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Memorias de Christopher y de como conoció a Eric Sammet por AyameKiryu

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La salud de mi mamá empeoraba con los días y yo estaba cada vez más harto, una noche como cualquier otra regrese a casa golpeado y drogadisimo, con todo y eso hice lo que me tocaba, le di sus medicinas y cerré la boca mientras recibía sus palabras abusivas y sermones religiosos - Chris, deja de meterte esas porquerias, arrepiéntete- mi cabeza dolía y esa basura solo lo empeoraba, me tiro la comida caliente encima causandome dolor, enfurecido hice que tragara la medicina con algo de violencia, esa noche me sentía demasiado enojado, la deje llorando en la habitación y yo me salí de nuevo de casa, me sentía culpable pero también sentía muchísima rabia, con ella, conmigo y con el sujeto que me había golpeado porque le excitaba verme llorar, bien esos días no eran extraños pero les cuento específicamente de este porque paso algo que jamás me hubiera esperado, yo a esa fecha ya me había olvidado de lo que pasó semanas atrás.

Me senté afuera, estaba llorando de pura frustración, luego de unos minutos una sombra me cubrió.

-Largo de aquí, no tengo nada-no levanté la vista, pensaba en cualquier drogata de la calle en busca de dinero, no me respondieron y la sombra seguía sobre mi, entonces si levanté mi rostro y lo vi, mi corazón se aceleró por la sorpresa, me tragué el miedo y frunci el ceño-¿Qué haces aquí?, no estoy atendiendo a nadie-me levante rápido y entre a la casa, detrás del marco de la puerta, había escuchado que los vampiros no pueden entrar a tu casa sin invitación, no sabía si era verdad o bajo qué fundamentos funcionaba pero por si acaso lo hice.

-¿Que tiene tu madre?-lo mire con duda, luego sonreí con malicia

-Así que el poderoso señor Sammet, ha estado siguiendo a un chiquillo, lárgate de aquí

-Eso te encantaría ¿verdad?, estoy aburrido y me das curiosidad

-¡Vete a la mierda!-estaba a la defensiva, el miedo me daba valor, o ¿era estupidez?, lo que fuera pero tenía que encararlo aun sabiendo que era peligroso

-Oh vamos niño, eres adorable y me encanta el hecho de que a pesar de que estás a punto de mearte te atreves a encararme-acercó su rostro al mío, apreté los dientes enojado, se estaba burlando de mí, di un paso al frente.

-¡No te tengo miedo!-rió de nuevo-si sientes curiosidad por mi ¿porque no me haces un favor?-las drogas comenzaron a hablar por mi.

-Dime, ¿que es lo que necesitas?

-Matala

-¿a quien?

-A mi madre, ya no la soporto, esta loca

-¿Eso que tiene  que ver con mi curiosidad?, ¿qué obtengo yo a cambio?

-No tengo nada, ¿que quieres?

-¿Porque no la matas tú? 

-¡Es mi madre!, no puedo

-Me estás contratando es lo mismo

-¿Qué quieres?

-A ti...si la mato, vas a ser mi mascota hasta que me harté ¿si?-apreté los puños en serio ¿que es lo que estaba pidiendo?

-Ok, entonces hazlo, entra a mi casa y matale-se burló y me hizo a un lado, sujete la manga de su camisa mientras se adentraba a la casa-¿sufrirá?

-¿Quieres que lo haga?-negué

-Ella morirá pronto de todas formas…¡no quiero que sufra mas! Yo no quiero soportar más esto, yo no tuve la culpa de su enfermedad ni de sus malas decisiones, yo ni siquiera pedí nacer, líbrame de esa maldita responsabilidad- mis lágrimas bajaban por mi rostro imparables, aun cuando recuerdo ese dia lloro, nunca he sabido qué pensar sobre mi mamá, no supe jamás como sentirme al respecto, no la ame jamas ni la odiaba aunque si que lo merecía, pero en ese momento me sentía tan frustrado que enserio quería deshacerme de la responsabilidad de cuidarla y también estaba harto de ver su dolor, tanto dolor que seguro merecía pero que de alguna manera también me hería a mi, mamá quizás te quise un poco y solo queria dejar de verte sufrir o quizas solo me estoy justificando, jamas lo sabre, Eric se giró, levantó mi mentón y se agacho a besarme, un beso corto sobre mis labios, me miro a los ojos, y esa mirada me tranquilizo como por arte de magia.

-Espera afuera-asentí y obedecí, salí a la calle, tenía miedo, pero contrario a lo que me esperaba no escuche ni un solo sonido, no gritos ni quejidos, a excepción de mi propio e incesante llanto, Eric me dijo que se alimentó de ella hasta que le robo el ultimo aliento, tambien me dijo que ella murió tranquila creyendo que dios lo mandó a él a recogerla, un demonio fingiendo ser un ángel, casi es cómico ¿verdad?, esas palabras me dieron paz, aminoraron mi culpa porque el crimen era mío, ella no merecía morir tan tranquila pero me alegraba que lo hubiera hecho, y si enserio los ángeles tienen el rostro de Eric Sammet, a mi también me hubiera gustado perder la razón, volverme un zombie de la religión y morir de la misma manera.

A partir de ese día, mi destino quedó en manos de ese hombre indirectamente, me volví algo más que su puta, aunque nuestra relación durante largo tiempo no tuvo nombre, Eric se encargó de pagar las deudas que tenían mis padres y solo asi pude conservar mi casa, también le dio a mi madre un lugar de descanso en el cementerio, Eric me había ofrecido quedarme en el bar, dijo que él pasaba y seguirá pasando la mayoría de su tiempo en ese negocio de bajo perfil, pero me negué, yo no quería un chulo aunque sus intenciones jamás fueron venderme, tampoco quería que me estuviera vigilando todo el tiempo, lo que sí le pedí fue la inmunidad de la zona, ¿a que me refería con esto?, pues a que si las demas putas de la zona me veía merodeando por ahí no me jodieran por no estar al mando de alguien y claro que me la dio, asi que por lo menos al principio comenzó una buena época para mi.

-¿Es lo único que quieres?-me pregunto después de escuchar los favores que le pedí, habían pasado ya un par de días desde lo ocurrido con mi mamá y yo ya estaba mejor de ánimo.

-Si

-Enserio podría ubicarte en un lugar menos horrendo

-No, esta es mi casa...además tu tienes derecho sobre mi cuerpo, solo éso

-Eres mi mascota ahora no lo olvides, solo quiero tratarte bien-soltó una risilla

-Haz lo que quieras conmigo pero no me iré de aquí...solo estas jugando ¿no?, así que no te pases con esto...realmente no eres mi dueño-que equivocado estaba, el iba en serio con eso de serlo.

-Me parece bien mocoso, pero si necesitas algo solo pidemelo-asentí-toma-extendió su mano hacia la mía y deposito un pequeño objeto

-¿Que es?

-Un pendiente, ¿estas ciego?, quiero que lo uses-sonreí de medio lado

-¿Mi placa de perro?

-Así es-observe un momento el pendiente, era una cruz de oro blanco, de inmediato caí en cuenta que era el par de su propio pendiente el cual llevaba en su oreja derecha, me sorprendí bastante, ¿porque me daría el par de su pendiente a mi?-¿Qué?

-No es nada-se agachó a besarme en los labios

-¿Cómo estás?

-¿A qué te refieres?

-Aun te ves triste

-No lo estoy

-Es normal, era tu madre

-Como si te importara, estoy bien...ya me he desecho de sus cosas y he limpiado la habitación, además ¿cómo podría estar triste si tengo a un obsesionado vampiro detrás de mi carne?-no le hizo mucha gracia mi comentario, la sonrisa se le borró del rostro

-Solo estoy aburrido y recuerda ahora en qué posición estás-me tomo por la cintura, se agacho y me besó el cuello-obsesionado quizás por esto-me mordió sin llegar a atravesar mi piel, me queje, dolía.

-Quizas es lo unico bueno que tengo-me referia a mi sangre, lo jale y lo besé en la boca, para ser sincero aun me sentia algo raro, triste, me correspondió de inmediato, luego me hizo a un lado y entro a la casa, yo detras de el, la casa estaba muy limpia, yo me había encargado de éso.

-Si vas a traer a alguien que no sea en este cuarto-se metió a la única habitación de la casa, ahora mía.

-¿Perdón?

-Si, solo usaras esta habitación conmigo ¿bien?, si vas a traer a otros que sea fuera de aquí

-Vale-me agarro de la muñeca y me jalo , se agacho para de nuevo besarme, luego me empujo despacio para que me acostara en la cama, y de nuevo lo hizo, nuevamente me llevo al cielo únicamente con sus manos y claro se alimentó de mi, el sabia exactamente donde tocar, había ignorado totalmente el dolor de la mordida porque estaba muy ocupado teniendo un orgasmo increíble, Eric es increíble en la cama y esa vez, al igual que la primera, sólo me atendió a mí, la relación no fue completa, lo cual no me molestaba yo me sentía de puta madre, pero si me daba curiosidad.

-¿Cuantos años tienes mocoso?

-13-me acomode en la cama, me sentía un poco mareado y con sueño-eso te convierte en un pedófilo-reí, él se encogió de hombros

-En teoría y a ti en un necrófilo

-¿Qué es eso?

-Que disfrutas mantener relaciones sexuales con un cadáver, pero como yo no estoy ni muerto ni vivo y ya no entro en la categoría de "humano", ni soy un pedófilo ni tu un necrófilo asi que tranquilo, además no parece importarte tener la mirada de viejos enfermos sobre ti-me gire un poco.

-No es por gusto, tengo que comer, además es lo único que sé hacer, no sirvo para otra cosa.

-Pues a mi me sirves muy bien-se agacho a besarme, lo jale del cuello para que se recostar, así lo hizo, sus ojos brillaban de una manera increible-necesito que engordes un poco

-¿No te gusta mi cuerpo?-estaba desnudo, me retorcí un poco para que mis huesos se marcan, estaba muy flaco, me rei

-Me encanta...eres bello, me divertire un poco contigo y no quiero que mueras tan pronto, y así como estás lo haras, asi que quiero que subas de peso.

-Haré lo que pueda amo-lo dije en tono de burla, el sonrío-¿por qué no me follaste?-pase mi mano por su pecho, yo no lo había tocado solo el a mi.

-Eres débil-cerró los ojos

-Deberias de ver lo que me han hecho ya-me reí-y tu no me molestas, eres guapo...el tipo más guapo que yo he visto.

-Vale, después

-¿Con mi sangre estás satisfecho?, ¿te gusta el sexo?

-Estoy satisfecho por ahora con tu sangre y si me gusta el sexo-ahora pienso en que Eric no quería lastimarme, él me sacaba como 30 cm de altura, pero realmente no lo supe jamás, quizás solo no tenía ganas de coger y ya-solo no quiero hacerlo ahora.

A partir de ese día, comencé a pasar mucho tiempo en el bar de Eric, y bueno, es que en el bar comía bien y podía beber lo que yo quería gratis, el despacho de Eric estaba sumamente limpio y el nunca me decía nada por entrar ahi, ademas, aunque yo se que el se daba cuenta, yo robaba drogas de su escritorio así que no tenía que pagar por ellas tampoco a veces las robaba directamente de sus bolsillos y el fingía no darse cuenta, yo me sentia el mas grande ladronzuelo, si, me sentia listo, el me seguia la corriente, me subía a sus piernas, le acariciaba el rostro, le besaba la boca y el cuello, su aroma me enloquecía, Eric siempre olía exquisito, luego cuando yo creía que se distraía, metia mis manos a sus bolsillos y entonces robaba los "dulces" Sentía la gran adrenalina de robarle al vampiro aunque fuera mentira; eso de conseguir las cosas gratis me libraba de venderme a diario, había empezado a tomar 2 o 3 clientes por semana y con eso estaba bien, había descansado.

Al principio como pequeñas acciones como esa yo le perdí el miedo a estar cerca de Eric, le tome confianza, no de esa confianza intima pues no se la tenía a nadie, me refiero a no temerle por su naturaleza, me estaba acostumbrando a ver esos increíbles y amenazantes ojos que cambiaban ligeramente de color y tenían un brillo y una intensidad aplastante, también a esa apariencia tan perfecta y deslumbrante, como podría describir a una criatura así, digo se veía como un humano pero a la vez no, habia algo mas ahí, bueno, sigo, eric era bueno conmigo, como dije me dejaba juguetear libremente con el bar sin decirme nada, me tenia como un objeto decorativo junto a él, en pocas semanas todos los del bar ya sabían que yo no era la puta de paso si no la mascota del jefe, las perras del bar me veían recelosas, el bartender me hablaba bastante bien, era un chico joven, me agradaba bastante, y bueno yo ahí me sentía con poder aunque realmente solo era un mal chiste de Eric.

Aunque ese era el lado bueno de Eric Sammet, me había tocado conocerlo en un momento de paz para el, pero naturalmente Eric no era una persona buena, pronto me toco ver una probadita de su lado malo, lo normal era que él se riera de lo que yo dijera, de como trataba a los demás, me acariciaba el cabello, me abrazaba contra su pecho cuando él estaba revisando papeles, me besaba, y si también me mordía, pero él no es un buen chico si no no estaría en donde está, enojado era de temer, y bueno yo era imprudente y si se me ocurría hacer algo en mal momento con eso tenía.

Recuerdo la primera vez que lo vi enojado, esa misma noche conocí a uno de sus hombres de confianza que más adelante se convertiría en uno de mis más odiados conocidos.

Yo estaba un poquito borracho, acababa de entrar al despacho aunque Eric no estaba ahí, me subí a su escritorio y me recosté ahí arriba para recuperar el aliento, él entró discutiendo con un atractivo pelinegro de unos 30 años de edad masomenos, hablaban sobre una droga que a lo que entendí el quería comercializar y Eric lo estaba mandando a la verga, realmente no me importaba, comencé a dormitar.

-¡Te dije que esa mierda no la quiero en mis negocios Luka!

-Funcionará

-Hay mas perdida que ganancia

-La he estado probando y todo va bien

-¿Cuántas putas has matado ya?-levanté la mirada, el tipo esquivó la de Eric-yo no muevo putas Luka, pero si tu vas por ahí haciendo tus chingaderas ¿quien crees que tiene que pagar por tu desmadre?, no me sale barato compensar los daños de tus experimentos, no quiero mas putas de la zona muertas, ahora maldito niñato de mierda-se veían de la misma edad casi…¿cuántos años tenía Eric? Me pregunté-agarra tu pinche black stone y metetela por el culo-black stone era el nombre de la droga, jamas la habia oido; el tal Luka agacho la cabeza y asintió a regañadientes

-Si señor...ahora a lo que vine, necesitó el inventario-Eric se giró hacia mí, tenía el ceño fruncido, le sonreí, yo estaba apendejado por el alcohol y queria ver si podía intentarlo, no fue así, estaba enojado con todo no solo con Luka, sin decir nada me tomo con fuerza del cabello y me bajo del escritorio de un tirón, como si fuese yo un objetó, me causo mucho dolor

-¡¿Qué te pasa?! Estupido-chille-me levanté rápido, enojado y lo pateé con fuerza en una pierna, mi error, de inmediato me soltó un golpe en el rostro que me devolvió al suelo e hizo sangrar mi nariz, toque la misma sintiendo el líquido caliente bajando por ella, lo mire directo al rostro, no creí que fuera a pegarme, me sentí un poco triste y confundido, el maldito pelinegro silvo.

-¿Y esta hermosura?

-No estoy de humor Luka, Chris, levántate y lárgate ¡ya!-me sentí molesto, me levante y no rezongue, no me convenía aunque quisiera decirle mil cosas, me cubrí la nariz con la manga de mi playera, cuando pase junto a Luka me dio una nalgada, no dije nada tampoco y me marché.

No regrese en varios días al bar, el enojo no se me iba, no iba a permitir que un puto hombre, monstruo o lo que fuera me humillara de esa manera, no podía olvidar su ensombrecida mirada, me daba escalofríos; esos días me la pase ahogado en alcohol mientras recibía a mis primeros clientes dentro de la casa y aunque con un poco de recelo respete lo que él me pidió, no use la habitación.

Luego de una semana aproximadamente fue él quien me busco, ya era tarde, yo estaba sentado en el sofá fumando porquería mientras un viejo estaba entre mis piernas haciendome un oral para nada bueno, yo solo fingía disfrutarlo, traía la parte de arriba de mi ropa aun y el tipejo los pantalones cuando el vampiro entró pateando la puerta.

-¿por qué no haz ido al bar?-el viejo se separo de mi y se cubrió la cara, me enoje, me pare en el sofá y grité, a mi las drogas no me relajaban, me ponían agresivo la mayoría de veces

-¡Casi me rompes la nariz pendejo! ¿Y todavía me lo preguntas?, si necesitas algo tu buscame, ahora vete que estoy trabajando-sacó una pistola del borde de sus pantalones y apuntó a mi cliente, obviamente él salió despavorido del lugar con su camisa y zapatos en mano.

-Listo, ya no estas ocupado precioso-esquive su burlona mirada-yo soy el de la prioridad. ¿O no?

-Haz lo que quieras-me deje caer de nuevo en el sofá.

-Vamos, ¿te vas a enojar por algo tan pendejo?

-¡Casi me rompes la nariz!-repetí- si cuando vas a estar enojado me vas a tratar de la verga mejor buscame tu cuando estés de humor-me agarre el pene aun estaba duro y era incomodo-ahora si te vas a servir adelante, follame y lárgate-palabras incorrectas, se nuevo se enojó.

-No, no, no-me apretó las mejillas con fuerza, luego me besó, me estaba lastimando-te quiero de buenas corazón, me soltó empujandome.

-Pues no lo estoy, sueltame, ¡te odio!

-¿Vas a hacer una rabieta?, ¿esperas que me disculpe?-me dio otro beso, me miró directamente a los ojos haciendo que mi corazón se acelerara, me agache-sabes que puedo deshacerme de ti en cualquier momento ¿verdad?-me jalo del cabello.

-Ya te dije que no te tengo miedo, anda matame-por su tono de voz supe que no estaba molesto realmente, y bueno yo si estaba aún molesto por el golpe, de un momento a otro comenzó a reír, me jalo y me besó, le correspondi.

-No has estado comiendo ¿o sí?-mire fijamente la mesa, el también lo hizo, esta estaba llena de basura, cajetillas de cigarro y un par de botellas.

-Era mi primer cliente después de estar en tu puto bar así que no tenía dinero para comida

-Pero si para esta mierda-agarro una caja de cigarrillos y la tiró al suelo, me encogí de hombros-ve al bar si tienes hambre

-Ya te dije que no voy a buscarte yo

-No seas orgulloso

-El orgullo es lo único que me queda

-Estoy aburrido y ¿sabes?, yo si tengo hambre-olfateo mi cuello, le dio una larga lamida, yo cerré los ojos esperando la mordida, pero no llegó el momento.

-¿Ah?, ¿porque no lo haces?-de nuevo lo mire a los ojos

-Estas drogado, no quiero que te desmayes bebé-busco mis labios de nuevo, me beso, los lamió para abrirse paso, por supuesto respondí, me gustaban sus besos, además ¿se preocupaba por mi? Dijo que no quería que me desmayara, pero era demasiado pedir ¿no?, aun así mi ritmo cardíaco aumentó de nuevo aun estando consciente de que yo solo era un pasatiempo para el; Eric sonrió sobre mis labios.

-¿Ya te contente o quieres flores?

-Callate idiota-me recargue en su pecho y suspiré

-Anda, te llevare a cenar

-Dame de comer tu-me giré un poco, pase mis brazos por detrás de su cuello, le bese la mejilla, luego el cuello-¿si? ¿Mmmgh?-dirigí mis manos hasta su pantalón y los desabroche, Eric se río, luego se recargo en la pared, saqué su pene del interior de sus pantalones y le empecé a dar una mamada, el pene de Eric era bastante grande incluso dormido y aunque yo no era un experto en felaciones logre satisfactoriamente hacer reaccionar a Eric, parecía feliz, me sujetaba del cabello y movía un poco la cadera embistiendo mi boca, una de las cosas que me encanta de él es que no teme expresar que está disfrutando algo, Eric gemía roncamente, eso siempre me ha parecido bastante sexy, sabía cuando él estaba disfrutando y me hacía felíz, bueno, después de un rato finalmente Eric se corrió dentro de mi boca, me sujetó con fuerza sin permitirme alejarme de él, lo vi sonreír de reojo, por un segundo sentí que me ahogaba, tuve que tragarme la leche de Eric, no pude evitar dar una arcada, el sonrío con un poco de burla antes de separarse de mí, toci y me limpie un poco la boca

-¿satisfecho?-negué y comencé a acariciar mi propio miembro, ahora era yo quien estaba excitado el me miraba atentamente.

-Eres un crío caliente-se agacho y me levanto como si fuera un pequeño gato, me saco la camisa y me subió a la cama-Deberías estar dormido ya-me besó, comenzó a acariciar mi cuerpo con suavidad, mi espalda, mis piernas, gemí sin reprimir mi voz.

-Tu deberías estar en el infierno...ahora…¡hazlo!, cogeme…¿porque no lo haz hecho?-alce mi cadera para frotarme con su pelvis-no me respondió, me beso en su lugar.

-Voy a lastimarte-se burló

-¿eso te importa?-beso mi cuello, inhalo mi aroma.

-Me importa-su voz se escuchó profunda, me beso, suspire

-Solo hazlo, ya he estado con muchos hombres así que no te preocupes por mí-gemí, lo quería, esta vez enserio lo quería, deseaba tener a ese hombre dentro de mí, pues bien, no me hizo esperar, se acomodo entre mis piernas, luego con uno de sus dedos me estimulo un poco, luego con otro, como vio que estaba relajado no tardó mucho en posicionar ahora su pene y entrar de inmediato, lo empujo lento, no pude evitar chillar de dolor un poco, me había dolido ya que estaba sin lubricar y bueno ya he mencionado que la "cosa" de Eric es grande, comenzó a moverse casi de inmediato, yo me aferre a su espalda.

-¿Duele?

-Un...un poco, me ha ido peor mi amor-sonreí-me referia a que aunque me había lastimado al entrar, no había sido tan bruto con la fuerza, pronto comencé a sentirme bastante bien, levanto una de mis piernas y me recostó de lado para seguir embistiendo más cómodamente-¡Ahí!, Eric...si, por favor ¡ahí!-no tardó en dar con mi próstata, la golpeaba con rapidez una y otra vez, pronto me perdí en mi propio placer, me abrace a una almohada, me sentía muy bien, había un hilo de saliva escurriendo de mi boca, Eric presiono mi flaco vientre, justo arriba de donde terminaba mi pene.

-mmmgh-gimió, lleve mi mirada a donde él había posado su mano, volvió a presionar-mira cielo, aquí estoy, sientelo-cerré los ojos, su voz me excito aun mas, me tomó de la cadera y me giro para ponerme de a cuatro y seguir dándome amor, me corrí mucho antes que él, no se detuvo, al contrario siguió con más fuerza.

-¡Detente!, ya no puedo, ¡para!, Eric-me estaba desesperando, mis manos apretaban las sabanas, se sentia increible pero era demasiado para mi cuerpo, sentía que me iba a orinar, deje caer mi peso, ahora solo el me sujetaba hasta que por fin se corrió adentro; se recostó y jalo mi cuerpo para que quedara encima de él, yo cerré los ojos, me sentía agotado y relajado también, sin exagerar era el mejor orgasmo que había tenido, por un segundo creí que me iba a desmayar, me volvio a agarrar el pene, aparte su mano.

-¿mmg?

-Si me sigues tocando te voy a orinar-se río, me acarició el cabello y luego la oreja, halo el pendiente que el mismo me regalo, me había perforado la oreja a penas un dia despues de recibirlo.

-¿te gusto?-se refería al pendiente, obvio, el sabia su potencial en el sexo y jamas dudaria de sí mismo en ese ámbito

-Es una linda placa de perro…¿yo te gustó?

-Me encantas-beso mi cabeza

-Lo sé-sonreí yo también podía ser vanidoso


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