y se agitaba tratando de llevarse las manos al vientre. Thor a duras penas podía sujetarle y Banner, tembloroso, no acertaba a inyectarle una nueva dosis de anestesia.