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Memorias de Christopher y de como conoció a Eric Sammet por AyameKiryu

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Me bajé más los pantalones, se sentía apretado con su mano ahí adentro, Eric silvo cuando vio mis braguitas, 

-¿Te gustan?

-Me encantan, y dime, ¿que tanto te enseñaba Jade?

-Muchas cosas-me senté bien y me acomode, una pierna a cada costado de las suyas y abracé su cuello, le di un beso en los labios y comencé a mover mis caderas sobre sus muslos frotaba mis nalgas en su pelvis intentando hacer los movimientos que ella me enseno, como si estuviera bailando-así-le sonreí y me devolvió el gesto, luego me agarre del borde del escritorio y me impulse para sentarme ahí arriba, justo enfrente de él.

-Eric

-¿Que?

-¿Tu podrias darme una mamada?-llevaba un par de días con la idea en la mente, había pensado ya varias veces lo bien que se sentiría y se vería ese hombre atendiendo mi cosita con su boca, creí que la respuesta sería un rotundo "no" pero al parecer a él no le importaba; ante mi pregunta su expresión cambio de una medio fastidiada a una sonriente, Me termino de sacar los pantalones y me abrió las piernas, yo sonreí, Eric me beso los muslos y los acaricio apretando mi carne con sus enormes manos.

-Ay Chris, ¿y que quieres que te chupe?, tu pene es el de un niño de primaria-se burló, yo me avergoncé, me acarició encima de la ropa y de nuevo río, osea ¿que esperaba? Yo tenía 13 años y sentía que tenía un tamaño normal, aun asi me hizo sentir inferior-me cubrí con una mano y le patee el pecho, otra vez se río.

-Ya, perdón no te enfades, es lindo-me bajo la ropa interior y con una mano empezó a masturbarme despacio beso la parte interna de mi muslo, lo mire mal, el sonrió dejándome ver esos filosos caninos que sobresalian mínimamente de su sonrisa y luego los clavo ahí, comenzó a alimentarse de mi sangre. Fue doloroso pero a la vez se había sentido muy rico gracias al contraste de dolor con el placer de la massturbacion, gemi fuerte, la cara de Eric me parecía bellísima, su expresión mientras comía y en ese ángulo era muy erótico, bebió durante algunos segundos, término y beso la herida, se había mordido la lengua para dejar una gota de sangre en las marcas de sus dientes y cerrarlas, luego subió hasta mi miembro erecto, y sin dudarlo se lo llevó a la boca, fue miles de veces mejor de lo que yo había imaginado, jamás creí que aceptaría y eso lo hizo muchisimo mejor, me estaba excitando mucho, su lengua recorría hábilmente toda la extensión, se sentía caliente y Eric sabía cómo usar su boca, jamás me había sentido tan bien con una mamada, siempre me daba asco, ahora era genial, ademas, ni siquiera en esa posición Eric perdía un gramo de masculinidad, le jale el cabello cuando sentí que el orgasmo estaba cerca, no se apartó, me corri dentro de su boca, se separo de mi y limpió la comisura de sus labios con su pulgar, luego abrió más mis piernas dejando así expuesto mi ano y luego escupió.

-Mmmh Eric-estímulo un poco con su índice, después pasó su lengua por ahí-¡por dios!

-¿Lo habías probado antes?-rió un poco y continuó haciéndolo, la pregunta hacía referencia al beso negro, si me habían hecho éso en algunas ocasiones, pero yo intentaba evitarlo, las bocas que los sujetos me daban muchísimo asco en su mayoría, así que los persuadia para que no lo hicieran, incluso cuando podía evitaba los besos en la boca, pero ahora era grandioso, no podía dejar de gemir ni reprimir el sonido de mi voz, Eric era fantástico, consiguió que me corriera muchísimo antes de lo que yo hubiese deseado.

-¿Tan rápido?-me dijo en tono burlón y dio una última lamida, lo ignore, me sentía realmente bien pero cansado-es mi turno mein Kind-me jalo para sentarme de nuevo sobre sus piernas, estaba duro, lo sentí, me giro para que le diera la espalda, me sujete del escritorio, me alce un poco para darle espacio, se desabrocho los pantalones y saco su erección, me besó un hombro y después me volvió a jalar para penetrarme de una sola vez, no me dolió, estaba lo suficientemente estimulado para dejarlo pasar, lo monte de inmediato, quería complacerlo también ya que el me habia cumplido el capricho, muy pronto me tuvieron gimiendo sin poder evitarlo una vez más, el me besaba y me mordía el cuello mientras me embestía, la silla rechinaba y Eric gemía y gruñía en mi oído, escucharlo era maravilloso, la mayoría de los hombres se quedan callados sin emitir ni un sonido creyendo que eso los hace más machos, a mi me gustaba escuchar gemir al otro y bueno oírlo precisamente a él era muy sexy.

A la mitad del polvo alguien abrió la puerta, me sobresalte un poco, pero como vi que él siguió sin inmutarse no hice nada, yo también seguí en lo mio.

-¡Eric!

-¿Que?, ¿no ves que estoy ocupado?-se oía el choque de la pelvis de Eric contra mi trasero, el sonido era húmedo, el tipo no pudo evitar fijar la mirada en ambos en cómo nos movíamos, yo lo mire a los ojos distrayendolo aún más y gemi, Eric metió dos dedos en mi boca-¡te estoy hablando!-se movio mas rapido, estaba cerca y creo que él también-si no tienes nada importante que decir lárgate-en cuanto abrió la boca lo interrumpi, recargue mi frente en el escritorio.

-¡Eric ya!, !por favor ya!... No puedo-me agarro de las piernas para cargarme, me corri manchando el escritorio y luego de un par de segundos él lo hizo dentro de mí, me abrace a su cuello, tambien bese el mismo, el me abrazó para no dejarme caer.

-Como decía- intentó desviar la mirada de mí, me rei- señor, nos acaban de detener un barco en uno de los puertos, los hombres de Sting quieren hacerse pendejos con nuestro acuerdo, quieren quedarse parte de nuestra mercancía, hay hombres de Sting aquí afuera-hablaban de drogas seguramente, a mi me valian madre sus negocios, bese su mejilla, pero luego vi su rostro, me asusté mucho, estaba apretando los dientes y sus ojos habían tomado una tonalidad oscura, se veía tranquilamente aterrador no sabría como explicarlo realmente.

-¿Y que esperan hacer contra mi? La gente no aprende que contra el puto Eric Sammet no hay manera de ganar…¿Qué hay con Sting?

-Quiere una reunión en el puerto...no se que planean estos bastardos de aquí afuera-Eric se levantó como si yo no hubiera estado ahi, se arreglo el pantalón, fue tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar, caí al suelo y me pegue en la cabeza con el escritorio.

-Vale, reúne a los míos y alejen a estos bastardos de mi local.

-¡Auch!- me queje-Eric-lo llame y jale un poco su pantalón

-Hazte a un lado-me apartó con el pie como a un perro, luego se alisó la camisa, el otro hombre salió de la habitación-largate.

-Eres un estúpido-agache la mirada, de inmediato mis ojos se pusieron llorosos, Eric se agacho, me apretó las mejillas con fuerza y me dio un beso.

-No te emperres Chris, voy a un lugar peligroso y las cosas aquí pueden ponerse feas.

-¿Y por eso me tratas como a tu perro?

-¿No es lo que eres? vete a casa-se veía muy enojado pero yo también lo estaba, me sentía humillado, me agache como si levantara mis pantalones, me enrede mi ya famosa cadena de plata en los nudillos.

-¿Eric?-volteó

-¡¿No te dije ya que te largues?!-me lancé rápidamente para darle un puñetazo en la cara, me detuvo de inmediato y me doblo el brazo haciéndome daño, luego me cargó por la cintura, cabe destacar que yo estaba desnudo de la cadera para abajo, abrió la puerta y literalmente me arrojo a la calle-no me busques hasta que yo te busque a ti-lo mire desde abajo con rabia, me sentía tan humillado y decepcionado, por momentos sentía que el me queria, pero luego acciones como esa me mandaban de nuevo a la realidad, yo era su juguete y nada mas, las lagrimas bajaron sin control de un momento a otro por mi rostro al grado de hacerme hipar, qué dolor sentía, después de tan grandiosos momentos; me levanté tirando del suéter que era lo único que llevaba encima para cubrirme por lo menos los genitales y comencé a caminar, estaba haciendo mucho frío y eso hacía que me dolieran los pies.

-Si te veo por aqui bebé, yo o cualquiera de mis hombres, te voy a romper una pierna para que aprendas a obedecer ¿Ok?- seguí caminando, ya no me gire a verlo, no sabía que sentimiento dominaba mi interior, si la rabia o el dolor y la tristeza, solo se que senti que me iba a reventar el corazón, no logre parar mi silencioso llanto en todo el camino, ignore el hecho de que casi se me congelan los huevos y así logré llegar a casa, ojala me volviera a enfermar pero que esta vez si me muriera.

-¡Puto Eric Sammet!-grite en cuanto puse en pie en la casa, luego me meti a bañar y por fin me pude vestir con algo caliente, ah y si creen que yo me iba a quedar llorando toda la noche en casa están equivocados,  apenas eran las 11pm, bueno, primero que nada retire la invitación que Eric tenía para entrar a mi casa, como dije aun no sabia si era un mito o realidad, pero por si acaso lo hice, no quería que entrara, es más, no lo quería ver nunca más, luego me fui a donde Serik, pase la noche con él y con sus amigos, me emborrache y me drogué con ellos, solo quería dejar de pensar.

Las siguientes noches evite salir, lo quería evitar a toda costa aunque realmente él no me buscaba.

Ahora, la prostitución es un negocio que de por sí ya es ilegal, pues contratar a un chiquillo lo era aún más, y aunque en este asqueroso pueblo de mierda a nadie le importaba lo que ocurría, cuando buscaban servicios de menores solían ser más discretos, al yo no salir de noche tampoco tenía clientes y mi dinero se agotó rapidísimo, mi solución a medias fue empezar a robar, y robar no era lo mío, como muchos en el pueblo me ubicaban porque pues así son los pueblos, todos conocen a todos aunque sea de vista, no podía correr tan fácil para escapar y bueno me terminaban dando unas palizas terribles, y cuando conseguía robarles era muy poco así que la ansiedad por las adicciones regreso y el hambre tambien, intente pedir dinero o hacer mandados, pero nadie me daba nada, por lo mismo que mencione antes, la gente me ubica y no confían en mí ni quieren ayudarme, los chicos que eran un poquito mayores que yo al verme caminando en la ciudad en horas normales me insultaban y acosaban "mira, ahí va el maricón","mira ese es el chico al que su padre violo", "es un ladrón, su padre también lo era", "que asco", se reían, me daban nalgadas cuando pasaba cerca y me hacían zancadilla, y bueno, mi carácter no es dócil, me lanzaba de inmediato a pelear pero eran más, así que ganaba otra paliza, si los hombres de Eric no me rompían las piernas las personas del pueblo lo harían.

El hambre finalmente me devolvió a mi vida nocturna, Serik de nuevo me pasó clientes, y bueno, me di cuenta que. Eric jamás me busco, asi pasaron dos meses, mi peso que había mejorado bastante descendió de nuevo y mi salud se deterioró también.

Un día que andaba temprano nuevamente en el centro del pueblo,  de nuevo no tenía dinero porque lo había gastado en vicio, se me ocurrió robar un pan, obviamente el dueño se enfureció y comenzó a perseguirme por toda la avenida, debí correr unas 4 cuadras hasta que un par de brazos me jalaron dentro de un callejón y cubrieron mi boca.

-¡Mmmgh!- intente gritar , patalee para que me soltara, entonces lo reconocí, era el contador, lo mordí y por fin me soltó.

 

-¡Estate quieto!

-¿Que quiere?, no estoy cerca de los negocios del cabrón de su jefe, déjeme en paz.

-Te acabo de salvar y ¿así me contestas?-me agache a recoger mi pan, por el jalón se me había caído, lo sacudi y de otro golpe me lo volvió a tirar

-¿Qué le pasa?

-Está sucio

-No me importa, tengo mucha hambre

-Ven conmigo

-No quiero, el dijo que me rompería una pierna si me acercaba.

-No al bar, a mi casa, vamos para que comas algo.

-¡No!, usted sabe quien soy, no deje que me acerque a su familia-levanté mi pan, lo sacudi y lo mordí-soy una sucia rata, no los mezcle conmigo

-Chris

-No necesito su lastima, tranquilo, estoy bien, soy una mala persona lo que tengo es lo que merezco.

-Yo no creo que seas malo, solo vas por un mal camino- me reí y comencé a caminar.

¿que yo no era malo?, por favor, si lo era, peleaba por todo, robaba y era una puta, claro que era malo, además yo no quería ver lo feliz que era una familia normal.

Me acabe mi pan de camino a casa, aún tenía hambre pero por lo menos ya no me gruñian las tripas, me iba a quedar en los huesos pronto, y pensar que hay gente que deja de comer por bajar de peso a propósito, si supieran lo que es pasar hambre de a deveras, pero bueno, había hombres a los que les gustaba mi asqueroso físico.

Bueno, el hambre también era de cierta manera una costumbre para mi, si bien los meses que estuve cerca de Eric he comido bien y el estaba medio al pendiente de que lo hiciera, de niño, de mas pequeño me acostumbre a comer muy poco, si pedía algo de comer a mis padres me pegaban, el dolor de estómago era algo de todos los días, luego las drogas me hacían aguantar más, cuando empecé a tener mi propio dinero osea cuando mi padre murió, comía un poquito más pero luego se me olvidaba por cuidar a mi mamá y enviciarme así que comía cuando enserio mi cuerpo ya no aguantaba y soportaba dias comiendo muy poquito asi termine acostumbrandome, repito no por tener el cuerpo de perro de rancho como muchas mujeres anhelan sino porque así me había acostumbrado ya.

Y bueno, regresando ya al centro de mi universo, osea Eric Sammet, apareció en mi vida una vez más entrando el tercer mes desde que me hecho.

Una noche toco mi puerta como a las 2am, yo ya estaba dormido, tocó insistentemente hasta despertarme, ahí me di cuenta de que el mito de la invitación era cierto, él no iba a entrar si yo no lo dejaba.

-¡Christopher, déjame entrar!- me incorporé despacio en la cama por el escándalo, cuando ubique su voz de inmediato me enoje.

-¡Que te jodan!, ¡eres un hijo de puta, tu me echaste, no quiero volverte a ver!

-¡No estés de mamón y déjame entrar, abreme!

-¡No te quiero volver a ver en mi vida!, marchate!

-Ok, entonces me quedaré parado aquí afuera hasta que salgas y decidas dejarme entrar

-¡Perfecto porque no lo haré!

-Estas rompiendo nuestro acuerdo, recuerda que me perteneces.

-¡Tu puta madre te pertenece, yo no recuerdo ningún acuerdo!-me tapé con las cobijas e intenté dormir de nuevo

-Estaré aquí hasta que abras-ya no respondí, tenía que largarse en cualquier momento ¿verdad?, pues bueno no fue así, ya no pude conciliar el sueño en toda la noche, dormitaba y despertaba una y otra vez, me asomé por la ventana y efectivamente ahí estaba parado enfrente, casi al amanecer yo estaba seguro de que ya se había ido, me asomé de nuevo por la ventana y no se largo, seguía ahí de pie, estaba fumando, me hizo una seña con la mano de "hola", ahi descubri que Eric también era chantajista, usaba el amor que sabía que le tenía para manipularme; no respondí su saludo pero seguí observando hasta qué ocurrió una escena sacada de una película de terror, pequeñas partes de su piel expuesta, ósea de sus manos y su cara Comenzaron a quemarse, no a encenderse pero si se veía como humeaba un poco como un cigarrillo y se formaban pequeñas llagas rojizas, luego su carne expuesta sin piel, el no se inmuto, seguía ahí de pié tranquilamente, me aterre y el pánico me invadió, salí corriendo del cuarto y enseguida salí a la calle

-¡Puedes pasar!, ¡Puedes pasar Eric!, entra, ¡Joder!-sus ojos estaban inyectados en sangre, sonrió con tranquilidad y apago con calma su cigarrillo, salí y lo jale de la manga para que se apresurara, inmediatamente al entrar en casa cerré la puerta, ahí en la entrada no pegaba nada de sol aunque apenas estaba saliendo con entrar era suficiente, su carne dejó de humear pero las heridas seguían ahí, mi corazón estaba agitado, podía ver su carne expuesta y era horrible, empecé a llorar y me abrace a su cuerpo-¡imbécil!, te odio, ¡eres un estúpido!, si hubiera salido el sol por completo serias un charco de sangre-me acarició la cabeza despacio.

-Sabia que saldrias

-Te odio estúpido, te odio

-No me digas eso, mira tu cara-me limpio las lágrimas con sus pulgares, luego me beso los labios, vi que su carne se estaba regenerando, era como ver el proceso de sanación pero en cámara rápida, el tejido se estaba recuperando de a poco.

-Hay un motivo por el cual te heche esa noche, ¿quieres sabe?-asentí, me aparto de él, tenía una sonrisa, se levantó la camiseta, al ver su torso desnudo me quede impactado, tenía el hombro derecho y hasta la mitad del brazo una gigantesca cicatriz aún en recuperación, se veía bien pero en su momento debió ser horrible para haberle dejado esa marca temporal, también unas 8 cicatrices más repartidas por su pecho y abdomen igual de feas pero pequeñas, pase mi mano por encima de ellas.

-¿Qué es esto?

-Tuve problemas con un grupo rival, ellos saben bien cómo lidiar conmigo, mi sangre me sana rápido, pero la intoxicaron con plata líquida y eso me incapacito un poco, toco su hombro, también me dispararon, tuve que tomarme mi tiempo para sanar, estuve durmiendo unas 2 semanas y cazando, y despues sali del país por otros asuntos, por eso no te había buscado, ya estoy bien pero mi piel aun no se cura del todo, fue doloroso, además, el bar estaba hecho pedazos, apenas estará listo esta semana, esa noche lo dejaron muy dañado, si te hubieras quedado esa noche te hubieran volado la cabeza…lo callé de un besó, beso que mantuve largo rato.

-Estúpido-lo abrace con fuerza-deja de jugar conmigo

-No quería que te mataran y era la única forma de alejarte de ahí porque eres una pinche mula y de otra manera no me hubieras hecho caso, no te quería en los alrededores hasta que el asunto se calmara y bueno, ya se calmo.

-Aun así, no lanzas a la calle a alguien desnudo cuando esta a 3°-se encogió de hombros-me acarició la espalda.

-¿Que importa ya?-me jaló para que me acercara, me dio un beso en el cuello, supe a lo que iba, cerré los ojos y si, senti como me mordió.

-Te amo-le dije y acaricie su cabello mientras comía, sentí como sus labios formaron una sonrisa sobre la piel de mi cuello, cuando terminó simplemente se durmió, me quedé unos minutos más recargado sobre él, había caído de nuevo en sus mentiras y estaba feliz, lo había extrañado y para mi su justificación era válida, lo habían lastimado y él no quería que me lastimaran a mi.

En esos momentos yo pude haber matado a Eric Sammet y sin embargo no lo hice, quizás fui estúpido pero no me hubiera atrevido.

-Eric, ¿algún otro humano te ha visto dormir?-le pregunté al bello cadáver frente a mí, era tan complicado saber en qué pensaba ese hombre, me frustraba no saber realmente qué quería de mí, pero aun así me sentía especial-no me dejes por favor-dije mientras me levantaba, por supuesto no hubo respuesta, me levante y deje ahí el cuerpo de Eric recargado en la pared en la entrada, luego lo cubrí con una manta, aunque lo amaba y me parecía un hombre super atractivo, no dejaba de ser inquietante su aspecto, mientras duerme se ve aún más pálido de lo que es y sus venas se marcan un poco más sobre su piel, la carne se siente dura al tacto y está helado, literalmente como si estuviera realmente muerto, pero la expresión era fuerte, como si en cualquier momento estuviera listo a acabar con la vida de quien se atreviera a perturbar su sueño, podias contemplarlo todo el dia sin abandonar la idea de que era hermoso, pero a la vez era algo perturbador.

-¡Chris!, ¡Chris!-la voz del niño de enfrente me sacó de mis pensamientos, gritaba desde fuera de la ventana, me asomé desde mi habitación.

-¿Que quieres?, ve con tu madre-lo mire mal.

-¡¿Quiero verlo?!, escuché de unos chicos de por aquí, que el niño rubio le abre las piernas a un vampiro, eres tu ¿verdad?, eres la unica puta de por aqui que es un niño, ¿es el hombre que estaba aquí afuera?-le brillaban los ojos, tenía curiosidad, pero a mi no me hizo gracia el comentario, aunque sabía que solo repetía lo que escuchaba-nunca he visto un vampiro

-Largate de aqui Dietter, no es de tu incumbencia lo que pasa entre mis piernas.

-¿Chris, el es tu novio?

-Que va, me paga, ¿ok?, deja de estar de metiche…¿a donde vas?-traía una mochila en la espalda

-A la escuela-sonreí de medio lado-Pero quería ver al vampiro antes, ¿el tiene colmillos grandes?, yo vi que se metio a tu casa.

-El se ha ido ya, no puede salir de dia.

-¿Te gusta?

-No me puede gustar nadie Dietter, va contra las reglas

-¿Qué reglas?

-¡Las mias!, ya largate o llegaras tarde, ¡Dietter!

-¿Si?

-Ten cuidado con los hombres, no te acerques a extraños, son malos

-¿Todos?

-No todos-pensé en el contador-pero de por aqui la mayoria,  asi que ten mucho cuidado

-Si Chris...oye

-¿Ahora que?

-Tu eres bonito Chris, como una chica, tu no eres malo-fruncí el ceño, yo no parecía una mujer.

-Tu mamá dice lo contrario asi que alejate de mi

-Ok-me tiro a loco-nos vemos Chris-se despidió con la mano, me senté en el marco de la ventana con las piernas colgando fuera de esta, luego recargue mi cuerpo a un costado, estaba agotado no había dormido nada y la pérdida de sangre me mareo.

-¿Es cierto que el vampiro está aquí?-la madre de Dietter estaba parada en el marco de su puerta, llevaba poco porque no la había visto.

-Ya se fue, se lo dije al mocoso.

-Gracias por alejarte de mi hijo y no mal aconsejarlo

-El es el que no se aleja de mí, no me interesa en lo absoluto.

-¿El es tan guapo como dicen los rumores?

-Lo es...mucho más

-Ya llevas varios meses con el ¿no?-asentí

-Aun me pregunto ¿Que te vio?, y no me mal entiendas, tienes una cara muy bonita, pero sigues siendo un crío flaco sin mucho chiste-agache la mirada.

-Pues gracias-dije con sarcasmo-¡perra celosa!...aunque yo tampoco lo sé, quizás solo le gustan los niños, así que aleja a tu crío o me pondre muy celoso.

-No te preocupes, jamas dejaria que mi bebé termine como nosotros...aunque me das envidia.

 

-No deberias, él no es amable conmigo-me meti a casa de nuevo-no pase una buena noche, déjame dormir-cerré la ventana y de inmediato me acosté cubriéndome hasta la cabeza.

Dormí ya hasta muy tarde, mis tripas me despertaron, tenía hambre, fui a la cocina y por suerte aún tenía comida del dia anterior, comi lo que había y bebí agua para llenarme, luego limpie un poco mi casa, no me gustaba estar en lo sucio, mire la entrada, ahí seguía el cadáver tapado, si no se levantaba antes de que me fuera a trabajar tendría que salir por la ventana.

Me estaba terminando de vestir cuando él despertó y entró a mi habitación, yo traía una camiseta de vinilo que me había conseguido un amigo que apenas y me alcanzaba a cubrir los pezones, unos shorts del mismo material y botas.

-Tan temprano y ¿ya te vas?, creí que por lo menos esperarías para saludarme

-lo ignore y comencé a amarrarme las agujetas-te ves horrible con esa ropa

-A alguien le ha de gustar-me levanté dispuesto a marcharme, había quedado con Serik a las 7, me había conseguido a un viejo que quería a alguien con mis características, pero si Eric tenía razón, esa ropa debía quedarme embarrada al cuerpo y me quedaba floja gracias a mi delgadez.

-¿Cuanto pesas Christopher?

-¿Yo que se?

-Estás en los huesos otra vez

-Es tu culpa

-Ahora resulta que todo lo que te ocurre es mi culpa

-Lo es-me tomo de la mano-anda, vamos

-¡No!, debo ir a trabajar

-Te pago la noche por verte comer

-¿Te excita verme comer?-no pude evitar reirme, rodó los ojos

-Uff, no tienes una idea, anda vamos

-Un amigo me prometió con un cliente

- Yo personalmente lo mando a la verga, pero vamos-lo aparté de un golpe 

-¿Porqué tanto interés?, ¡¿acaso te gusto?!

-Me encantas-me levanto del mentón y se agacho a besarme- y me gusta tu sangre y en estas condiciones si me paso tantito de la raya te voy a causar un infarto y sería una lástima.

-Ya veo...mi sangre es la que vale- me entristecí un poco, no contesto, pero era la verdad solo era ganado-cuando te canses solo matame ¿si? Pero dame una tumba… olvidalo-me sonroje, lo dije sin pensar mucho, él me acarició el rostro-¿tus cicatrices se irán solas?

-Si, solo necesito beber sangre y dormir.

-¿Te duele?

-Ya no, la cicatriz me dura por la plata, pero ya solo es la piel, a demás de vez en cuando es bueno sentir dolor, me emociona sentir que sigo vivo.

-Estas loco...soy un estúpido

-¿Porqué?

-Debí dejar que te frieras

-Sabía que no lo harías

-Pero pude hacerlo.

-No, yo se que no, hablando de gente herida, ¿que con tu cuerpo?

-¿Que hay con el?

-Tienes moretones

-Ah...estuve robando y me pegaron

-Ya veo...por cierto, mañana hay una reunión en mi casa, deberás usar traje-lo miré estupefacto

-¿Qué?

-Ya oíste, seras mi adorno

-¿Quien lo decidio?, No iré

-Yo lo decidí y ya está, no me contradigas y te vas a portar bien.

-Te odio, y ¿sabes que? ¡iré a trabajar!, adios-sali corriendo de la casa.

Atendí al cliente que mi amigo consiguió para mí, regresé a casa a la mañana siguiente, como a las 6am, andaba de buen humor, había descansado en un hotel bonito y el viejo me pagó 100.

Dormí toda la mañana y parte de la tarde, pero se estarán preguntando si pude escapar de la dichosa reunión y obvio no, no pude, por la tarde alguien fue a recogerme, yo había agarrado a otro cliente esa tarde, lo había metido a mi sala y le estaba trabajando oralmente, como a los 5 minutos de haber empezado alguien abrió mi puerta, y ese alguien era Luka, igualito que Eric hace algún tiempo asusto a mi cliente mostrándole un arma de fuego, el pobre diablo me empujo y salió corriendo despavorido.

-Imbécil-lo mire desde abajo con notable molestia, me limpie mi boca

-No te quejes que ha dejado la billetera-señaló el sofá, afortunadamente era cierto ahí estaba.

-Bañate, lavate esa bonita boca que tienes, vístete y vámonos.

-No quiero-me crucé de brazos, Luka no se veía del mejor humor que se diga, me apunto a mi con el arma-andá, jalale, ¿crees que soy tonto?, no te mandaron a volarme la cabeza-guardó el arma y me jalo del cabello, hizo que me parara, chille del dolor y le clavé las uñas en la muñeca-Suéltame estúpido, me duele.

-No estoy jugando Chris, ahora mismo vas a llevar tu culo al baño, te asearas, te pondrás esto y me seguirás -me dio una bolsa que contenía un cambio de ropa-y vendrás conmigo, y no es una opción-de nuevo tiró de mi cabello con fuerza.

 

-¡Suéltame!-me condujo al baño y me aventó

-Tenias 5 minutos y ya haz usado 2

-Tch...te odio

-Como sea-no me quedó más que hacerle caso, me bañe y me vestí, era un pantalon de vestir oscuro, cinturón y zapatos de piel, una camisa azul celeste y una estúpida corbata la cual Luka se encargó de atar, también peino mi cabello, me veia como un imbécil, me sentia incomodo.

Subimos a su auto, yo ya me habia resignado.

-¿Porque estas tan molesto?-le pregunte, aun me dolia el cuero cabelludo por el tirón.

-Tenia cosas mas importantes que estar lidiando con chicos malcriados.

-Malcriado, pero bien que gozaste follandome

-Cualquier otra puta estaría feliz de ser invitado a esa reunión con el jefe de la mafia.

-Yo no…¿que quiere que haga ahi?

-Lucir bonito para el

-No le pertenezco-mire hastiado por la ventana

-Desde que puso su vista en ti le perteneces y ya no te quejes, sólo tienes que cerrar tu boquita y menearle el culo a los socios de Eric y sonreir

-No se me da eso

-¿No se supone que lo amas y no se que mierda?

-Los sentimientos que tengo hacia ese bastardo no son tu asunto y además ¿que hay de ti?, eres un lame huevos-lo rete con una sonrisa, me devolvió el gesto y se burlo.

-¿Crees que con eso me vas a molestar?, que lindo, soy su empleado, sigo todas sus órdenes, y si lo dices de manera literal, si, le he lamido los huevos a Eric Sammet, me he acostado con él muchísimas veces y el tiempo que "llevan juntos" tambien me he liado con él, ¿estás celoso?, que esperabas, eres un mocoso, quizás muevas bien el culo pero dudo mucho que puedas complacer a ese hombre.

-¡Hijo de puta!-si estaba celoso, yo ya sabía que se liaban, Eric me lo dijo, pero escucharlo con ese cinismo me había enojado bastante, salte sobre Luka para golpearlo, me detuvo pero al hacer eso perdió el control y casi nos estampamos con un muro, por suerte la calle estaba vacía y solo derrapamos un poco, el freno a tiempo y los autos de atrás también, Luka me solto un golpe fuertisimo en la cara, yo seguía sobre el.

-¡Estate quieto niño pendejo! Casi nos matamos, controla tus putos celos que ese hombre está con quien quiere

-¿Y que si estoy celoso?-le escupi sangre en la cara, me gane otro golpe.

-Mira mocoso estúpido, que te quede claro que el señor Sammet esta con quien se le pega la regalada gana y que no va a cambiar por una puta barata, eres un capricho y ya-volví a mi asiento y me crucé de brazos, lo sabía, pero no podía evitar enojarme.

Guardamos silencio el resto del camino.

Cuando llegamos el me abrio la puerta, seguí callado, solo lo mire y sali del auto no había nada que hacer, se agacho y me dio un beso en los labios.

-Asi me gusta bebé, que seas dócil-me acomodo la ropa, luego, ambos entramos.


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