Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"De cangrejo, a mi doncella" por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 14. “Lo que callamos los crustáceos”


- 🌸 -


Los pasos sonaban lento y el eco se hacía presente entre las paredes del pasillo que llevaba a la salida superior del templo de la balanza. Aioros había soltado a Deathmask un poco antes de llegar a ser tocados por la luz del sol exterior. Pero se detuvo antes de poner un pie afuera de Libra. Se volteó en dirección a Cáncer para saber cómo estaba luego de lo que ocurrió poco tiempo atrás.


—Death, ¿estás molesto por lo qué trató de hacerte Dohko?


La italiana veía al suelo, el flequillo se negaba a dejarle visible la mirada ceñuda que no la había abandonado desde que Aioros le tomara de la mano. La verdad era que Deathmask estaba furioso, pensaba qué diablos les estaba pasando a los demás con él, estaba harto de ser tratado diferente.


Con lentitud subió el rostro hasta dejarlo frente al del griego, pero aún se negaba a mirarlo.


—No estoy molesto Aioros —empezó con tono suave, uno que quedó atrás al continuar—. ¡Estoy qué me lleva Hades!


Su grito rabioso asustó al arquero que saltó un poco en su lugar, no se esperaba esa reacción por parte de su acompañante. Exhaló aire por la nariz y negó.


—Supongo que comprendo tu enojo Death —le hablaba Aioros con calma—, pero enojándote no resolverás nada.


—Para ti es fácil decirlo —respondió con tono cansado—, tú no estás transformado en una mujer —cerró sus ojos dándole el perfil derecho al mayor. Suspiró abriendo de nuevo sus orbes para ver a Aioros, preocupado—. ¿Sabes? No quería decirlo pero he sentido que mi fuerza con esta apariencia ha disminuido… Es decir, nunca he sido el más fuerte ni nada pero ahora me siento más débil de lo que podría tolerar y detesto sentirme así…


Deathmask parecía estar avergonzada y triste ahora. Aioros por su parte se sentía preocupado de escuchar lo que la chica le estaba confiando y un sentimiento de temor apareció en él por pensar que en una situación de riesgo inesperada Death no podría hacer frente.


—¿Por qué no dijiste esto antes? —se acercó más a la menor, ésta se pegó a un muro con la vista baja.


—Pregunta la tuya arquero —sonrió irónica—, ¿qué acaso no sabes que detesto ser el centro de atención? Ya ni se diga de causar lástima o algo por el estilo… —alzó la vista con seriedad— Además, no quiero ser una molestia para ti o para Dita.


Aioros suavizó la mirada seria que se le puso cuando Death sonriera. La parte final de lo que escuchó le dio ternura, Death podría ser alguien con carácter complicado pero aunque no lo conociera tan bien como Shura o Dita, Aioros estaba convencido de que la calidez de su corazón estaba ahí detrás del muro protector que el mismo crustáceo se fue construyendo con el pasar de los años y las batalles vividas.


—Death, tienes que dejar de esconder tu sensibilidad. Me preocupa que si algo llegara a pasar, tú no puedas defenderte y antes de que alegues —interrumpió las palabras que veía venir de ella—, yo sé que no es porque no lo puedas hacer, o no seas poderoso sino que este cambio ha desestabilizado tu cosmos y por eso sientes que tu poder no es el mismo. Escucha, creo que sería bueno que también se lo digas a Afrodita, él es tu amigo y al igual que yo desea ayudarte en lo que más pueda.


—¿He escuchado mi hermoso nombre…? —la voz cantarina del sueco interrumpió la conversación de los otros dos, ganándose la mirada de sus compañeros. Dita pudo notar que Death suspiraba mientras que Aioros le daba una leve mueca a modo de sonrisa, interrogante volvió a hablarles una vez estuvo con ellos— ¿Qué sucede, por qué esas caras?


—Death está molesto por lo ocurrido con Dohko —comentó Aioros, Death se cruzó de brazos separándose de la pared.


—Así que es eso… —Dita suspiró pesado— Lamento todo ese asunto, no sé que es lo que les pasa a todos ahora contigo pero parece que Athena tenía razón, no es bueno que andes solo.


—Estoy harto de todo, pero lo peor es que no es todo —Death volteó a ver al arquero como buscando aprobación, éste asintió y Dita la miró con atención—. Le estaba diciendo a Aioros que mi fuerza a disminuido con este cambio de género, mi cosmoenergía es más baja que antes…


—¿¡Qué!? ¿Por qué dices eso? —Afrodita arrugó el entrecejo preocupado.


—Porque puedo sentirlo Nemo… —contestó con fastidio— Mi cosmos está más débil pero no comprendo por qué, lo mejor es que vaya a hablar con Athena —se mordió el labio inferior como forma de apaciguar su inquietud.


Lo que Deathmask no sabía era que el cambio que su cosmoenergía estaba sufriendo se debía a la propia inestabilidad emocional que sus hormonas femeninas ocasionaban al estar prácticamente entrando a su primer periodo de fertilidad. Algo que sin duda iba a tomar por sorpresa al pobre e inexperto cangrejo, en especial cuando recibiera la visita de Andrés… el que viene cada mes…


- 🌸 -


—Oye Aioria, ¿sientes eso? —Milo había sentido tres presencias acercarse desde Libra a su templo.


—Sí, lo siento —concedió—, son tres presencias, una es más débil y otra es sin duda de Aioros. ¡Milo, hay vienen! —exclamó el de Leo asustando al escorpiano— Esta es nuestra oportunidad para empezar a llevar a cabo lo que acordamos —tomó a Milo de los hombros sacudiéndolo un poco.


—¡Ya Aioria! —se alejó de su amigo para acomodarse el cabello— Si quieres que esto funcione no me despeines, tengo que verme bien para la nena de Cáncer —le sonrió coqueto.


Aioria lo miraba con cara de. ¿Realy?


—Me gustaría ver que le digas así al Deathmask que todos conocemos —se rió.


—Claro —le sonrió desafiante—, le diría “hola nene, ¿a qué horas sales por el pan?” —alzó las cejas de modo pícaro, logrando que Aioria negara divertido.


—No tienes remedio bicho…


—Ni lo quiero tener… —canturreó a lo Enrique Bumbury.


—¿Has estado escuchando a Los Héroes del Silencio? —indagó con una ceja alzada.


—Tal vez, ya sabes que me gusta un poco de todo —se alzó de hombros.


Aioria estaba por decirle algo referente a su ensalada de gustos musicales pero un cosmos se anunció con fuerza en la entrada. Aioros y compañía habían llegado al templo de Escorpio. El dueño del templo y su invitado de Leo fueron a su encuentro, viendo en primer lugar a Piscis y Sagitario y tras ellos Cáncer que se notaba bastante inquieta.


—Buenas tardes —fue el escueto saludo de Afrodita al entrar.


—Buenas, buenas —respondió Milo recibiéndolos con una sonrisa ladina, Aioria detrás de él.


—Buenas tardes Milo —saludó el arquero al nombrado, pronto reparó en la presencia de su hermano menor en esa casa—, Aioria no imaginé que estuvieras aquí.


Leo contestó con calma a lo dicho por el mayor.


—Es que Milo me acompañó a Rodorio a comprar provisiones, ya vez que ayer no tenía nada y Death tuvo que llevar algunas cosas de su templo. Entonces al volver y dejar todo acomodado en Leo, me ofrecí a ayudarlo a traer sus cosas a Escorpio y me he quedado un rato con él —aclaraba, y de hecho no era mentira pero más que simplemente estar ahí, el león y el escorpión estuvieron preparando su tan bien y elaborado plan —sí, como no…— para saber si Aioros reaccionaría de algún modo al presenciar el acercamiento descarado de Milo a Deathmask.


Afrodita por su parte se mantenía al lado de la jaiba, pero Death necesitaba anunciarle algo a Leo.


—Oye Aioria —el nombrado la miró—, voy a ir a tu templo más tarde para recoger algunas de mis cosas, no me lo llevaré todo porque mañana volveré de nuevo a dormir en tu templo. ¿Te parece si voy a las cinco?


—Claro, yo estaré ahí para recibirte —respondió con calma, pero viendo de soslayo a Milo quien entendió rápido lo que tenía que hacer.


Aioros y Aioria se enfrascaron en una charla donde se contaban a medias lo que había sido el entrenamiento por parte de Leo y la odisea de comprar cosas desconocidas por parte de Sagitario.


Milo notó como Dita se alejaba de nuevo con dirección a la entrada y aprovechando eso se escabulló hasta quedar bastante cerca de la chica. Ésta sorprendida por la inesperada aparición del bicho, parpadeó nerviosa, Milo por su parte rodeó la femenina cintura con su brazo izquierdo para acercarla a su escultural figura masculina.


—¿Qué tal mi estimada crustácea, cómo te trata la vida? —le dijo Milo con una sonrisa, Death alzó una ceja confundida.


—Ah… Milo, ¿qué diablos crees que haces? —tratando de crear distancia entre ambos Death le cuestionó con una vena latiendo en su sien.


—Oh sólo estoy saludándote, ¿acaso es un delito? —le dijo con inusitada inocencia que no le quedaba— ¿Verdad qué no? Es decir, delito sería que yo te secuestrara sólo para mí, pero aún no sé como lograrlo —sonrió de una manera que al mismo Deathmask de Cáncer le dio escalofríos.


Ese sexto sentido que se activó el mismo día que su género cambió le gritaba. “¡Corre, perra, corre! Y sin duda eso iba a hacer.


—¡Milo déjame en paz, o te juro que serás la primera decoración de las nuevas caras que habrá en mi templo bicho depravado! —amenazaba molesta, ante ese grito Aioros se acercó y Aioria se mostraba atento de como fuera a reaccionar su hermano


Dita al escuchar a Death se acercó también de donde estaba pensando las palabras que iba a decirle a Camus cuando le ofreciera su presente. Al estar más cerca le gritó a Milo al mismo tiempo que intentaba separarlo de su amigo.


—¡Oye alejate de Deathmask, alacrán calenturiento! —Dita de nuevo saltaba al rescate.


Pero a pesar del intento del pez, fue inútil. A Milo no le importaban las amenazas de los otros dos signos de agua y jalaba a Deathmask de aquí para allá.


—¡Milo de Escorpio, qué crees que haces! ¡Deja a Deathmask ahora mismo! —vociferó Aioros bastante molestó al llegar frente a la escena.


La verdad era que al castaño le molestaba ver la manera en la que Milo tenía sujetado a Deathmask, acababan de lidiar con Dohko hace poco y ahora también se sumaba Milo. Aioros estaba luchando por mantener el control sobre sí mismo. No quería que nadie tocara a Deathmask de esa manera ni de ninguna otra.


—¡Suéltame ahora mismo bicho! —Death luchaba por liberarse del agarre del griego pero éste quería saber hasta que punto estaba dispuesto a llegar Aioros con tal de defender al cangrejo.


—No te preocupes Aioros, no planeo lastimar a Death, sólo lo estoy abrazando como ahora está esponjoso hay que aprovechar, ¿no? —sonrió con descaro.


—¡Basta ya! —sin aviso y con velocidad Aioros logró acercarse lo suficiente a donde estaban los de tenazas para separarlos. Dio a Milo un sonoro golpe en la cabeza como castigo de su impertinencia y a Death lo alejó con el ceño fruncido del resto— Escuchame Milo, no quiero verte cerca de Death de nuevo y mucho menos ver que lo tocas sin su consentimiento. Ya te lo había dicho antes, debes respetarlo y de seguir así se lo diré a Athena —lo amenazó.


Aioros estaba realmente molesto, Aioria veía todo sin saber que pensar, dada la bondad de su hermano era difícil saber si sus acciones eran por celos o porque era lo correcto. Chasqueó la lengua inconforme.


Milo se sobaba el golpe, comprendía que tuvo mucha suerte de que el mayor no fuese muy duro con él. En los problemas en los que se metía por hacerle caso a Leo, ya se las cobraría con él por eso, ahora estaba seguro de que acercarse a Deathmask sería suicidio que no estaba dispuesto a llevar a cabo.


—¡Estoy harto de este Santuario, de su gente! —exclamó Deathmask roja de indignación y enojo— No se que carajos les pasa a todo el mundo conmigo, pero no estoy dispuesto a tolerarlo. No soy un jodido juguete para que me hagan para donde les de la gana, si vuelves a hacer algo como esto Milo, te enviaré al averno… ¡Me largo de aquí! —sin agregar más palabra Death se encaminó a la salida trasera de esa casa.


Afrodita y Aioros negaron y se dispusieron a seguir a la de cabellera azul. Al verse solos Milo se acercó a Aioria.


—Muy bien Aioria, más te vale que busques a otro conejillo de indias para tus experimentos porque ni con las drogas de Saga en mi sistema vas a hacer que vuelva a coquetear con la muerte. Ese golpe me acomodó el cerebro… —se quejó molesto.


Aioria miró a Milo cansino y suspiró.


—Me vas a matar —el otro volteó a verlo rabioso—, no pude diferenciar si el actuar de mi hermano fue por celos o porque lo que hiciste no fue correcto —le vio apenado y nervioso. A Milo le dio un tic en el ojo derecho. ¡Se había sacrificado para nada!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).